Capítulo dos: Un ella
Seguían andando tan presurosos como el primer instante en el que pusieron un pie fuera de aquel granero. El mayor avanzaba como si el día se les fuera a terminar o bien cuando llegaran al lugar ya no encontrarían la casa a la que se dirigían. Namjoon le había explicado que la familia de su "objeto de estudio" vivían a las afueras por decisión propia, pues cuando el pueblo se enteró de la condición especial del hijo menor de la familia, todos estuvieron de acuerdo con darles una casa más espaciosa, sin embargo, se negaron rotundamente.
El pensamiento de la madre era que la bendición de Dios había llegado a ellos por ser humildes, así que seguirían viviendo de esa manera para que la gracia del señor no los abandonara por ser tan avariciosos o codiciosos con lo que se les había regalado. Aun así, esa exclusividad solo hizo que las visitas hacia el joven fueran más frecuentes, muchas más personas llegaban al pueblo para tener un poco de eso que tenía Taehyung.
Visitantes de todas partes llegaban, haciendo que el comercio en el lugar creciera de cierta manera, pues era tan ansiado poseer un poco de lo que ocultaba el chico que los embarques con extranjeros se volvieron algo de diario. Jungkook seguía empecinado en obtener una respuesta concreta de lo que realmente sucedía con el enigmático caso de su paciente, sobre todo la idea de tener que compartir su "investigación" con la religión era algo que le carcomía la curiosidad.
— Señor Kim – su voz salió un tanto ahogada, su garganta se sentía seca y ardió en el momento que comenzó a hablar, aun así, no se detuvo en seguir – ¿Por qué escogieron un padre y no otro médico? No creen que es más valioso el conocimiento de dos profesionales de la ciencia en un caso como este.
— El padre Jung, es el segundo médico joven Jeon – la voz del hombre se escuchó agitada, mientras hablaba con él. La colina por la que estaban avanzando no era del todo empinada, mas sí requería esfuerzo físico. Namjoon se detuvo para tomar un descanso al notar cómo Jungkook apenas le lograba llevar el paso, una sonrisa burlona surcó sus labios al notar la dificultad con la que respiraba —. Parece que no está en la mejor condición física doctor.
— Me temo que en Inglaterra estamos malacostumbrados a los distintos medios de transporte y no tenemos estas elevaciones tan hermosas llenas de campo – argumentó Jungkook, sintiendo sus pulmones, arder con el aire frío y sus músculos quemándole —. Cómo es eso que el segundo médico es el padre Jung. No sabía que los religiosos practicaran algo como la medicina.
— No lo hacen – el hombre le extendió una petaca metálica, no tenía que ser un adivino para saber lo que le estaba ofreciendo y su garganta no pedía ser quemada con licor destilado para calmar la sed que tenía, así que ni bien tuvo la oportunidad hizo un gesto de negación, Namjoon se encogió de hombros, tomando un trago largo —. Verá joven Jeon, la familia no estaba del todo de acuerdo con que un médico evaluara la salud de Taehyung, así que para convencerlos de hacer esto pidieron la presencia de un padre.
El menor no se había sentido tan desplazado desde que sus propios colegas de la medicina le dieron la espalda al verlo como una amenaza. Namjoon le dejó en claro que su presencia realmente era merecedora de aquellas miradas despectivas, nadie lo quería en ese lugar, no a comparación del padre Jung a quien obtuvo una mejor bienvenida, a pesar de casi no cruzar palabra alguna con el resto de habitantes. Aun así, pudo observar que el semblante del hombre hacía honor a lo que se dedicaba, incluso mostrándose bastante tranquilo durante la pequeña reunión. El único momento en el que lo vio un tanto turbado fue al escuchar el asunto de la reencarnación.
Jungkook no era un devoto, mucho menos cuando siempre era esa devoción la que evitaba en muchas ocasiones el realizar intervenciones médicas. Definitivamente, la ciencia y la religión no tendrían que mezclarse, pero las personas siempre necesitaban de algo más grande que ellos para sentirse acompañados en los momentos más oscuros o de incertidumbre.
— Pensé que la familia estaba totalmente de acuerdo con esto.
— Qué opinaría usted si le dicen que lo que usted considera un milagro del señor es una simple condición médica.
— Diría que es lo más lógico.
— Exacto, porque es un hombre de ciencia – Namjoon tomó otro trago antes de volver a guardar la petaca en su bolsillo —. En este caso, la familia y otros muchos miembros del consejo se sienten más tranquilos con la idea de que un padre también evalúe la situación.
— Pero, este asunto de la reencarnación es imposible – Jungkook no era un fiel creyente, estaba acostumbrado que para ciertos partos o bien procedimientos siempre estuviera un padre para dar la bendición a sus pacientes. Aunque en este caso era más que ridículo, ¡solo iba a observar, por amor, a la corona! Su paciente no iba a morir por observarlo —, la iglesia no acepta la idea que exista eso. Es imposible. Algo como eso no tiene cabida para ser considerado un milagro.
— Dígale eso a una madre que perdió a una hija en el momento del parto y ahora el menor de sus hijos tiene características femeninas. Agregado al hecho de que sangra como una mujer en su madurez lo haría.
Namjoon sonrió divertido al ver el desconcierto en el rostro de Jungkook, eso era imposible. El menor volvió a sacar la fotografía que había guardado en su bolsillo para inspeccionar las facciones del chico y lo que veía no le parecía para nada a lo que le estaban diciendo, ¿acaso querían convencerlo de que la hija fallecida estaba reencarnando en un muchacho de dieciocho años?
Imposible. Negó unas cuantas veces para convencerse a sí mismo que algo extraño era lo que encabezaba todo ese enredo. Tendría que enviar una carta a su maestro, quien le ayudaría a dilucidar mejor las suposiciones sobre lo que sucedía con Taehyung.
