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Capítulo Único

Suspiró con decepción.

Miró el cuerpo inerte a un lado suyo, durmiendo de lo más tranquilo, seguramente escalando el quinto sueño, mientras que ella soportaba las intensas ganas de darle una patada por la espalda y tirarlo de la cama para que sintiera un poco de su malestar.

Molesta, se levantó de la cama, busco su ropa en el suelo y cuando se considero lista para salir, dejó unos cuantos billetes en el buró. Que se sintiera agradecido por el dinero, porque lo que había pasado en esa habitación, no merecía ni un quinto de sus dólares.

Pero, ella era tan buena persona, tan magnífico ser humano. Si, Toni se sentía caritativa a pesar de su muy notable irritación.

Azotando la puerta, salió de ese cuartucho de hotel.

Se revolvió el cabello en un gesto desesperado por desaparecer la migraña. Paso del recepcionista y se dirigió a su hermoso Mazda MX 5. Algo bueno para sus bellos ojos.

Acarició el frente del coche y suspiró enamorada. Era precioso su bebé.

Subió con la elegancia que la caracterizaba y sintió el ronroneo del motor. Ese simple sonido le hizo sentir más que el hombre dentro de la habitación de ese hotel.

Sintiendo el aire golpear su cara, fue como se perdió en sus pensamientos.

Había tenido una vida activamente sexual desde que tenía 16 años, y en todo ese tiempo que ha transcurrido, jamás a tenido un orgasmo decente.

Todos sus amantes pasaban de ser hombres altos y guapos a unos completos ineptos.

Se sentían machos, hombres sementales que la harían delirar en la cama, pero cuando estaban en media faena, todo ese encanto y esas palabras se iban por la borda cuando ellos contentos y satisfechos llegaban al clímax. No era algo nuevo para Toni, de hecho comenzaba a familiarizarse con ello, pero era tan triste, tan desesperante... La millonaria terminaría dándose un tiro en la cabeza.

Al llegar a su tan amada torre, dejó a su pequeño bebé en el estacionamiento, subió por el ascensor y se recargo en las paredes de esté.

Su orgullo comenzaba a doler.

—¿Noche mala? —Virginia Potts, bebía con delicadeza de la copa. Tenía una gran sonrisa en sus labios rojos.

—Te ves muy feliz, Potts. —Toni rodó los ojos. Era como si el brillo de otra persona opacara su miserable existencia.

—Strange es la razón.

La castaña se dejó caer en el costoso sofá, tomó la botella de Whisky y la llevo a su boca bebiendo de ahí mismo.

—¿Y a ti...?

—¡Porque no existe un maldito hombre en la tierra que me haga pasar una buena velada! —Gritó la genio—. Estoy comenzado a odiar el género masculino.

Pepper soltó una risita que mantenía la burla impresa.

—¿Tan mal son? —Preguntó la rubia sentándose con ella.

—El tipo de ayer se quedó dormido sin más, y me dijo ahí, arrumbada en la orilla como si fuera un puto muñeco. —La genio chasqueó la lengua, se cruzó de brazos e hizo un puchero, que a ojos de Virginia, era adorable.

Luego de algunos segundos en silencio, Stark sintió la mano de Pepper golpear suavemente su pierna.

—Vamos. —La vio pararse.

—¿Qué?

—Mueve ese trasero Toni. —La mujer dejó la copa en la mesita y le sonrió—. Vamos por una cerveza.

•••

Natasha Romanoff veía con una sonrisa la manera en que Toni tomaba; podía ser una mujer hermosa, pero tomaba igual que un albañil.

—Cada vez veo más cerca un coma etílico. —Susurró con una mirada divertida. Toni la ignoró y Pepper negó resignada— ¿Qué la tiene así?

—Toni está molesta porque su vida sexual es un asco. —Pepper, a comparación de Stark, tomaba con lentitud, tragos pequeños buscando saborear su bebida.

Nat miró con una ceja arriba a la mujer de largos cabellos, quién no dejaba de empinarse la botella.

—Creí que era la que tenía más sexo.

—Eso también creía yo. —Toni azotó la botella en la mesa—. Pero cuando llegó al cuarto de hotel y el tipo se duerme, me doy cuenta que no.

Romanoff ahora entendía a qué se referían ambas chicas. Sin poderlo evitar, comenzó a reír ante la chusca situación de la millonaria.

Podía tener todo el dinero del mundo, una figura despampanante y un cerebro único, pero ni eso le daba al mejor amante.

—¿Problemas en el paraíso no? —La pelirroja le dio un trago a su cerveza—. Afortunada deberías sentirte Toni, porque yo tengo la solución a tu pequeño problema.

—¿Vendes viagra en líquido? —Preguntó sin gracia la castaña.

—Mejor aun. —Romanoff sonrió grande al mismo tiempo que sacaba su celular.

Se lo paso a la mujer de cabellos oscuros y esta comenzó a leer.

Con cada palabra que avanzaba, más incrédula se sentía.

—¿Un prostíbulo de hombres? —Toni miró a la pelirroja— ¿Acaso eres cliente de este lugar?

