𝟬𝟰. ❄ how to be good
━ ❄・*。𝐅𝐑𝐎𝐙𝐄𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 。˚❄
004.┊ CÓMO SER BUENO.
❪ DESCENDANTS ❫ ೃ ‧₊˚ デセンダント
PRIMER DÍA DE LOS HIJOS DE LOS VILLANOS en la Academia Auradon y, de momento, no había pasado nada y Ellie esperaba que siguiera así. Kaia y ella se sentaron solas en la mesa fuera, bajo un gran roble, y Ellie se limitó a pinchar la comida con el tenedor.
—¿Sólo vas a apuñalar tu almuerzo o te lo vas a comer? —preguntó Kaia.
—Creo que sólo voy a apuñalarlo —dijo Ellie sarcásticamente antes de meterse un bocado de pasta en la boca.
—Dios, ¿cuál es tu problema? —volvió a preguntarle Kaia—. ¿Sigues pensando en Mal mirándote las manos?
—Te digo que sabe algo y me está volviendo loca —respondió Ellie.
—¿Qué hace falta para convencerte de que no sabe nada?
—¡Que deje de mirarme los guantes de las manos!
Kaia puso los ojos en blanco y ambas chicas casi habían terminado su almuerzo cuando una chica con rizos rojos se sentó al lado de Ellie.
—Hola, chicas. ¿Qué me he perdido? —preguntó ella, mirándolas.
—Ellie aquí, piensa que Mal sabe lo de sus poderes y que va tras ella —dijo Kaia y la rubia fulminó con la mirada a la chica de piel morena.
—No le hagas caso, Marisa. Es una mentirosa muy convincente —dijo Ellie y dio otro bocado a su pasta.
—Entonces, ¿no te acabo de oír hablar como una loca de la chica de pelo morado que ayer estaba a unas mesas de nosotras mirándote las manos y de cómo eso te vuelve loca? —preguntó Marisa y Ellie suspiró por la nariz.
—Vale. Pensé que no sería la peor idea tenerlos aquí, pero ahora tengo mis dudas —admitió Ellie.
—Fue sólo Mal. Todavía están Carlos, Evie y Jay —dijo Marissa.
—Sí. Vale. Nada de qué preocuparse —dijo Ellie y terminó el resto de su almuerzo, tirando los desechos en la basura.
—Vámonos antes de que vuelvas a entrar en una espiral —dijo Marisa mientras reía levemente.
Ellie asintió y las tres recogieron sus cosas y emprendieron el camino de vuelta hacia la entrada de la academia, pero no sin antes pasar por el campo del torneo, donde los estudiantes hacían pruebas para el equipo, mientras que el equipo de animadoras practicaba su rutina.
—¡Eh, chicas! Tenemos sitio para unas cuantas más si os interesa uniros —dijo Audrey al ver pasar a las tres chicas.
—No, gracias, Audrey. Ya hemos pasado por esto cada vez que nos lo has pedido —dijo Kaia sin dejar de sonreír.
—Qué lástima. Podríais ayudarnos mucho aquí —contestó Audrey.
—Prefiero arriesgarme en el equipo del Torneo —dijo Ellie.
—Parece que tienen nuevos miembros —dijo Marisa mientras señalaba a los dos chicos que hablaban con el entrenador Jenkins.
—Esos son Carlos y Jay —dijo Ellie cuando reconoció a los dos chicos.
—Parece que les está saliendo bastante bien lo de no ser malos —dijo Kaia mientras seguían caminando hacia la clase.
—Vosotras seguid, ahora os alcanzo —dijo Ellie mientras se paraba frente a su taquilla.
Las otras dos chicas asintieron y siguieron caminando mientras Ellie abría la puerta de su taquilla. Una vez que tuvo todo lo que necesitaba, cerró la taquilla y casi se sobresalta al ver a Mal de pie junto a ella.
—Lo siento, no quería asustarte —dijo Mal con una dulce sonrisa—. Supongo que no puedo culparte por tu reacción ya que todos sabemos quién es mi madre
—¡No! Quiero decir, no es por eso, yo-yo sólo no sabía que estabas ahí y me sorprendiste. Eso es todo —dijo Ellie, esperando no ofender a la chica de pelo morado que tenía delante.
—Oye, esos guantes son muy bonitos. ¿Te importa si me los pruebo? —preguntó Mal.
—En realidad, prefiero dejármelos puestos. Además, puede que no te queden bien —dijo Ellie, con la esperanza de que eso disuadiera a la chica de querer probarse los guantes para no tener que quitárselos.
—Correré el riesgo. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
El corazón de Ellie se aceleró mientras se quitaba uno de sus guantes y se lo daba a Mal. La chica de pelo morado se tomó un momento para quitarse el guante sin dedos y probarse el guante de satén de Ellie, mientras ésta mantenía la mano desnuda en su costado, intentando no tocar nada hasta que le devolviera el guante.
—¿Cómo te queda? —preguntó la rubia.
—Me queda muy bien. Te los pediría prestados por un tiempo, pero son blancos y como que no pegan con todo lo que tengo —dijo Mal mientras se quitaba el guante y se lo devolvía a la rubia, que se lo volvió a poner rápidamente—. Ellie, ¿verdad?
Ellie asintió mientras agarraba aún más fuerte la correa de su mochila.
—Esa soy yo.
—Tu madre es la reina Elsa de Arendelle, ¿verdad?
—Esa es ella.
—¿No sería guay que tuvieras los mismos poderes que ella? Sin doble sentido.
—Deberías saber lo peligrosos que pueden llegar a ser si no sabes controlarlos. Es aún peor cuando tienes miedo. Lo digo por la experiencia de mi madre antes de aprender a controlarlos —explicó Ellie.
—Suena bastante mal.
Ellie asintió mientras se alejaba lentamente de Mal, pero sonrió amablemente.
—Bueno, ha sido un placer hablar contigo y espero que tú y tus amigos tengáis un buen primer día aquí —dijo la rubia antes de darse la vuelta y dirigirse a clase.
Cuando llegó, Kaia y Marisa ya estaban dentro esperándola.
—¿Dónde demonios estabas? —preguntó Marisa en cuanto entró su amiga—. ¿Y por qué has tardado tanto en llegar?
—Estaba hablando con Mal. Más bien se me acercó y empezó a hablar —informó Ellie.
—¿De qué habéis hablado? —preguntó Kaia con una ceja alzada.
—Chicas, ha preguntado por mí, por mi madre, por sus poderes y por mis guantes. Si eso no os dice que sabe algo, no sé qué lo hará —dijo Ellie mientras se pasaba los dedos por el pelo.
—Quiero decir, puede que tenga verdadera curiosidad —sugirió Marisa mientras se encogía de hombros.
—Me preguntó si podía probarse mis guantes —respondió Ellie enseguida, haciendo hincapié en la última parte de la frase y esperando que sus amigas comprendieran por qué estaba tan preocupada.
—Digamos que sabe algo. ¿De qué le serviría? —preguntó Kaia.
—No tengo ni idea —dijo Ellie—. Pero la verdad es que no quiero averiguarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro