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Capítulo diecisiete: crecimiento

Diario de campo


Agosto, 1862

Llegamos a las costas de Inglaterra después de 6 días, en los cuales no fueron los mejores para Taehyung y Jimin. Los tripulantes eran molestos y algunas personas no se cansaban de mencionar cosas ofensivas sobre los irlandeses, comenzando por las mujeres, sus creencias extrañas y en especial la historia de un chico milagroso.

Taehyung fue mi mejor ancla para no perder el juicio y meterme en problemas con aquellos marineros que se excedían con sus bromas pesadas, hablando de cómo varios viajeros llegaban pidiendo la bendición del chico y que aseguraban que todo era una vil mentira. Habría deseado evitarle el mal momento a mi hermosa flor del campo, pero su alma pura no me permitió hacer una locura.

Afortunadamente, los mareos y vómitos no fueron mal vistos por el resto, logramos ocultarlo muy bien con los síntomas de jamás haber estado en el mar. Aunque la comida era asquerosa, logramos sobrevivir a ese espantoso mal viaje.

Ahora nos encontramos en una casa de campo, ofrecida como refugio por la misma Reina, habría preferido que nadie se enterara de nuestra llegada, pero fue prácticamente imposible hacer algo como eso, pues quien más estaba interesada en saber todo es la Corona Inglesa, mi maestro mencionó que mientras esté feliz podremos estar en paz.

Realice una evaluación a Taehyung y Jimin para saber el tiempo de gestación que podrían tener, pero no logré obtener nada, tendremos que esperar algunas semanas más hasta que se presenten nuevos síntomas. Por ahora solamente son suposiciones, mas la ilusión de que lleven vida en sus vientres es lo que más los tiene emocionados, por mi parte y la de Min estamos completamente aterrorizados de perderlos.




Semana 4 de observación

Han pasado algunos días desde que se presentó el peor de los síntomas, desde que comenzaron las suposiciones del embarazo de Taehyung y Jimin, después de arribar en Inglaterra y hospedarnos en la casa, ambos comenzaron a sentirse mal, presentaban fiebres. Aún no estoy del todo seguro si los bebés se encuentran bien, aunque mi maestro insiste que sí, yo no puedo dejar que el pánico no me invada.

El sangrado comenzó un poco antes de encontrar refugio donde actualmente nos encontramos, pero tanto Taehyung como Jimin no mencionaron absolutamente nada, pensaron que no era nada grave. Después de recuperarse de las fiebres, la sangre fue más notoria. Según ambos es algo muy diferente a su sangrado normal, hemos pasado noches enteras en vela esperando que no ocurra el tan atemorizante evento.

Cada mañana es un alivio no encontrar rastros rojos en las sabanas. Esta mañana solamente fueron pequeños rastros marrones, lo cual deduje que era medianamente tranquilizador.

Lo único que podemos hacer en estos momentos es obligarlos a mantener reposo absoluto hasta que todo pase.



Semana 10 de observación

Los primeros síntomas siguen estando presentes: vómitos, apetito cambiante, cansancio, en especial este último, ambos duermen durante varias horas al día y por las noches en ocasiones no duermen lo suficiente.

Aún no hemos tenido ninguna visita más que la de mi maestro, el Dr. Seok, es la única persona en la que confío para llevar los embarazos de Taehyung y Jimin.

Ahora están fuera de peligro, pero seguimos obligándolos a que guarden reposo absoluto. Por las noches me es prácticamente imposible dormir, cualquier quejido o ruido proveniente de Taehyung puede significar una molestia. Estoy enloqueciendo, solo espero que todo pase.

Mi maestro mencionó la posibilidad que el viaje y el ajetreo de los sucesos fueron los causantes de esta tortura, yo solo quiero que todo vuelva a la normalidad y no ver el semblante lleno de incertidumbre en Taehyung. La otra noche lloró hasta quedarse dormido al no saber si se podría encariñar con nuestro bebé.

¿Tendré que pedirle a su Dios que nos permita tenerlo? Estoy comenzando a divagar, el no dormir comienza a afectarme.


Cambios físicos:

Se está comenzando a notar una muy pequeña barriga que demuestra el crecimiento de los bebés, aún es muy difícil de escuchar claramente los latidos del corazón, pero seguiremos en observación.




Semana 14 de Observación

La evolución en ambos es más notoria en las revisiones físicas, el crecimiento de ambos bebés parece bastante saludable. He podido escuchar con claridad el corazón de ambos, ha sido el momento más abrumador de todos mis años de conocimientos médicos, no sabía que un sonido tan común podría llegar a afectar hasta el punto de casi hacerme llorar.

Fue enternecedor ver a Taehyung tan emocionado cuando le enseñé la manera en la que podía escuchar los latidos de nuestro bebé. Está realmente emocionado, mucho más feliz y siempre mantiene conversaciones sobre lo fuerte que debe ser para nacer y conocerlo.

Ha sido muy sencillo de ocultar lo evidente como las barrigas de ambos, aunque Taehyung prefiere utilizar vestidos sencillos en casa, en los momentos que debemos salir prefiere ser más discreto, cosas como una camisa más amplia de lo que normalmente usarían junto con unos pantalones dos tallas más grandes han hecho que se sientan cómodos.


Cambios físicos

Hay un notable aumento de peso. Se pueden observar las mejillas más rellenas y se puede apreciar la piel más rozagante. Las tallas en el tamaño de los bebés está en la curva normal, lo que nos hace sentir que esto es cada vez más real.

Notas: ha habido un incremento en el apetito sexual de ambos, las horas de sueño han disminuido y ahora se presentan nuevas sintomatologías.




Semana 18 de observación

Cambios:

Los síntomas como vómitos han desaparecido y cambiado por rasgos diferentes, como lo es el aumento de apetito en comidas poco usuales, nada alarmante o fuera de lo común, que ponga en riesgo a ambos gestantes.

Los cambios notorios en el crecimiento demuestran ser normales a los de un embarazo. Aún no presentan molestias en cuanto a movimientos...




Taehyung disfrutaba leer las notas del diario de campo de Jungkook mientras que este realizaba las revisiones habituales del embarazo, siempre era bueno recordar el pasado, en especial cuando todo aquello había sucedido apenas unos meses atrás hasta tenerlos justo en ese preciso instante donde podía sentir el frío del metal sobre su piel, erizándola por completo.

— ¿Lo puedes escuchar? – cuestionó el menor, sintiéndose nervioso, como siempre, como en cada una de las ocasiones que sucedían esas revisiones, ansiando una respuesta que le demostrara que también notaba los cambios que él mismo podía percibir. El mayor murmuró apenas una afirmación – ¿Está bien?

— Espero que así sea – mencionó sin más el mayor, ocupado en hacer su trabajo, concentrando en hacer las anotaciones respectivas en su nueva libreta, ya que la anterior la había terminado semanas atrás y ahora era la lectura favorita de su amado – ¿Por qué la pregunta? ¿Te has sentido diferente?

— No, solo es curiosidad por saber si tú puedes notar algo diferente en mí.

Jungkook dejó de lado su máscara de doctor, para volverse a su faceta de pareja, una muy preocupada que no podía dejar de tener miedo respecto a todo el proceso de embarazo de Taehyung.

— ¿A qué te refieres con diferente, mi preciosa flor del campo?

— He subido de peso.

— Lo puedo notar.

— También el bebé ha crecido, ya no es un bulto pequeño, puedes anotar eso en la observación – Jungkook sonrió enternecido por la manera en la cual estaba recibiendo aquel reproche.

— Ya no lo es, tienes razón – el menor sonrió bonito, una media sonrisa de labios sellados, aunque su semblante le demostrara que estaba feliz, parecía que ocultaba cierta nostalgia – nuestro pequeño panecillo irangles ahora es de un tamaño bastante grande y notorio en ti.

— Me gusta que sea así, aún más cuando uso vestidos.

— ¿Te sientes más cómodo con ellos? – Taehyung sonrió amplio, incluso llegando a reír un poco al sentir el tacto delicado de Jungkook sobre su piel —. Parecen verdaderamente cómodos para resguardar a nuestro panecillo.

— También es mucho más fácil para que puedas tocar.

¿Acaso esa era una insinuación? De esas invitaciones muy indecorosas que hacía el menor, con bastante frecuencia intentando persuadir a Jungkook de intentar recordar cómo procrearon a su panecillo, a manera de exigir su atención y cumplir sus caprichos.

Taehyung murmuró placenteramente cuando las manos de Jungkook acariciaron la piel de su vientre abultado, lo hacía sentir bien cuando le tocaba, pues su piel se había vuelto una fuente interminable e insaciable de sensibilidad. El menor le dio la bienvenida al doctor, abriendo las piernas solo para él, dando el espacio justo para que Jungkook se posicionara en el medio de estas.