—Más que un prostíbulo, es la renta de compañía. —Natasha se acercó a la castaña—. Ese lugar es lo más seguro que vas a encontrar, además, los hombres que se rentan son unos verdaderos dioses en la cama. Lee las recomendaciones.

Stark leyó con desconfianza. Todo podría ser un sucio truco de publicidad.

—Te lo digo yo como cliente. —La mujer de cabellos rojos sonrió con picardía—. El dinero que derrochas ahí, vale absolutamente la pena.

•••

La millonaria vio el gran edificio enfrente de ella.

Suspiró aun sin creer que ella estuviera apunto de contratar ese tipo de servio. Pero vamos, una mujer desesperada comete muchas idioteces, y está no era la primera que cometía.

—Vamos. —Natasha entró con familiaridad. Pepper y Toni la siguieron de cerca.

Al entrar, se dieron cuenta que el interior era elegante, realmente de muy buen gusto, incluso Toni admitía que era envidiable, algunas paredes eran meramente cristal, resaltando el lugar y dándole un sentido estético a la vista, además de lo pequeños tramos con zonas verdes. Y los muebles, los muebles eran una agradable combinación de café y negro. Todo muy bien organizado.

—Por aquí. —Guió la pelirroja.

Al dar la vuelta, se toparon con un hombre de larga cabellera, que si bien tenía tinta de vagabundo para Toni, se notaba el buen cuerpo debajo de la ropa.

—¡Hola preciosa! —El sujeto sonrió con seducción—. Vienes de nuevo por mis servicios.

Natasha negó con cierto coqueteo. Esos dos tenían antecedentes.

—Hoy no, en realidad, busco a Loki. —Dijo la mujer al hombre.

Este asintió algo decepcionado.

—Esta en su oficina, estoy seguro que te recibirá. —Antes de despedirse, el castaño tomó de la cintura a la mujer y la beso sin vergüenza alguna— ¿Y si mejor te hago una visita de amigos?

—¿Estás seguro que no pasará de eso?

—Bueno, podemos averiguarlo. —El castaño mantenía una sonrisa seductora en los labios. Muy natural.

Toni carraspeo.

—Salgo a las 8. —Y con esto último, Nat le dio un beso rápido al tipo y siguió guíando a ambas mujeres.

Toni comenzaba a sentirse ansiosa.

—Toni, ¿estás segura de esto? —Pepper miraba por todo lados, siendo intimidada por el lugar.

—Claro, una estupidez más en mi vida ya no hace la diferencia. —La genio se encogió de hombros.

Natasha se paró enfrente de una gran puerta de madera y toco tres veces. Un "adelante" se escuchó desde el otro lado.

—Loki. —La pelirroja al entrar, saludo a un hombre de cabellera negra, alto y de unos bonitos ojos verdes, pero lo que más resaltaba, era el aura elegante que el sujeto desprendía.

—Pero si es mi cliente estrella. —El hombre miró con disimulo a las dos mujeres que acompañaban a la pelirroja—. Y veo que traes a más.

—Un pequeño gesto de agradecimiento por el buen trato. —Nat les dijo que tomarán asiento.

Toni y Pepper hicieron caso.

—Me presentó, mi nombre es Loki Laufeyson, dueño de este lugar. —Con educación, estrecho la mano de cada una—. Me imagino que Romanoff ya les dijo de que trata este... Negocio.

—Así es. —Toni, tan segura como siempre, comenzó a hablar—. Natasha Elizabeth...

—Stark. —Terminó el hombre frente a ella—. La conozco, en realidad, todo mundo la conoce. Es por eso que me siento muy halagado de que este aquí, aunque también algo curioso.

—¿Curioso por qué?

—Hay rumores señorita Stark. —Comenzó—. Rumores sobre usted y sus conquistas de cada noche.

—Es por eso que vengo, señor Laufeyson. —La castaña estaba dispuesta a contar todo—. Ninguno de los hombres con los que me he acostado me ha dado un buen orgasmo.

—¡Toni! —Virginia lució escandaliza. A veces le sorprendía lo descarada que su amiga podría ser.

—Entiendo. —Loki no se mostró incómodo o burlón, más bien, realmente parecía comprender la situación—. Bueno señorita Stark, a venido al lugar correcto.

—¿De verdad? —La castaña alzó una ceja dudosa.

—De verdad. —Loki le mostró una sonrisa de medio lado—. Verá, como una mayor explicación, mi negocio se trata de darle satisfacción a la mujer. No es la primera vez que alguien está insatisfecha, incluso damas casadas se han quejado de eso. Yo le aseguro confidencialidad y seguridad, también le aseguro que mis hombres son los mejores en lo que hacen, además de que están abiertos a cualquier fantasía que el cliente quiera.

Toni asentía ante lo que decía. Todo se escuchaba muy bien.

—Si usted decide contratar el servicio, le daré una lista de mis hombres, usted escogerá el que más le gusta, firmara uno que otro papel y se le pedirá un examen médico...

—¿Exámen médico? —Preguntó curiosa Potts.

—Así es. —Loki se dirigió a ella—. No voy arriesgas a mis hombres. Usted entiende, es por precaución.

Stark se sintió ofendida por un momento, pero después recordó que era lógico y muy bien pensado por parte del dueño. No iba correr el riesgo de que uno de sus trabajadores se contagiara de una enfermedad. En parte, eso hablaba muy bien del negocio. Parecía ser un tipo de fiar.

