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Capítulo dieciocho: vida

Las miradas de las pocas personas que siempre ocupaban un espacio en Palacio de pronto se hicieron muy poco serenas, es más, se podían escuchar algunos jadeos de impresión, alguno que otro carraspeo, y si ponían atención los murmullos de algunos podían ser tan claros como si fueran sus propios pensamientos.

¿Lo has visto?

¿Son ellos?

Parecen como si estuvieran...

Calla nos escucharán.

Los murmullos provenían de la servidumbre que observaba de manera curiosa aquella escena, se había corrido el rumor en Palacio que los protegidos de la Reina llegarían esa misma tarde, pero nunca imaginaron que se trataran de dos muchachos con características tan peculiares como lo eran Jimin y Taehyung.

Estas personas me recuerdan a las personas del pueblo murmuró Jimin sintiéndose verdaderamente incómodo con todas las miradas esto es como cuando nos observaban a Tae y a mí, pero mucho peor.

No temas, pequeño, yo te protejo.

Desearía poder mostrarles unas buenas clases de educación y no murmurar cosas sobre nosotros.

Tranquilo, fiera mencionó Yoongi entrelazando sus manos y depositando un beso en el dorso de la mano de Jimin quien se sonrojó de inmediato pronto terminará todo este teatro.

Eso espero, además, ¿por qué debemos andar como si nos estuvieran persiguiendo? Me estoy agotando, el bebé pesa mucho.

Ambas parejas caminaron tan rápido como les era posible a los menores, quienes además de sentirse intranquilos se les dificultaba un poco el llevar el mismo paso que el mayordomo que los guiaba a través de los pasillos. Afortunadamente, no tuvieron que subir ninguna escalera, pero sí atravesaron largos tramos del lugar.

Los ventanales enormes proporcionaban suficiente luz natural, todo era demasiado elegante, las columnas que separaban los cristales parecían cubiertas con oro o de algún tipo de pintura brillante. Además, Taehyung no podía dejar de admirar las múltiples mesas adornadas con enormes jarrones llenos de flores y los candelabros de cristal que colgaban del techo.

¿Estás bien? cuestionó Jungkook al notar que Taehyung estaba quedándose unos pasos detrás de él.

Sí, es solo que... el bebé está presionando y me cuesta respirar.

¿Ocurre algo, doctor Jeon? el mayordomo por fin había detenido sus pasos al notar que de pronto los pasos detrás de él habían dejado de escucharse.

Lo lamento, pero sería posible que vayamos más despacio, verá, ellos no pueden andar tan rápido en ocasiones como esas Jungkook detestaba tener que ser tan educado, extrañaba tener ese toque agresivo con el que podía llegar a tratar a las personas de aquel pueblo irlandés, definitivamente su viaje lo había hecho poco tolerante con algunas personas —. Sea un poco más tolerante con esto por favor.

La Reina no es una mujer paciente.

Pues tendrá que serlo en esta ocasión acotó Yoongi en un tono más serio, cuidando de la misma manera a Jimin quien también se encontraba un tanto agitado ellos necesitan un trato diferente y especial.

Yoongi, estoy bien, no es necesario ser tan cuidadoso, Tae ya está mejor, así que podemos seguir.

¿Seguros? cuestionó Jungkook al sentirse incrédulo de las palabras de Jimin, pero la mirada de Taehyung le hizo saber que todo estaba bien y con un asentimiento y un leve roce de su mano fue casi suficiente para convencerlosde acuerdo, sigamos.

Estar frente a aquella mujer hizo que los menores se escondieron detrás de Yoongi y Jungkook quienes entrelazaron sus manos, uniéndolas completamente frente a la Reina, quien no podía dejar de ver aquel gesto, sorprendiendo a todos cuando la vieron sonreír muy apenas.

Majestad mencionaron los cuatro realizando una reverencia, los mayores se encargaron de no dejar que sus amados hicieran demasiado esfuerzo, cosa que no pasó desapercibido por la regente.

Vaya, esto sí que es una verdadera sorpresa.

La vista de la Reina se dirigió completamente hacia los menores, quienes parecían un tanto renuentes a su presencia, pronto notando que el tener a tantos mayordomos y personal presente también los hacía comportarse más cohibidos.

Todos salgan de aquí, no necesito más compañía para esta reunión mencionó la Reina, dejando a un lado su taza de té, colocándose de pie con dirección hacia ambas parejas Bienvenidos, vamos, no sean tímidos, les prometo que no muerdo solo quiero conocerlos.

Ambos menores dieron una mirada fugaz entre sí y una más a sus amados, buscando la aprobación, junto con un poco de seguridad que les brindaban esas miradas llenas de afecto y devoción.

Majestad murmuraron ambos mientras salían detrás de los mayores, sorprendiendo a la mujer al notar los vientres hinchados que apenas los dejaron hacer una reverencia más.

Por todos los reyes de esta nación el asombro estaba plasmado en el tono de voz de la Reina junto con su semblante atónito ¿puedo? Es decir, esto es demasiado curioso.

Taehyung apretó la mano de Jungkook, quien no se contuvo más en llevar el dorso de esta hacia sus labios, dejando un beso en ella, rozando la punta de la nariz como una tierna caricia para darle un poco de paz a su mirada intranquila, comprendiendo muy bien la razón de su actuar.

Solo si tú estás de acuerdo.

Adelante, majestad.

El menor reveló su vientre, quitando el abrigo y dejando a la vista la clara curva pronunciada. La Reina llevó su mano temblorosa hacia eso que era imposible de obviar, tocando delicadamente como si el miedo se apoderara de ella y fue así al instante en el que sintió lo real que era aquello.

Posó ambas manos en el vientre, comenzando a sentir un pequeño movimiento que la hizo retroceder unos dos pasos, observando con sorpresa a Jimin quien parecía un tanto ajeno a la escena, pero al mismo tiempo compartía el mismo estado de intranquilidad mientras daba leves caricias a su vientre.

Son un milagro. ¿Cómo es posible esto? Doctor Jeon ¿hay alguna explicación?

Me temo que aún no la conocemos majestad mencionó Jungkook, colocándose entre la Reina y Taehyung, en un acto de protección, el menor agradeció el no sentirse tan expuesto solo sabemos qué sucedió como cualquier evento natural en una mujer.

Pero son dos muchachos.

respondieron al unísono Yoongi y Jungkook, sin dudar un minuto, sin temblor en sus voces fuertes que imponían.

Es decir que incluso...

Majestad, tanto Taehyung como Jimin son hombres, tienen todos los aspectos físicos de un hombre con diferencia de ciertas cosas que los hace especiales.

Esto lo tiene que saber todo el mundo, deben conocer que existen personas que pueden tener hijos y....

Con todo respeto que se merece majestad solo pedimos protección para nosotros y nuestras familias, no queremos que nadie conozca de esto, no, mientras no existan más casos.

Bueno, doctor Jeon si su preocupación son sus padres, les aseguro que la corona se encargará de darles protección.

No, majestad, nos referimos a nuestra familia acotó Yoongi esta vez abrazando a Jimin y señalando su vientre queremos que nuestros hijos crezcan en un lugar tranquilo, donde nosotros mismos tengamos paz.

La Reina observó a ambas parejas, no pudiendo obviar el rostro enamoradizo de los menores, que veían con adoración a los mayores, como si estuvieran hipnotizados por sus palabras, sonreían de manera boba y no dejaban de frotar sus vientres como si en sus mentes comenzaran a crear futuros infinitos donde ellos podían ser verdaderamente felices.

De acuerdo, supongo que tienen un punto con lo que están pidiendo, aunque creo que los he escuchado suficiente, caballeros, pero por esta vez deseo quedarme a solas con ellos la mujer señaló a ambos menores, quienes se encogieron entre los brazos de sus amados me interesa conocerlos mejor y llegar a un acuerdo con ellos. Claro, solo si están de acuerdo.

¿Solamente será conversar? cuestionó Jimin un tanto curioso por el extraño pedido de la Reina, quien asintió muy confiada en que ambos menores aceptarían Tae, ¿tú qué piensas?

— ¿Jungkook?

Estoy a cargo de ustedes amor, no quiero ponerlos en riesgo, pero tú decides si estás de acuerdo con esto o no. Dime ¿quieres hacerlo? Podemos irnos si lo deseas.

