Gray POV

Mientras iba hacia Lucy para hablar con ella, Juvia se interpuso en mi camino

- No se te ocurra ir a hablar con ella

- Ah... —suspiré— ¿Y eso por qué?

- Porque no quiero

- ¿Y desde cuándo decides tú lo que puedo o no puedo hacer?

- Soy tu novia, tengo ese derecho

- No voy a dejar que me manipules como a un muñeco, voy a ir a hablar con ella, si no te gusta te aguantas

- ¡Gray! Somos una pareja, no puedes hacer lo que te dé la gana

- ¿Y tú sí? ¿Crees que no sé que hay noches que sales a escondidas y no regresas en toda la noche a casa? Ni si quiera sé a dónde vas o qué haces y aún así no intento controlarte, ¿por qué tú tienes que controlar mi vida?

- Porque si no lo hago cometerás muchos errores

- ¿Errores para quién? ¿Para ti o para mí?

- Para los dos

- Ah... —suspiré llevándome las manos a la cabeza— Eres imposible Juvia —tras eso la ignoré y seguí mi camino pero ella no me dejó para variar—

- ¿No te ha quedado claro? Seré más directa, te prohíbo que te acerques a ella

- ¡Juvia, déjame en paz! ¡Me quitas las ganas de vivir! ¡Me succionas la energía diariamente, me estás ahogando, déjame respirar! —grité, estaba tan irritado que no pude controlarme más, todos voltearon a ver qué ocurría, Juvia empezó a llorar—

- ¿Cómo puedes decirme eso? —dijo llorando. Si encima el malo voy a ser yo...—

- Joder Juvia... —dije llevándome las manos a la cabeza de nuevo—

- Me da igual, vete, haz lo que quieras... —dijo llorando, iba a contestarle pero no tenía ni ganas, simplemente me fui del gremio—

Me fui a un acantilado al que empecé a ir desde que no soporto a Juvia y me senté cerca del precipicio, contemplar el mar me calmaba, a los pocos minutos me tumbé boca arriba y cerré los ojos, no tardé en escuchar una voz

- ¿Así que tú también vienes aquí? —abrí los ojos y era Lucy, ahora que pude verla de cerca tengo que reconocer que es bastante hermosa—

- Sí —dije mientras me sentaba, ella se sentó a mi lado— ¿Tú también vienes?

- Sí, siempre que me siento mal... aunque tú siempre me seguías hasta aquí... —dijo con una sonrisa nostálgica mientras miraba el mar—

- ¿En serio? —me irrita no poder recordar nada—

- Sí... —después de un silencio incómodo, ella volvió a hablar—

- Gray... ¿todo bien con Juvia?

- Ya has visto el espectáculo...

- ¿Siempre es así?

- Sí, no puedo más, me agota

- ¿Por qué no simplemente rompes con ella?

- Por el bebé... él no tiene por qué pagar por nuestros errores —tras un incómodo silencio de nuevo ella habló—

Lucy POV

- ¿Sabes? Creo que si un niño tiene a sus dos padres es genial... pero para tenerlos todo el día peleando y mal creo que es mejor que sólo esté con uno de ellos, al menos así no vería cuánto se odian sus padres, además no hace falta ser pareja para criar a un niño

- ¿Sting y tú no sois pareja? —preguntó—

- ¿E-eh? —dije nerviosa— ¿A qué viene esa pregunta?

- Curiosidad

- Claro que lo somos —¿huh? ¿por qué dije eso?—

- Eh... ¿en serio? ¿Y por qué me cuesta creerlo?

- ... —no sabía qué responder—

- Dime Lucy, ¿por qué me has seguido? ¿Para animarme? o... —subió mi barbilla y acercó su rostro al mío— ¿para seducirme?

- ... —¿desde cuándo Gray tiene esta personalidad? No sé qué responderle... ¿por qué le he seguido? Supongo que estaba preocupada por él— Estaba preocupada por ti...