Los pasos del mayor comenzaron de nuevo, haciéndolo prácticamente correr detrás de él, guardando la fotografía en su bolsillo. No podía dejar de darle vueltas a la situación.
— Supongo que... la madre se siente tan desamparada por la muerte de su hija que lo utiliza como una vía para atravesar su duelo.
— Es mejor que no suponga joven Jeon, remítase a su tarea y no pregunte de más.
Jungkook frunció su ceño al escuchar aquello, por un momento pensó que el hombre sería un tanto más abierto a comentar la situación, dado que durante el trayecto contestaba a la mayoría de sus preguntas, pero ni bien tocaron el tema de las suposiciones se volvió a cerrar todo tipo de comunicación, dejándolo de nuevo en el inicio. Como cuando salió de aquel granero o como cuando desembarcó en aquel puerto, totalmente a la deriva.
A mitad del camino pudo divisar a lo lejos una pequeña casa, el humo que salía de la chimenea le hizo anhelar el llegar por fin a aquel lugar, no por cumplir una tarea de observación, sino para calentar un poco su congelado trasero. El campo era muy hermoso para apreciar, más cuando el clima se prestaba para que constantemente se encontrara lluvioso para vestir de verde el suelo. Aunque le quitaba cierto encanto la sensación de humedad en su cuerpo, él no era ninguna planta para ser rociado por aquella agua molesta, la cual las nubes se encargaban de descargar. Ahora comprendía mejor por qué todo el paisaje se mantenía con aquel verde brillante cubriendo cada espacio.
Namjoon lo observó unos segundos antes de tocar a la puerta, tiempo suficiente para que Jungkook detallara la estructura de la casa. Parecía bastante deteriorada, el techo no se veía en las mejores condiciones, solo la mitad de la pared estaba hecha con piedra y el resto eran viejos tablones que tenían rendijas por donde estaba seguro se colaba el frío cada noche.
El sonido de la puerta chirriante dejó a la vista a un chico un tanto bajo, de cabello oscuro, que los inspeccionó de arriba abajo, sobre todo a Jungkook, quien se tensó al ser observado de una manera tan desafiante y poco amigable.
— Señor Kim – habló el chico, como si no le agradara en lo absoluto el verlos ahí. Las facciones del chico eran bastante delicadas, piel blanca, su rostro tenía unos cuantos rastros de hollín, estaba vestido con unos pantalones de una tela extraña, una camisa blanca, un abrigo café demasiado grande para su delgado cuerpo a decir verdad y su cabello castaño estaba oculto debajo de una boina.
— ¿Cómo estás Jimin? – sonrió Namjoon, recibiendo una simple mueca de desagrado. El chico se recostó contra el marco de la puerta como si quisiera impedir el paso de ambos, con sus brazos cruzados sobre su pecho —. Sabía que te encontraríamos por aquí, eres el único que no se alejó de Taehyung.
— ¿Por qué debería hacer algo así? – Jungkook podía percibir la hostilidad del chico no solo en su tono de voz, sino también siendo exudado por cada poro de su cuerpo – ¿es él?
El mayor asintió como respuesta, la vista de Jimin volvió a pasarse por todo el cuerpo de Jungkook, juzgándolo ¿acaso era tan malo que estuviera en ese lugar? Sin embargo, después de un suspiró pesado, el chico dio paso libre para que ambos entraran a la casa, siendo recibidos por el calor del interior y también por un agradable aroma a sopa, su estómago hizo ruidos cuando su apetito se vio seducido. No había probado bocado alguno y llevaba horas despierto, un poco de aquella comida no le vendría mal.
Movió su cabeza intentando concentrarse en su tarea y no en su necesidad por alimento, colocando atención al interior del hogar.
En el fuego de la chimenea se encontraba una olla de donde salía aquel aroma delicioso, al lado de esta se hallaba una mesa pequeña con ocho sillas, en el fondo podía ver lo que parecía una cocina improvisada donde se apreciaban algunas cazuelas, platos, vasos y una jarra de metal, posiblemente llena de agua; tragó un poco de saliva también anhelando poder saciar su sed. Más allá de eso se encontraba una puerta, parecía que llevaba a una de las habitaciones, a su derecha estaban las escaleras para subir al segundo nivel y la caída de polvo junto con algunas murmuraciones lo hicieron alzar la vista al techo bajo.
— Muy buen día, señor Kim – la voz de una joven hizo que Jungkook regresara la mirada.
— Muy buen día Hana – saludó a secas Namjoon tomando asiento en una de las sillas de madera, sacando de nuevo la petaca para beber otro poco más del contenido, sacándole un estremecimiento al sentir cómo quemaba su garganta —. Él es el joven Jeon – la chica se tensó e hizo una reverencia extraña hacia él como si se tratara de la realeza, un cambio demasiado abrupto para toda la hostilidad que venía recibiendo – ella es Hana, la hermana de Taehyung.
— Una de las hermanas – murmuró la chica como aclaración – un gusto conocerlo, señor Jeon.
— El placer es mío, señorita Hana. Por favor llámeme solo por mi nombre, soy Jungkook, lo de señor me hace sentir un tanto mayor – le devolvió el saludo con cortesía junto con una sonrisa. Un bufido bajo se hizo escuchar proveniente de Jimin – también es un gusto conocerlo a usted joven Jimin.
— Ahórrese sus formalidades de inglés con educación. Usted viene aquí para hacer de mi Tae un experimento de la corona británica, él no merece eso.
— Jimin, ya lo habíamos hablado – interrumpió Namjoon entre dientes al ver la manera en la que hablaba aquel chico – esto no te concierne a ti o a nadie más que a Taehyung y su familia. Una disculpa joven Jeon, él es Park Jimin, un amigo de la familia.