Taehyung observó el semblante un tanto sorprendido de la Reina al escuchar aquello, aunque al ver el rostro intranquilo del menor no tuvo más opción que asentir, dando a entender que estaba de acuerdo con aquello. Deseaba ser más complaciente dado el caso especial que estaba frente a ella y sus concejales habían mencionado que quizá y solo quizá si se mostraba más abierta lograría mucho más.

El menor frotó su vientre al sentir que su bebé se removía bastante inquieto en su interior, algo que siempre ocurría cuando se sentía así de intranquilo; tomó una inhalación profunda y con la mayor de las convicciones observó a Jungkook para dar su respuesta.

Quiero hacerlo, pero que se queden aquí, no quiero estar a solas.

De acuerdo, entonces así será. Caballeros, por favor, tendrán que imaginar que no estamos y que no escuchan nuestra conversación la Reina tomó la mano de ambos menores, llevándolos hasta el gran sofá donde minutos antes ella ocupaba Por favor, siéntanse cómodos, ¿se sienten cansados? una negación fue su única respuesta, aquello sería un tanto difícil —. ¿No? Pensé que lo estarían aún recuerdo cuando tuve a mis hijos, me sentía como una vaca enorme y me casaba hasta por el más mínimo movimiento. Díganme cuánto tiempo tienen de embarazo.

No sabemos con exactitud, pero Jungkook dijo que estamos casi a término mencionó Taehyung estando un poco, muy orgulloso de su amado.

Eso quiere decir que pronto nacerán, ¿ya saben cómo es un nacimiento? ambos no pudieron contestar aquello, quedándose simplemente en silencio —. Asumo que sigue siendo un misterio mencionó la mujer ahora dirigiéndose hacia Jungkook quien no había quitado la vista de encima, dándole un asentimiento como respuesta a la Reina —. Bien, eso explicaría la preocupación del doctor Jeon, espero que muy pronto tengan una respuesta o si no al menos que una persona se encargue de instruirlos.

Tenemos a la madre de Jungkook, ella nos ha estado cuidando durante nuestra estadía y nos ha mencionado algunas cosas que debemos saber acotó Jimin, tomando la mano de Taehyung para sentirse un poco más tranquilo, ambos haciendo ese gesto tan particular de colocar su tacto en sus vientres para sentir a sus hijos moviéndose en su interior.

Una mujer siempre sabe mucho más de un parto que un hombre, pero solo en ocasiones les hacemos creer a los doctores que ellos tienen el control de la situación.

La conversación parecía bastante banal, como si la Reina verdaderamente solamente quisiera tener ese momento con los menores, mientras que Yoongi y Jungkook eran atendidos por los mayordomos para llevarles comida o bebidas; no podían dejar de ver cómo poco a poco sus amados se relajaban entre risas y sonrojos, era la imagen más tranquilizadora para ellos.

Tan pronto como la Reina sugirió un paseo por los jardines, tuvo una respuesta bastante emocionada por los menores, quienes no dudaron en ponerse de pie junto a ella, quien les dio una mirada furtiva a los mayores, apenas murmurando una invitación a ellos para que les acompañaran a la distancia.

Como si el hecho de dejarlos solo fuera posible.

¿Qué crees que estén hablando? cuestionó Yoongi entre susurros, aunque nadie más que Jungkook lo escucharía, pues se encontraban varios pasos atrás de los menores que eran escoltados por tres mayordomos dentro del propio vivero de la Reina.

No tengo idea, me estoy comenzando a sentir nervioso porque de pronto dejaron de reír.

¿Les pedirá que pertenezcan a la corte?

Espero que no, aunque dudo mucho que acepten algo como eso, sé que Taehyung ama mucho de las cosas que está teniendo ahora, pero disfruta más de lo sencillo.

Solo espero que no los deslumbre con tesoros para tenerlos aquí.

Definitivamente, eso era casi imposible, ellos podían observar el brillo en los ojos de ambos menores, estaban más que fascinados con la vida de Palacio. La Reina les había insinuado sobre hacerlos parte de la corte real una vez tuvieran a los bebés, como si se trataran de nuevas mascotas para su colección.

No podían negarles algo a los menores, pero tampoco estaban dispuestos a exponerlos de una manera en la cual sus propias vidas serían estropeadas, aun cuando apenas comenzaban a formar sus propias familias.

Muchachos, estoy muy curiosa de preguntar algo mencionó la Reina deteniéndose frente a un árbol de melocotones, señalando tres, los cuales fueron cortados con delicadeza por uno de los mayordomos díganme, es verdad que ustedes sienten afecto por el doctor Jeon y el señor Min.

Mucho, majestad mencionó sin dudar Jimin, sonriendo bonito cuando recibió un trozo de aquella fruta que antes había señalado la Reina.

Y tú Taehyung, ¿amas al doctor Jeon?

Verdaderamente lo hago majestad. Es un hombre maravilloso y no podría decir que me arrepiento de nada, ni siquiera de haber dejado mi país porque me siento inmensamente feliz con mis elecciones.

Pareces muy elocuente con tus palabras, a pesar de que el doctor Jeon fue enviado por mí para tratar tu caso.

La sonrisa que tenía Taehyung fue disminuyendo, apenas un poco, algo que Jimin notó de inmediato, no pareciéndole en lo absoluto las palabras de la mujer, pues quizá ellos ya no eran tan tontos o ingenuos como cuando llegaron a ese país, y estaban más que seguros que aquella frase tenía segundas intenciones.

Ya habían superado demasiadas cosas durante meses como para siquiera dudar del amor de Jungkook y Yoongi, por supuesto que sabrían defenderse ante ese tipo de palabras tan venenosas, pero el hecho de estar embarazados los hacía sentirse un poco susceptibles.

Majestad, yo no dudo del amor de Jungkook...

Quiero decir, él conocía que iría hacia ti.

Majestad, Jungkook no sabía cuál era mi condición. Por favor se lo ruego, no intente cambiar nuestra opinión sobre ellos Taehyung hizo una pausa, mientras observaba por unos segundos hacia su adorado doctor, quien no pudo evitar tener un semblante preocupado . Yo me enamoré perdidamente de él porque me demostró que verdaderamente me ama.

Comprendo y tú Jimin, tu relación con el señor Min fue algo sorpresivo, ni siquiera yo misma sabía de la presencia de él en Irlanda, ¿también te enamoraste de él desde el principio?

Odiaba a Yoongi antes de estar juntos mencionó sin más el menor, sorprendiendo a la Reina y haciendo reír a su mejor amigo fue enviado por ustedes mismos para acosar a Taehyung, tenía celos de que alguien como él solo estuviera interesado en mi mejor amigo. Lo lamento TaeTae, pero no podía evitar sentirme así.

Habría preferido mil veces que se interesara en ti desde un inicio.

Veo que fue un inicio bastante particular, entonces ¿qué cambió para que ahora estés en este predicamento? – cuestionó la mujer señalando el vientre del menor.

Digamos que en ocasiones los hombres no saben lo que quieren hasta que uno les da un pequeño empujón.

El recuerdo de aquella golpiza fue compartido por los menores, pues aún tenía presente la manera en la que Min Yoongi había rodado colina abajo al descubrirlos en un momento íntimo, pero el mayor de los empujones fue esa noche en la posada, cosa que hizo sonrojar a Jimin de inmediato robando la atención de la Reina.

Veo que realmente son algo muy peculiar, muchachos, pero saben, me alegra saber que están en esta situación por decisión propia, me temo que les tengo algo de envidia porque han tenido más libertad que cualquier dama de sociedad al poder elegir a quienes serían sus compañeros de vida.

No le molesta que seamos...

¿Hombres? Bueno, debo decir que es extraño, pero ustedes son unas criaturas maravillosas, comparten una naturaleza tan delicada como cualquier señorita y al mismo tiempo poseen rasgos de un caballero, son atributos que me encantaría tener en mi corte.

¿La corte real? cuestionó Jimin, sintiendo su respiración estancarse en su pecho, aferrándose más al brazo de su mejor amigo.

Por supuesto, serían como mis damas, pero sin ser damas. Tendrían lujos, una vida en palacio, sus hijos tendrían todas las comodidades.

¿Qué pasará con Jungkook?

Y con Yoongi.

Pueden venir a visitarles...

No mencionaron ambos al mismo tiempo, entrelazando sus manos majestad, esto es una oferta muy caritativa de su parte, pero me niego a alejarme de mi verdadero amor por una vida de lujos mencionó sin más Taehyung.