- ¿Sabes? Eres una mentirosa... —dijo en un tono muy seductor, tras eso juntó sus labios con los míos y yo me quedé paralizada. ¿Gray me estaba besando? ¿Por qué?—

- G-gray... ¿q-qué haces? —dije muy sorprendida—

- Lo que estabas deseando qué hiciera —tras eso me besó de nuevo pero esta vez introdujo su lengua en mi boca, yo no pude resistirme... Gray besa tan bien... a los pocos minutos terminé tumbada en el suelo boca arriba y él sobre mí sin dejar de besarnos hasta que de repente se separó bruscamente de mí—

- ¿Quieres que siga besándote? —dijo con una mirada muy seductora—

- ¿Por qué iba a querer eso? —dije avergonzada—

- Vamos, sé sincera y dime lo que quieres

- Bésame —si él quería que entrara en su juego entraría, él sonrió con picardía y dijo—

- Buena chica —tras eso volvió a besarme. La verdad es que no reconocía a Gray... él antes no era así... pero me daba igual. Al rato comenzó a recorrer todo mi cuerpo con una de sus manos—

- ¿Sólo quieres que te bese o...? —susurró en mi oído con una voz jodidamente sexy— ¿...quieres llegar más lejos...? —dijo mientras coló su mano por debajo de mi falda y acariciaba mi intimidad por encima de la ropa interior—

- Ah... —no pude evitar soltar un pequeño gemido— ¿Q-qué haces G-gray? —dije un poco excitada—

- Qué linda eres... —susurró con una sonrisa— Pero no has contestado mi pregunta —dijo mientras me besaba el cuello y con su mano libre acariciaba mi pecho—

- Ah... —volví a gemir— G-gray... p-para...

- ¿Por qué? ¿Lo estás disfrutando no? —dijo con una sonrisa traviesa. Tras eso volvió a besarme y comenzó a acariciar mi intimidad por debajo de la ropa interior—

- Ahh... —gemí de nuevo—

- Me encantan tus gemidos... son tan lindos... —susurró mientras mordisqueaba mi oreja—

- G-gray... por favor... e-esto no está b-bien

- ¿Por qué no?

- Porque ambos tenemos pareja —bueno yo no pero no estaba bien lo que estábamos haciendo—

- ¿Y? Qué les den —tras eso volvió a besarme pero esta vez con rudeza y yo no podía resistirme para variar... rápidamente bajó hasta mi escote para besarlo—

- ¿Sabes? Tu cuerpo es precioso... me muero de ganas por verlo desnudo

- Ya lo has visto

- ¿En serio? Pero no lo recuerdo, ¿por qué no me ayudas a recordarlo...? —dijo mientras me mordisqueaba el cuello y comenzaba a desabrochar mi camisa... pero no sé si por suerte o por desgracia, una voz nos interrumpió—

- ¡¿Lucy?! ¡¿Gray!? —gritó— ¿¿Pero qué estáis haciendo?? —preguntó muy sorprendida—

- ¡Levy! —dije sorprendida mientras me separaba de Gray—

- ¿Acabas de llegar y ya te estás metiendo en líos? Tú hija está llorando, necesita a su madre y su madre por ahí seduciendo novios ajenos —me regañó Levy— 

- L-lo siento... —tiene razón. ¿Qué estoy haciendo?—

- Además, ¿qué va a pensar Sting de todo esto?

- Por favor Levy, no se lo digas

- No es asunto mío, no voy a decirle nada, pero contrólate

- ... —solo pude asentir con la cabeza—

- ¿Y tú? ¿No te da vergüenza Gray? Tienes a tu novia deprimida y esperándote con tu hijo, ¿y tú aquí liándote con otra chica? ¿Es que no tienes ni la más mínima decencia?

- Ahh, déjame en paz Levy, para darme sermones ya tengo a Juvia —dijo mientras se levantaba del suelo, se acercó a mí y susurró en mi oído—

- No creas que te has librado... continuaremos con esto en otro momento —le dio un pequeño mordisco a mi oreja y se fue. ¿Qué le ha pasado a Gray? Está irreconocible—

- Ah... —suspiró Levy— Espabila Lucy, no te quedes ahí como una tonta

- Ah, ya voy Levy —comenzamos a ir juntas hasta el gremio—

- ¿Es que se te ha ido la cabeza? —dijo Levy tras un incómodo silencio—

- ...