— Mejor amigo y casi hermano de la persona que quieren tratar como un bicho raro.
Ahora le quedaba mucho más clara la situación, la hostilidad de aquel chico tenía una razón. Jungkook también tenía un hermano el cual podía ser demasiado molesto cuando se lo proponía, pero al final del día era agradable saber que existía una persona con la cual contar y en este caso no le cabía duda que se trataba de la mejor compañía.
Quiso excusarse ante la situación para no crear malos entendidos, pero la puerta de la casa volvió a abrirse, esta vez dejando a la vista a una mujer con algunos leños debajo de su brazo, los cuales cargaba con dificultad. Jungkook lo habían educado para ser un caballero en cualquier situación, así que ni bien notó la escena, se acercó a la mujer para ayudarle recibiendo como era de esperar un semblante hostil.
— Señora Kim, él es Jeon Jungkook, el médico que estará observando a su hijo.
— Ah, el inglés – dijo con desagrado, aferrando los leños con más fuerza a su cuerpo, apartando el brazo que le había sido extendido con el fin de ayudarle —. Hana, revisa si la comida de tu hermano está lista y sírveles un poco de agua a los invitados.
— Con su permiso, veré si las visitas de Taehyung ya se retiraran. Fáilte roimch – murmuró Jimin, queriendo salir de ese espacio. Jungkook había notado la manera en la que la madre de su futuro paciente veía al chico que se había autoproclamado casi hermano del susodicho, había cierto desdén, como si no lo quisiera cerca de su hijo. Sin embargo, antes de que se negara el castaño subió corriendo las escaleras.
— Es un poco temperamental, ya lo conocerá mejor – mencionó Namjoon, agradeciendo en voz baja el vaso de agua que le era brindado —. Tiende a ser sobre protector con Taehyung porque se conocen desde niños.
Jungkook jamás había ansiado tanto un vaso de agua como en ese preciso instante, tanto así que no estaba poniendo la suficiente atención a lo que explicaba Namjoon sobre la relación de ambos chicos. Sus sentidos estaban puestos en satisfacer una necesidad, al menos una de varias; su boca estaba tan seca que ni siquiera podía hacer un poco de saliva para lubricar su garganta, cuando le fue extendido el recipiente su sonrisa fue amplia, bebiendo de inmediato y atreviéndose a pedir un poco más.
La hermana de Taehyung se sintió atacada por aquella sonrisa que le fue brindada. Normalmente, todos reaccionaban de una forma despectiva o bien hostil hacia ellas, quienes no tenían la misma suerte que su hermano, quien se robaba toda la atención, así que recibir un gesto diferente y tan caballeroso le hizo suspirar, distrayéndose al servir el segundo vaso de agua, rebalsando más de la capacidad. Sin embargo, Jungkook le regaló otro gesto cálido.
— Una disculpa joven Jeon.
— No se preocupe, señorita Hana, mi ropa ya estaba húmeda debido al clima tan favorecedor para las plantas, qué es un poco más de agua – sonrió Jungkook, quitándole importancia al agua que cayó en su pierna – quizá, al final de estos tres meses termine convirtiéndome en un árbol más del paisaje.
El sonrojo en las mejillas de la chica se le hizo tierno, aunque no duró mucho, pues la madre de esta se encargó de reprenderla por estar actuando de manera poco apropiada, haciendo que saliera de la casa para buscar más leña seca. ¿Cómo iba a hacer eso si el clima afuera no dejaba de humedecer todo?
Un golpe seco, junto con algunos sollozos, se escucharon en la parte superior, desviando la atención de Jungkook nuevamente ¿se trataba de Taehyung? ¿Quiénes eran sus visitas? ¿Por qué se mantenían en silencio? Ahora que estaba en el sitio, su curiosidad volvió a hacer presencia, no limitándose en seguir debatiendo consigo mismo.
— Señora Kim, podría decirme un poco más al respecto de la condición de su hijo.
— ¿Qué es lo que quiere saber?, mi hijo está en perfecto estado, totalmente sano.
— No quiero parecer insolente, pero si bien la memoria no me falla, mencionaron que su hijo menor ha tenido un sangrado regular cada mes y medio, ¿correcto?
La madre del chico se tensó, regresando la mirada a Namjoon quien desinteresadamente desvió la mirada, sin poner atención a su semblante molesto, dedicándose a tomar su agua como si él mismo no fuera quien le explicó la situación al doctor. Jungkook no le quitó la vista de encima, incluso sacó una pequeña libreta con un carboncillo de su bolsillo, agradeciendo que el clima no llegó a ser tan destructivo con aquellas hojas de papel, los cuales eran sus fieles acompañantes para tomar anotaciones que fueran de improvisto cuando no tenía a la mano su libreta principal de anotaciones.
— Fue usted quien le dijo sobre eso, ¿no es así? – acusó la mujer a Namjoon mientras lo veía con desprecio o quizá con algo más —. Cómo se atreve a comentar algo tan privado. No quiero imaginar ni siquiera la manera en la que lo dijo.
— Hiyori, él conoce solo un poco de la historia de Taehyung – le restó importancia, el mayor al arrebato de la mujer – sería de mucha ayuda si responde algunas preguntas para hacer más llevadero todo este asunto. Limítese a responder lo que usted piense que no dañará la dignidad de su hijo.
— ¿Qué historia podría tener mi hijo de dieciocho años que le pueda interesar a un doctor?