Estoy de acuerdo con Taehyung, esta visita fue más que magnífica, créame que no queremos causar su molestia, pero por favor majestad, nuestro lugar es al lado de ellos, seremos una familia muy pronto y no deseo... Jimin hizo silencio por algunos segundos antes de continuar —. No quiero que mi hijo esté alejado de su padre, quiero que crezca con el amor de ambos.

La Reina esperaba aquella respuesta, sabía muy bien que sería rechazada de inmediato, aunque no perdía nada con probar un poco la fidelidad de los menores con sus amados.

Entonces esto es un no rotundo a pertenecer a la corte.

Sí.

De acuerdo.

Por favor no se moleste con Jungkook o Yoongi majestad, no les remueva sus prestigios solo porque rechazamos esto suplicó Taehyung atreviéndose a tomar la manga del vestido de la Reina, mientras que hacía una mirada tierna junto con su labio tembloroso ellos merecen ser reconocidos por lo que hacen, se lo ruego no les quite lo que tienen.

Mi bello niño murmuró la Reina sorprendiendo a todos los presentes en el momento que acunó el rostro de Taehyung de una forma bastante maternal, al mismo tiempo volcó su atención en Jimin y también acarició su mejilla dejando un pequeño pellizco para luego dejar caricias en los vientres de ambos —. Les prometo que tendrán mi protección, tanto ustedes como sus futuros hijos, así también sus adorados... bueno, no podemos decir que serán esposos.

El rostro decaído de ambos le hizo enternecer, quién era ella, para negarles a esos dos bellos ángeles una oportunidad de unirse de cierta manera a los hombres que tanto amaban.

Aunque podemos arreglar eso.

De verdad, majestad.

Bueno de algo debe servir ser la Reina y desde este momento considérenme su regente, ahora serán considerados como ingleses, al igual que sus hijos, solo prometan que me permitirán conocer a sus pequeños o al menos saber el día en el que nazcan.

Ambos menores confiaban ciegamente en Jungkook, tenían puesta toda su fe en que él encontraría la manera de que sus hijos vinieran a este mundo, no querían hacerle saber a la Reina que tenían la incertidumbre sobre el nacimiento de sus bebés, así que ante aquella petición ambos simplemente asintieron, como una promesa silenciosa, suplicando en sus mentes el poder cumplirla.




Aterrado era poca palabra para expresar lo que estaba sintiendo en ese preciso instante. Un sentimiento que compartían tanto Jungkook como Yoongi desde el día en el que terminaron la visita en Palacio con la Reina, mencionando que deseaba conocer a sus hijos una vez nacieran.

Ni siquiera ellos mismos estaban seguros de que llegaran a nacer con bien y en ese momento de tanta tensión, mientras que la mirada de Seok era firme frente aquel trozo de carne, el cual manipulaba casi con un pulso perfecto, ambos sentían que estaban un poco más cerca de lograr cumplir su promesa.

— El corte transversal parece que será nuestra mejor opción, muchachos – murmuró el doctor Seok, al terminar de realizar el corte casi con precisión – la parte inferior del vientre es el lugar idóneo para hacer el procedimiento según las notas y creo que rasgando capa por capa de la piel es la mejor forma para evitar sangrado.

— Es menos sangre que la última vez – mencionó Yoongi sintiendo cómo el estómago se le revolvía debido al olor al líquido carmesí.

Era la quinta vez en esa semana que intentaban aquello, siempre lo efectuaban en el cobertizo de su hogar de paso en Londres y de preferencia lo hacían durante la tarde cuando la madre de Jungkook distraía a ambos embarazados con tareas sencillas; era fácil distraer a Taehyung y Jimin con simples tareas como tejer algunas prendas para sus bebés, bordar, leer, pintar, cocinar o pasar horas en el jardín, aunque últimamente no podían hacer mucho esfuerzo físico.

Llevaban algunas semanas en las cuales comenzaban a tener pequeños sustos respecto al inminente parto, incomodidades que no pasaban de simples dolores, algunas molestias y una que otra pequeña contracción. Jungkook se sentía aliviado de saber que los menores podían tener el proceso natural de dar a luz, pero el miedo se apoderó de él cuando Seok mencionó que debía estar preparado para ese momento en el cual, quizá y solo quizá debería intervenir de manera diferente.

— Bien, Jungkook necesito que ahora hagas el corte de la misma manera en la que lo he hecho, intenta que sea superficial, luego rasga con cuidado una a una de las capas.

La idea era intentar replicar la intervención de una cesárea, algo nuevo que anteriormente se había practicado en situaciones críticas, donde siempre la vida de la madre se perdía. Sin embargo, ahora tenían el conocimiento de un estadounidense que había tenido éxito en un nacimiento, uno en millones era casi milagroso y debían aferrarse a la idea que ellos también lo lograrían.

El corte sobre la piel en la que estaban realizando aquellas pruebas comenzó a quedar al descubierto, capa tras capa se revelaban diferentes membranas, e incluso grasa, el miedo invadió a Jungkook en el momento que comenzó a brotar sangre.

— Min, mantén la máquina bombeando para el control de la sangre. Jeon, no dejes que esto nuble tu buen juicio, casi lo logramos muchachos, solo piensen que están haciendo esto para que sus hijos nazcan si llegase a ocurrir algo.

Tan pronto como Jungkook efectuó el último corte, tuvo a la vista el objeto de prueba, sus manos se introdujeron con mucho cuidado de no romper más la piel, intentando ser lo más cuidadoso posible, sintiendo cómo las gotas de sudor resbalaban por su frente hasta el punto de que varias de ellas caían de su rostro.

El pequeño cuerpo salió, sin dificultad, ahora solamente quedaba limpiar el interior antes de cerrar. Por la corona, esto sería lo más difícil del mundo, pues aunque ahora estaba tranquilo, no se sentía del todo seguro que actuaría de la misma manera si aquella carne, la cual perforaba con una aguja e hilo, ya no solo era de un animal, sino que se tratara de su amado Taehyung o de Jimin.

Por supuesto que no estarían así de quietos como aquel cuerpo que estaba muerto y preparado para sus pruebas, ellos estarían sufriendo demasiado dolor y no sería para nada agradable el saber que bastaría un fallo minúsculo para que aquellas vidas se perdieran.

— Excelente Jeon, ahora asegúrate de cerrar la sutura con un nudo que deje todo cubierto y luego el vendaje.

El nudo de la sutura era perfecto, el vendaje fue ajustado y bastante prolijo, terminando así la prueba de aquella cesárea. Frente a los tres hombres tenían el cuerpo de un cerdo que había servido como su mejor método de prueba. Tanto Jungkook como Yoongi no podían creer que por fin lo habían logrado.

— Bien hecho muchacho lo lograste – mencionó Seok sintiéndose orgulloso de su pupilo, sacudiéndolo un poco para sacarlo de ese trance en el que estaba metido – Jeon lo hiciste, esto es un éxito.

Yoongi no toleró mucho más estando en el lugar, decidiendo dar unos pasos fuera, se veía muy mal, más pálido de lo habitual, pero al menos por esta vez había resistido muy bien el ver la sangre y los cortes en la piel.

— Maestro, no puedo hacerle esto a Taehyung o Jimin.

— Jeon, esto no es tu decisión, ¿comprendes? Esto será algo que tendrás que hacer si en dado caso ellos no pueden dar a luz como se debe.

— Pero no puedo, sé que estaré aterrado en el momento de verlo sufrir y yo...

— Hey, escucha, tienes que pensar con la cabeza fría. Esos muchachos necesitan de ti, al igual que esos bebés. Tú mismo dijiste que los cuerpos de los muchachos parecen haberse ensanchado como lo haría una mujer, en especial las caderas, apelemos a que no ocurrirá un evento fatídico, pero si llegase a ocurrir, puedes hacerlo.

Jungkook asintió como respuesta aquello, no del todo convencido, pero el ver que aquella intervención había sido un éxito le daba esperanzas en que lo lograría, solo rogaba no tener que recurrir a ella.

— ¿Lo intentamos de nuevo? – cuestionó Seok con una sonrisa satisfecha al ver la decisión de Jungkook mientras asentía de nuevo —. Bien, iré por Min y por el último cerdo, después de esto podrán ir a casa y regresar a tiempo.

Tiempo, eso era lo que menos tenían en estos momentos, porque mientras ellos se encontraban ahí realizando pruebas en animales muertos, sus hijos se abrían paso para salir al mundo.

