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"los enamorados y los locos tienen mentes tan inquietas y fantasías tan audaces que van más allá de lo que la fría razón jamás podrá imaginar"
A la luz del sol y bajo un cielo despejado, el par de ojos se abría para continuar amando en la realidad a la persona que tenían al lado suyo, con la esperanza de que aquello que se profesaban durara eternamente, mucho más allá de sus cuerpos etéreos, mucho más allá de sus inmortales almas, mucho más allá de la razón y del pensamiento.
—Buen día cielo. — Marín había despertado con la cabeza apoyada en los senos de su pareja.
—Buen día, cariño — Shaina le dio un suave beso en la frente.
Ambas salieron de aquel lecho que compartían, buscaron cada una sus ropas, sin deshacer de sus rostros la sonrisa divertida al recordar aquella escena, jurarían hasta recordar el olor del sudor mezclado con la pasión y eso les hacia sonreír como lo hace un niño después de haber cometido una travesura, con inocencia pero a la vez con un tinte divertido y malicioso, demostrando lo puro de su alma.
Al salir de aquel cuarto fueron recibidas por un par de brazos, unos brazos que seguramente Shaina jamás podría sentir, unos que atesoraba con su vida y que de haberlos conocido mucho antes, hubiese ido a ellos sin dudarlo, pero el hubiera no existe, solo queda concentrarse en el presente y posiblemente pensar en el futuro sin despegar los ojos de lo que pasa alrededor de uno.
Las papilas gustativas de las tres mujeres se deleitaban con el manjar que tenían enfrente, con suma tranquilidad y una devoción terriblemente planeada cada bocado entraba en aquellas bocas para después deslizarse por sus esófagos en un viaje interminable hasta su aparato digestivo, el reloj avanzaba, su voz estruendosa resonaba por toda la habitación, el marcar de sus pasos y su terrible mano enjuiciadora, nadie escapa de él, ni justos ni pecadores, ni niños ni adultos, ni hombres ni mujeres, ni dioses ni mortales.
Salió rumbo a su hogar, pensando en tonterías, muchas que no se podrían contar, una de ellas era el inútil respuesta que buscaba para sus padres, por si comenzaban a cuestionarla en cuanto cruzara el umbral, pero no era más que la verdad lo que seguramente saldría de sus labios, una dolorosa verdad que partiría en dos el mundo en el que había crecido y aquel que decidió transformar para su propio beneficio y felicidad.
◘♥◘
"Todos los que han cometido errores serán castigados, todos los que han fallado tendrán que dar cuenta de sus tropiezos, pero quien ama con el alma y a ojos vendados no ha errado ni tropezado... entonces ¿Por qué castigarle?"
Aquella mujer tomo entre sus manos el teléfono y marco el número olvidado entre papeles de hace ya varios años, años en los que desecho esa idea tan absurda pero que ahora era la más perfecta solución a su problema y ello lo iba a comprobar en cuanto le contestaran del otro lado de la línea, sonidos estruendosos en su oído que indicaban la conexión con el destinatario de aquel número.
¿Diga?, la voz del otro lado de la línea sonaba suave a pesar de que el poseedor de esta tuviese más o menos 43 años.
—Señor Shion, un gusto saludarlo, ¿Cómo le va? — La madre de Shaina estaba más que feliz por haber recibido una respuesta inmediata, sobre todo porque aquel que le respondió era su objetivo desde un principio.
Disculpe pero... ¿le conozco?, Aquel hombre no recordaba la voz de la mujer, quizá por la ligera distorsión que hacen las líneas telefónicas.
—Lo lamento, soy la señora Sabik.
Ese apellido, claro que lo recordaba, hace un par de años que había conocido a la familia pero esa llamada hizo que aquel hombre del otro lado de la línea se preguntara una y otra vez a que se debía aquella llamada.
Señora Sabik, un gusto saludarla, ¿en qué puedo ayudarla?, la amabilidad de su voz le dijo que estaba haciendo lo correcto, aunque muy en el fondo siguiera dudando.
—Desearía hablar con usted en persona, es un asunto sumamente importante y me temo que el tiempo avanza.