- ¿En qué estabas pensando?

- No sé... solo lo seguí para hablar con él y ver si estaba bien pero él me besó y bueno... no pude rechazarlo

- Ah... ¿En qué estará pensando Gray? —dijo Levy confusa—

Llegamos al gremio sin decir nada más durante el resto del camino, una vez dentro cogí a Layla de los brazos de Bisca la cual no dejaba de llorar, a los pocos segundos de estar entre mis brazos dejó de llorar, supongo que me reconoce como su madre

- Vaya, es increíble... en cuánto la cogiste se cayó —dijo Natsu muy sorprendido mientras miraba a la niña—

- Ya eres toda una madraza Lucy —dijo Bisca sonriendo— Por cierto, ha venido otra vez Lector y ha traído el cochecito para la niña

- ¿En serio? Perfecto —la niña comenzó a llorar otra vez—

- Ah, ¿qué le pasa? —dijo Natsu preocupado—

- Tiene hambre. Mira, ¿podrías calentarme un biberón? —dije mientras sacaba uno de la bolsa—

- Claro Lucy —dijo sonriente—

- Shh... Layla por favor no seas mala... —dije mientras intentaba controlar su llanto y la mecía un poco. Al poco tiempo volvió Mira, dejé caer varias gotas en mi muñeca para comprobar la temperatura—

- Está demasiado caliente

- Ah... lo siento Lucy, no entiendo de estas cosas —dijo Mira triste—

- No te preocupes —sonreí. Estaba a punto de levantarme para bajar la temperatura del biberón cuando alguien me lo quitó de las manos—

- Trae —dijo Gray sonriente. Lo puso cerrado bajo un chorro de agua fría y tras comprobarlo varias veces volvió con él— ¿Qué tal así? —dijo sonriente, yo comprobé la temperatura una vez más en mi muñeca—

- Perfecta, gracias —sonreí y comencé a darle el biberón a Layla— 

- Vaya Gray, quien iba a decir que se te darían bien los niños... —dijo Bisca burlona—

- Simplemente voy acumulando experiencia... —dijo serio—

- ¿Con Haru? —dijo burlona—

- Sí

- Por cierto, ¿dónde está Juvia? —preguntó Bisca—

- Ni idea —la expresión de Gray pasó a una con irritación y se fue a hablar con los demás—

- Ah... —suspiró Bisca— Veo que las cosas entre ellos no mejoran... —tras eso se despidió y se fue dejándome con Natsu—

- Cuándo yo me fui estaban bien... ¿cómo han llegado a esto? —pregunté—

- Ah... —suspiró Natsu— ¿Recuerdas cuando te vimos con Sting a los pocos meses de irte?

- Sí

- Todo empezó ahí, cuando Gray te vio con Sting se dio cuenta de que no quería perderte así que aclaro sus sentimientos y te escogió a ti, al regresar rompió con Juvia explicándole que él te amaba a ti y qué saldría a buscarte. Juvia no se lo tomó nada bien y ahí empezaron a tener muchos problemas, discutían muchísimo porque a pesar de que no estaban juntos, Juvia no lo dejaba en paz, Gray te estuvo buscando durante dos meses pero no logró encontrarte. El día en el que tuvo el accidente, por la tarde Juvia le dijo que estaba embarazada de él... al principio no se lo creía pero una semana antes, en una noche loca volvió a acostarse con ella, esa mala noche fue cuando la dejó embarazada, Gray impactado le dijo que se haría cargo del bebé pero que no volvería con ella, que no sentía nada por ella y que saldría de nuevo a buscarte. Fue una discusión fuerte pero no tanto como la que tuvieron unas horas después... Gray estaba furioso con Juvia, por mucho que se enfade con ella, nunca lo he visto así como aquella noche... pero nadie sabe el motivo... Tras la pelea Gray se fue furioso pero Juvia lo siguió... una hora después Gray se cayó por el balcón de su apartamento con la mala suerte de darse un fuerte golpe en la cabeza que lo hizo perder la memoria, ni si quiera sabía quién era él mismo. Cuando le explicamos todo, también le explicamos su situación con Juvia y volvió a decir lo mismo, se haría cargo del bebé pero no saldría con Juvia, unos meses después no sé cómo lo hizo pero lo convenció y comenzaron a salir pero de nuevo volvieron esas peleas las cuales con el paso del tiempo se fueron volviendo más y más horribles y constantes como la que viste antes, Juvia ha conseguido que Gray la termine odiando, no la soporta