Jungkook no quería que ese tiempo se terminara para su amor, deseaba estar al lado de Taehyung cada segundo del día, ese era su lugar en ese vacío mundo y mientras ambos se pertenecieran en ese plano astral aprovecharía cada minuto, pagándolo con besos y caricias.

De nuevo sentían aquella sensación horrible como si algo hiciera presión en su interior, estrujando todo, haciendo que por momentos necesitaran sostenerse de algo firme, ya fuera un mueble, una pared, o del brazo del otro. Llevaban horas en la misma situación y ahora estaba empeorando.

La situación no podía ser menos aterradora, pues justo cuando la madre de Jungkook salió para comprar algunas cosas al pueblo, ellos comenzaron a sentirse así, ¿por qué no dijeron nada a la señora Jeon? Se encontraban solos en casa, la servidumbre había acompañado a la madre de Jungkook, el cochero estaba afuera cumpliendo su labor con los caballos y sus adorados mayores no estaban por llegar.

— Tae, tengo miedo, en serio duele mucho y si esto es algo malo.

— No lo creo Jimin, quizá esto solo sea un nuevo síntoma – Taehyung tuvo que sostenerse del respaldo del sofá, encorvándose un poco, balanceándose de un lado al otro porque había descubierto que aquello le ayudaba a sentirse menos incómodo – Dios esto duele.

El sonido de las manecillas del reloj era lo único que acompañaba el silencio en la casa, se volvía molesto hasta cierto punto. El dolor incrementaba haciéndolos sollozar, se tenían el uno al otro, tomándose de las manos, regalándose caricias en los rostros, quitando los rastros de lágrimas que dejaba su sufrimiento.

Ambos se vieron obligados a casi tumbarse en el suelo, donde después de unos largos minutos de sufrimiento, descubrieron que les sería imposible levantarse de ahí, al menos no sin algo de ayuda. Rogaban que pronto llegara la madre de Jungkook o sus amados ingleses para auxiliarlos y decirles que todo estaba bien, aquel dolor no podía ser normal.

— Lucy, pon las cosas en la cocina, yo iré a buscar a los muchachos – la voz de la madre de Jungkook fue como un regalo del cielo para los menores que se encontraban sentados en el suelo de la salón, donde fueron encontrados por la mujer – Por la corona inglesa, mis niños, ¿qué hacen ahí? ¿Están heridos? ¿Qué ocurre?

— Señora Jeon, duele mucho – sollozó Taehyung abrazándose de inmediato al cuerpo de la mujer quien de inmediato los refugió entre sus brazos.

— ¿Les duele el vientre? – los menores sollozaron de nuevo sintiendo que por primera vez en horas podrían ser débiles y dejarse cuidar por la madre de Jungkook – Dios, ¡Lucy!

Los pasos rápidos se escucharon después de aquel llamado, dejando ver a la joven un tanto sorprendida de ver a su ama abrazando a ambos menores en el suelo, sosteniéndolos lo mejor que podía.

— Necesito que prepares las habitaciones de los chicos.

— No quiero estar solo, no sin Tae – murmuró Jimin, sorbiendo un poco su nariz después de recuperar un poco el aliento – por favor mamá, no quiero estar solo, tengo miedo.

La señora Jeon se sentía demasiado emocionada por escuchar a Jimin llamarle de aquella manera, ese tiempo juntos los había unido lo suficiente para conocer sus historias. Sabía muy bien que ninguno de los dos había tenido una buena experiencia con sus madres y el hecho de que la consideraran como una figura maternal le estrujaba el corazón.

Con la manga de su vestido les secó las perlas de agua salada que resbalaban por sus frentes y les brindó un beso con tal de hacerlos sentir un poco mejor.

— ¿Cuánto tiempo han pasado en estas?

— Comencé a sentirme extraño desde la noche anterior – murmuró Jimin con su ceño fruncido y frotando su vientre – no quise decir nada a Yoongi porque pensé que no sería nada malo, pero ahora esto es insoportable.

— Mi niño, debiste mencionarlo. Tae, tú también te sentías así.

— No, empecé después de quedarnos solos, estaba tratando de ayudar a Jimin cuando comenzó a doler mi espalda, pensé que solo era cansancio, pero siguió... ¡Agh!

— Escuchen pequeños, no deben temer, esto es normal, significa que sus bebés están por nacer.

— Y tiene que doler así – se quejó Taehyung, suspirando después de un largo rato de incomodidad, recostándose un poco sobre el sofá que se encontraba detrás de ellos

— Lo sé mi hermoso niño, sé que duele, pero se pondrá peor – ambos abultaron sus labios, sintiendo la acumulación de sus lágrimas en sus ojos, comenzando a abrazarse a sus vientres cuando volvieron a sentir el dolor invadirlos – ya pasará ¿sí? Resistan.

— Señora, ¿preparo ambas habitaciones?

— Sí, pero por ahora utilizaremos la de Jimin, será más fácil controlar el proceso si están juntos, al menos hasta que llegue Jungkook. Deja lista la de Taehyung, trae suficiente agua, y asegúrate de prepararles un pijama para que estén más cómodos.

— ¿Quiere que enviemos por su hijo y el señor Min?

— Sí, envía a John por Jungkook y Yoongi. Rápido, niña, no podemos perder tiempo – Lucy asintió frenéticamente, saliendo del salón, gritando el nombre del cochero para cumplir con la orden que le habían dado —. Ahora ustedes, señoritos, tendrán que poner un poco de su parte para ponerse de pie y subir las escaleras hasta la habitación, ¿de acuerdo?

Últimamente, las escaleras eran las peores enemigas de los menores, quienes tenían demasiada dificultad al subir a la segunda planta de la casa, se sentían lentos avanzando por el pasillo, y cuando estuvieron frente al primer escalón suspiraron sintiendo que aquello sería el mayor de sus logros en esos momentos.

Pasos lentos y custodiados por la señora Jeon fueron suficientes para lograr alcanzar poner un pie en la segunda planta, se habían detenido en dos ocasiones para descansar, no porque sintieran dolor, sino porque se estaban agotados. Una vez estuvieron cerca de la habitación sabían que de ese lugar no saldrían a menos que fuera con sus hijos o eso esperaban.

Tanto Lucy como la señora Jeon se encargaron de quitar las ropas incómodas, aunque no se esperaban que en el momento que Jimin quitó sus pantalones un líquido abundante escurriría entre sus piernas, asustándolo y haciéndolo sollozar, teniendo a Emelie consolándolo, mencionando que aquello era completamente normal.

Las caminatas por toda la habitación comenzaron a ser la mejor manera de pasar el dolor, y cuando la ola se aproximaba, cada uno tenía una manera diferente de soportarlo. Taehyung seguía encorvándose en cualquier lugar mientras se balanceaba de un lado a otro y Jimin encontraba un poco de alivio en sostenerse de una de las sábanas atadas a la cama para mientras que sentía que el cuerpo se le partía en dos.

— ¡Jimin!

— ¡Taehyung! ¡Madre!

— Dios ya era hora. ¡Estamos en la habitación hijo! Tranquilos mis niños, ahora estarán mejor acompañados, ¿de acuerdo? No teman.

— Yo lo voy a matar, lo ahorcaré con mis propias manos por dejarme tanto tiempo solo – sollozó Jimin aun sosteniéndose de la cama – bebé, por favor, duele mucho. Mamá ¿cuándo terminará?

— Pronto mi niño, lo prometo, pero ahora pasarán por un momento un poco incómodo, Jungkook debe revisar si los bebés están saliendo.

— No, no dejaré... agh... no quiero que él me vea.

— Jimin – Yoongi entró a la habitación entre pasos rápidos, con la respiración agitada, pero con el objetivo de llegar con Jimin quien se tiró prácticamente a sus brazos, enterrando casi sus uñas cuando el dolor lo invadió – ¿estás bien?

— Te parece que lo estoy.

— Mi hermosa flor.

— Kook – sollozó Taehyung avanzando tan solo un paso, sintiendo cómo de pronto un líquido resbalaba por sus piernas – mamá, también.

— Lucy las mantas, Jungkook no te quedes ahí, ve con él.

Jungkook avanzó tan pronto como fue empujado por su madre, tomando la mano de Taehyung, quien estaba siendo atendido por Lucy para limpiar el desastre que había ocasionado aquel líquido.

— Amor, lo siento tanto por tardar.

— Apestas – se quejó Taehyung cuando estuvo entre los brazos de Jungkook sintiendo el aborrecible aroma a sangre – ¿qué estabas haciendo?