El aliento cálido le hizo erizar la piel, la humedad de la lengua del mayor pasando por toda la curva pronunciada de su cuerpo lo hizo jadear, enredó sus largos dedos en el río oscuro que formaba el cabello de Jungkook, tirando de él cuando percibió una succión en su pecho.

— Sabe dulce.

— ¿Sí? – cuestionó el menor sin pensar realmente en lo que acababa de mencionar Jungkook.

— En unos meses no podré hacer esto, es una lástima.

— ¿P-por qué lo dices?

— Estás empezando a producir leche.

El menor hizo puños con el cabello del mayor, haciendo que su labor en aquel espacio sensible terminara abruptamente, dejándole una sensación de humedad placentera, algo que quería experimentar nuevamente, amando el pequeño ardor que habían dejado los dientes de Jungkook, pero primero debía saber si había escuchado correctamente. ¿Acaso estaba insinuando que él...?

— ¿Leche?

— Sí, mi dulce pecado, esto es un cambio nuevo, quizá provocado por mí.

— ¿A qué te refieres? ¿Tú también puedes provocar otras cosas en mí, además un bebé? – el mayor hizo una risa nasal, acercándose hasta el rostro del menor, amagando besar esos labios, mas lo único que hizo fue dejar suspendido aquel roce pasional.

— Puede que esté equivocado, pero de tantas veces que he estado aquí – mencionó Jungkook, tocando ligeramente el pezón de Taehyung, haciéndolo jadear ante la sensibilidad – es probable que haya provocado un poco a que produzcas leche, no te asustes apenas son rastros ligeros que no serían posibles que salgan sin mi atención.

— ¿Quiere decir que... podré alimentar a nuestro hijo? – Jungkook murmuró una respuesta afirmativa mientras que sus labios se paseaban por la piel del cuello del menor haciendo un recorrido enloquecedor.

— Puede que incluso me alimente de ti.

— Sucio, eso es para nuestro hijo.

— Deberá aprender a compartir con su padre, yo te compartiré con nuestro panecillo inglés, por qué él no haría lo mismo.

— Es diferente – Taehyung no podía quejarse ante las muestras de afecto que estaba recibiendo – no puedes quitarle el alimento a nuestro hijo.

— No se lo quitaré, tú puedes producir más para ambos.

Taehyung en serio que deseaba quejarse ante tal descaro por parte del doctor, pero este siempre sabía cómo distraerlo, rozando sus labios sobre su piel, rasguñando sus costillas con una de sus manos, mientras que la otra se escabullía por debajo de sus interiores.

Quizá se debió a la emoción del momento o posiblemente demasiada anticipación, lo que hizo que su vientre burbujeara de cierta manera diferente, ¿era posible aquello? Intentó concentrarse en las caricias del mayor, pero de nuevo aquel movimiento en su interior lo hizo detener los movimientos del mayor.

— Espera.

— ¿Qué sucede?

— Sentí algo.

— ¿Algo? – Jungkook no perdió el tiempo al incorporarse de nuevo, haciendo que Taehyung no se moviera de su sitio cuando este asintió ante su pregunta – ¿fue dolor, molestia, algo que incomode? ¿Sigue ocurriendo?

— Fue como si algo se moviera, Jungkook, él se movió – el menor tomó las manos del doctor colocándolas en la parte baja de su vientre justo donde había percibido esa sensación burbujeante.

El doctor intentó sentir aquello que Taehyung juraba haber sentido, confiando en su palabra, pues quien más podía saber de cómo se sentía era el menor, pero incluso en ese momento a Jungkook se le hizo casi imposible confiar en sus palabras. Era muy pronto para percibir los movimientos del bebé, y al tacto no podía sentir nada.

Jungkook sacudió un poco el vientre del menor, haciéndolo reír y quejarse cuando aquel movimiento fue un tanto brusco para él, alejando el tacto del mayor.

— ¿Estás seguro de que eso sentiste?

— Lo juro.

— Puede que haya sido algo más, dime, ¿qué fue lo que sentiste?

— Ya te dije, fue como si algo se moviera, se sintió extraño, pero prometo que sí lo hizo. Es como dice en esos libros tuyos, como si algo se contrajera en mi interior, no lo sé.

— Amo cuando replicas todo lo que lees de los libros – mencionó el doctor dejando un beso en la punta de la nariz de Taehyung —. Aunque pudo ser algo más, como cuando comes muchos pasteles y luego te duele aquí – murmuró el mayor picando un espacio entre las costillas del menor, haciéndolo reír de nuevo – o puede que te hayas excitado y eso provocará lo que sentiste.

— Sé cuando es esa clase tensión en mi cuerpo.

— ¿Es así?

Jungkook se aproximó a la curva un tanto pronunciada del menor, dejando un húmedo beso en la piel tersa, la cual adoraba besar en repetidas ocasiones, atesorando el pequeño milagro del fruto de su amor creciendo en ese espacio tan reducido, pequeño y acogedor en el interior de Taehyung.

El mayor sabía muy bien que su dulce pecado siempre intentaba persuadirlo de una u otra manera para que lo tocara nuevamente como lo hacía antes de concebir a su panecillo irlangles, el problema era que el doctor no podía controlar su miedo a hacerle daño.

Tanto Jimin como Taehyung tuvieron leves sangrados después del exhaustivo viaje que resultaron en dos semanas de noches enteras pensando en lo peor, aún podía recordar los sollozos del menor intentando ocultar su miedo ante la pérdida de su bebé, aunque eso solo fuera un mal recuerdo era algo que seguía persiguiéndolo en sus peores pesadillas.

— Estoy bien – apenas fue un susurro por parte de Taehyung, pero fue suficiente para hacer que Jungkook despertara de su aterradora ensoñación – estamos bien, amor.

— Lo siento, es casi inevitable no pensar en algo que los lastime después de eso.

— No ocurrirá, prometimos no volver a hablar de eso mientras el bebé esté bien. Tú lo sientes en estos momentos – Taehyung se incorporó, haciendo que Jungkook subiera a la cama para así poder subirse al regazo de este, siendo separados por su vientre – sé que no me crees, pero el bebé se mueve dentro de mí, sé que está bien.

— Tengo miedo de que algo les ocurra.

— No podemos consumirnos por el miedo, solo por lo que pasó, tú escuchaste a tu maestro, dijo que eso ocurrió por lo abrumador del viaje.

— Los puse en peligro.

— Nos salvaste – acotó Taehyung apretando las mejillas hasta estrujarlas de tal manera que Jungkook no podía hablar, al menos no podría articular palabra alguna de manera clara – no quiero discusiones al respecto, ¿de acuerdo?

— S-sí – el menor abultó más el rostro del mayor hasta hacer que los labios de este se abultaran para poder besarlo y lamer con la punta de la lengua, con el fin de provocar al mayor – Tae.

— Solo es un beso, a menos que desees hacer algo más – murmuró sobre los labios de su amado, lo que causó el efecto perfecto en el mayor, pues pronto tuvo las manos de Jungkook paseando por sus piernas y jadeando un poco cuando se movió sobre la entrepierna del doctor – ¿Es que te he dejado de gustar? ¿Te resulto poco bonito ahora que llevo a nuestro hijo en mi interior? Podría... no sé, quizá usar vestidos más cortos para parecer atractivo y vuelvas a gustar de mí.

— Nunca has dejado de serlo. Mi pequeña flor del campo, tú no eres una simple atracción hacia tu cuerpo, mi gusto por ti va mucho más allá de lo terrenal, es el gusto por tu alma tan pura el que me hace desear estar a tu lado. — Jungkook delineó el rostro ajeno entre suaves caricias que acompañaban a su tono de voz bajo, casi como susurros. No era un secreto el que se amaran, pero adoraban tener esa clase de intimidad al declararse sus afectos – Kim Taehyung, tú eres el único al que mi corazón sigue sus pasos ciegamente, tu voz es a la única a la que obedezco, soy un devoto a ti.

— ¿Eres devoto a mí? – cuestionó el menor, sonriendo ampliamente en el momento que tuvo un beso en su barbilla junto con el roce de dientes. Jungkook murmuró una afirmación a su pregunta junto con agarre fuerte en el cuerpo del menor que lo hizo jadear un poco —, tú no eres el único que es devoto a nuestro amor. No sé si fue un acto de suerte o una simple coincidencia el hecho de encontrarte, pero prefiero interpretarlo como un regalo de la vida.

— ¿Es así?

— Quizá fue uno enviado por la Reina de Inglaterra – Jungkook no pudo evitar reír al escuchar aquello, mas las risas de Taehyung no se hicieron esperar en el momento que el mayor comenzó a besar y rozar su nariz en el cuello del menor – harás que tenga que ir al baño. Basta, me haces cosquillas.

Un pequeño grito salió de los labios de Taehyung cuando Jungkook lamió su piel, dejando por último una mordida en la clavícula expuesta, dejando una marca rojiza.