—¿Y bien? —Loki las miro con una sonrisa servicial—. Si necesitan tiempo para pensarlo, no tengo ningún problema.

—Yo no, en realidad, sólo quise acompañar a mis amigas. —Pepper negó con las manos—. Yo ya tengo pareja.

Loki asintió para después ver a Toni.

Esta lo pensó por unos segundos.

—Bien, contrataré el servicio. —Dijo finalmente la castaña.

El hombre saco de un cajón papeles que seguramente tendría que firmar, pero antes de hacerlo, Toni volvió a preguntar.

—¿Está seguro de que son los mejores? —Toni alzó una ceja y se cruzó de brazos.

Loki sonrió sabiondo. Este hombre le caía bien.

—Hagamos un trató, señorita Stark. —Laufeyson apoyo los codos en la mesa y junto ambas manos—. Normalmente el precio es muy alto, —Toni escuchaba con atención— pero, sí usted no tiene la velada que quiere, no le cobraré absolutamente nada.

Nat a su lado sonrió con diversión. Esto pintaba para algo entretenido.

—¿Y si lo hace?

—Que le parece... —Loki sonrió ante sus siguientes palabras—, me paga el doble.

Stark sonrió grande.

—Hagamos las cosas más interesantes, y también para que sepa que soy una mujer muy generosa. —La castaña lo miro fijamente—. Sí su trabajador logra satisfacerme, no le pagaré el doble, le pagaré el cuádruple del precio.

Laufeyson no dudo en estirar su mano para cerrar el precio.

—¿Sin ningún papel?

—Confió en su palabra, señorita Stark.

Toni tomó la mano de Loki y cerró el trató.

—Buena elección de palabras.

Después de dedicarse una sonrisa satisfecha, Toni leyó los papeles que Loki le había dado.

La mayoría se trataba de confidencialidad, pero uno de los llamo su atención.

—¿Tan buenos son que llegan al acoso? —Preguntó incrédula la castaña.

—Créame, uno de mis hombres sufrió acoso por una cliente, que si bien era frecuente, tenía un tornillo fuera. —Aclaró Loki—. Fue una muy mala experiencia y no quiero que vuelvan a pasar por algo como eso.

Toni asintió. Por ella no había problema.

Cuando firmó todo lo que solicito Laufeyson, se dio cuenta que era un negocio serio y que, por sobre todo, cuidaba y tomaba todas las precauciones por sus trabajadores.

Que buena onda.

•••

—¿Loki te llamó? —Bucky, su mejor amigo le siguió el paso.

—Dijo que era urgente. —Steve paso una de sus manos por el cabello rubio.

Aun con el tiempo que llevaba trabajando ahí, no podía evitar los nervios. Siguió con el camino hacia la oficina, hasta que llegó a la gran puerta.

Dos toques y entro.

—Steve, lamento llamarte de la nada. —Loki hizo un gesto para que tomara asiento.

—No hay ningún problema, Loki. —Rogers se sentó y de inmediato se puso recto— ¿Sucedió algo?

Laufeyson abrió uno de los cajones del escritorio y saco una foto de ahí. Se la extendió.

—Tienes trabajo. —La sonrisa de Loki era grande. Eso significa una sola cosa; había hecho el negocio de su vida—. Natasha Elizabeth Stark.

El rubio miró la foto de la mujer. Lo primero que llegó a su cabeza, fue la palabra hermosa.

Realmente era una mujer preciosa.

—Ella será tu cliente está noche. —El chico de cabellos oscuros lo miro fijamente—. Escúchame bien Steve, está es la oportunidad de tu vida. Esa mujer pagará el cuádruple si le haces pasar una magnifica velada.

—¿El cuádruple? —El hombre miró de nuevo la foto.

¿Esa mujer iba a pagar todo eso por él?

—Así es. Es una fuerte cantidad de dinero. —Loki estaba realmente de buen humor—. Prepara todo, juegos, condones, lociones... Esa mujer tiene que quedar satisfecha con el trato, ¿entiendes?

Steve asintió sin tener más opción.

•••

—Que belleza. —Scott miró la foto que Steve traía en mano— ¿Esa mujer contrató nuestros servicios? Hombre, a leguas se nota que puede tener a cualquiera con solo tronar los dedos.

—La vi en la mañana. —Bucky le sonrió al rubio—. Llegó con mi pelirroja. Es preciosa.

Rogers sentía que la presión era más cada vez.

—No te preocupes, amigo mío. —Thor llegó a su lado y palmeó su espalda—. Eres el mejor del negocio. Este sólo es un trabajo más.

Steve dejó la foto en la pequeña mesa de la sala y dejo que su cabeza cayera en el respaldo.

Había comenzado en este negocio por mera necesidad, no porque el sexo fuera su favorito o porque se creyera el mejor. En realidad, en su mente, de una manera muy confusa, recordaba su primera experiencia sexual.

Había sido en un club de noche, cuando había seguido al padre de Bucky y a este mismo. Esa noche, fue la primera vez que vio el cuerpo de una mujer desnudo.