— Intentando perfeccionar la manera en la que nazca nuestro panecillo.

— Ah, qué conveniente, yo estaba muriendo aquí haciendo lo mismo.

— Hijo, debes revisarlos – murmuró la señora Jeon, casi como un susurro – llevan bastante tiempo en esto.

— ¿Cómo te sientes, amor?

— Como si me fuera a desmayar, pero el dolor no me deja.

— Sostente de mi cuello, te llevaré hasta la cama ¿de acuerdo? – Jungkook regresó la mira hacia Yoongi quien ya se encontraba con Jimin en la cama, intentando convencerlo para que dejara ver si el bebé estaba descendiendo – ¿listo? Prometo que esto terminará pronto. Madre, ¿crees que puedas darnos un poco de privacidad?

La señora Jeon asintió, dando paso a que tuvieran la privacidad necesaria, saliendo junto con Lucy con la promesa de regresar con agua caliente, más toallas y mantas para los bebés.

Los instrumentos de Jungkook habían sido dejados en la habitación, así que ni bien puso a Taehyung en la cama, se apresuró a ir por ellos lo más rápido posible.

— No quiero que Jungkook me revise – sollozó Jimin por tercera vez, negándose a la idea de que el doctor viera esa parte tan íntima.

— Tranquilo amor, lo haré yo, ¿de acuerdo?

Ambos mayores se sumergieron en el medio de las piernas de los menores, quienes se tomaron de las manos, soportando el dolor y la incomodidad que suponía aquella revisión tan extraña donde estaban sintiendo una presión que los hacía jadear por aire.

— Jeon, está descendiendo, no falta mucho, ¿cómo está, Taehyung?

— Un poco lento, pero también desciende.

— Yoon, tengo miedo – el mayor cubrió las piernas de Jimin y de inmediato le tomó la mano al menor, mientras que con una compresa fría le hacía sentir un poco más fresco – duele mucho.

— Lo sé amor, de verdad lo lamento. Prometo que si no quieres pasar por esto de nuevo nunca más sucederá.

— No es eso, no quiero pasar por lo mismo que mi madre. ¿Qué pasará si...?

— Eso no sucederá amor – Yoongi abrazó a Jimin, besando el cabello húmedo, consolándolo, pues sabía muy bien que el menor temía que ocurriera lo mismo que con su madre, dejar la vida de él mismo y abandonar a su hijo.

Jungkook intentaba consolar a Taehyung, quien pidió incorporarse, teniendo la ayuda de su amado para ponerse de pie, abrazándose a su cuello, apenas soportando el dolor. Sería una noche muy larga, el doctor lo sabía, pues Taehyung a diferencia de Jimin iba un tanto atrás en el proceso, solo esperaba y rogaba no hacer uso de aquella intervención.

Las horas transcurrieron y lo avanzado de Jimin hicieron que se trasladaran de habitación para estar menos temerosos, Taehyung sentía morirse entre dolores y le asustaba escuchar a su mejor sufriendo de aquella manera, pero el consuelo de Jungkook lo mantenía cuerdo.

— Hijo, es hora, Jimin está a punto de dar a luz – mencionó la señora Jeon entrando en la habitación, encontrando a su hijo con la mirada perdida, sin saber si acatar al deber o su corazón – prometo quedarme con Taehyung, pero debes ir con Jimin ahora.

— Volveré pronto mi hermosa flor, ¿de acuerdo? Estarás bien, solo resiste un poco.

— Está bien – murmuró entre lágrimas el menor, a quien le costó horrores soltar la mano de Jungkook, aunque pronto tuvo sustituto con la mano cálida de la señora Jeon – mamá, duele.

— Mi niño, lo estás haciendo muy bien.

— Tengo miedo, por qué aún no nace.

— Pronto lo hará, ya lo verás – mencionó la mujer quitando el sudor de la frente de Taehyung y sosteniendo la mano de este cuando tuvo otra contracción – resiste Taehyung, resiste bebé.

Al otro lado del pasillo, en la habitación continua, se vivía una escena caótica, Lucy corría de un lado a otro con paños y una cubeta de agua. Jimin sentía que la garganta se le desgarraba cada vez que un grito alcanzaba a salir de él. No resistiría un segundo más, lo supo cuando su propio cuerpo pedía sacar al bebé.

— Yoon, no quiero, no él, por favor... Agh.

— Mi amor, escucha, yo no puedo traer al mundo a nuestro hijo, Jeon es el doctor, aquí él sabe lo que hace tú, solo debes concentrarte en mí, ¿de acuerdo?

— ¿Por qué no aprendiste mejor para hacerlo tú? – sollozó Jimin, contorsionando un poco su cuerpo al sentirse extraño y no saber muy bien cómo calmar aquello.

— Min, no hay más tiempo – Jungkook decidió actuar, separando las piernas de Jimin para poder observar como la coronación de la cabeza del bebé era más que inminente – está listo.

— Jimin necesito que empujes al bebé, amor sé que esto es difícil de comprender, sientes como si algo se contrajera ¿cierto?

— Sí.

— Bien, cuando vuelvas a sentirlo necesito que empujes – el menor asintió frenéticamente ante las palabras de Yoongi quien no lo dejó ni un segundo – Jeon estamos listos.

— De acuerdo, ¿listos?

Un gran grito fue lo que le siguió a las palabras de Jungkook, pero afortunadamente, Jimin estaba haciendo muy bien la labor de sacar al bebé. Sus noches de desvelo estudiando cada aspecto de los cuerpos de los menores habían resultado positivos, verdaderamente la manera en la que las caderas de ambos se habían ensanchado de una forma adecuada para un nacimiento.

Con un poco de ayuda por parte del doctor, la cabeza del bebé salió por completo, Jimin estaba agotado para ese momento y pedir que hiciera más esfuerzo era casi imposible, pero debían hacerlo y Yoongi fue de mucha ayuda al seguir insistiendo en lo importante que era que no se rindiera.

El sonido de la habitación donde se encontraba Taehyung desconcentro por algunos segundos a Jungkook, solo deseaba terminar con aquel nacimiento para poder atender el de su propio hijo. El llanto de la bebé lo hizo despertar de sus pensamientos y concentrarse en el momento que estaba viviendo en ese instante, era una niña, Jimin había tenido una pequeña.

— Min, necesito tu ayuda aquí – mencionó Jungkook al tener el pequeño cuerpo entre sus manos, teniendo pronto a Lucy cubriendo a la bebé con una manta – toma a tu bebé, sé que puedes encargarte del resto.

Yoongi aún no podía creer las palabras de Jungkook, y casi le fue imposible alejarse de Jimin cuando el otro se acercó hasta él para que siguiera con aquello. El doctor Seok los había instruido bien en mencionar que debían asegurarse de que el bebé respirara correctamente y también no descuidar a los menores.

— Gracias Jeon – el grito en el otro lado del pasillo alertó a todos en la habitación, incluso a Jimin quien estaba completamente agotado – ve Taehyung te necesita.

— Jungkook, cuida de Tae, por favor – suplicó Jimin.

No debía repetirlo dos veces, pues ni bien el doctor dejó la bebé en brazos de un muy pálido Yoongi, prácticamente salió corriendo para atravesar el pasillo, entrando a la habitación, encontrado a su madre, consolando a Taehyung, quitando las lágrimas que salían sin control.

— ¿Cómo está?

— No muy diferente a cuando lo dejaste. ¿Por qué no lo revisas? Quizá haya cambiado algo.

— Amor, puedes por favor recostarte para que pueda revisar – el menor asintió, mientras que con la ayuda de la señora Jeon se recostó completamente, abriendo las piernas para que Jungkook observara justo en ese espacio – de acuerdo intentaremos algo. Empujaremos al bebé, puede que duela un poco, pero eso suele ayudar, ¿me dejarías hacerlo?

— Si con eso provocas que nazca, hazlo.

Jungkook comenzó a apretar un poco el vientre de Taehyung, quien comenzó a sollozar alto mientras que sentía más presión en su cuerpo, si estaba ayudando o no, lo ignoraba, pero deseaba que hiciera algo para terminar con aquella tortura.

— Duele.

— Solo un poco más, amor, prometo que ya pasará – Jungkook hizo un último esfuerzo hasta que pasó la contracción, dejando de empujar, dándole un poco de paz a Taehyung – ya está, mi pequeña flor, de verdad lo lamento. Te amo tanto, eres muy fuerte.

— No me siento fuerte. Jimin... ¿Su bebé ya nació?