Habría seguido a sus deseos carnales de no ser porque unos golpes en la puerta de la casa se hicieron escuchar, ambos se quejaron, juntando frentes, suspirando un tanto inconformes con la situación, pues aunque su vida era relativamente tranquila estando en el campo, existían días, cuando ocurrían ciertas observaciones que provocaban la visita de su mejor amigo.

Amaba a Jimin, era la única familia que le quedaba, el último recuerdo de su pasado aún latente, pero en esos momentos, cuando él mismo quería tener ciertas atenciones en zonas específicas de su cuerpo siendo cuidado por su amado, quizá podía llegar a no ser de su agrado escuchar la voz de Park Jimin, llamándolo.

— Jeon, necesitamos hablar – la voz de Yoongi acompañó al llamado de Jimin, siendo esta la señal clara de que debían atender la visita no tan inesperada.

— Habían demorado demasiado – se quejó Jungkook, aun sin separarse de la cercanía de Taehyung, quien enredó sus dedos en el cabello oscuro del doctor – ¿algo que aportar para el caso Min, señorito aprendiz de médico?

— Jimin se ha sentido un poco intranquilo con el asunto de dar a luz y pues digamos que tu maestro sugirió algo que pueda que no le agradara de Yoongi.

— Mierda.

— Hey, no digas esas palabras. Además, no lo puedes culpar, es horrible pensar en que quizá no podamos tener a los bebés.

— No digas eso mi preciosa flor del campo, yo me encargaré que nuestro hijo nazca, lo prometo.

— De acuerdo.

Los golpes en la puerta se hicieron mucho más insistentes y agregado al llamado de Yoongi se pudo escuchar la voz de su maestro, quien parecía un tanto más serio de lo normal, no le sorprendería que esos dos tuvieran una discusión de nuevo por cierto menor caprichoso que era el delirio de cierto ex reportero.

— ¿Vendrás conmigo?

— ¿Dejarás que alguien más me mire con este bonito vestido? – mencionó Taehyung con algo de picardía, moviendo un poco la falda de su vestido mientras que veía a Jungkook fruncir el ceño —. Eso creí – murmuró el menor dejando un beso en las arrugas de la frente del mayor —. Puedes decirle a Jimin que suba, sé que estará un poco disgustado.

— De acuerdo, solo no dejes que te toque.

— Jungkook.

— Siempre está tratando de tocarte y dándote ideas raras.

— No son raras, yo diría que son muy útiles – Taehyung sacó la punta de su lengua mientras mencionaba aquello, haciéndole entender al mayor cierta situación húmeda.

— Tendré que aceptar ese chantaje por esta vez.

El mayor dejó un beso en los labios rosas del menor, terminando con un jadeo al sentir los dientes de Taehyung mordiendo su propio labio. Alejándolo al segundo siguiente, alentando para que por fin dejara pasar a sus autoinvitados, alias intrusos y perturbadores de casi momentos pasionales.

Jungkook bajó las escaleras de la modesta casa, sonriendo amplio cuando el aroma a hogar le invadió la nariz, la visión de la sala era una de sus partes favoritas, era un verdadero desastre con muchos libros esparcidos por doquier, algunos apilados y otros sobre la mesa.

Todas las superficies en esa casa, no importaba si eran repisas, mesas, incluso las propias pilas de libros, todos y cada uno de ellos siempre encontraría un pequeño florero con una flor diferente, siempre frescas, gracias a que Taehyung las cambiaba a diario o cada dos días.

Tomó entre sus manos la manta favorita del menor, esa con la que se cubría el cuerpo entero para leer al lado de la ventana, donde lo encontraría cada tarde después de trabajar por algunas horas en la clínica del poblado. Le hizo algunos dobleces y abrazado a ella, abrió la puerta dejando ver a Jimin, Yoongi y el doctor Seok.

— Muchacho, ¿podemos pasar?

— Adelante.

— Asumo que estabas haciendo la revisión de Taehyung, de ahí la razón de tu tardanza – mencionó el hombre mayor mientras ingresaba al hogar, quitando su abrigo, Jungkook solamente asintió, no perdiéndose el gesto que hizo el hombre, sonriendo hasta que sus ojos se perdieron entre arrugas.

— Entonces, Taehyung está despierto – mencionó Jimin, bastante emocionado mientras era ayudado por Yoongi a quitar el abrigo y la bufanda que el mayor lo había obligado a usar.

— Lo está y te espera arriba en la habitación.

— Tarda todo lo que quieras – susurró Jimin, tomando de las solapas del abrigo de Yoongi para acercarlo y robarle un beso – te amo.

El menor salió casi corriendo después de aquello, subiendo un poco más rápido de lo que le gustaría a su muy protector amado.

— Jimin no corras, el bebé...

— Lo olvidé, lo siento – Yoongi suspiró cansado, negando ante la actitud del menor, pero se sentía mejor al verlo así de feliz.

— Tomen asiento, muchachos, hay algo que debemos hablar.

Jungkook no pudo evitar suspirar, dejándose invadir de nuevo por tantos pensamientos, de los cuales sabía muy bien que Yoongi también compartía con él, pues aunque quisieran ser fuertes frente a sus menores, eso no les impedía comerse la cabeza con tantas ideas diferentes sobre ese momento.

— ¿Cómo está, Taehyung? ¿Has logrado revisarlo como lo comentamos?

— Lo hice – Seok lo observó, completamente a la expectativa de lo que diría. Por la corona, por qué debía decir algo como eso, era su intimidad, por eso él mismo se encargaba de las revisiones de Taehyung – no encontré algo diferente a lo anterior.

— ¿Y Jimin? – esta vez miró a Yoongi, haciéndolo tensarse.

— Yo... bueno, no me atreví.

— Habíamos quedado en un acuerdo en que no me metería en las revisiones si ustedes hacían su parte, en especial tú, Min.

— No pude de acuerdo.

— ¿No le enseñaste cómo usar los instrumentos, Jeon?

— Lo hice.

— Los instrumentos no son el problema, lo que verdaderamente ocurre es que no puedo, yo solo...

— ¿Alguna vez viste esa parte de Jimin? Tuvo que ser así porque de lo contrario no estarían metidos en este predicamento con dos chicos bastante susceptibles debido a un embarazo. — Min bajó la cabeza sintiendo la punta de sus orejas calentándose, no era su culpa el que Jimin se sintiera reacio a que lo revisara otra persona e ingenuamente él mismo había creído que sería fácil hacerlo, pero no fue así —. Vamos muchacho, debes hacerlo.

— Pero ya escuchó a Jeon, ¿por qué piensa que Jimin puede ser diferente a Taehyung?

Seok se pellizcó el puente de la nariz, paseando la vista de uno al otro, notando la molestia de uno en su semblante, mientras que Jungkook se veía como si estuviera perdido en sus pensamientos más profundos.

— ¿Jungkook? – el mismo alzó la mirada hacia su maestro, quien lo veía ceñudo – ¿qué estás pensando?

— Estaba recordando algo – el hombre hizo silencio, dejando que hablara, Jungkook de nuevo tenía esa mirada, esa que Yoongi reconocía y la había nombrado como su momento doctor, porque siempre parecía que olvidaba ser solo Jeon Jungkook para volverse el doctor Jeon – Min, recuerdas cuando estuviste la primera vez con Jimin.

— Sí.

— ¿Sentiste algo diferente en su interior?

— Por la corona, Jeon – se quejó el mayor haciendo que Jungkook alzara una ceja, no comprendiendo su ¿molestia? No al menos en ese momento – ¿por qué tienes que ser así de directo?

— Responde Min – dijo sin más Seok, acomodándose mejor en el sofá, sacando su pipa y comenzando a llenarla de tabaco.

— ¿Diferente en qué sentido? Es decir, todo es distinto cuando se trata de ellos. Sé más específico – murmuró entre dientes, casi detestando el mencionar lo último, porque eso solo haría que Jungkook verdaderamente fuera directo en lo que quería decir – Además no puedo saber a lo que te refieres si solo mencionas que recuerde la primera vez que estuve con Jimin, no es como si estuviera muy al tanto de muchas cosas ¿comprendes?

— De acuerdo seré más específico. Recordé que hubo cierto momento, en el tacto – mencionó Jungkook dirigiéndose esta vez a Seok, quien prestó aún más atención a lo que mencionaba su joven pupilo, haciéndolo sentir orgulloso al verlo actuar de esa manera tan apasionada – cuando estuve en el interior de Taehyung, hubo algo diferente, un pequeño espacio que me permitió tocar cierta cavidad, fue muy fácil de encontrarlo cuando tuve los dedos en su interior.

— ¿A qué te refieres con diferente? ¿Lo examinaste antes del acto?

— No se refiere a eso – se quejó Yoongi, frotándose el rostro al comprender de lo que estaba hablando Jungkook, pues él también conocía muy bien ese gesto con los dedos que hacía el doctor, ese pequeño gancho que era perfecto para frotar en el interior de Jimin y que siempre lo hacía gemir alto —. Es más bien, un tacto en el interior, para...