Si ese es el caso, estaré en su casa en un par de días. La mujer agradeció el gesto y colgó viendo como su esposo le veía incrédulo, de verdad lo había hecho.
Poco a poco esa expresión en su rostro fue desapareciendo en cuanto la mujer le dio los detalles de la llamada, Shion Sheratan era un hombre amable pero de igual manera que los padres de Shaina, apegado a las creencias católicas y con ello a la idea de un matrimonio "bien hecho", además de provenir de una familia de buena posición, al saberse enterado de aquel asunto no dudo en ayudar a la mujer, fuere cual fuere el problema, después de todo, bajo aquel gobierno celestial, la ayuda se recompensa.
La vieron entrar con una bella y reluciente sonrisa, varias marcas en ese blanco cuello; sin prestar atención a las miradas de sus progenitores les saludo como hacia cada mañana, con un beso en la mejilla a cada uno pero el gesto no fue regresado, aquellos padres ahora se sentían asqueados del contacto, como si el solo roce les convirtiera en pecadores, ¡oh inocente duda! ¿qué estás haciendo ahora?
— ¿De nuevo con esa mujer? — pregunto su madre.
Asintió, aun con la sonrisa en ese angelical rostro que la hacía ver mucho más hermosa de lo que ya era, paso delicadamente uno de sus verdes mechones detrás de su oído; ¡Que inocente aquella niña que ha descubierto el amor en brazos de otra mujer!, ¡qué bellos son sus ojos al saberse amada!, ¡qué fortuna ha de sentir su corazón al ser correspondido en ese peligroso juego que es el amor!
—No regresaste anoche, ¿Dónde te metiste? — su padre ya comenzaba a imaginar un sinfín de pecaminosos escenarios.
—Estuve con Marín... — se detuvo un poco, no sabía si decir lo que había pasado, finalmente se decidió — sí, estaba con Marín, amándonos bajo la luz de la luna y bajo la mirada de aquel que complacido nos miraba desde el olimpo.
No podía ser cierto, si acaso en algo habían fallado, ¡que la ira de dios caiga sobre sus cabezas!, no, no había ahí ninguna falla, ningún error, solo un par de candados sin abrirse ante lo que sus ojos y oídos escuchaban y veían, solo un par de conejos asustados por una liebre que corre en el campo libre sin temor a su depredador.
— ¡Basta! ¡Tu pecado ha de ser castigado! — gritó su madre y luego le mando a su habitación.
— ¡No he cometido ningún pecado! ¡Al diablo con ese castigo! ¡No lo merezco! ¡El amor es todo menos pecado y si lo es, es el pecado más dulce, el pecado que estoy dispuesta a volver a cometer! — Gritó desde su habitación aquella joven.
"Si acaso el amor es un pecado, que me digan como enfrentarlo, yo no veo que sea un pecado pues si el mismo rey de los dioses ha sucumbido ante los encantos de un varón, siendo el uno, si eso le pasó al rey del olimpo... ¿qué esperamos nosotros los mortales?"
Dan R
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Nota preliminar: No busco ofender a nadie y pido disculpas si lo he hecho.
Nota de datos utilizados en este capitulo:
1) La frase del inicio del capitulo le pertenece a William Shakespeare.
2) Sabik es el nombre de la segunda estrella más brillante de la constelación de Ofiuco y para el fic es el apellido de Shaina y por ende también de sus padres, su madre tiene el apellido porque en algunos países la esposa toma como suyo el apellido del esposo como demostración que ya no es más soltera
3) Sheratan es la segunda estrella más brillante de la constelación de Aries, elegí la segunda estrella para el apellido de Shion ya que la primera estrella más brillante fue utilizada en otro de mis fics.
4) en la frase final hago referencia al mito del copero Olimpico, es decir Ganimides, quien fue raptado por Zeus quien tomo la forma de un aguila para llevar al príncipe al olimpo para despues convertirlo en el copero de los dioses y su amante.
En multimedia les dejo a la bellisima Marín de Águila sin mascara.
Dan R
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