Sana golpeó la nuca de Nayeon con la palma de su mano para hacer acto de presencia, provocando que la nariz de Nayeon ahora tenga un poco del helado.

- Mis amigas preferidas.- dijo sentándose en la silla sobrante.

- No somos amigas, Sana.- Nayeon se dio cuenta de que Mina había decidido mirar a otro lado, intentando ignorar a la recién llegada. No quería pelear frente a ella.

- Ay, que ortiva.- se cruzó de brazos.- Y yo que venía a pasarla bien.

- Pasala bien en otro lado y dejanos solas.

- Espera, creo que ya sé qué pasa acá. Ustedes están en una cita, ¿no?

- No.- sorprendemente fue Mina quien respondió.- Intentamos ser amigas.

Nayeon asintió con un pequeño dolor en su pecho.

- No te creo.- con eso último, se levantó dispuesta a irse.- Lesbianas de mierda.

- ¿Estás bien? - le preguntó a Mina una vez que la molesta chica había salido del local.

- Sí, no te preocupes. Es que todavía logra intimidarme un poco.

- Bueno, entonces, mientras yo esté con vos ella no va a hacerte nada.- no sabía de donde había salido eso. Pero cuando Mina sonrió decidió que no se arrepentía de sus palabras, y las cumpliría sea como sea.

- ¿Podrías prometerlo?

- Lo prometo.

Y con eso, Mina sintió que no quería alejarse de Nayeon.