Jamás, jamás en su vida había tan siquiera besado a una chica. Su físico en ese entonces era objeto de gestos y burlas, por ello nunca tuvo un acercamiento real con el género femenino.

En ese club, una de las chicas del lugar se ofreció a hacerle una mamada, que si bien lo puso nervioso y alegó que dinero no tenía, la chica de igual manera se la hizo. Fue vergonzoso cuando se dio cuenta que no soporto más de dos minutos, pero ¡Vaya! Era su primera experiencia sexual, un chico con las hormonas a tope y con un apetito sexual –que si bien nunca mostró– era fuerte.

Después de eso, conociendo lo que era ser tocado por alguien ajeno, quiso experimentar lo que era tener sexo de verdad. Fueron pocas experiencias, de mujeres que pasaban su físico por alto por unos cuantos billetes, pero gracias a ello, pudo aprender lo que era el deseo carnal.

Años después, cuando entró a la universidad de artes, se sintió satisfecho por las pocas pero placenteras experiencias. Quería que el tiempo pasará, quería encontrar una mujer que lo amará y él a ella y por primera vez, quería hacer el amor.

Pero, fuera de los planes que tenía, los padres de Bucky murieron, con ello los gastos se hicieron más y una tentadora oferta de trabajo lo encerró en el mundo del sexo carnal en el que tanto se empeñaba salir.

Thor, pareja del dueño y creador del negoció, fue su entrenador personal. Tenía potencial, Odinson se lo hizo ver. Conforme pasaba el tiempo, su apariencia física cambiaba y su pudor desaparecía.

En esa clase de negocios se dio cuenta que no todas las mujeres gustaban de sexo rudo, en realidad, habían mujeres con fetiches extraños, arriesgados y excéntricos. Steve tuvo que perder la vergüenza, ya que la paga era grande y no podía negarse a nada. Loki ofrecía el servicio a mujeres de la alta, consiguiendo privilegio y riqueza. A Rogers no le iba mal en realidad, pero tampoco estaba muy orgulloso de lo que hacía.

Lo que si agradecía, muy dentro de su orgullo masculino, es que la experiencia lo había hecho un buen amante. Era un caballero por sobre todo, pero siempre se necesitaba un hombre atrevido e inmoral en la cama que hiciera disfrutar hasta la más recatada de las mujeres.

Sí lo veía de una manera algo egoísta y superficial, el día que llegara a conocer a la mujer de su vida, jamás estaría insatisfecha, y entonces sí, cumpliría con su deber en la alcoba.

Steve suponía que ese era el único lado agradable de ese trabajo, además del dinero que se ganaba por supuesto.

—Debe ser una mujer con poder. —Scott golpeó juguetón su hombro—. Ya me enteré que pagará cuatro veces el precio por ti.

Rogers rodó los ojos. No lo hacía sentir cómodo, pero lo admitía, era una gran cantidad de dinero.

—¿Qué piensas hacer con tanto dinero? —Bucky, al igual que Scott, se sentó a su lado.

—No lo sé. —El rubio se puso colorado—. Puedo, cumplir uno de mis sueños, tal vez.

—¿Sueños? —Lang se mostró curioso.

—Déjame adivinar. —Barnes torció su sonrisa—. Aun sueñas con casarte, tener perros y muchos hijos.

Thor jadeo sorprendido.

—Bucky. —Reprochó el rubio ante el tono sarcástico que utilizo su mejor amigo—. El que trabaje en esto no quiere decir que siempre lo haré. Quiero estabilidad en mi vida.

James se encogió de hombros.

—Eso es un buen plan de vida. —Thor sonrió ante las palabras de Steve—. Nada como una persona que te ame por sobre todas las cosas, formar una familia, tener una vida pacífica.

Rogers suspiró.

Ingenuidad o no, Steve soñaba con encontrar al gran amor de su vida.

•••

Toni miró por quinta vez el teclado, pero sus dedos permanecían quietos. Su mente pensaba en lo que había hecho, y mientras más lo analizaba, más ansiosa se ponía.

Había contratado a un completo extraño, sólo para tener un buen orgasmo y una agradable experiencia sexual.

Los nervios subían por su cuerpo.

Miró el reloj en la pared. 7:30 p.m.

Soltó un suspiro pesado, se levantó de su asiento y decidió que era suficiente trabajo por hoy.

Tomando su lugar como la jefa, decidió que podía retirarse, siempre y cuando no se encontrará con Pepper.

Tomó a su bebé y arrancó directamente a la torre Stark. Su invitado llegaría a las 22:00 horas, así que tendría tiempo para tomar una ducha, ordenar sus pensamientos y, tal vez, comer algo.

Al llegar, lo primero que hizo fue darle órdenes precisas a su I.A: no hablar. No quería que el tipo saliera corriendo en cuanto escuchará que las paredes tenían vida propia. Después, se dio una relajante ducha que ciertamente duro más de lo normal, se puso una simple camisa blanca, sin sostén ni pantaletas; no las necesitaría, para finalmente descansar en el sofá, prender la televisión y ver cualquier cosa que estuviera pasando.

Pronto, se perdio en el recuerdo del sujeto. Cuando Loki le habia mostrado la lista de chicos, Toni había admitido para sí que todos eran atractivos, buenas presencias, pero ninguno de ellos eran su tipo, hasta que lo vió a él.