— Sí, amor, es una niña, es muy sana hasta donde pude revisarla y tiene la fuerza para llorar como lo hace Jimin – Taehyung comenzó a reír, aunque aquello no duró mucho cuando sintió otra contracción – madre, crees que puedes ir con Jimin y decirle a Lucy que prepare las cosas para Taehyung.

—Por supuesto que sí, mi cielo. Ya regreso mi niño bello, recuerda que lo estás haciendo de maravilla – murmuró la señora Jeon dejando un beso en la frente del menor, quien sollozó mientras asentía como respuesta a las palabras de la mujer – tú también lo estás haciendo muy bien mi cielo.

— Gracias madre.

La señora Jeon salió de la habitación entre pasos apresurados, observando por última vez a su hijo, comportándose como todo un padre primerizo que no sabe cómo actuar cuando él era el profesional que traería al mundo a su propio hijo, debía ser tan aterrador la idea de ese acontecimiento y lo comprendía perfectamente.

Lucy no tardó en invadir el espacio de la pareja trayendo todas las cosas que necesitarían, en especial los instrumentos de Jungkook, muchos paños, mantas, agua y algunas compresas más. Verla tan alterada hizo que Taehyung se asustara, pero no tuvo mucho tiempo de prestarle atención a aquello, cuando sintió una presión diferente, un tanto parecida al momento en el que Jungkook empujó al bebé.

— Jungkook, me siento raro.

— ¿Raro? ¿Qué sientes?

— Que se está empujando.

El doctor le dejó un último beso en la frente y soltarse por fin para cumplir con su importante labor como profesional de la medicina, se volvió a posicionar en el medio de las piernas de Taehyung y casi agradeció a la corona inglesa y a cualquier entidad divina porque el bebé por fin estaba posicionado para nacer correctamente.

— Amor, nuestro panecillo está por nacer.

— ¿Ahora? De verdad por fin nacerá – Taehyung no sabía si agradecer o quejarse por el horrible dolor que lo estaba invadiendo, solo quería que todo terminara de una buena vez.

— Sí, mi hermosa flor, así que necesito que, cuando sientas la próxima contracción, pujes junto con ella, como lo hiciste cuando empujé al bebé, ¿comprendes?

— Sí.

— Lucy por favor las mantas.

— Todo está preparado, doctor.

— Amor, solo esperamos por ti.

Taehyung no pudo responder cuando aquella ola insufrible de dolor lo volvió a invadir, haciéndolo sollozar mucho más alto, suplicando en su mente que todo aquello terminara por fin. Trataba de empujar, pero parecía que nada funcionaba.

— Mamá, no puedo – Taehyung buscó con la mirada nublada a la señora Jeon, pero no la encontró por ninguna parte – ayuda.

— Amor, por favor solo un poco más – Jungkook estaba perdiendo la paciencia, no podía ver sufriendo de esa manera a Taehyung y al mismo tiempo atender el nacimiento de su hijo – Lucy llama a mi madre, ahora.

— Sí.

La chica se apresuró en salir dejando la habitación entre pasos rápidos, encontrando a la madre de Jungkook en la otra habitación, ayudando a Jimin para sostener a su pequeña de manera correcta, mientras que Yoongi terminaba de sacar el saco de sangre lo mejor que podía.

El notar la presencia de la chica les asustó a todos en la habitación y la señora Jeon no necesito palabras para apresurarse en ir al encuentro de Taehyung, pensando lo peor, sintiendo alivio cuando notó que el menor sollozaba mientras era alentado por Jungkook para que siguiera pujando.

— Mi niño, ¿qué ocurre?

— No puedo, no puedo... lo intenté de verdad.

— ¿Jungkook?

— Necesito ayuda madre, por favor no sé como hacerlo entender para que puje.

— Tae, mi niño bello, escucha a mamá, tienes que sacar a tu bebé.

— Pero no puedo.

— No, mi tesoro claro que puedes solo debes empujarlo fuera con todas tus fuerzas, cuando sientas la contracción empuja, yo estaré aquí de acuerdo.

La respiración agitada de Taehyung les advirtió de la próxima contracción, la señora Jeon no dejó de murmurar palabras de aliento para el menor, guiándolo en todo el proceso doloroso de traer a su hijo al mundo, mientras que Jungkook se concentraba en hacer su labor lo mejor que podía.

La cabeza del bebé salió, el miedo casi lo invadió cuando pudo ver el cordón enredado en el cuello de su hijo, pero su concentración no lo abandonó, actuando rápidamente para quitarlo, mientras que Taehyung seguía esforzándose para hacer que aquello que pedía salir lo hiciera, la ayuda de la señora Jeon fue su mejor apoyo para que por fin sacara el pequeño cuerpo.

Jungkook no lo podía creer, el temblor en sus manos era debido a la emoción y al pánico de no escuchar sollozar al bebé, a quien con unas pocas maniobras fueron suficientes para hacerlo sollozar con fuerza, haciendo suspirar de alivio a su muy asustado padre.

— Lo hiciste Taehyung, mi niño lo hiciste muy bien – mencionó la señora Jeon, secando el sudor de Taehyung, quien no dejó de intentar observar lo que hacía Jungkook con el bebé.

— Jungkook, ¿qué es?

— Es un niño, mi amor es nuestro hijo – Jungkook se acercó al menor junto con su hijo en brazos, a quien había apenas limpiado de los rastros de sangre y fluidos para entregárselo a Taehyung – míralo.

— Es precioso, Jungkook es nuestro panecillo. Mamá mira.

— Lo veo mi niño, ambos hicieron un excelente trabajo, es un precioso bebé. Ahora soy abuela.

— Cielo, ¿qué está ocurriendo? – el señor Jeon apareció por la puerta de la habitación, muy apenas, pues ni bien intentó adentrarse, Emelie lo escoltó hacia el pasillo – ¿han nacido?

— Sí.

— ¿Están sanos? ¿Nuestro nieto?

— Es un bello niño – ambos compartieron un abrazo, compartiendo el sentimiento de tranquilidad, pues aunque en un inicio el señor Jeon no comprendía lo que ocurría, con el correr de los días le fue mucho más fácil asimilarlo – tenemos un nieto. Nuestro hijo es padre.

Dentro de la habitación se vivía una escena completamente llena de amor, algo que ni en sus más alocados sueños habría imaginado, el ser padre a los veintiún años era algo verdaderamente impactante, sus hermanos estarían completamente confundidos al ver a su pequeño hermano revoltoso siendo padre.

Taehyung se veía como la imagen más maravillosa junto a su hijo, quien de pronto buscó succionar en su pecho, intentando obtener un poco de alimento.

— Se parece a ti – mencionó Taehyung al notar la manera en la que su pequeño bebé intentaba morder su pezón, haciendo pequeños ruidos de queja – no sé qué está haciendo.

— Quiere alimentarse de ti, mi hermosa flor, llamaré a mi madre para que te enseñe.

— No nos dejes solos.

— Será solo un segundo, créeme que ella sabrá mejor cómo alimentar a nuestro hijo – Taehyung hizo puños en la ropa de Jungkook, abultando sus labios y aguando sus ojos, de nuevo esa manipulación tan característica en él, pero esta vez era con demasiada razón – de acuerdo no me iré, aunque qué haremos si no sabemos cómo alimentarlo.

— Enséñale tú.

— No creo que funcione de esa manera, amor, – murmuró Jungkook mientras reía un poco bajo, dejando un beso en los labios de Taehyung y otro más en la cabeza de su hijo – aunque podemos intentar algo.

Jungkook acomodó el pequeño cuerpo de su hijo en el pecho de Taehyung, mientras que este se incorporaba un poco más sobre las almohadas. El mayor intentó hacer que el bebé colocara su boca en el pezón de su amada flor, intentando replicar lo que él mismo realizaba cuando estaba en ese lugar.

En las últimas semanas, el pecho de Taehyung se había hinchado y bastaba con un poco de presión para hacer que saliera aquel líquido amarillento y grasoso, el perfecto alimento para su hijo, el cual ahora estaba siendo consumido por el bebé de manera ferviente, mientras que Jungkook masajeaba el hinchado seno.

— ¿Estás bien?


— Sí, solo se siente extraño cuando succiona, no lo hace como tú – Jungkook soltó una risa nasal – es un tanto más descontrolado y poco cuidadoso.