— De acuerdo, omitamos detalles innecesarios, suficiente tengo con saber sus gustos tan particulares por estos dos chicos – mencionó Seok sintiendo un escalofrío recorriendo el cuerpo, pues en todos sus, años como médico la palabra tacto era solo utilizado con fines médicos no de otra índole – Jeon, explícate ¿qué encontraste en el tacto?

— Era como un espacio adicional en el interior – mencionó Yoongi, desviando la vista de ambos hombres como si decir aquello mientras veía hacia otra parte fuera la solución para que no notaran su vergüenza – es bastante... diferente al interior de bueno eso...

— ¿Como una segunda cavidad? – acotó Seok, sacando su propio diario de notas.

— Sí, pero solamente está cuando hay placer, se expande y contrae al igual que el interior de una mujer, es posible que ellos... ¿Posean una vía similar al de una mujer y que esta se abra en el momento de dar a luz?

— Quizá sea ese el espacio, pero si solamente ocurre en esos momentos quiere decir que tus suposiciones sean ciertas y que ese mismo espacio abrirá paso para que puedan nacer sus hijos.

El ruido de las risas de los menores interrumpió la conversación seria, haciendo que tanto Yoongi como Jungkook volcaran toda su atención en sus amados delirios carnales. No podían evitar el estar constantemente pensando en ellos, además del hecho que ahora que era más que obvio el embarazo debía realizar la visita a la Reina.

Tenían un trato sencillo, protección por pruebas, la Reina les había dado una parte de las tierras de uno de los duques para que vivieran en paz durante el periodo de incertidumbre, pero debían demostrar que aquel milagro era real. Condición que era más que verdadera y que si todo iba bien, Jungkook tendría una vida de comodidades para darle a Taehyung como un médico real, mientras que Yoongi había sido promovido dentro del Daily gracias a la noticia de la trágica muerte de Taehyung.

Tenían muy poco tiempo, Seok sabía que ninguno de ellos estaba de acuerdo o a gusto con la idea de presentar a los menores ante la Reina, sería exponerlos, pero era eso o arriesgarse a perder el agrado de la regente.

— Hay una cosa más que quería hablar con ambos – mencionó Seok, llamando la atención de ambos – la visita a la Reina debe ser en dos semanas. Los ha invitado a quedarse en Palacio durante su breve estadía.

— ¿Qué tan breve será esa estadía? – cuestionó Yoongi con el ceño fruncido, no estando de acuerdo con que aquello fuera verdaderamente corto.

— Al menos hasta que nazcan los bebés.

— No – mencionaron ambos al mismo tiempo, mirándose de inmediato, sorprendidos en estar de acuerdo en algo, aunque no era de sorprender, siempre que se trataba de sus menores estarían completamente de acuerdo.

— Entiendan muchachos...

— La Reina quiere que Jimin y Taehyung estén en Palacio hasta que nazcan los bebés, ¿con qué fin? – acotó Min estando completamente a la defensiva —. Me rehúso a que mi hijo sea un monigote de la corte.

— Estoy de acuerdo con Min, no estoy dispuesto a que Taehyung pase por algo tan desagradable como estar ahí.

— En dos semanas estarán casi entrando al último periodo de gestación, ¿no es así? – ambos menores murmuraron una afirmación —. Bien, porque mejor solo se presentan con la Reina y le explican la delicada situación. Quizá en vez de quedarse en Palacio puedan quedarse en otro lugar.

— ¿Otro lugar? Este es nuestro hogar, no hay más donde ir – argumentó Yoongi poniéndose de pie, siendo el menos dispuesto a aceptar aquello.

— Jungkook tus padres están viviendo en una propiedad en Londres, bastante acogedora, sé que tu madre amaría saber cómo estás – Jungkook en serio odio el que su maestro conociera uno de sus puntos débiles – siempre pregunta por ti y sé que estará emocionada con saber la situación por la que está pasando su hijo.

Los tres hicieron silencio, cada uno esperando alguna respuesta, algo que les diera una respuesta diferente, pero lo único que obtuvieron fue demasiado silencio, tan absoluto que incluso ignoraron el hecho de que las risas de los menores habían dejado de escucharse.

El sonido de la madera de las escaleras los hizo descubrir a Jimin y Taehyung, bajando de manera silenciosa, casi como si estuvieran por hacer una de sus travesuras, tenían esas miradas un tanto culpables, pero tan pronto como bajaron el último escalón Jungkook y Yoongi fueron a su encuentro.

— Pensé que estarían arriba hasta que la visita se fuera – murmuró Jungkook abrazando a Taehyung, este sintiéndose feliz al estar entre los brazos del mayor, disfrutando de los besos en su cabello – aún no hemos terminado de hablar.

— Se quedaron muy callados, pensábamos que habían salido.

— ¿Por qué bajaron? – cuestionó Yoongi, colocando las manos sobre el vientre hinchado de Jimin – ¿no tienes frío? ¿Quieres tu abrigo?

— Tenemos hambre y no, no tengo frío. Deberías dejar de preocuparte, estoy dentro de la casa.

— Estuviste estornudando la última noche por el frío, no quiero que te resfríes.

— El doctor Seok dijo que estoy bien, no es así, señor – Seok afirmó aquello, sin embargo, para Yoongi no era suficiente el hecho de escuchar que se encontraba bien quitándose él mismo su abrigo y colocándoselo – Yoongi.

— Está haciendo frío y mi abrigo está cálido, úsalo – mencionó el mayor, dejando un beso en los abultados labios del menor, dejando caricias en el vientre hinchado – no quiero que nada les ocurra, no si lo puedo evitar.

— Creo que debo retirarme, por ahora deben pensar en lo que hablamos muchachos, en especial tú Jungkook.

Seok tomó su abrigo, regresando la mirada hacia Jimin y Taehyung, este último ya se encontraba comiendo un panecillo con azúcar, teniendo sus mejillas rellenas, los labios con algunos rastros de comida y con Jungkook utilizando su pañuelo para quitar todas esas migajas, robándole un beso en la comisura de sus labios.

Era una escena un tanto particular. Podía asimilarlo de mejor manera gracias a la semana que convivió con aquella familia donde descubrió que ese hombre estaba embarazado, casi a término, había tenido a su primera hija de manera natural, aunque no sabía muy bien explicar qué era algo natural en ese caso.

De igual manera, no podían retrasar más el tiempo de la visita hacia la Reina, pues esta quería ver con sus propios ojos ese milagro del que le habían hablado, la mujer había sido paciente, mas no era uno de sus grandes atributos cuando se trataba de algo de su interés.

La ciudad era verdaderamente impresionante, Taehyung se sentía más que emocionado al ver las calles amplias, carruajes por doquier, casas demasiado bonitas y mientras más avanzaban se iban escaseando, dejando ver enormes mansiones. Jungkook le había mencionado que estarían en una de las propiedades de la Reina, así que no era de extrañar ver aquellas lujosas casas con bonitos jardines.

Jimin le tomó de la mano al notar la emoción desbordante del menor, ambos habían pasado horas metidos en aquel carruaje, pero eso no les borró las sonrisas al notar aquellos paisajes. Jungkook se sentía un poco nervioso, pues habían pasado tres semanas desde la visita de su maestro, donde le tomó más o menos tres días decidir si enviar una carta a su madre explicando todo respecto a su visita.

Habían apelado a la paciencia de la Reina al mencionar que deseaban esperar más tiempo, al menos hasta estar más cerca de la fecha de parto de ambos bebés, los cuales no habían dejado de crecer, haciendo ver particularmente tierno a Taehyung.

Aunque ya era tiempo de hacer la visita, pronto no podrían trasladarse tan fácilmente y quizá el saber que estarían un poco más cerca de la ciudad le daba cierta tranquilidad al doctor de pensar que podrían recurrir a más implementos médicos si llegase el momento.

— Jimin siente – mencionó, emocionado Taehyung, colocando la mano de su mejor amigo en su vientre al sentir cómo el bebé en su interior se movía, algo que no había dejado de hacer desde la primera vez que se hizo notar después de la visita del doctor Seok – de nuevo se mueve.

— Tu hijo parece ser igual que tú, siempre tan inquieto, el mío no se mueve – Jimin alzó la vista hacia Jungkook quien los observaba entretenido desde el asiento – ¿por qué sucede eso?

— Quizá sea igual a Min que prefiere estar durmiendo todo el tiempo.

— No es justo, Tae ¿qué haces para que se mueva?

— No hago nada especial, solo lo hace. Le gusta cuando Jungkook habla, cuando yo le canto y también cuando me siento feliz.

— Haré que Yoongi le hable todo el tiempo – Jimin hizo un puchero pronunciado después de mencionar aquello – aunque para eso tendré que esperar mucho.

— ¿En dónde se supone que está? – cuestionó Taehyung, curioso por la situación.