Toni sabía que tenía una cierta debilidad por los rubios, razón por la que llamo su atención, pero después de ver sus ojos, fue lo único que le interesó.

Tenia unos ojos brillantes y claros, idénticos al agua cristalina de las más altas montañas, un azul totalmente hermoso y puro.

Se estremeció de sólo imaginarlo encima de ella, con los ojos oscurecidos de deseo.

Suspiró sacando un poco de la recién excitación en su cuerpo.

—"Señorita Stark, tomaron el elevador y se dirigen a este piso".

Tenía que ser él.

—Gracias Jarv, ya sabes, callado.

Y con los nervios a tope, se levantó del sofá; se dio cuenta que las piernas le temblaban, además del pudor que comenzaba a florecer en su cuerpo al estar casi desnuda.

Decidió que sentarse era una buena opción. Espero pacientemente, pero aun así, el clic tan característico del elevador la sorprendió.

Miró el reloj, 21:59. Había llegado el momento.

—Buenas noches, señorita Stark. —Escuchó junto con los pasos del hombre.

La voz varonil atravesó su cuerpo, estremeciendola por completo. Era un voz gruesa y seductora.

—Buenas noches. —Fingiendo seguridad, volteo con calma hacía él.

Por primera vez en su vida, se sintió aturdida por alguien.

Era alto, fornido, de buenas curvas debía admitir, tenía un rostro atractivo y de facciones varoniles pero no toscas. Pero, lo que verdaderamente llamo su atención, fueron esas dos joyas que la miraban fijamente.

Eran maravillosas, destellantes, hermosas.

Después de su escaneo, se levantó del sofá, sintiendo todavía el ligero temblor en sus piernas.

—Pase, por favor. —Lo vio caminar hasta el sofá en el que ella había estado, sintió su mirada encima, y cuando vio el sonrojo en su rostro, supo que le había gustado lo que había visto.

Eso le regreso la seguridad que la caracterizaba.

—¿Gusta un trago? —Preguntó dirigiéndose a su pequeño bar.

—No tomo, gracias. —Y era educado, que deleite.

Con una sonrisa en el rostro, Toni se sirvió una pequeña copa de tequila. Necesitaba algo fuerte para poder hacer las estupideces que acostumbraba, por ejemplo acostarse con un completo extraño, pero ¡Oye! No era la primera vez que lo hacía.

Punto para Stark.

—¿Seguro? —Insistió un poco. Al ver qué seguía negando, regreso sus pasos al sofa.

Ambos sentados, con una distancia prudente, no sabían por dónde empezar.

—¿Qué trae en la mochila? —Para sacar una plática médicamente decente, Stark miró la mochila masculina que traía el rubio.

Steve pidió permiso para dejar la mochila en la pequeña mesa; cuando lo tuvo, saco un folder de ahí.

—Estos son mis exámenes médicos. —Le extendió las hojas a la mujer—. Así estará segura que estoy completamente limpio.

Wow, que profesional.

—Tambien está nuestro contrato. —Habló el jovén, mientras la miraba—. Por si gusta revisarlo.

—Confió en usted. —Toni realmente no quería leer nada.

El rubio asintió para después mostrar el contenido de la mochila.

Juguetes sexuales, condones, lociones... Tenía de todo ahí.

—¿Y todo eso? —Preguntó realmente curiosa.

—Podrá escoger lo que usted guste. —Dijo sencillamente el hombre.

Toni tomó unas esposas muy exóticas. Miró los paquetes de vibradores e incluso los condones con sabor.

—¿Y sabe utilizarlos todos?

—Es parte de mi trabajo señorita. —Contestó de nuevo el rubio.

La genio silvó.

Algo nerviosa, miró de nuevo los papeles. Sonrió ante lo leído.

—¿Capitán América? —Toni alzó una ceja y miro al hombre— ¿Usted se llama así?

—Es sólo un seudónimo. —El hombre se veía avergonzado—. Es parte de las reglas, usted sabe, mis compañeros también tienen uno.

La castaña asintió divertida.

—¿Entonces no me dirá su nombre? —Volvió a cuestionar con una sonrisa coqueta.

El rubio sonrió con cierta pena.

—El señor Laufeyson me mataría. No es seguro.

Claro, acoso, chicas locas... Toni lo recordaba. Todo era cuestión de seguridad.

Dejando los papeles en la mesa y viendo los artefactos en la mochila, Stark hablo de nuevo.

—No utilizaremos nada de ahí. —Los ojos azules del hombre se centraron en ella—. Quiero ver qué tan bueno es por sí sólo.

Steve asintió, guardo los papeles en la mochila y la cerró.

Toni sintió que los nervios volvían. Dios, estaba pasando.

—¿Le molesta sí la llamo por su nombre? —Preguntó ahora el rubio.

—Toni, me gusta más así. —Aclaró.

Asintiendo, el hombre a su lado la tomó de la cintura y la sentó en sus piernas. La castaña ni siquiera se dio cuenta del movimiento.

—Bien... —Los azules ojos se desviaron a su boca—, con su permiso.

El rubio estampó su boca con la suya.

Toni soltó un jadeo sorprendido. Realmente estaba pasando.

