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𝟬𝟱. ❄ curious ellie


━ ❄・*。𝐅𝐑𝐎𝐙𝐄𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 。˚❄
005.┊ CURIOSA ELLIE.
❪ DESCENDANTS ❫ ೃ ‧₊˚ デセンダント

PARA CALMAR LOS ACTIVOS NERVIOS DE ELLIE, KAIA y Marisa acordaron celebrar una noche de pelí en el dormitorio de Marisa. Las tres construyeron un fuerte con almohadas y mantas y dispusieron cuencos con patatas fritas, palomitas, M&M's y algunos refrescos. Kaia encendió la televisión, eligieron una película y se sentaron en el fuerte de almohadas y mantas.

—Son momentos como este los que hacen que me alegre de que no tengas compañera de piso —dijo Ellie mientras cogía un puñado de palomitas del bol.

—Me gusta el espacio extra —dijo Marisa mientras se encogía de hombros.

—¿Queréis callaros? Va a empezar la película —dijo Kaia, regañando ligeramente a la rubia y a la pelirroja.

Las tres se quedaron calladas y se pusieron a ver la pelí que habían acordado ver y a comerse los snacks que habían preparado para la ocasión. A medida que avanzaba la película, poco a poco empezaron a quedarse dormidas, una a una, hasta que la única que quedó despierta fue Ellie. Al cabo de un rato, la película terminó y en la pantalla apareció el menú principal de la película, así que Ellie sacó el disco del reproductor de DVD y lo volvió a guardar en su caja. Recogió los cuencos vacíos y salió del dormitorio para poder llevarlos a la cocina. Cuando llegó, oyó voces en el pasillo, pero las ignoró mientras se ponía lavar y secar los cuencos, poniéndolos de vuelta en la estantería de donde los había sacado. Al salir de la cocina, vio a Mal y a los otros caminando por el pasillo y aceleró su paso.

—¡Ellie! —gritó la voz de Mal y la rubia cerró los ojos con fuerza mientras dejaba de caminar, dándose la vuelta.

—Hola, Mal. Evie, Carlos, Jay —saludó Ellie con una tensa sonrisa.

—¿Asumo que la cocina está abierta ya que acabas de salir? —preguntó Mal.

—Sí. ¿Necesitabáis algo? —preguntó Ellie.

—Encontré esta receta de estas galletas por ahí en nuestro dormitorio y quería intentar hacerlas ya que tiene una alta calificación.

—Bueno, deberíais poder encontrar todo lo que necesitáis para las galletas ahí dentro.

—Por lo que veo, creo que ya tenemos todo lo que necesitamos aquí delante —dijo Jay con los brazos cruzados y una sonrisa encantadora en la cara.

Ellie jugueteó nerviosamente con las manos mientras intentaba alejarse, pero la chica de pelo morado la detuvo una vez más.

—Es la primera vez que te veo sin tus guantes —dijo ella y un escalofrío recorrió la espina dorsal de Ellie. La rubia intentó encontrar una explicación.

—No siempre me los pongo. Se me enfrían las manos con facilidad, así que simplemente los llevo conmigo.

Se dio una patada mental ante la excusa tan poco convincente que acababa de inventar e intentó que ninguno de los cuatro chicos villanos viera la inquietud en su rostro. No tenía ni idea de lo que Mal podría haberles contado o de lo que Mal sabía sobre sus poderes, pero esperaba que no fuera mucho, aunque hubiera sido preferible que no supiera nada.

—Bueno, supongo que ya nos veremos mañana —dijo Mal con una dulce sonrisa y Ellie se la devolvió.

—Me alegro de volver a verte —dijo Carlos y Ellie asintió brevemente.

—Ya nos veremos por ahí, y espero que esas galletas salgan igual de buenas en cuanto a la calificación —dijo antes de alejarse de los cuatro chicos.

Cuando volvió al dormitorio de Marisa, tanto la pelirroja como Kaia seguían profundamente dormidas en el fuerte de almohadas que habían construido. Se aseguró de que todas las luces estuvieran apagadas y se puso cómoda antes de quedarse dormida.

De camino al inminente partido del Torneo, Ellie se detuvo en su taquilla para guardar sus cosas y vio a Mal y Ben hablando entre ellos. Mal llevaba una bolsa de plástico con algunas de las galletas que había hecho con sus amigos y le estaba ofreciendo una al joven príncipe y futuro rey. Cuando vio a Carlos pasar por su lado, ella le tocó el hombro y él se dio la vuelta rápidamente.

—¿Qué tal han salido esas galletas? —preguntó, con auténtica curiosidad por los snacks que iban a preparar la noche anterior.

—Han salido bastante bien. Mal pensó que estaría bien ofrecerle un par de ellas a Ben —dijo Carlos.

—Supongo que esto demuestra que por ser quienes son vuestros padres, no tenéis por qué ser como ellos —dijo Ellie mientras se encogía de hombros, aunque seguía sin fiarse al cien por cien de Mal.

Evie, Carlos y Jay por otro lado, no tenía exactamente una razón para ser cautelosa con ellos.

—¿Qué te hace estar tan segura? —preguntó Carlos.

—No lo estoy. Es algo que se llama dar un salto de fe. Eso es lo que hizo Ben y por eso estamos aquí —dijo Ellie mientras cerraba su taquilla.

Carlos no dijo nada mientras se reunía con sus amigos y Ellie buscaba a los suyos. Si Ben era capaz de confiar en ellos mientras iba camino de convertirse en rey, entonces tal vez ella podría dejar de lado poco a poco los pensamientos que la corroían y coexistir con ellos.


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