— Solo quiero estar informado de la situación, señora Kim – Jungkook, pedía paciencia constantemente en su mente. Quizá debería pedir otra cosa porque cada repetía en su cabeza el darle paciencia le ponían un obstáculo más grande con el cual lidiar, quizá podría pedir comida y seguro saciaría su hambre con todas las veces que lo pensaría – sería de mucha ayuda si me describiera el caso de su hijo. Por ejemplo, algo que haya desencadenado los cambios, si tiene alguna alergia, tiene un gran apetito o poco.
— Mi hijo es... — por algunos segundos se quedó callada pensando en lo que mencionaría, mirando hacia arriba, cosa que llamó la atención de Jungkook, pues sus ojos entrecerrados le hacían saber que estaba tratando de escuchar algo de lo que ocurría en la parte superior de la casa —. Él es realmente especial solo por la condición con la cual ha sido bendecido. Por eso mismo tiene una dieta igual de especial, solo consume papa, algunas hierbas...
— Imagino que carnes no son muy accesibles en este lugar para incluirla en las comidas – habló Jungkook más como un pensamiento en voz alta, dándose cuenta demasiado tarde de lo que había soltado su boca.
— La única carne que consume es la de pollo, nada de carnes rojas o esas especias raras de picantes.
— ¿Es alérgico?
— Es lo que debe comer alguien como él.
¿Por qué la insistencia con el misterio?, él solo quería hacer bien su trabajo para regresar a Inglaterra lo antes posible, obtener su titulación en la escuela de médicos y por fin cumplir su sueño. Ya tenía un trabajo asegurado en su país, simplemente debía terminar de pasar por ese infierno para dejar en el olvido toda esa locura. ¿Tan difícil era decirle algo sobre el chico? ¿Acaso estaban en la época donde los brujos tenían más poder para curar a las personas?
Debía en serio considerar ya no pedir tener paciencia porque ese pueblo entero era un balde lleno de obstáculos y problemas que lo ponían a prueba de la manera más sofocante que jamás haya imaginado.
— ¿Podría pasar a verlo? Por favor, así podemos empezar esto de una buena vez.
— No – joder, ¿Por qué tenía que ser tan hostil? – tiene visitas en este momento, nadie lo molesta cuando está con otras personas.
— Y ¿Qué tan regulares son estas visitas?
— Todo el tiempo, así que será mejor que se vaya acostumbrando – Hiyori no estaba de acuerdo con la situación y quizá y solo quizá si se comportaba de aquella manera lograría hacer que el doctor inglés no se mantuviera en su casa por más de dos semanas – vienen de todas partes, buscando la bendición de mi hija.
— ¿Seguimos hablando de Taehyung? – cuestionó Jungkook un tanto desconcertado de escuchar por fin la referencia del chico de manera femenina.
— Él es mi hija – el ceño fruncido de la mujer le dejaba más que claro que no daría su brazo a torcer en cuanto a su pensamiento – siempre lo ha sido y ahora lo está manifestando.
Por la corona, en serio pensaba que su hija estaba reencarnando en su hijo, Jungkook comenzaba a sospechar demasiadas cosas por parte de esa familia. En ocasiones el consumo de ciertas sustancias provocaba alucinaciones, quizá el verdadero caso era la madre y no el hijo.
La puerta fue abierta una vez más, dejando a la vista a un hombre alto, fornido de piel blanca, sacudiéndose el abrigo que también estaba empapado por la leve brisa del exterior. Sorprendido viajó su vista hacia todos los presentes, parecía un tanto desconcertado de encontrar aquella escena.
— Él es el padre de Taehyung – acotó de inmediato Namjoon poniéndose de pie, dispuesto a dejar su labor al haberlo presentado en el lugar —. Señor Kim, este es Jeon Jungkook, una de las personas que estará al tanto de su hijo.
— Fáilte roimch.
— Disculpe que lo pregunte – dijo apenas Jungkook, sintiéndose confundido al escuchar aquella frase tantas veces seguidas sin entender muy bien lo que le decían —, pero ¿significa algo la frase? Como entenderá no comprendo lo que me dice si me habla en...
— Significa "Bienvenido sea" – la voz de Jimin volvió a resonar mientras bajaba las escaleras del segundo nivel, con un tono de voz como si estuviera cansado de escucharlo – es Gaélico por si no lo sabía.
— Me temo que a duras penas puedo hablar el inglés, no comprendo otro idioma – se excusó Jungkook intentando bromear con la situación, dirigiéndose totalmente hacia el chico, obviamente no obteniendo reacción alguna. Su atención se posó en la figura del chido, esperando ver algo más o alguien más detrás de él, mas lo que vio fue a una pareja un tanto joven, los sollozos de la mujer hicieron que Jimin virara los ojos.
La consternación, sumada al aura de ambos desconocidos, era un tanto inquietante para el doctor, quien frunció su ceño esperando saber la razón de su actuar. Ver cómo aquella mujer prácticamente corría al encuentro con la madre de Taehyung fue desconcertante, sobre todo al verla sollozar de una manera casi ahogada.
— Gracias. Gracias. Infinitas gracias por permitirnos verlo – agradeció la mujer tomando la mano de la madre de Taehyung, mientras la llevaba a sus labios pálidos para besarla. Esa simple actitud le hizo recordar a los gestos que se utilizaban con la realeza para mostrar respeto, sin embargo, a diferencia de lo que Jungkook veía cuando alguien hacía ese gesto, Hiyori quitó su mano justo a tiempo – es maravilloso. Verdaderamente extraordinario – sonrió la mujer, sorbiendo un poco su nariz, no tomando de manera negativa el rechazo de Hiyori —. Sé que este viaje dará frutos gracias a él – tocó apenas su vientre mientras llevaba su vista a su esposo, quien hizo una mueca que simulaba ser una sonrisa.
