━ ❄・*。𝐅𝐑𝐎𝐙𝐄𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 ｡˚❄
001.┊　FRÍA COMO EL HIELO.
❪ DESCENDANTS ❫ ೃ ‧₊˚ デセンダント

ELLIE SUSPIRÓ CON FRUSTRACIÓN al fallar por lo que parecía ser la vigésimo octava vez. Empezaba a perder la cuenta de la cantidad de veces que le decían que lo intentara de nuevo y se concentrara, pero cada intento fallido solo hacía que se frustrara más consigo misma.

—Eso te ha salido mucho mejor que las últimas veintisiete veces que lo intentaste —dijo la castaña mayor, con la esperanza de aliviar la mente de la joven rubia.

—Es fácil para ti decirlo, no tienes poderes de hielo —dijo la joven rubia mientras se sentaba en la silla acolchada de la habitación.

—Por eso no debería ser yo quien te enseñe a controlarlos, y por eso mismo también estoy tratando de averiguar dónde está tu madre —dijo Anna mientras se cruzaba de brazos.

Ellie suspiró.

—Dijo que tenía que hacer algunos recados.

—Vale, ¿y por qué no me informó de esto?

—Sí lo hizo —declaró Ellie, entrecerrando los ojos.

—¿Cuándo?

—Esta mañana, cuando nos llamó a los dos y nos dijo que iba a estar ocupada, pero tú, por supuesto, estabas demasiado ocupada durmiendo como para escuchar nada —recordó Ellie mientras se encogía ligeramente de hombros.

—En mi defensa, si estoy durmiendo, doy a entender que no pillaré nada de lo que me digas —replicó la tía de Ellie.

—Bueno, era en ese momento o nunca, y ella eligió ese momento para decirlo. Y solo porque no lo hayas pillado, no significa que no te lo haya dicho —exclamó Ellie mientras se levantaba y cogía el libro abierto que estaba leyendo.

—¡Saben perfectamente que no soy una persona madrugadora!

Ellie se rió.

—¿Estás segura de que eres mi tía y no mi hermana mayor infantil?

—¿A quién llamas infantil?

—Para ser justas, Anna —Ellie y Anna se dieron la vuelta y vieron a Elsa de pie en el marco de la puerta—. Ella hizo unos cuatro puntos válidos ahí.

—¿Esto que és? ¿El Día de Juntarse y Meterse con Anna, o algo así? —preguntó la castaña. Las dos rubias se rieron al ver la cara de Anna cuando se cruzó de brazos e hizo un puchero—. Me voy a buscar a Kristoff.

Cuando su tía ya no estaba en la habitación, Ellie miró a su madre, que ya la estaba mirando. Suspiró y volvió a intentar el truco, pero una vez más, no funcionó como se suponía. En lugar de unos pequeños copos de nieve flotando sobre las palmas de sus manos, la escarcha cubrió la piel de las yemas de sus dedos.

—No puedo hacerlo —dijo ella mientras sacudía la cabeza y cogía sus guantes.

—No digas eso. Me llevó años enfrentarme a mis miedos y aprender a controlar mi magia —dijo Elsa mientras recogía el libro que sostenía Ellie—. Por eso quiero que aprendas a controlar tus poderes lo mejor posible en cuanto puedas. No quiero que cometas los mismos errores que yo.

Ellie asintió pero evitó el contacto visual con su madre mientras mantenía las manos juntas. Elsa sonrió mientras apoyaba sus manos en sus hombros y la conducía a su habitación, donde las paredes estaban desnudas y lo único que había dentro era el somier de la cama. El equipaje de Ellie estaba junto a la cama, que estaba despojada de todas las sábanas y almohadas.

—¿De verdad tengo que ir? Todo el mundo allí sabe lo de mis poderes y que no tengo un cien por ciento de control sobre ellos —murmuró Ellie con tristeza.

—Por eso tienes que llevar este libro siempre contigo y mantenerlo a salvo en todo momento. Si alguna vez necesitas hablar, llámame a mí o a tu tía e intentaremos ayudarte lo mejor posible —aseguró Elsa. Las dos oyeron un fuerte bocinazo fuera y cuando Ellie miró para ver qué era, el coche que debía llevarla a la Academia Auradon ya estaba ahí, esperándola.

—¿Y si no puedo hacerlo?

—Si te pareces en algo a mí, no te rendirás sin luchar.

Ellie asintió mientras cogía su maleta y su mochila y salió con su madre de la habitación, cerrando la puerta tras ellas. Anna y Kristoff ya estaban al otro lado de la puerta y Ellie suspiró al ver lo emocionados que estaban, especialmente Anna.

—Es hora de irse, pequeña —dijo el rubio alto mientras le alborotaba el pelo y se rió cuando ella gruñó y le apartó la mano de un manotazo.

—¡Mi pequeña sobrinita está creciendo! —dijo Anna mientras rodeaba con sus brazos a la joven rubia y la apretaba con fuerza.

—Tía Anna, no puedo respirar —exclamó Ellie asfixiándose, y respiró hondo cuando fue liberada.

—Llámanos si alguna vez necesitas algo. Lo digo en serio —dijo la castaña con severidad.

Ellie miró a su madre, que se limitó a sonreír amablemente mientras la tomaba suavemente de las manos.

—Algún día lo conseguirás —dijo Elsa y su hija asintió, decidiendo que sería más fácil creer en las palabras de su madre—, mantente en contacto.

—Lo haré. Os quiero mucho —dijo Ellie de forma emotiva mientras les daba un abrazo a los tres y tiraba de su equipaje hacia el coche.

El chofer puso su equipaje en el maletero y ella llevó su mochila al asiento trasero. El hombre se sentó en el asiento del conductor y comenzó a dirigirse a la academia a la que Ellie iba a asistir junto con los hijos de otras princesas, príncipes y héroes. Ella se despidió con la mano de su familia mientras se alejaban cada vez más y muy pronto ya no pudo verlos. Por primera vez en su vida, no iba a tener a su familia con ella y tenía que acostumbrarse a estar sola y hacer las cosas por sí misma. Eso incluía tener su magia bajo control.

NOTA DE LA AUTORA

sólo para aclarar, aquí es donde ellie va por primera vez a la academia auradon y no estaba del todo bien con la idea de estar por su cuenta. el siguiente capítulo será lo que ha sido de su vida después de adaptarse y no mucho antes de que los cuatro hijos de los villanos lleguen a auradon.