— Fue llamado para un trabajo, pero no mencionó a dónde iría. Jungkook ¿tú sabes algo de eso?

— Dijo que nos alcanzaría en Londres después de cumplir con sus deberes. Tranquilo, no debes preocuparte, sé que él mismo se encargará de terminar lo que sea que deba hacer para regresar con ustedes.

El viaje hacia Londres los había hecho dividirse, Yoongi viajaría unos días, mientras que Jungkook tenía la tarea de cuidar de ambos menores, con especial cuidado de Jimin, pues este parecía ser un tanto más caprichoso gracias al embarazo, a los cuidados de Min, quien consentía cada deseo del menor, haciéndolo más necesitado de atención.

Jungkook debía admitir que ambos consienten a sus amados de una manera particular, cada uno a su manera, por lo que antes de partir, Yoongi le mencionó algunas cosas de Jimin y agradecía estar enterado de aquellos cambios, porque aunque estuvieran pasando por lo mismo, el embarazo de cada uno era diferente.

— Amor, ¿estamos cerca de llegar?

— Aún no lo sé, mi preciosa flora del campo, ¿por qué, estás aburrido?

— No, es solo que muero de hambre al igual que Jimin y necesitamos urgentemente hacer pis.

— Sí, tanto movimiento está haciendo que no pueda aguantar un poco más – se quejó Jimin, acomodando en su lugar, intentando encontrar comodidad en reducido espacio.

— Prometo que pronto llegaremos.

Pronto una estructura bastante hogareña se hizo ver a través de la ventana del carruaje, era bastante grande a comparación de la humilde casa en la que había crecido Jungkook, pero aquello era un "regalo" de la misma Reina hacia él para sus padres.

Ni bien se detuvieron frente a las puertas del lugar, no tardaron en ver a una mujer con una enorme sonrisa saliendo de la casa. Taehyung podía observar lo bonita que era, tenía una sonrisa radiante y casi se podía notar el brillo en sus ojos debido al llanto que estaba conteniendo.

Jungkook fue el primero en bajar, teniendo el recibimiento más efusivo por parte de su madre, quien comenzó a besarle las mejillas, llorando y sollozando al ver a su hijo menor después de meses.

— Kook, mi hermoso y guapo hijo – mencionó su madre tomándolo de las mejillas, observándolo como si fuera una ilusión que en el siguiente segundo desaparecería.

— Hola madre.

— Así te diriges a tu pobre madre después de meses de no saber de ti – le regañó la mujer pellizcando las mejillas, haciéndolo quejarse – deberías ser más afectivo después de meses sin verte. ¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo? Oh.

La madre de Jungkook se quedó un tanto impresionada al notar la mirada curiosa de dos menores asomándose desde la puerta del carruaje, sin hacer amague de bajarse.

El menor se soltó del agarre de su madre, dando pasos largos para ayudar a bajar a los menores, quienes se sintieron un tanto cohibidos al no saber que tendrían aquel recibimiento, en especial porque ahora ambos poseían unos enormes vientres que no podían ocultar tan fácilmente.

— Vamos mi preciosa flor del campo, te ayudaré a bajar, solo ten cuidado, por favor – murmuró Jungkook, asegurándose de tomarlo de ambas manos para que bajara del carruaje, cubriéndolo de tal manera que no se notara su vientre, al menos no lo haría si se quedaba detrás del mayor – no temas, estarán bien.

Taehyung se cubrió con su abrigo amplio de tal manera que hacía imposible el que la madre de Jungkook descifrara lo que ocultaba debajo de la ropa, regresó la mirada hacia Jimin quien también se encargó de cubrirse ni bien puso un pie en tierra.

— Madre, te presento a Jimin y Taehyung – la madre de Jungkook se sorprendió ante la actitud de ambos menores, intentando ocultarse detrás de su hijo – ellos son los protegidos por la Reina.

Aquel murmullo solo le siguió un silencio asfixiante donde la madre de Jungkook se acercó lentamente a Taehyung, quien no dejaba de aferrarse al brazo del doctor buscando protección, temiendo tener una mala experiencia con la mujer que con cada paso que daba se acercaba cada vez más.

La señora Jeon no podía creer lo que tenía frente a ella, apenas eran unos niños asustadizos en un país ajeno, donde estaban siendo protegidos por una gobernante que no era la propia.

— Un gusto conocerlos muchachos, por favor siéntanse bienvenidos a nuestra casa.

— Gracias por su hospitalidad, señora Jeon —murmuraron al mismo tiempo ambos menores.

— Oh, pero no nos quedemos aquí afuera, será mejor que entremos, les serviré un poco de té y algunos panecillos.

El escuchar que tendrían un poco de comida les hizo iluminar sus ojos, sintiendo a sus pequeños inquietos, moviéndose, casi haciéndoles imposible no sonrojarse al pasar al lado de la madre de Jungkook quien observó con detalle los pequeños bultos que intentaban ocultar.

— Jungkook ¿ellos...?

— Madre, sé que siempre me has apoyado con todo lo que he decidido, por favor solo pido que lo sigas haciendo ahora – la madre de Jungkook podía saber lo nervioso que se encontraba, su instinto le decía que esos dos niños eran demasiado importantes para su hijo, pero ¿hasta qué punto lo eran? – Taehyung y Jimin, son especiales.

— ¿Especiales? En tu carta solo dijiste que eran diferentes, pero no explicaste nada. Tienen vientres como si... Jungkook, ¿acaso esto es lo que encontraste en Irlanda? ¿Qué ocurre con ellos?

— Ellos, tienen ciertas características especiales que les permite sangrar – la última palabra casi fue un susurro perdiéndose en el viento, pero era lo más fácil de mencionar de toda esa situación – además de eso, pues ellos...

— ¿Hablas de sangrar como una mujer?

— No solo eso, también de tener... — la señora Jeon amplió sus ojos en sorpresa al comprender a lo que se refería su hijo. Jungkook se sintió de nuevo como un niño en el momento que su madre acunó su rostro de forma amorosa.

— Verdaderamente, son importantes, ¿cierto? – mencionó la señora Jeon, obteniendo un asentimiento por parte de Jungkook – oh, mi pequeño hombrecito, parece que ese viaje te ha cambiado. Pareces que has madurado.

— Prometo que te contaré todo al respecto, madre, pero no ahora, por favor solo sé paciente.

— Se te ve bastante cansado. Debió ser un viaje muy largo y necesitas descansar – la señora Jeon enganchó su brazo al de su hijo haciéndolo pasar por la puerta donde pronto tuvieron la visión de dos curiosos chicos husmeando en los pequeños detalles y flores – ¿te gustan las flores Taehyung?

El menor se sorprendió al escuchar esa voz, un leve jadeó salió de sus labios en el momento que su dedo se pinchó con la espina de la flor, haciendo que Jungkook sacara de inmediato su pañuelo para contener el sangrado.

— Estoy bien – murmuró Taehyung al notar el semblante lleno de preocupación mientras apretaba su dedo – no pasó nada.

— Lo sé, solo estoy nervioso – susurró Jungkook, mientras observaba sobre su hombro a su madre, quien se encontraba muy entretenida conversando con Jimin – no le pude decir de nosotros.

— Ya habrá tiempo.

— No quiero que se entere de la manera equivocada, en especial porque quiero que acepte a nuestro panecillo, ¿comprendes?

— Jungkook, es tu madre, sé que la conoces muy bien y estoy muy seguro que reaccionará mejor de lo que habría reaccionado mi madre – Jungkook lo miró sorprendido, pues era la primera vez en mucho tiempo que mencionaba a la señora Kim, pero Taehyung sabía cómo calmar a su nervioso amado – lo que realmente importa ahora es que estaremos juntos pase lo que pase.

— Hijo, vamos a tomar el té y comeremos algunos bocadillos, ¿nos acompañas?

— Me temo que no puedo, madre, debo presentarme ante la Reina – la mención de la mujer hizo que todos guardaran silencio – regresaré por la noche, al menos eso espero. Madre, ¿puedes cuidar de ellos mientras no estoy?

— Por supuesto que sí, podremos conversar un poco y me dirán qué les parece su vida ahora en Inglaterra – Jungkook agradeció a su madre la manera en la que se estaba comportando —, tendremos toda la tarde para nosotros, señoritos y de paso me acompañarán al jardín.

La señora Jeon tomó la mano de ambos menores, pero antes de que se retirara, él detuvo a Taehyung, pidiendo solo un momento a su madre, logrando al fin quedarse un a solas. Tan anhelado instante como el mismo aire fresco de su hogar con el cual llenaba sus pulmones todas las mañanas al despertar, eso era el menor para él.

Un aliento de vida, su fortaleza, su valentía y su razón de luchar por algo más que no fueran solo motivos egoístas. Porque quizá el robar aquel beso de los labios dulces de Taehyung tan solo representara una despedida, mas para ambos era el símbolo de un incontenible amor.

— Promete que si te sientes incómodo no dudes en decirle a mi madre, créeme, ella no es como...