- ¿Así que yo soy la causa de todo esto...? —dije triste, me sentía culpable de todo, hasta de que Gray perdiera la memoria—

- ¿Pero qué dices Luce? Tú no tienes la culpa de nada, además todos sus problemas se acabarían si rompiera con Juvia, sinceramente no entiendo por qué no lo hace

- Por el niño, quiere que crezca junto a sus padres... pero puede crecer igualmente con los dos separados... pueden prestarle la misma atención los dos por separado y turnárselo. Al menos yo preferiría eso a ver todo lo que mis padres se odian...

- ¿Eso harás tú con Sting...? —preguntó Natsu—

- Sí... de momento me la quedaré yo y Sting nos visitará cuando pueda, cuando crezca nos la turnaremos —uff a ver como lo convenzo de eso también... Sting va a matarme—

- Luce... quizás sería mejor que te unieras a Sabertooth... no creo que la niña sea feliz así, cambiando constantemente de gente y lugar

- Tal vez tengas razón pero... nunca sería capaz de dejar Fairy Tail... y no creo que haya un lugar mejor donde pueda crecer Layla —sonreí—

- No cambiarás nunca Lucy —dijo con una amplia sonrisa—

- Brrrr —escuché llanto detrás de mí, me giré curiosa—

- ¡¿Maestro?! ¿Por qué llora?

- Porque tus palabras me han tocado el corazón... Cómo maestro de Fairy Tail me siento muy orgulloso de vosotros —dijo llorando como un crío— 

- Maestro... 

- ¿Así que está es la pequeña Layla? —dijo cuando dejó de llorar mirando a la niña— Ohhh es muy guapa, ¿puedo cogerla?

- Claro, terminó de comer hace rato, incluso ya expulsó los gases —Makarov la cogió feliz—

- Qué pequeñita es... —se le caía la baba— ¿Pero quién es el padre? No me lo han dicho...

- Pues tiene el mismo físico —dijo Mira burlona—

- ¿Mismo físico? —se quedó observándola un rato hasta que dijo—

- Sólo me sale una persona que se parezca pero no puede ser ¿no?

- El padre es Sting de Sabertooth

- ¿Sting y Lucy...? No me pegan —dijo sincero—

- ¡Maestro! —le regañó Mira—

- Pft —reí— Cómo os he echado de menos —dije sonriente, el maestro sonrió feliz y gritó—

- ¡¡Esta noche fiesta!! ¡Celebremos que Lucy ha vuelto!

- ¡¡Sí!! —gritaron todos—

Al rato me quedé yo sola en la barra con Mira lo cual no me gustaba nada, quedarte a solas con Mira significa interrogatorio, y efectivamente en cuánto dormí a Layla y la puse en el cochecito, comenzó el ataque

- Lucy~~ —dijo con una sonrisa que daba miedo—

- ¿Q-qué ocurre Mira...?

- ¿Sigues enamorada de Gray verdad? —¡wow! ¡Qué directa!—

- ¿Pero qué dices...? ¿Qué te hace pensar eso?

- Porque aún lo miras con la misma cara de enamorada de hace dos años, por no decir que desde que nos quedamos solas no le has quitado el ojo de encima —dijo con una sonrisa traviesa. Ah, mierda, ¿tanto se me nota?—

- Ah... —suspiré— Cómo siempre no se te escapa una eh... —ella sonrió— Pero está cambiado...