El beso no tuvo un inicio delicado, mucho menos tierno o inocente, todo fuera brutal y salvaje desde el principio.

La boca del rubio acariciaba la de ella, sin dejar un espacio sin tocar. Toni contestaba el avance, sintiendo sus labios arder; Steve abrió su boca, atrapando el labio inferior, succionandolo, mordiendolo, causando que la mujer soltara un pequeña gemido que le permitió la entrada a su lengua.

Toni sentía su sexo caliente. Ese beso la estaba haciendo delirar.

Con rudeza, Rogers comenzó a lamer sus dientes, para después atrapar la lengua con su boca y succionarla con deseo. El sonido morboso sólo derretía las defensas de Toni.

—¡Ah! —La castaña se aferró al cuello del rubio y se dejó hacer.

Todo era saliva, dientes, labios. Jamás la habían besado así.

Las manos del hombre masajeaban la espalda y justo como lo pensó, no traía sostén.

Aun con sus bocas ocupadas, Steve dirigió sus dedos al inicio de la gran camisa; lento, la subió por las piernas, hasta llegar a la cintura.

No tenía pantaleta.

—¿Sorprendido? —La mujer susurró muy cerca de su boca.

Admiro lo hinchados y rojos que estaban los labios de Toni.

Le dio una sonrisa sucia para tomar su trasero. Era fantástico.

La castaña jadeo ante el toque brusco. Las manos del hombre eran grandes y toscas, capaz de encerrar sus glúteos en cada palma.

Steve volvió a besarla con hambre, para después bajar por el cuello. Atacó la carne bronceada.

Toni sentía el toque del rubio aun en sus nalgas, al igual que la lengua tibia en su clavícula izquierda.

—¡Ah! ¡Dios, si! —Toni se restrego sin vergüenza alguna en el regazo del hombre.

Podía sentir el bulto en los pantalones.

—¡Ah! —El gemido ronco del rubio la excito.

Punto para el "Capitán". Ese sonido había sido musica para sus oídos.

Tomando la iniciativa, despegó los labios de Rogers de su cuello, lo beso y después ella inicio un beso húmedo en el cuello de él.

Mordió la piel blanca, paso por la manzana y la succiono. El rubio dejó caer la cabeza y sus manos por instinto subieron por debajo de la camisa hasta sus pechos; estrujó los senos, para después pellizcar los pezones ya erectos.

—¡Mgh! —Toni reprimió un gemido en su cuello.

Steve siguió jugando con los pechos de la mujer, mientras está movía las cadera y succionaba su piel.

—Toni... —Susurró llamando la atención de la castaña.

Cuando la tuvo enfrente, dejó los pechos de la mujer y se permitió admirar la imagen frente a él.

Toni estaba sonrojada, con la respiración alterada, y aun con la camisa, se podía ver los pezones duros por sus caricias.

Sintió que su libido subía como espuma.

Tomó los cabellos de la castaña y los jalo dejando su cuello y pecho expuestos.

La mujer gimió con fuerza.

—¿Te gusta? —Susurró con voz ronca en su oreja.

Toni se mordió los labios en un gesto de seducción. Bendita sea la hora en que está mujer lo había escogido.

Un desconocido sentimiento de posesividad se instaló en el pecho y cabeza de Rogers. El tan sólo imaginar  que ella podría estar ahora con otro de sus compañeros le hacía perder la concentración y la paciencia que tanto lo caracterizaba.

Mordió el cuello que se mostraba enfrente de él, después bajo su boca a los pezones erguidos por encima de la camisa y los chupo con deseo.

—¡Ah! ¡Mierda! —Toni se sentía atrapada por el hombre debajo suyo.

Succionando por encima de la prenda, Steve bajo su mano derecha para ponerla en el sexo de Toni, mientras que con la izquierda sostenía la cabellera de la mujer.

Estaba caliente y mojada.

—¡Ah, Capitán! —Fue lo único que recordó la mujer en medio de toda la bruma.

Steve metió dos dedos en la vagina, sintiendo como la castaña se retorcía en sus brazos.

—¿Fuí brusco? —Steve subió su boca a la mandíbula y dio una pequeña mordida, causando un ligero temblor en Toni.

—¡Más, por favor!

Ante el ruego de Toni, comenzó a penetrar a la mujer con desenfreno, escuchando los gemidos delicados de la castaña, acariciando con el pulgar el clítoris de un momento a otro, intercalando las caricias.

El pecho de Stark comenzó a subir y bajar rápido, su rostro se tenso y la sintió apresar sus dedos.

—¡Ah! ¡Cap! —Gritó sintiendo sus piernas temblar, su entrada palpitar y como su vientre se liberaba de la exquisita tensión.

Había tenido el primer orgasmo de la noche.

Toni cayó en el cuerpo del hombre, dejando que los espasmos en su cuerpo se calmaran, jalando el aire que le faltaba, sintiendo su corazón inquieto.

—¿Se sintió bien? —Steve beso la frente de la mujer.

La genio asintió aun en el pecho del rubio.

Esperaron unos segundos en esa posición.

—¿Toni?

—¿Mmm?

—Mi nombre es Steve. —Dijo mientras acariciaba los hombros de la castaña.