— ¿Mi madre? Lo sé Jungkook, no estoy acostumbrado a tener tantas atenciones, pero estaremos bien – un beso más acompañado de la punta de la lengua del doctor hizo que el cuerpo del menor se estremeciera, aferrándose al abrigo de este en un deseo de nunca terminar el momento – solo promete que no regresarás tan tarde.

— Lo intentaré, no estarás solo, tendrás la compañía de Jimin y de mi madre.

Un último beso fue depositado en los labios de ambos con la promesa de un reencuentro y como extra se le unieron unos pequeños movimientos en la curva algo pronunciada de Taehyung, quien tomó la mano de Jungkook para que pudiese sentir lo mismo que él.

— No tardes, también te extraña cuando no estás cerca.

— Hey, tú y yo tenemos un trato, no incomodar a papá mientras no estoy – mencionó Jungkook acunando el vientre de Taehyung, recibiendo respuestas en forma de movimientos – sé un buen panecillo y tú intenta relajarte —murmuró sobre los labios de Taehyung – te amo, no lo olvides.

— También te amo. Ambos lo hacemos.

Juntaron frentes por algunos segundos que habrían deseado, fueran mucho más largos, pero el deber los obligaba a separarse y también el sonido de la voz de Jimin llamando a Taehyung para que probara los bocadillos de la madre del doctor. Una despedida susurrada, un beso en las manos del menor y una reverencia fueron el protocolo que realizó Jungkook para por fin alejarse de su amado.

Dolía la separación como si el sentirse completo representará estar al lado del otro, aunque sabían muy bien que podrían sobrevivir sin el otro, la diferencia era que no querían estar alejados. Para Jungkook era importante dejar en claro eso frente a todas las personas que le conocían y se enteraban de su relación con Taehyung, porque quien no aceptara a su amor, era como estar rechazando una parte de él mismo.

En su mente se encontraban demasiadas encrucijadas mientras el carruaje lo llevaba a Palacio, donde sería recibido en una visita especial para tomar el té con la misma Reina, verdaderamente era absurdo que las cosas se resolvieran bebiendo algo caliente y comiendo galletas.

Los pasillos del lugar eran demasiado silenciosos, un tanto aterradores si lo pensaba mejor y el ser dirigido por uno de los sirvientes no lo hacía mejor, pues el hombre ni siquiera había cruzado palabra alguna después de mencionar que tendría una reunión con la Reina.

Llegaron al final del pasillo, deteniéndose frente a una puerta pequeña, la cual estaba siendo custodiada por dos guardias, quienes apenas miraron a aquel mayordomo, le dieron paso al interior del lugar, adentrándose sin pensarlo demasiado o sin esperar que tan pronto como puso un pie ahí frente a ellos estaría la Reina misma.

— Majestad, el doctor Jeon ha llegado.

— Gracias, ahora retírate – muy pocas veces había estado frente a aquella mujer, pero nada se comparaba a esa ocasión donde el centro de atención de la misma era Taehyung, su bella flor del campo – Doctor, tome asiento.

Jungkook no perdió más tiempo, tomando lugar en uno de los cómodos sofás, notando que había una taza más sobre la mesa junto a varios bocadillos. Tan pronto como intentó servir un poco de la bebida, un mayordomo se encargó de arrebatarle su taza, reverenciando ante ellos al terminar su labor y colocándose de nuevo en su posición, unos cuantos pasos alejados de la mesa.

El lugar no era más grande que un pequeño despacho, bastante privado y acogedor a decir verdad. La iluminación natural era proporcionada gracias al enorme ventanal que daba al jardín, algo que Jungkook no pudo obviar, pues desde su lugar podía observar un atisbo de la variedad de flores que adornaban el lugar.

Taehyung amaría ver esto.

Por la corona no hacía mucho tiempo el cual llevaban separados y ya lo extrañaba, cualquier cosa le hacía recordarlo, ahora incluso se incluía su pequeño panecillo irlangles, pues aquel bocadillo que se encontraban en el plato frente a él eran uno de los favoritos de su muy embarazado Taehyung. El doctor rogaba para que todo aquello terminara rápido y así poder regresar a su hogar.

— Agradezco su puntualidad, doctor Jeon – mencionó la mujer mientras daba un sorbo a la bebida caliente – me temo que no solo seremos nosotros dos – la tensión en el cuerpo de Jungkook no pasó desapercibido ante la mujer —. Le he pedido a Min que también nos acompañe, no tardará en venir. Tengo entendido que han estado alejados durante este tiempo desde que regresaron a Londres.

— Me temo que no es así – Jungkook tomó su taza, decidiendo relajarse al concentrarse en otra acción, bebiendo solo poco del contenido – tanto Min como yo hemos estado en comunicación, pero no queríamos que esto se supiera debido al tema tan delicado.

— Ah, sí, los chicos irlandeses, ¿cómo están? Espero que sea de su agrado su estadía en su nuevo hogar.

— Más que agradecidos con su hospitalidad majestad.

— Tanto así que decidieron no venir – le acusó la mujer mientras acomodaba su falda, haciendo que Jungkook no pudiera evitar el ver la acción.

— Han venido también, es solo que...

— Por favor doctor Jeon, no los mandaré a la horca solo porque sean diferentes, pero si quiero saber ¿es verdad?

Jungkook detuvo sus palabras en el momento que la puerta se abrió de nuevo, dejando ver al mismo mayordomo atravesando la puerta, junto a un muy confundido Min Yoongi quien de inmediato tomó su lugar junto al doctor, sintiéndose fuera de lugar cuando el mayordomo le sirvió la taza de té.

— Bien, ya que estamos todos los interesados en este espacio – la Reina observó a su alrededor a los dos mayordomos encargados de su merienda y a los cuatro que custodiaban las puertas – retírense, necesito privacidad.

Todo el personal amplió sus ojos, dando una rápida reverencia ante ella, retirándose del lugar, dejando un silencio incómodo entre los tres, el cual fue roto gracias a que la misma Reina carraspeó su garganta, irguiéndose en su sitio, mostrando un semblante diferente al usual con el cual veían a la regente.

— Entonces, caballeros, ¿es verdad que ambos chicos están...? – la mujer hizo un gesto con sus manos, el cual era inconfundible para ambos hombres, pues demostraba la representación de un embarazo.

— Sí – hablaron al unísono, haciendo que la Reina se emocionara y comenzara a buscar en su diario lo que parecía una carta.

— El doctor Seok me ha mantenido informada de la evolución de este suceso, pero me sentía incrédula hasta que ustedes mismos me lo confirmaran. Necesito conocerlos.

— Majestad, con todo respeto, ellos son personas que merecen también un poco de privacidad – mencionó Yoongi al sentirse incómodo con la efusividad de la mujer quien frunció de inmediato el ceño – no queremos exponerlos tan rápido a cosas como protocolos reales.

— Entonces puede ser una reunión de té con ellos, pero quiero verlos. Además de eso me gustaría saber quienes son los padres de esas criaturas y si no los tienen brindarles protección en nombre de la corona inglesa. Doctor Jeon, ¿sabe quienes son los responsables de crear esos milagros?

— Nosotros – murmuró Jungkook sintiendo que la respiración se le atascaba, mientras que Yoongi podía casi sentir cómo era apuñalado por la mirada de Reina.

— ¿Cómo dice?

— Ellos están en esta situación debido a que tuvieron encuentros íntimos con nosotros.

— Quiere decir que ustedes son los padres de esas criaturas – ambos asintieron con un poco de duda en sus semblantes. La Reina, por su parte, necesitó ponerse de pie para asimilar la información – eso significa que ellos tienen alguna especie de similitud con las mujeres, ¿es correcto? Si no cómo sería posible que ellos... Doctor Jeon, estos chicos son completamente diferentes a lo que conocemos, podrían representar algo nuevo, hombres teniendo hijos como mujeres gracias a que ustedes intimaron con ellos, ¿cierto?

— Algo parecido – Jungkook se puso de pie, siguiendo los pasos de la Reina, pues esta comenzó a andar por toda la habitación – majestad, solo pedimos que tenga consideración de la situación.

— ¿La situación? – la manera en la que había mencionado aquella simple frase le hizo helar la piel a ambos hombres —. La situación es más que clara para mí, esto es algo que se sale de cualquier costumbre o tradición. Quiero decir, son dos hombres compartiendo un vínculo tan profundo como lo es el procrear. ¿Sabían que esto ocurriría cuando hicieron eso?

— No.

— Entonces puedo asumir que no hicieron esto para sacar provecho de la situación.

— Majestad, le puedo asegurar que esto es solamente fruto de un amor... — Yoongi se detuvo en el momento que la Reina frunció su ceño, entrecerrando sus ojos ante la mención de sus sentimientos.

— ¿Amor prohibido?

— Sí.