- Es cierto... pero sólo un poco, ahora es menos indeciso que antes por tanto más lanzado... pero también es mucho más irascible... supongo que porque es mucho más infeliz ahora que hace dos años

- Puede ser... —dije mientras lo observaba en silencio hasta que él se dio cuenta de que lo estaba mirando, él me sonrió y me guiñó un ojo, yo me avergoncé mucho y desvié la mirada—

- Pft —Mira rió— Lucy no has cambiando nada —dijo mientras reía—

- C-cállate —dije avergonzada—

- ¿Y bien?

- ¿Y bien qué? —pregunté confusa—

- ¿Cuál es tu relación con Sting? —pff segundo disparo, va a tope hoy—

- Estamos saliendo... —¿qué otra cosa podría decir? Madre mía... de esta noche no saldré viva...—

- ¿De verdad? ¿Y por qué no ha aparecido por aquí en todo el día? —dijo desconfiada—

- Habrá estado ocupado, tenía cosas qué hacer de Sabertooth —y el peor momento vino, sin ningún motivo y sin entender el por qué, Sting apareció por la puerta. Todos se le quedaron mirando pero él no le prestó atención a nadie, se acercó a mí y miró a Layla, tras verla en el cochecito suspiró aliviado—

- ¿Qué haces aquí? —pregunté—

- Estaba preocupado

- ¿Huh? ¿Por qué?

- Cómo tardabas en volver pensé que le había pasado algo a la niña —no me lo podía creer, ¿en serio estaba preocupado por ella?—

- Está bien, está dormida

- Eso ya lo veo —dijo un poco irritado—

- Ah... —suspiré— Sting... —dije muy nerviosa— ¿Podemos hablar un momento? —me miró extrañado pero dijo—

- Claro —tras eso nos sentamos en la mesa del fondo, alejados de todo—

- ¿Qué pasa rubia...? Me estás asustando con esa cara...

- Ah... —suspiré. Por favor... qué salga viva de esta...— Sting... tengo que contarte algo pero no te enfades...

- Está bien... —dijo un poco irritado... mal empezamos—

- El matrimonio no podía hacerse cargo al final de ella así que...

- ¿Así que...?

- La he adoptado yo... esta mañana fui a inscribirla como mi propia hija y ya le puse nombre, Layla —estaba totalmente aterrada—

- Joder Lucy, ¿pero en qué coño estás pensando? —dijo muy muy muy enfadado pero intentando no subir la voz y dar un espectáculo lo cual me sorprendió bastante— ¿Y por qué me lo cuentas...? No quería saber dónde se quedaba ni con quién —estaba muy enfadado—

- Pero eso no es todo...

- ¿Aún hay más?

- Sí... a todos en el gremio les he dicho que era mi hija de verdad...

- Espera... no me digas qué... —dijo a punto de estallar—

- Les he dicho que tú eres el padre y estamos saliendo... —cerré mis ojos por el miedo—

- ¡¡Eres imposible Lucy!! ¡En serio, ¿en qué coño estás pensando?! ¡¿Por qué tomas ese tipo de decisiones tú sola?! —gritó, reventó, estaba furioso, todos voltearon a ver qué ocurría— ¡No pienso participar en tu locura! 

Tras eso se marchó furioso, ni si quiera tuve el valor de intentar detenerlo... mejor intentarlo de nuevo cuando se calme. En ese momento Layla comenzó a llorar, Sting la despertó con los gritos... tampoco me puedo quejar... es normal que esté enfadado. Cogí a la niña para dormirla de nuevo, mientras la mecía alguien se sentó a mi lado—

- ¿Todo bien? —dijo Gray—

- Sí...

- ¿Ese era Sting?

- Sí

- ¿Y siempre te trata así? —preguntó preocupado—

- No, es bastante bueno conmigo, de hecho me aguanta mucho... Sólo lo enfadé hoy

- ¿Realmente tenía motivos para ponerse así?

- Incluso para haber reaccionado peor...

- ... —no sabía que responder pero al final rompió el silencio— No pongas esa cara tan triste... ¿te apetece tomarte algo fuera del gremio? Yo te invito

- Ah... —suspiré— ¿Por qué no? —sonreí—

- Perfecto —sonrió—