De manera presurosa, la mujer comenzó a buscar su monedero, sacando todo el contenido de este, dejando desconcertado a Jungkook, quien veía la escena desde unos pasos atrás, escuchando a Jimin murmurar cosas entre dientes, totalmente en desacuerdo. Quizá y solo quizá él sería un buen mediador para saber más respecto al caso si el chico no estaba abierto a entablar una conversación con él.
— Tome, esto es para el chico y sus necesidades. Lamento que sea tan poco, pero es todo lo que nos sobró del viaje – le extendió el puñado de monedas, a lo que Hiyori negó en aceptar.
— Por favor yo no puedo tocar algo como eso, pero si gusta lo puede colocar en la urna de ofrendas.
¿Ofrendas? ¿Por qué llegó a pensar que aquella mujer tenía un poco de sentido común cuando la vio negarse?, pensaba que no aceptaría nada, ya que eran religiosos, pero claro, ni bien vio la cantidad de dinero, pidió que fuera depositado en aquella pequeña caja de metal, la cual presumía estar cerrada con un cerrojo. La pareja colocó todo en la caja, sonriendo con gran felicidad para luego abrir la puerta y retirarse. Una escena poco usual y si se daba todos los días con cada visitante por qué se empeñaban por vivir en un lugar así, cuando todo un pueblo estaba de acuerdo con tratar como si se tratara de la propia Reina, aquel chico.
Namjoon decidió que era tiempo para que Jungkook conociera por fin al chico, sonriéndole de una manera cómplice como si le fuera a enseñar a la misma Reina Victoria escribiendo en su diario. El hombre le señaló las escaleras para subir de una buena vez. Los escalones eran angostos, la madera crujía cada que el peso de su cuerpo se apoyaba en ellas; unas pequeñas ventanas se encargaban de dar algo de iluminación, suficiente para ver dónde caminaba y no hacerlo tropezar.
A mitad del tramo, notó que los pasos detrás de él se habían detenido, Namjoon lo observaba desde unos escalones abajo, ¿acaso él no iba a subir junto a él?
— Sé lo que dirá y a partir de aquí irá solo.
Nunca se había sentido tan ansioso por ver a un paciente, un escalofrío corrió por su columna y no precisamente por la ventisca fría que se colaba entre las tablas de la casa, había algo más, cosa que decidió ignorar por el bien de su cordura. Sus pasos vacilaron algunos segundos, sin embargo, con un leve asentimiento, despidió al hombre y así por fin terminar aquel tramo de escalones.
Extraño, quedaba muy corto para definir lo que encontró en la parte superior de esa casa. El techo alto con vigas gruesas atravesando lo hacía parecer demasiado lúgubre a pesar de la luz que invadía el espacio. Solo había una cama pequeña, un baúl de madera, una pequeña mesa de noche donde se posaba una lámpara de aceite, una mesa con un banquillo en la misma se podía ver un diario abierto. La curiosidad lo invadió al no encontrar nadie a simple vista, sin embargo, el ruido en el fondo de ese enorme espacio llamó su atención al ver una sombra detrás de lo que parecía una sábana.
— ¡Agh!, quítate – se escuchó la voz de la persona que aún estaba oculta.
— ¿Hola?
Quizá su primer encuentro no fue el mejor de todos, pues lo siguiente que le siguió a su saludo fue ver cómo el cuerpo de alguien se enredaba con la sábana, tropezando con una mesa alta donde se encontraba una jarra con agua, la cual cayó causando un total desastre.
Sus movimientos fueron rápidos, aunque no tanto como le hubiera gustado, pues no pudo evitar que el chico cayera al suelo. Se arrodilló junto al pequeño cuerpo envuelto en la sabana para sostenerlo, el chico daba pequeñas quejas por el golpe que se había llevado, sin embargo, la visión que tuvo frente a sus ojos no fue precisamente lo que esperaba o más bien a quien esperaba ver.
— ¿Quién es usted? – inquirió el chico con su ceño fruncido, Jungkook trató de tomarlo en serio, mas no pudo evitar reír al verlo envuelto en aquella sábana blanca como si de un rollo extraño se tratara, totalmente imposibilitado de sus movimientos.
La sonrisa que le brindó Jungkook le sorprendió, tenía cierto aire de sorpresa junto con desconcierto al encontrarlo en tan vergonzosa situación, sintió el calor de sus mejillas creciendo, sus movimientos solo provocaron que la tela se enredara más en su cuerpo. Taehyung deseó desaparecer justo en ese instante. Dios, ¿por qué era tan injusto con él cuando había sido tan bueno todo ese tiempo? ¿Qué clase de prueba era esa?
— ¿Eres Kim Taehyung? – ¿Acaso su nombre había sonado tan hipnotizante antes?, Dios, ¿Por qué tenía que tener al pecado mismo frente a sus ojos?, se había quedado mudo al no saber muy bien cómo reaccionar, ¿se trataba de un visitante?, la manera en la que lo veía lo dejaba confundido, sin embargo, decidió asentir como respuesta —. Es un placer por fin conocerte. Yo soy...
— ¿Qué está pasando aquí? Escuché un golpe extraño... — Jungkook se sobresaltó al escuchar el casi grito en su oído y aún más fue la impresión al tener al chico castaño apartándolo del lugar – ¿Qué está haciendo? ¿Por qué estás en el suelo TaeTae?
— Estoy bien Jimin, solo tropecé al intentar... — él mismo se tuvo que interrumpir al recordar que no estaban solos, que aún tenía la mirada de una tercera persona en la habitación, la cual no conocía y de pronto se sintió cohibido a pesar de estar totalmente cubierto por la tela blanca – solo... solo quería quitarme...
— ¿El vestido? – cuestionó Jimin sin más, pues para él no era algo extraño verlo con aquellas prendas, mas la mirada que le hizo el chico le hizo saber que no debió decir eso.