— Saben que esas prácticas son algo completamente mal visto por la sociedad – ambos bajaron la cabeza, conociendo muy bien que esas serían las respuestas de cualquiera que quisiera juzgar su relación – sin embargo, no puedo evitar pensar que sin ello ambas criaturas no existirían. Les perdonaré por esta falta a la naturaleza, pero ahora con mucha más razón deseo ver a ambos chicos.

Tanto Jungkook como Yoongi se sintieron nerviosos por la situación, era muy confusa la necesidad de la Reina de ver a sus amados, quizá solo se trataba de la curiosidad insaciable de la mujer por saber si verdaderamente estaban embarazados, lo cual les causaba un poco de incertidumbre.

Habían pasado muchos meses ocultos de todos, incluso de sus propias familias, con tal de cuidar de Taehyung y Jimin, ahora debían afrontar la situación, solo pedían un poco de comprensión, aún debía pasar demasiadas cosas para que los bebés nacieran, apenas comenzaban a mostrar signos de su existencia además del obvio crecimiento en el interior de los menores.

Solo esperaban que la situación no se descontrolara o dañara a su nueva familia.

La tarde había sido bastante agradable, no se podían quejar de absolutamente nada. La madre de Jungkook se encargó de hacerlos sentir como en su hogar, tratándolos como toda una madre amorosa. Descubrieron cómo cuidar de ciertas flores, a cocinar algunos pasteles y a la hora de la cena, Taehyung se encontraba fascinado con el hecho de poder cocinar algo que era del gusto de Jungkook.

La señora Jeon estaba más que sorprendida con todos los relatos de los menores, obviando por supuesto el hecho de ciertos vientres hinchados, aunque no era difícil de adivinar quienes eran los involucrados de procrear aquellos pequeños milagros.

Se sentía confundida porque estaba tratando con dos muchachos, pero al mismo tiempo podía percibir cierta luz que solo una señorita o una dama podría tener. Aún no se acostumbraba a la idea de tener a dos personas tan particulares, en especial al escucharlos reír en la segunda planta de la casa donde se suponía que estarían descansando.

— Parece que se divierten allá arriba —mencionó el señor Jeon, mientras leía un poco al lado de su esposa, quien estaba concentrada en su tejido – ¿Sabes, cuánto tiempo se quedarán?

— Son invitados de tu hijo, ¿acaso quieres que se vaya tan rápido?

— Solo digo que después de tantos meses fuera, el hecho de que aparezca así sin más con dos muchachos irlandeses es algo extraño.

— Querido, te lo ruego, no hagas que nuestro hijo salga huyendo de nuestro hogar, preferiría que su estadía de alargue al menos hasta que... — la señora Jeon hizo una pausa, llamando la atención de su esposo, quien alzó una ceja al esperar una respuesta.

— Hasta que ¿qué?

La conversación quedó en pausa en el momento que escucharon voces atravesando el pasillo hasta que tuvieron a la vista la silueta de su hijo y de un hombre a su lado, el tener otro invitado más hizo que el señor Jeon arrugara de nuevo el ceño esperando una explicación.

— Padres, no pensé que estarían despiertos. Les presento a Min Yoongi, él es...

— Soy del Daily Telegraph y amigo de su hijo, nos conocimos en Irlanda, mientras ambos trabajamos.

— Oh, no sabía que mi hijo haría amigos estando de viaje – la señora Jeon se colocó de pie, dejando su tejido de lado, arreglando su falda y un poco de su cabello – Soy Emelie Jeon, un gusto señor Min. Él es mi esposo James Jeon.

El padre de Jungkook estrechó la mano de Yoongi dando un pequeño murmullo a manera de saludo.

— Un gusto señores Jeon.

— ¿A qué debemos su visita?

— Yoongi estará con nosotros, junto con Jimin – su madre no era tonta, ahora podía asumir mejor lo que ocurría —, nuestra estadía será corta, así que no deben preocuparse, nos iremos tan pronto como terminemos de hablar con la Reina.

— ¿Con la Reina? Y eso cuándo será – cuestionó su padre, ahora sintiendo cierta molestia, ¿es que acaso no los había extrañado?

— En una semana – mencionó Jungkook dando una mirada rápida hacia Yoongi quien solamente asintió.

— Pero no deben preocuparse, la Reina nos ha dado un lugar donde hospedarnos, así que estaremos aquí hasta mañana, lamento si les incomodamos – acotó Yoongi, teniendo la mirada de la señora Jeon como si no pudiera creer sus palabras.

— Se irán entonces, Jungkook pensé que pasarían más tiempo con nosotros, tu madre preparó la casa para una larga estadía.

— Creo que será lo mejor padre, incluso pueda que la visita de la Reina sea mucho antes y nos vayamos de aquí en tres días.

— ¿Tan pronto?, pero acaban de llegar y los muchachos aún no han visto nada de Londres, estoy segura de que pueden quedarse por más tiempo, al menos hasta que suceda eso. — susurró la señora Jeon con cautela haciendo que su hijo se tensara – por favor Jungkook, solo piénsalo un poco, no te hemos visto durante meses y ahora que está ocurriendo esto yo podría ser de ayuda.

— ¿Esto? ¿Acaso me he perdido de algo, querida?

— Todo a su tiempo querido, cuando nuestro hijo se sienta seguro de mencionar algo – su madre tenía una mirada suplicante, como si aquello fuera algo que le hacía demasiada ilusión hacer con Taehyung y Jimin – ¿qué dices Jungkook?

— No lo sé, madre.

— Es algo que tenemos que hablar con Jimin y Taehyung – acotó Yoongi luego de un largo rato de silencio – pero igualmente le agradecemos su hospitalidad, señora Jeon.

— No tienen nada qué agradecer, yo lo haría con todo gusto.

— Será mejor que no presiones a los muchachos, querida. Por qué mejor no los dejas que suban a descansar, asumo que el señor Min también se quedará aquí en una de las habitaciones de huéspedes. Jungkook muéstrale un lugar donde pueda dormir.

— Gracias, señor Jeon.

— Aguarden un momento, ¿se irán a la cama sin cenar?

— La Reina es una digna anfitriona madre y lo último que queremos ahora es comida – Jungkook se acercó a su madre para abrazarla y acercarla lo más que podía a su cuerpo – gracias madre, prometo que lo pensaré – susurró el menor mientras dejaba un beso en la mejilla de la mujer – descansen.

— Ustedes también y procuren no despertar a los muchachos.

Tanto Jungkook como Yoongi sonrieron ampliamente mientras daban una última despedida, comenzando así su camino con dirección hacia las escaleras. No tardaron mucho en saber cuál de todas las habitaciones encontrarían a sus amados, pues todas las puertas estaban abiertas con excepción de una de ellas.

Unos cuantos golpes en la puerta sin obtener respuesta alguna les bastó a los mayores para abrirse paso en la habitación, teniendo la visión de una luz tenue proveniente de la chimenea, dejando ver a sus adorados amores, recostados en la cama.

Se encontraban en sus pijamas, sin una sola manta sobre sus cuerpos y con las manos del otro sobre sus vientres, no era difícil adivinar lo que estaban haciendo antes de quedarse dormidos.

— Hey, mi pequeño delirio – susurró Yoongi en el oído de Jimin mientras dejaba algunos besos en su rostro – amor, despierta.

— ¿Yoongi?

— Así es mi hermoso dormilón – Jimin apenas abrió los ojos, recibiendo gustoso los besos en su rostro, dejándose llevar cuando sintió los brazos del mayor sobre su cuerpo – te llevaré a nuestra habitación, ¿de acuerdo?

Jimin apenas murmuró una respuesta mientras encontraba comodidad entre los brazos del mayor, quien se encargó de sujetarlo bien, saliendo en silencio para no despertar a Taehyung. Con un simple agradecimiento, Yoongi se despidió de Jungkook, para así por fin tener la privacidad que tanto anhelaban.

El mayor se encargó de poner el seguro en la puerta, comenzó a desvestirse sin quitar la vista del menor, quien entre sueños hacía bonitos pucheros y se abrazaba a su vientre. La imagen era provocadora de ternura, definitivamente lo había extrañado con locura, se había acostumbrado tan rápido a convivir todo el tiempo a su lado que la separación implicaba demasiado para él.

Con cautela se acercó hasta la cama, aunque sus intentos de mantenerse en silencio no dieron resultado en el momento que subió al lado del menor, quien se removió entre sueños, despertando después de algunas quejas.

— Jungkook.

— Hola, mi pequeña flor del campo – murmuró el mayor dejando un beso en la mejilla de Taehyung, mientras que este buscó más cercanía.

— Hola, tardaste mucho.

— Lo sé, lamento haber faltado a mi palabra.

— Estás, aquí es lo que importa – Taehyung abrió sus ojos, sintiéndose confundido al no ver a Jimin a su lado, despertando por fin de su sueño – ¿dónde está...?

