Otro nuevo día de colegio empezaba, pero a Nayeon le gustaba, eso significaba otro día en el que podía ver a Mina.

- Me estoy volviendo una cursi.- se dijo a sí misma.

El clima estaba nublado, parecía que pronto iba a llover.

Quizás se acercaba una tormenta.

La primera cosa que vio al llegar, fue a Sana y Chaeyoung, parecían discutir.

- Deja de mentir, Chaeyoung.

- Deja de intentar controlarme, Sana.

No quiso escuchar más, esos temas no eran de su incumbencia.

Esperó a Mina dentro del salón de su primera clase, era una de las pocas que compartían.

Mientras tanto, pensó en lo mucho que se estaba dejando llevar por sus sentimientos. Enamorarse de Mina podía ser bueno como también malo. Sabía que, a pesar de que le gustase pensar que si, Mina no era del todo normal.

Debía tratarla delicadamente, cuidar tanto de ella como de Frutilla. Porque entendía que esa iguana se había vuelto demasiado esencial en la vida de la chica, y era por algo.

Pensó en como Mina no tenía muchos amigos, y realmente no podía entender el porqué. Era demasiado sincera, si, pero también era dulce. Era hermosa, interesante y muy inteligente.

- Hola, Im Nayeon.- ahí estaba la dueña de sus pensamientos y corazón.

- Hola, Park Mina.

- Me gusta tu ropa de hoy.

- Gracias, a mí también me gusta la tuya.

Definitivamente estaba enamorada de esa sonrisa con encías.