Definitivamente, lo había escuchado, había dicho vestido, esos trajes que suelen usar las damas con faldas largas, en ocasiones rellenos de tela extra y con tiras que ajustaban al cuerpo. Jungkook sabía la definición de las prendas femeninas, lo que no sabía era cómo eso encajaba con un chico. Aunque para ser sinceros sus delicadas facciones lo hacían ver bastante... demasiado... quizá debía admitir que era... No, ¿Qué estaba pensando? ¿Acaso él...?, su mirada se desvió del chico totalmente avergonzado de sus propios pensamientos. Kim Taehyung era su paciente, tenía que ser profesional.
La reacción de Jungkook de cierta manera hizo doler un poco el corazón de Taehyung, le había quitado la vista de encima sin más como si se tratara de algo malo. Jimin lo ayudó a ponerse de pie lentamente, sin poner atención a su mohín pronunciado, atribuyendo el gesto a otra cosa.
Taehyung notó la incomodidad en el hombre que trataba de ver hacia todas direcciones, excepto a él. Sus ojos se desviaron hacia él mismo, cuando quedó fuera de la prisión de tela, dejando ver aquel vestido blanco, era de mangas largas, perfectas para cubrirlo del frío, al igual que su falda, sobre este mismo tenía el complemento que constaba de una capa extra ajustada en la parte superior de color azul. Le gustaba vestir así, nunca le había parecido incómodo utilizar esas prendas frente a otros, de hecho, desde que comenzó a usarlos jamás se sintió avergonzado. Hasta ahora.
Jungkook, por su parte, trataba de no prestar mayor atención a los murmullos entre ambos chicos, concentrándose en la mesa de noche al lado de la cama, ahora viendo a detalle las imágenes religiosas que estaban en la misma, junto a una biblia bastante desgastada.
— Estoy bien, de verdad Jimin no es necesario que te quedes. Solo quería cambiarlo porque la tela me pica.
— Entonces cámbialo, te ayudo.
— ¡No! – había alzado de más la voz, lo suficiente para llamar la atención de nuevo del hombre que minutos antes lo observaba de una manera distinta y ahora solo se empeñaba en ver las cosas de su habitación —. Ya no necesito quitarlo – Jimin lo observó por algunos segundos con su ceño fruncido – ¿Quién es él? – susurró demasiado bajo haciendo que su mejor amigo casi no escuche.
— Ah, él es el señor Jeon – la referencia a su persona le hizo saber a Jungkook que toda la conmoción había pasado, regresando la vista hacia los chicos, ladeando la cabeza, sintiéndose un tanto confuso al ver aquel bonito chico con un vestido – es el doctor inglés.
— Jeon Jungkook – se dirigió completamente hacia él, no poniendo más atención en cómo se veía, no debía distraerse. Quizá con el correr de los días o de las horas le sería explicado el por qué de las prendas – puedes decirme Jungkook – ver que Taehyung hacía una corta reverencia con su vestido, era de todo menos extraño, se salía de lo común, pero a su visión no desencajaba de su aspecto —. Podría dejarnos a solas por favor joven Jimin, me gustaría poder hacer una evaluación rápida de Taehyung.
Jimin se quiso negar, pero el leve toque en su mano y la sonrisa por parte de Taehyung le hizo saber que estaría bien, así que se despidió en silencio de su amigo, prometiendo que volvería al siguiente día. Jungkook observó cómo ambos murmuraban algunas cosas más para seguido despedirse, dejándolos por fin solos.
Taehyung era alto, un tanto delgado, el vestido que portaba se ceñía en una posible cintura femenina, su cabello oscuro y largo lo hacía ver adorable por alguna extraña razón, pues estaba colocado en un peinado un poco desarreglado producto de la caída previa dejando que varios mechones de cabello cayeran en el rostro. Jugaba con sus manos constantemente y de vez en cuando notó cómo hacía pequeños pellizcos en el dorso de estas.
— Fáilte roimch, señor Jungkook – hizo de nuevo aquella pequeña reverencia con su falda.
— Puedes decirme solo Jungkook, no soy tan mayor como para que me llames así.
— Disculpe. Cuando dijeron que vendría un doctor imagine a alguien más...
— ¿Viejo? – inquirió Jungkook sonriendo mientras lo observaba a detalle, reduciendo la distancia entre ambos, sonrojando a Taehyung, sin embargo, fue algo que pasó desapercibido, pues él solo estaba comenzando a hacer su evaluación médica —. Lamento decepcionarte si esperabas a un hombre mayor, con barba, canas, con aliento a tabaco y licor destilado.
Comenzó a rodear el cuerpo de Taehyung, mirando solo de manera superficial, haciendo que el menor girara junto a él, pues no entendía muy bien lo que estaba haciendo. Sus movimientos se detuvieron debido a que Jungkook lo sorprendió, causándole un escalofrío cuando sintió el agarre en su hombro. No fue fuerte como lo haría su padre cuando era pequeño para llamarle la atención, aunque tampoco delicado como los que usualmente estaba acostumbrado a sentir, era un toque normal, como cuando sus hermanas lo tomaban del brazo para salir corriendo a divertirse en el campo.
Por algunos segundos Taehyung se sintió solo Taehyung, hasta que se recordó a sí mismo que este hombre frente a él se trataba de un doctor, alguien enviado a ver y evaluar aquello por lo que era diferente.
— Necesito que te quedes quieto para hacer la evaluación física – murmuró Jungkook con su ceño fruncido.
Taehyung obedeció tan bien como pudo, las manos del hombre frente a él comenzaron a pasear por su cuerpo, no de manera morbosa, solo estaba examinando. Su piel se erizó al momento de sentir el tacto frío en su rostro cuando tocó sus mejillas, tomándole la barbilla para evaluar sus ojos, tono de piel, asegurándose en detallar si veía alguna anomalía, pellizcando un poco la piel para ver cómo reaccionaban los vasos sanguíneos notando que se coloreaba con rapidez de un tono rosa bastante sano.