— Min lo llevó a su habitación – Jungkook besó los labios del menor, acurrucando entre sus brazos a su dulce pecado, al cual deseaba tanto, sus manos pasearon por la curva de la espalda, delineando cada línea que hacía figura en ese cuerpo hasta encontrarse con el vientre abultado – ¿como se comportó nuestro panecillo?

— Muy bien, le gustan los pasteles de manzana de tu madre, es delicioso – el mayor repartió besos en el rostro ajeno mientras murmuraba una respuesta para que el menor siguiera con su discurso —. También aprendí a preparar tu comida favorita.

— No sabía que podías aprender a cocinarte a ti mismo, ¿acaso esta es una insinuación de ti como mi próximo platillo? Oh, ya sé por fin te has decidido en que me permitirás alimentarme de ti.

— Sucio, estoy hablando de comida.

— Bueno, no hay comida que se compare con la delicia que eres para mí.

Jungkook se acercó a los labios de Taehyung, encerrando al menor en una prisión que solo llamaba al calor de sus propias llamas. Comenzó a rozar esos dulces belfos en toques fantasmales, casi desesperantes, llenos de anhelo, jugando a avivar el fuego de sus propios cuerpos.

Kim Taehyung era su pecado más grande, el delirio de sus pensamientos, su fantasía preferida que despertaba el deseo exudado por cada centímetro de su piel. Se había convertido en el detonador de su lujuria, su amor prohibido, una dulce tentación puesta en la tierra por un Dios que descuidó a la más magnífica creación.

Ahora la punta de su lengua era la encargada de causar estremecimientos en la piel contraria, su aliento era la combinación perfecta con la humedad, los jadeos que provocaban sus jugueteos eran como dulces armonías. Jungkook era la persona que desataba todos los deseos carnales y el único que podía complacer la pasión de Taehyung.

— Extraño tanto poder hacerte mío.

— ¿Crees que ocurra algo malo si lo hacemos? – mencionó Taehyung con la voz ahogada entre su respiración agitada y un gemido que amenazaba en salir del espacio entre sus labios, el cual solo era usurpado por sus alientos y la punta de sus lenguas – podrías hacerlo despacio.

— Es demasiado riesgoso, pero podemos hacer algo diferente.

El mayor ayudó a que Taehyung se incorporara, quien entre torpes movimientos se hundía en la superficie blanda de la cama, haciéndolos casi caer al perder el equilibrio, pero eso no evitó que Jungkook alzara al menor para que por fin estuviera sobre su regazo; las manos expertas del doctor pasearon por el cuerpo que tanto amaba despojándolo del pijama, dejando a la vista piel brillante y una hermosa curva de vida, la cual tuvo manos delicadas acunando su preciado milagro.

Taehyung detuvo un gemido al morder sus labios, casi imposible de contenerlo en el momento que sintió los dientes de Jungkook raspando en sus pezones, sintiendo la succión proveniente de los labios. La humedad que producía la lengua de esta cada vez que jugueteaba ahí para saborear esa pequeña gota de líquido amarillo que apenas y comenzaba a brotar de ese lugar.

— Sabes tan dulce.

— Basta.

— ¿Me detengo? ¿Quieres que deje de darte placer cuando apenas comienzo? – eran tan débiles, no importaba cuánto se resistieran, siempre caerían bajo la tentación del toque ajeno, en especial cuando Jungkook realizaba un recorrido húmedo desde el pecho del menor hasta llegar detrás la oreja – en serio quieres que me detenga mi dulce pecado.

— No, pero cómo harás que se sienta bien si no piensas entrar.

— Hay varias maneras de entrar en ti – susurró Jungkook, mientras paseaba sus manos en el trasero del menor, amasando, abriendo y cerrando ese espacio, acercándolo más a su cuerpo para que sus erecciones pudieran frotarse – me dejarás con el pijama puesto o...

Taehyung no perdió más tiempo al escuchar la manera provocadora en la que Jungkook insinuaba que lo desvistiera, arrancando la ropa del cuerpo ajeno, jadeando desesperado en el momento que el mayor lo pegó a su creando dulce fricción y al mismo tiempo podía sentir cierta intromisión en su zona sensible.

Era definitivamente glorioso el sentir el tacto de Jungkook en su interior haciendo un poco de presión, creando ese gancho que lo hacía sentir débil de las rodillas y provocaba que sus caderas se movieran buscando encontrar más profundidad, aún estaba perdido en su placer cuando ambos pudieron percibir cierto golpecito proveniente del vientre de Taehyung.

— Creo que nuestro pequeño panecillo nos tendrá que perdonar por apretarlo tanto ¿Estás bien?

— Más que bien, no pares – Taehyung acunó el rostro de Jungkook para robarle el aliento en un apasionado beso, mientras que él mismo realizaba movimientos circulares, ahogando un gemido alto cuando un segundo dedo estuvo en su interior – Oh, Dios justo ahí.

— Solo por esta vez perdonaré que lo menciones – el mayor comenzó a abrirse espacio en el interior de Taehyung, estirando con sus dedos para buscar ese espacio que solo se abría para él en esos momentos de placer – adoro que estés así de húmedo. ¿Puedes moverte un poco más?

Los movimientos comenzaron a ser vaivenes, más rápidos, desesperados por buscar mayor contacto entre sus durezas; mientras que Taehyung se sentía desfallecer con la doble estimulación, quizá era un poco más que en ocasiones previas, pues con el embarazo había notado que ciertas zonas se volvían aún más sensibles al tacto y justo en ese momento estaba en el mismo paraíso del placer y la lujuria.

Los dedos expertos de Jungkook hacían que el interior de Taehyung se calentara cada vez más, cada roce, la presión, los movimientos que tocaban en lugares que lo hacían moverse constantemente para seguir calmando el deseo. El grosor no era el mismo, pero lo compensaba el tacto enloquecedor.

Sus durezas dolían, palpitaban, estaban calientes, viscosas y se sentía tan bien estar frotando sus pieles, como si aquella fricción causara que sus cuerpos solamente se encendieran en un calor interminable. La boca de Jungkook no había abandonado los pezones de Taehyung, quien deseaba que nunca terminara de succionar y sentir la humedad en ese lugar.

— Te amo mi dulce pecado.

Lo que le siguió a aquella declaración fue un fuerte gemido que murió entre los labios contrarios, mientras que Jungkook no dejaba de torturar el interior del menor, alargando el placer de este; ambos había derramado aquel líquido viscoso en el medio de ellos y junto con los movimientos que no se detuvieron creaban una neblina de placer enloquecedora.

— Te amo tanto, por la corona, te amo con locura Jungkook.

— Yo te amo muchísimo más – la risa de ambos fue imposible de contener cuando sintieron más movimientos estirando la piel de Taehyung – a ti también te amo mi panecillo.

— Nuestro pequeño milagro, ¿crees que todo esté bien para el momento en que nazca? Es decir, ¿cómo lo hará?

— Aún no estoy muy seguro, Bonito, está la posibilidad que... bueno, se abra paso a través de ti.

— Quieres decir... — Taehyung amplió sus ojos y sintió un escalofrío en el momento en el que los dedos de Jungkook abandonaron su interior – ¿es posible eso?

— Si no lo es, tendremos que pensar en algo más.

— ¿Como qué?

— Existe una práctica, pero es muy riesgosa, aún más que un nacimiento normal – el menor se veía un tanto preocupado, algo que no le agradó al mayor – hey, sabes que no dejaré que ocurra nada malo, ¿confías en mí?

— Ciegamente.

Ambos pertenecían justo ahí, al lado del otro, donde sus latidos se combinaran en una ritmo casi igual, donde los pensamientos del otro estaban inundados del nombre ajeno, el espacio donde sus pieles se rozaban para crear caricias que les daría calor a sus almas hasta hacerlos sonreír.

Jungkook estaba muerto de miedo por los riesgos del nacimiento, se negaba a la idea de perder a Taehyung o al bebé, sabía muy bien que si solo alguno de los dos sobrevivía jamás se lo perdonaría. Se dejaría embriagar de locura y no volvería a sentirse vivo de nuevo al haber perdido una parte de él mismo.

Así que ahí, justo en el momento donde ambos compartieron un dulce beso de promesa, Jungkook decidió que encontraría la manera de hacer que las cuatro vidas que estaban en sus manos no dejaran de brillar. 

Hola personitas bellas, he vuelto. Lamento haber desaparecido así es que verdaderamente la enfermedad no quería soltarme, no fue nada grave, de hecho se trató de una gripe que se salió un poco de control gracias al trabajo y el estrés. Pero ya me siento mucho mejor y al fin pude escribir esta semana para traerles la actualización.

Quería darles doble capítulo porque solo falta un capítulo para el final, tendré que ver un poco mi tiempo, veremos dijo el ciego y quizá los sorprenda o no jejeje Espero hayan disfrutado de este cap súper soft y nos leemos en un último de esta preciosa historia. Purple hearts personitas.

Manténganse saludables y cuídense, estar enfermo no es bonito.


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