— Tendremos que enseñarle a no lastimar esta parte tan especial. Oh, parece que mi deseo se cumplió – murmuró el mayor con un poco de burla al notar que del otro pezón comenzaba a salir leche, la cual se encargó de contener con una compresa – creo que tendrás que seguir usando de estas aunque no precisamente para un sangrado.

— O quizá puedas beber de ella.

— Qué atrevido, mi dulce pecado – Jungkook dejó un beso en los labios de Taehyung, delineando el inferior con la punta de su lengua y cuidando de no aplastar a su hijo – me temo que por esta vez tendré que rechazar tan tentadora oferta, pero solo por ahora.

— De acuerdo – Taehyung sonrió amplio al notar cómo poco a poco su hijo comenzaba a quedarse dormido, soltando su pezón – aún no puedo creer que esta pequeña cosita estuvo dentro de mí y que ahora está aquí.

— Fuiste muy valiente, mi dulce amor.

Era ahí, en ese espacio reducido donde se comenzaban a conformar como una familia donde Jungkook quería pasar el resto de su vida, hasta dejar su último aliento. Porque desde aquel primer beso, le había dejado de pertenecer a la misma vida para unirse a Taehyung, las caricias, la humedad, sus bocas, encontrándose como si aquel sabor después de cada beso fuera uno, el cual conocían desde mucho tiempo atrás.

Podían llegar a ilusionarse con un amor eterno, con uno que no temía a enfrentar a los monstruos de la sociedad, de esos que se cubren con armaduras imposibles de penetrar. Pasarían los años, pero no sobre ellos, porque serían como viajeros a través de las arenas del tiempo, siguiendo el paso de los segundos.

Quería ver crecer a su hijo, ver a Taehyung volverse adulto, presenciar el cambio de la vejez representada en canas y presumirle a todos que había visto la vida pasar junto al amor de su vida.

— Jungkook.

— Sí, mi amor.

— Te amo infinito, hasta las estrellas más brillantes.

— Yo te amo infinitamente más, mi bella flor del campo.

— Jungkook.

— ¿Sí?

— Quiero tener una familia muy grande a tu lado.

— Tengamos todos los hijos que tú desees mi amor, ya tenemos un precioso hijo. Nos falta tener una hermosa hija que tenga tu terco corazón o que sea tan torpe que al andar deba cuidarla siempre en cada paso que dé.

— Quiero que nuestros hijos tengan tus ojos, porque son brillantes como las noches estrelladas – murmuró Taehyung, dejando un delicado beso en la punta de la nariz de Jungkook – o que tengan tu preciosa sonrisa.

— Bueno, para eso tendremos que esforzarnos aún más para hacer muchos más.

El quejido de su hijo los hizo volcar toda su atención en él, haciéndolos sonreír al verlo arrugar el ceño, al igual que lo hacía Jungkook junto con un muy abultado puchero justo como lo hacía Taehyung al dormir, una combinación perfecta entre ternura y capricho. Era completamente perfecto, su familia era más que perfecta.

— ¿Por qué lloras bebé? – murmuró Taehyung consolando a su bebé que pedía su atención, alzándolo en brazos, no pudiendo dejar de besar sus regordetas mejillas – estabas muy cómodo durmiendo ¿tuviste un mal sueño?

— Tae ¿todo bien? – la voz de Jimin invadió sus oídos, mientras que los sollozos de su bebé iban disminuyendo – parece que alguien se despertó de mal humor.

— Debe ser porque extraña a Jungkook, aún no se acostumbra a dormir la siesta por la tarde sin él – Taehyung abrazó aún más a su bebé a su pecho cubriéndolo con sus mantas – eres un bebé muy consentido por tu padre.

— Somos dos con el mismo problema, Gaeul no puede dormir sin estar entre mis brazos, todo gracias a que Yoongi siempre la toma en brazos paseando por la casa hasta dormirla.

— Tendremos problemas si no hacemos algo con esos dos consintiendo así a sus hijos.

La puerta de la entrada se escuchó dejando ver a Jungkook con un atuendo bastante desprolijo, su cabello estaba desordenado debido a su boina, aunque el viento había provocado que se esponjara un poco, seguía viéndose demasiado guapo, cosa que Taehyung no podía evitar pensar cada vez que lo veía.

— Mira bebé, tu padre ha llegado – mencionó Taehyung, intentando consolar a su pequeño, quien seguía arrugando su rostro en un puchero inconforme – no llores más, por favor.

— Hola amor – mencionó Jungkook acercándose a dejar un beso en los labios del menor, dejando un beso más en la mejilla de su hijo – hola para ti también panecillo hermoso. Hola Jimin.

— Hola Jungkook.

— ¿Cómo se encuentra Gaeul hoy?

— Un tanto disgustada gracias a que su padre no está para hacerla dormir.

— Oh, bueno, no puedes culparla, Min es un poco consentidor con ambos.

— El problema es que ustedes no están aquí para ayudarnos durante el día – murmuró Taehyung en un tono de reproche, ganándose un beso más por parte de Jungkook – ahora que estás aquí será mejor que cuides de tu hijo para que pueda hacer la cena.

— ¿Mi madre no dejó nada para la cena? ¿En dónde está Lucy? – Jungkook tomó en brazos a su pequeño inquieto, quien a pesar de tener tres semanas de nacido era bastante exigente.

El pequeño Jeon, apenas era un bultito entre las mantas, pero era el pequeño más amado por sus padres, quienes no podían dejar de consentirlo, aún estaban aprendiendo cómo cuidar de él, en ocasiones se les dificultaba, pero afortunadamente la señora Jeon no los había dejado solos desde el nacimiento.

Jimin y Taehyung se sentían agradecidos con su nueva madre, pues ella se encargaba de ayudarles junto con Lucy; el tener apoyo les daba un poco de paz, aunque aún no podían tomar una siesta sin dormir al lado de sus hijos.

La costumbre de tomar breves siestas juntos no había cambiado, siempre intentaban hacer dormir a ambos bebés al mismo tiempo, colocándolos en el medio de la cama, ya fuera de Jimin o de Taehyung, mientras que ellos que colocarían a cada lado, entrelazando sus manos sobre los pequeños cuerpos, justo como lo hacían cuando estaban embarazados.

— Tae, debemos volver a la cocina.

— Oh, es verdad. Kook, amor, por favor encárgate de nuestro panecillo. Envié a casa a mamá porque Jimin y yo haremos una cena especial para ustedes dos, pero no podemos hacer nada si los bebés están despiertos e inquietos.

— Yo los cuido, mi hermosa flor del campo – Taehyung murmuró una respuesta cuando recibió un beso más – ve, intentaré entretener a Jae mientras cocinas.

— Gaeul se quedó dormida, así que no tendrás problema con ella.

— Me mantendré lo más callado que me sea posible para no despertarla – Jimin agradeció el gesto y tomó de la mano a Taehyung para por fin desaparecer de la vista de Jungkook —. Parece que por fin nos hemos quedado a solas, creo que tú y yo tenemos un acuerdo, ¿no es así? – el bebé bostezó, acomodándose mejor sobre el pecho de su padre, quien no perdió el tiempo en tomar asiento en el sofá para acomodar mejor el pequeño cuerpo —. Tendremos que hacer algo para que duermas también con papi.

Jungkook amaba a su hijo, con completa locura, a pesar de que por las noches les robaba preciadas horas de sueño, le encantaba poder vivir esa nueva etapa de su vida con Taehyung, quien resultaba ser un excelente padre. Definitivamente, el nacimiento de Jae lo había hecho madurar, pero solo un poco, porque aunque tuviera esa nueva faceta, su esencia seguía completamente intacta.

— Intenta darle el biberón a nuestro hijo – susurró Taehyung en el oído de Jungkook, el menor no había podido obviar la manera en la que su amado se encontraba perdido en su hijo y para no interrumpir ese precioso momento decidió no hacer ni un solo ruido – te amo.

— Te amo mas mi dulce pecado. ¿Eso que huelo es estofado?

— Sí, tu madre me enseñó cómo prepararlo, estará listo en unos minutos.

En definitiva, estaba viviendo su verdadero sueño, uno que jamás planeó, pero que siempre estuvo escrito para que lo viviera. Tres meses se habían convertido en casi un año en el cual había vivido demasiadas cosas.

Conoció el alma más pura en la tierra, se enamoró de cada una de sus facetas, se descubrió a sí mismo siendo egoísta con el propio mundo que le rodeaba para robar la luz de Taehyung y hacerlo suyo. Crearon vida del amor que ambos se profesaban y en el camino de buscar la libertad, se encontraron con fieles amigos, leales personalidades que habían hecho posible que ahora estuviera justo ahí.