Le alzó los brazos, causándole cosquillas cuando el toque llegó a sus axilas, sin embargo, el semblante serio nunca lo perdió, haciendo que el mismo Taehyung quedara hipnotizado por las facciones contrarias. Jungkook evaluó el grosor de los brazos apretando la carne, haciendo anotaciones mentales de cómo no se sentían los huesos.
— Baja los brazos y mantenlos un poco extendidos a los lados. Tocaré tu torso.
Tocarlo. Eso era lo único que había hecho desde que se presentaron, tocarlo como si se tratara de masa para pan, estrujando con sus dedos su carne, causándole cosquillas cada tanto, haciéndole imposible no reír cuando sintió los dedos ajustándose en sus costillas. Aunque su risa fue pausada cuando sintió el agarre en su cadera, era firme, un leve estremecimiento lo invadió al poder percibir el agarre de los dedos ajenos sobre esa parte que no hacía mucho había cambiado para hacerse un poco más ancha.
— Tus reflejos están muy bien – le sonrió apenas. Como si quisiera tranquilizarlo con eso.
Parecía más un discurso médico, algo que le diría a un paciente mientras lo revisaba, evaluando para saber si padecía de alguna enfermedad. Él no tenía ninguna enfermedad, solo era distinto, un poco, nada más, se salía de lo convencional y quizá su madre estaba exagerando al decir cosas como ser la reencarnación de alguien más, pero si eso le traía paz a la mujer que le dio la vida haría lo que fuera, aunque Jimin siempre le mencionara que no era correcto. Era el único que sabía su secreto antes que todos se enteraran, ahora parecía más un fenómeno el cual todos en Irlanda deseaban ver. Como esa oveja negra que nace en un rebaño de ovejas blancas, justo así se sentía, el punto diferente.
La mano de Jungkook presionó un poco su estómago, sacándole el aire por la acción tan repentina, aunque no puso atención en eso, se quedó algunos segundos repitiendo la acción, presionando y aflojando hasta que pareció convencido. De nuevo le sacó otro escalofrío cuando puso sus dedos en su cuello, para evaluar el pulso.
— Relájate, esto terminará pronto, estás muy alterado.
— Disculpe.
El pulso comenzó a disminuir justo después de unas cuantas inhalaciones, era totalmente normal el que reaccionara así. Sin embargo, no solo eso se quedaba en un parámetro de normalidad, todo el resto de su cuerpo lo hacía, así que Jungkook no comprendía muy bien cuál era el alboroto por el chico. Apostaría en un juego de naipes a que la madre tenía alguna extraña fijación obligando a su hijo menor a utilizar ese vestido.
Regresó a tocar una vez más el torso hasta que sintió de nuevo eso que le llamó la atención.
— ¿Por qué usas estas prendas? ¿Tu madre te obliga? – cuestionó sin dejar de tocar la parte alta del torso.
— Me gusta usarlas.
— ¿El corsé corto también?
— ¿Cómo sabe de eso? – lo cuestionó, alejándose por primera vez desde que Jungkook comenzó con su evaluación, abrazándose a sí mismo.
— Vengo de Inglaterra, allá la propia Reina impuso la moda de estos. Hacen que las mujeres tengan problemas para respirar, les aprieta el torso hasta el punto de causar lesiones internas debido al ajuste – mencionó Jungkook sin dejar de sonreír, definitivamente a los ojos de Taehyung se veía mejor sonriendo y no frunciendo el ceño —. Te está dificultando el respirar, ¿no es así? – se sentía un tanto cohibido, sin embargo, asintió – era eso lo que tratabas de quitar cuando subí.
— Por favor no le diga a mi madre, se molesta mucho cuando lo quito.
— Taehyung eres un chico, no lo notará, créeme – vaya si no lo sabía, la ausencia de senos era lo que más le dejaba en claro eso y por esa misma razón era que su madre le hacía usarlo ajustado para que la poca carne se juntara obteniendo un poco de realce en esa parte de su cuerpo —. Vamos alza el vestido, te ayudaré a quitarlo.
— ¿No me hará nada?
— Soy médico. Por si no te diste cuenta, acabo de tocarte sin otras intenciones. Además, tu cuerpo no es muy diferente al mío.
Una simple frase que le hizo sentir como si una piedra gigante cayera en su estómago, por supuesto que eran iguales, en cierta manera, pues, aunque utilizara vestidos, su cuerpo lo delataría ni bien quedara desnudo. Así que rendido ante lo mencionado tomó su falda para comenzar a alzarla, los pasos de Jungkook le advirtieron de su proximidad. Cuando tuvo el vestido lo suficientemente arriba para dejar ver el corsé corto, Jungkook llevó sus manos hasta los nudos de la prenda, tironeando de ellos para deshacerlos. Estaba frío, podía sentir el tacto ajeno en su piel desnuda haciéndolo estremecer, era por el frío. Sí, debía ser eso.
Cuando el doctor terminó de deshacer el último nudo para aflojar la prenda, se sintió como la mejor sensación en todo el día. Por fin podía respirar a gusto, ni bien quedó libre de aquella prisión, Jungkook le pidió que sacara los brazos del vestido para así quitar la prenda, dejando su torso totalmente desnudo.