Toni se enderezó y lo miro con incredulidad.

—Creí que era parte de las reglas no decírmelo. —Toni sonrió divertida.

—Nadie se lo dirá a Loki. —Steve se encogió de hombros.

Stark rio divertida.

—¿Y por qué me dices tu nombre? —Preguntó la chica.

—Porque es lo único que gritaras en la noche.

Dicho y hecho, Steve le quitó la gran camisa que tenía y la dejo completamente desnuda.

Toni se mostró sorprendida ante la actitud de Steve. Cada vez le gustaba más ese hombre.

Steve la beso de nuevo y está vez disfruto de la sensación de la piel en sus manos. Era suave, tibia por el aumento de temperatura y su color bronceado lo tentaba.

Toni correspondió el beso y se aferró al pecho de Steve.

—Vamos a mi recámara.

•••

Toni quitaba la chaqueta, camisa y desabrochaba los pantalones del rubio, mientras lo jalaba directo a la cama.

Al estar desnudo del torso, Stark paseo sus manos por los músculos. Una buena imagen.

—Que sexy. —Susurró la castaña, riendo junto con Steve.

El hombre la alzó sin esfuerzo alguno, para dejarla en la gran cama. Se quitó los pantalones, después el boxer, todo bajo la mirada de Toni.

Ahora con el rubio también desnudo, Toni se sintió excitada de nueva cuenta. Ese hombre tenia que ser un maldito super modelo, la castaña no lo imaginaba de otra manera.

—Te ves tan hermosa... Tan mía. —Steve se mordió el labio inferior. Se acariciaba sin ninguna vergüenza la erección en medio de sus piernas, atento a los lujuriosos ojos de Toni.

Ambos se encontraban maravillados con el otro.

—Steve, necesito... Yo... —La castaña comenzó a masturbarse sin poder soportar el ardor en su sexo.

Lo sentía palpitar de sólo imaginar el pene de ese hombre dentro de ella.

—¡Joder! —Stark salto en la cama cuando sintió la lengua del rubio en su clítoris, dando vueltas rápidas y lentas.

Steve acarició los muslos carnosos de la mujer, mientras se encargaba de estimular su entrada con los dedos y succionar el botón rosado.

Stark se aferraba a los cabellos dorados del hombre en sus piernas, mientras sentía su vientre contraerse deliciosamente.

—¡Steve, Steve, Steve! —Toni no dejaba de repetir su nombre en constantes gemidos— ¡Dios, métela ya!

Rogers dejo el sexo de la mujer para subir encima de ella, besando cada trozo de piel, hasta llegar a sus labios.

—¿Te gusta hablar sucio? —Steve sonrió flojo y sensual, dirigiendo sus labios al oído enrojecido de Toni— ¿Quieres que te diga lo que te haré? ¿Cómo te ves ante mis ojos?

La castaña suspiró por cada palabra dicha. Quería.

No había nada más placentero que escuchar la ronca voz de Steve.

—¡Steve! —Toni abrazo el cuello del rubio, enredo sus piernas en la estrecha cintura, para después sentir como la carne caliente y dura se restregaba contra ella.

—Estás tan mojada. —Steve mordió su lóbulo sensualmente—. Tan mojada para mí.

Stark gimió de acuerdo con sus palabras.

Ambos comenzaron una pequeña danza en la cama, que sólo consistía en restregarse el uno con el otro.

Rogers tomó una de las manos de la genio, la llevo hasta su pene y jadeo bajo al sentir como los largos dedos se aferraban a su falo.

—Mételo. —Ordeno, para después sentir como poco a poco, entraba en el cuerpo de la bella mujer debajo de él.

—¡Ah! —Toni dejó que su cabeza se enterrara en la cama, que su mano derecha se aferrara al trasero bien proporcionado de Steve y que sus piernas lo empujaran más a fondo.

El rubio gruño ante el delicioso calor que ahora lo rodeaba.

—Eres perfecta, Toni. —Beso la mejilla caliente, para después besar los labios rojos y maltratados—. Eres jodidamente hermosa.

La castaña se sentía derretir ante sus palabras. Le encantaba la voz de Steve.

—Steve... Muévete... Por favor. —La genio busco los ojos del hombre encima suyo. Cuando los encontró, no pudo evitar el gemido que escapó de sus labios.

Se miraban tan feroces, tan oscuros.

—¿Quieres que te folle, Toni? —Preguntó con un tono pícaro. Muy elocuente para el momento.

—Steve... —Toni lloriqueo, pegándose al cuerpo fornido.

—Responde.

El rubio mordió los labios de Stark en un arranque de pasión. Eran tan suaves, tan adictivos, tan necesarios para Steve.

—¡Maldición, follame Steve!

Cumpliendo su petición, Steve comenzó a mecerse con paciencia, tal vez buscando que la cordura de Stark desapareciera.

Beso los hombros y cuello, aumento del ritmo conforme pasaba el tiempo. Toni enterraba sus uñas en la espalda ya roja, sintiendo como el pene de Steve entraba con violencia a su cuerpo cada que salía.

La cama se movía junto con ellos; a un ritmo desesperado y salvaje.