— Yo abro – la voz de Jimin se hizo escuchar en el pasillo de la casa, avanzando lo más rápido que le era posible, arreglando su cabello y un poco sus ropas antes de abrir la puerta – amor.

— Mi pequeño y dulce delirio – la risa de Jimin no se hizo esperar después de aquel saludo, siempre era lo mismo, Yoongi no podía evitar besarle el rostro completo hasta llegar a morder sus mejillas – te ves radiante, ¿dónde está nuestra hija?

— Oye, primero muestra un poco de atención a mí – se quejó el menor, recibiendo de inmediato un beso junto con una leve mordida en sus labios – mucho mejor. Está en el salón con Jungkook, puedes acompañarlo mientras terminamos la cena con Tae.

— Me parece perfecto, mientras prometas que por la noche podre devorarte a ti.

— Por favor Min, no enfrente de los niños – se quejó Jungkook cansado de ser ignorado por esos dos.

— De qué te quejas, eres igual con Taehyung – Yoongi pudo oler el aroma a estofado, con un toque a pie de manzana – huele a que algo se quema.

— El postre, ¡Tae, saca el pastel del horno!

Jimin había salido prácticamente corriendo del lugar, dejando a un muy inconforme Yoongi, pues él esperaba tener un poco más de muestras de afecto por parte del menor, pero estaba bien, no se quejaría porque era por una buena razón.

Se acercó hasta la cuna donde dormía plácidamente su hija, tomándola en brazos, haciéndola quejarse apenas, arrullándola de inmediato para evitar que llorara y así no despertar la ira de Jimin al despertarla.

— Te matarán si la escucha llorar.

— Lo sé, pero no puedo evitar querer tomarla en brazos, solo mírala, parece un verdadero ángel con su pequeño vestido y ese gorro.

Yoongi no pudo evitar el deseo de llenar de besos el rostro de su hija, quien comenzó a quejarse entre sueños, sollozando apenas y siendo consolada por su pegajoso padre, quien la arrulló hasta hacerla dormitar de nuevo. Siendo un alivio el hecho de haber logrado aquello, pues pronto Jimin y Taehyung les llamaron para tomar aquella cena.

Una comida en familia, una que se había formado de una manera un tanto extraña, pero que terminó siendo demasiado unida a través de los meses. A decir verdad, preferían mil veces su nueva vida a su pasado, claro, con algunas excepciones como lo era Hana y el señor Kim.

Taehyung recientemente había recibido una carta de Hana, mencionando lo feliz que se encontraba en Polonia, mencionando que su padre la había visitado después de meses sin poder verle. Aunque la noticia de saber que su madre seguía viva le hizo estremecer y tener un mal momento, pues su hermana relataba las condiciones en las que se encontraba la mujer que le dio la vida.

Había enfermado gravemente debido a las quemaduras, duró muchos meses postrada en cama, cosa que solo empeoraba sus heridas. Por su parte, su padre se dedicó a trabajar en el astillero y ahora tenía un empleo fijo en el pueblo pesquero, con el cual ganaba lo suficiente para mantener a su madre; quizá era una mujer con muchos problemas, pero al final del día el señor Kim era un hombre de palabra, había jurado protegerla en la salud y en la enfermedad.

— Mira Jae, esta es tu tía Hana. Dice que espera conocerte pronto – mencionó el menor mostrándole una fotografía de su hermana a su bebé, quien mantenía la vista fija en su padre, mientras que este intentaba hacerlo dormir en su pequeña cuna —, tendremos que pedir hacerte una fotografía o un retrato para ella.

— ¿Qué haces mi hermosa flor del campo? ¿Es una nueva carta de Hana? – cuestionó Jungkook al verlo tan entretenido en su lectura después de despedir a Yoongi y Jimin.

— Sí, dice que tiene muchas cosas por contarme sobre ella, pero que primero quiere estar segura. Creo que está enamorada.

— ¿La señorita Hana está enamorada? – mencionó con un toque de burla Jungkook, un tanto coqueto al mencionar el hecho de Hana estando enamorada, ganándose un pequeño golpe por parte de Taehyung – Hey, ¿por qué el golpe?

— No seas grosero, es mi hermana y estoy feliz por ella.

— Claro, mientras no esté enamorada de mí, sé que aceptarás que lo esté.

— Jungkook, eso no es verdad, yo estoy muy feliz que esté sintiéndose así por alguien... — Jungkook esperó aquellas palabras como si fueran la mayor de sus victorias y Taehyung aborrecía perder de esa manera – de acuerdo, mientras no sea de ti estaré feliz. ¿Por qué disfrutas ponerme celoso? ¿No te aburres de verme así? Tenemos un hijo, tú eres mío, no tengo por qué sentirme así...

— Lo sé, por eso te amo demasiado – murmuró Jungkook sobre los labios de Taehyung – eres el único al que le pertenecerá mi corazón, bueno, aunque tendrás que compartir.

— Si es con nuestros hijos, no tendré ningún problema.

— Así será, te amaré en cada amanecer y en cada atardecer solamente a ti.

Una promesa de amor jurada hacia la luna y el sol, ambas siendo los gigantescos guías del día y la noche. Cuidadores y protectores de amores eternos, grandes confidentes de los amantes a través de sus vidas infinitas. Jungkook amaba el poder ser devoto a Taehyung, en especial porque en ese día, cuando después de varias semanas de apelación, la Reina cumplía con su palabra.

Dejando una nueva ley de protección hacia los hombres, que nacieran con la condición especial de poder concebir. Teniendo su bendición para ser unidos como parejas de vidas y ser tan prósperos como les fuera posible.

Tres meses se volvían una vida entera al lado del más maravilloso amor.

"Después de la declaración de la nueva ley de la Reina Victoria para los hombres con condiciones especiales, el doctor Jeon fue nombrado como médico de la casa real, tratando casos especiales y teniendo renombre en la historia de Londres como el primer médico experimentado en tratar embarazos en donceles.

Min Yoongi fundó una escuela de investigación junto con Jungkook para plantear nuevos casos que habían sido dejados de lado debido a la falta de pruebas y estudios previos. Siendo reconocidos como los mayores impulsores en la historia de estudios médicos.

Jeon Jungkook y Jeon Taehyung contrajeron matrimonio cinco años después del nacimiento de su primer hijo, Jeon Jae, quien resultó siendo el mayor de seis hermanos, siendo el mayor protector de sus cinco hermanas y su único hermano.

El menor de la familia, Jeon resultó ser el más consentido entre todos sus hermanos, no solamente por tener una mirada tierna, dulce y llena de picardía, sino también porque era quien había heredado la condición de doncel, al igual que Taehyung.

Min Yoongi y Min Jimin se casaron dos meses después del matrimonio Jeon, construyendo una familia de cuatro hijos, siendo Min Gaeul la mayor y única niña entre tres varones. Los Min al igual que los Jeon fueron bendecidos con el milagro de que su segundo hijo varón tuviera la misma condición de doncel, siendo completamente inseparable del hijo menor de los Jeon. 

Los donceles fueron considerados como personas privilegiadas por las cualidades milagrosas de dar vida, los estudios médicos de Jeon dieron a conocer que el cuerpo de estos hombres albergaban una estructura femenina en su interior, lo cual les permitía llevar a cabo el proceso de gestar y dar a luz.

Ambos hombres se preocuparon por llevar a cabo muchos estudios para salvaguardar a aquellas maravillosas criaturas, a quienes tenían como esposo e hijos, todo siendo apoyado por la misma familia real. Descubriendo que la condición podía heredarse, o bien nacer con ella, esta última siendo aún más raro. 

Las prácticas de cesáreas comenzaron a ser estudiadas con el fin de cuidar la vida de los gestantes tanto mujeres como donceles, siendo Jungkook el mayor precursor en toda Inglaterra.

La abolición de la pena ante los matrimonios o uniones igualitarias no fue abolida hasta 80 años después, sin embargo, la lucha por la igualdad inició con dos muchachos especiales que se enamoraron de dos ingleses que no temieron enfrentar a una sociedad entera para gritar al mundo que su amor no era un estigma."

Entonces, solo entonces, cuando el amor puede más que la tragedia, cuando el misterio sea por fin desvelado, serás capaz de creer que lo imposible puede volverse una realidad.

"Todo estará bien sin importar cuán difíciles sean los momentos"



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