— Esto lo pondremos en un lugar oculto y será nuestro secreto – murmuró Jungkook con la prenda entre sus manos. Taehyung miró sobre su hombro, solo un poco, rendido ante su propia curiosidad, dándose cuenta de que no lo estaba observando. Claro que no lo haría, ese hombre no lo vería jamás. Dios perdónalo por pecar de esta manera tan descarada. Tendría que rezar con mayor fervor esa misma noche para que sus pecados comenzaran a ser expiados, pediría tener una venda en sus ojos que le evitaran ver más allá a ese hombre – cuando esté aquí puedo ayudarte con esto, para hacer más llevaderos tus días. Ya puedes ponerte... el... vestido.
— Me cambiaré de ropa – interrumpió el menor al sentirse avergonzado de ver al contrario ruborizarse por mencionar su tipo de vestimenta – me apetece salir a dar un paseo y no puedo ir por el campo con una falda larga, ¿me acompañaría?
— Debo ser como tu sombra durante este tiempo, así que a donde vayas iré.
Dios, esa solo era una simple frase que no decía más que una verdad sin segundas intenciones, pero eso no evitaba hacer que su corazón latiera de esa manera, sin embargo, se limitó a simplemente sonreír, notando como el hombre frente a él buscaba un espacio donde sentarse para comenzar a hacer unas anotaciones. Tiempo suficiente para que él buscara su ropa habitual para utilizar en el campo, cuando quería salir al pueblo y si ese hombre estaba ahí ahora, quizá y solo quizá podría tener más libertad de ir a donde quisiera.
Quitarse el vestido le fue más difícil teniendo otra persona que no fuera Jimin por la simple razón de sentirse tímido. Sabía que el doctor tuvo todo a su disposición y en ningún momento sintió un toque fuera de lugar. Su madre le había explicado que ahora que estaba cambiando los hombres podían querer tocarlo de cierta manera. Aunque le explicara todo aquello, ¿Quién se atrevería a tocarlo de esa manera?, no tenía atributos llamativos. Quizá no era tan mala idea el hecho de anhelar tener algo que no tendría.
Él había nacido hombre, con un físico que lo delataba como tal. Entonces, ¿Por qué le sucedía aquello? ¿Estaba mal si le gustaba ser diferente? ¿Si llegara a ser mujer estarían bien sus propios gustos? Alzó la vista hacia Jungkook, quien volvía a tener su ceño fruncido mientras se encontraba sumergido en sus anotaciones, bajó la vista hacia su propia semidesnudez y suspiró rendido sacando del baúl al pie de su cama la ropa que su padre le había dado para cuando quería salir.
Se colocó una camisa de franela azul, un chaleco negro, unos pantalones café, su abrigo y por último una boina. Buscó debajo de la cama sus botas y comenzó a colocárselas.
Por su parte, Jungkook seguía perdido entre sus anotaciones, esperando que nada se le pasara por alto, de vez en cuando alzando la vista, notando cómo se cambiaba de ropa con una enorme sonrisa en su rostro, mientras comenzaba a atar nudos en las agujetas de sus botas, tarareando alguna melodía la cual él no conocía.
— Estoy listo, ¿me acompaña? – Jungkook alzó la vista una vez más, cerrando la libreta, guardándola de nuevo en su bolsillo.
— Después de ti.
Taehyung sonrió para luego lamer sus labios, dando un paso al frente, sintiéndose más cómodo con su vestimenta. Quizá con él debía ser así, jamás le había importado la aceptación de las personas. Durante su niñez todos en el pueblo pensaban que era una niña rara desde mucho antes que sucediera aquello, una niña la cual utilizaba ropa de niño cuando andaba por el pueblo y en otras veces lo veían andar con sus vestidos, pero cuando creció fue un tanto diferente. Sus rasgos eran entre masculinos y al mismo tiempo con facciones delicadas, para todos fue confuso el no poder identificarlo como un hombre o una mujer, dejándolo poco a poco solo, sin embargo, Jimin siempre estuvo ahí.
Mientras bajaba los escalones, siendo seguido por Jungkook, no pudo evitar sentirse de nuevo con un poco de miedo hacia lo que opinara. ¿Lo vería mal? O quizá le daría una respuesta de lo que le sucedía a su propio cuerpo. Sin embargo, no debía actuar distinto frente a ese doctor, le habían explicado cómo sería todo, solo debía soportar tres meses, donde sería objeto de observación y luego volvería a ser libre. Solo tres meses, y su vida volvería a ser la misma de antes.
Taehyung era hombre, al igual que Jungkook. Ese hombre jamás lo vería diferente, no como él veía a los hombres. ¿Estaba mal?
DIARIO DE OBSERVACIÓN – Día #1
Paciente: Kim Taehyung
Edad: 18 años
Observaciones de la evaluación física:
Buen aspecto de la piel (no muestra manchas que lo delaten de alguna infección)
Los vasos sanguíneos de sus ojos no parecen estar bajo algún efecto.
Sus reacciones corporales son normales (tiene cosquillas en costillas, cuello, axilas y brazos)
Complexión física: Delgado, no al grado de falta de alimento. Los huesos de la cadera parecen un tanto más anchos haciendo que el torso no sea proporcional (forma una pequeña curva semejante a una cintura)
Extras:
La madre menciona que tiene una dieta diferente al resto.
Utiliza prendas femeninas como vestidos y corsé corto.
Hola mis personitas bellas, les dije que iría despacito con esta historia. Lento pero seguro. Espero se lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo.
Les dejo a nuestro Tae bello de esta historia, una imagen visual de cómo se veía una vez se vistió con su ropa de campo. ¿Que creen de él? ¿Enamorará a nuestro bello doctor? ¿Jungkook perderá la paciencia? ¿Podrá comer un poco después de todo? jejeje
Bonito inicio de año a todos personitas bellas, no olviden que no deben descuidar su salud, manténgase saludables para poder cumplir con todas sus nuevas metas. Purple hearts.
Les dejo la casita modesta y a Tae con su ropa de campo...
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