—¡Ah! ¡Steve! —La mujer fue sujetada de la cintura, para después verse así misma saltando sobre la firme erección.

Steve, sentado y con la castaña encima, lamía los pezones, los chupaba, los succionaba y mordía marcando su cuerpo como suyo. 

—Se siente delicioso, Tony. —Susurró mientras observaba la mirada perdida de la castaña.

Toni lo beso de nuevo, callando sus ruidosos gemidos. Steve no sólo la penetraba, también acariciaba su clítoris con la mano derecha y la izquierda la ultilizaba para sostenerla por la cintura.

Ella se abrazaba a sus hombros, sin dejar de saltar encima. El pene de Steve llegaba tan profundo.

—¡Voy a...! ¡Steve! —Con la respiración a tope, tomó la cara del rubio, permitiendo que admirara su rostro perdido en el placer, gritando su nombre al llegar al orgasmo, lloriqueando por la tensión exquisita que se liberaba en su vientre.

Steve hizo el intento de alejarla y terminar fuera; no había llevado un condón consigo. Se había dejado llevar y había cometido un error de principiante.

—No, adentro... Steve... Adentro. —Aun sintiendo los rastros del orgasmo, Toni no lo dejo ir.

Rogers apretó la mandíbula, dejando que su esencia se liberará dentro de ella.

Entre espasmos, Toni sintió el semen caliente resbalar desde su entrada hasta sus muslos.

Los dos, con los músculos tensos, se dejaron caer en la cama. Rogers debajo de Toni.

La castaña acarició el pecho lampiño del rubio, calmando su respiración y sonriendo ante la agradable sensación.

—¿Así de fantástico es el sexo? —Preguntó después de algunos segundos, segura de que el rubio ahora estaba más calmado.

—Es la primera vez que lo siento. —Admitió Steve.

La castaña rio divertida. Apoyó sus manos en el duro pecho y lo miro con una sonrisa torcida.

—Mentiroso. —Dijo ocasionando la risa de Steve.

—Es en serio. Creo que es la primera vez que disfruto del sexo. —El rubio paso sus cabellos detrás de su oreja—. Es la mujer más hermosa que he visto en mi vida.

Toni se encontraba sonrojada, sudada, con el cabello revuelto y la mirada vidriosa. Era una imagen celestial.

—Y usted es el hombre perfecto.

Satisfecha, Toni se acostó de nuevo en el pecho del hombre, y durmió escuchando los latidos de Steve como una canción de cuna.

•••

[5 años después]

•••

—Felicidades hermano. —Bucky palmeó su hombro y le sonrió sincero.

Steve asintió para después darle un abrazo amistoso, y finalmente, regresar su vista a la pista de baile.

Su –ahora– esposa bailaba con un pequeño de tres años. Castaño, ojos azules y adorable rostro.

Por su parte, Toni daba vueltas con su pequeño, riendo ante las carcajas que soltaba Peter.

—¡Papá! —El niño brinco al ver como un hombre rubio y alto se acercaba a ellos.

Steve se hincó y beso la frente de su hijo, para después besar a su esposa en los labios.

—¿Me invitan a bailar? —Toni le sonrió para después asentir.

Los tres, Steve con Peter en brazos y Toni pegada al cuerpo de su marido, se balanceaban en la pista, riendo cada cierto momento.

—Yo quiero bailar con el pequeño caballero. —Natasha llegó hasta la feliz pareja y cargo al niño— ¿Me concedes esta pieza, Pet?

—¡Si!

Toni sonrió al ver como su hijo guiaba a su manera a la pelirroja. Era una escena adorable.

—Steve, sólo míralo. —La castaña se abrazó a la cintura de su marido—. Es hermoso.

Rogers asintió de acuerdo. Paso sus brazos por los hombros de la mujer, abrazándola con ternura.

—Te ves hermosa. —Le susurró al oído.

La genio soltó una pequeña risa.

—Me lo has dicho desde la ceremonia. —Toni se separó un poco de su esposo, para pasar sus brazos por el cuello masculino—. Aunque debo admitirlo, el blanco hace resaltar mis curvas.

Steve la beso, tomándola de la cintura y acariciando su vientre algo abultado.

—¿Estás bien? —Preguntó juntando sus frentes.

Toni asintió feliz. Ambos miraron a su pequeño Peter bailar con la pelirroja, para después bailar con Pepper. Las mujeres se encontraban encantadas con el niño.

Después de su primera noche juntos, Steve había decidido dejar el negocio, dar clases de artes en una universidad de nivel y dejar en claro sus intenciones con Toni.

Meses bastaron para que su relación se tornará sería.

Habían planeado la boda mucho antes, pero el embarazado de Toni había atrasado los preparativos, y cuando Peter nació, los dos quisieron que creciera un poco más para que los tres disfrutaran de la celebración.

Y si bien un segundo embarazo tocó a sus puertas, Toni apresuró los preparativos para casarse antes de que se notará su estado.

—Gracias Toni. —El rubio se abrazó a su esposa—. Gracias por hacerme tan feliz.

La castaña correspondió el gesto, dejando que el calor ajeno la envolviera, la hiciera sentir amada y especial.

—Te amo, Cap.

Steve soltó una pequeña carcajada.

—Yo también te amo, Toni.

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