⌗︙frotteurisme 1/2
El frotismo o froteurismo (del francés frotteurisme) es una parafilia consistente en la excitación erótica mediante el rozamiento del órgano genital (u otra parte del cuerpo) con el cuerpo de otra persona sin su consentimiento considerándose así un abuso sexual. Aunque... No era un abuso para Mina y Sana.
Por fin era viernes, un día que jamás olvidaría Nayeon, porque conoció a dos chicas que jamás se sacaría de la cabeza.
"Star Boy" era la canción que resonaba por todo el estadio, e incluso fuera de el, esta era interpretada por "The Weekend", el cual disfrutaba cantar y pasar tiempo con sus fans, aun que... Nayeon no era una de ellas. Admite que no odia su música, solo no la escucha con frecuencia, por lo que le ve innecesario ir a un concierto de una persona que canta, pero que no escucha su cantar.
Pero, ¿Qué otra opción tenía? Prefería ser arrastrada por Jeongyeon a dicho concierto, que quedarse en casa, aburrida, haciendo absolutamente nada. Pues Jeongyeon, era más versátil si se trata sobre géneros musicales. Y bueno, también iba por otra razón: Restregarse contra los cuerpos de otras personas, o simplemente, llegar al sexo.
─ ¡¿Crees que encuentre chicas lindas?! ─cuestionó la castaña en un tono alto, debido a la ruidos música.
─ ¡Tal vez, ve a buscar, si no te encuentro luego, llamaré a la policía y digo que te secuestraron unos mafiosos! ─exclamó Jeongyeon con una sonrisa, Nayeon rió y salió en busca de mujeres.
Esta miró por todos lados, tuvo que ponerse de puntitas debido a su altura, para buscar a chicas lindas. Había mujeres bellas, pero bellamente plásticas y operadas, algo que le desagrada a Nayeon. Por otro lado, también habían chicas verdaderamente lindas, pero no convencía a la castaña, cosa que le frustraba.
—
─ ¿Trío, dices? ─cuestionó la pelinegra, en un tono burlón, la mayor asintió y bebió otro trago de su cerveza.
─ ¿Porqué no? Pasado mañana nos vamos para Japón otra vez, hemos hecho muchas cosas, menos un trío. ─aclaró la rubia, tomó la cintura de su novia y la atrajo a ella. ─ Jinsoul y Momo ya lo hicieron con Jihyo, ¿Porqué nosotras no? ─dijo Sana, a la vez que mordía su labio de forma coqueta, lo que le sacó una sonrisa a la pelinegra.
Mina acortó la distancia entre sus labios, fundiéndose las dos, en un apasionado beso efímero.
─ Mmmmm... Esta bien ─canturreó la pelinegra guiñándole el ojo a la mayor, la cual le devolvió la sonrisa. ─ Pero, ¿Aquí y ahora?
─ Aquí y ahora.
─ Bien... Pero quiero escoger yo ─reclamó la menor con un pequeño puchero en los labios, la mayor asintió con una sonrisa en el rostro.
Dicho esto, la pelinegra comenzó a buscar con la mirada a alguna chica que le interesase, aún con su mirada perdida, Sana le fue hablando a Mina sobre como hacer, pues ya tenía una idea de ello, además, Jinsoul ya le había contado de varias cosas que pasaron en su trío.
Además, sabía que podía hablar de esto con su novia sin vergüenza ni pudor alguno, pues ninguna de las dos es celosa.
Minutos después, al no encontrar una chica que le agradase, la pelinegra se alejó de la rubia, para indagar en aquel gran estadio, y buscar a la mujer que le daría placer, junto a su novia, claro.
—
─ Bingo. ─musitó Nayeon con una sonrisa ladina, ya que su mirada se había posado en una encantadora chica de cabellos rubios, alta, y con un buen busto, era perfecta.
Disimuladamente, la castaña se fue acercando a dicha chica, la cual la miraba de reojo, "Nada mal" pensó la rubia. Las amplias caderas de la menor, se movían al compás de la música, esta iba acortando la distancia entre la zona pélvica de la rubia, con su culo, le fascinaba hacer eso, puesto que también se había vuelto una adicción.
La pelinegra sonrió al ver como una pequeña chica de cabellos castaños restregaba sus posaderas contra el ya caliente cuerpo de su novia. Mina se fue acercando más a las chicas, hasta quedar la pelinegra frente a Nayeon. Esta tomó su rostro y la estampó contra sus labios, y la castaña, correspondió sin reproches. Las dos cortaron el beso y se miraron mutuamente, Nayeon seguía restregándose contra el cuerpo de la mayor, mientras que esta última, sonrió ladinamente apegando más su cuerpo al de la contraria.
Gritos y aplausos se escucharon por todo el estadio, pues el cantante había dado por terminado su penúltima canción, solo quedaba una. Absolutamente todas las personas presentes se quedaron en un breve silencio, pues estaban acomodando el escenario para su último acto.
La japonesa menor, volvió a juntar los labios de la coreana, mientras tanto, la rubia abrazó con fuerza la pequeña cintura de la menor, atrayéndola más, la castaña movía absurdamente bien su culo de arriba a abajo, sin dejar de besar los deliciosos labios de la pelinegra.
─ Venimos juntas, muñeca... ─musitó Mina con una media sonrisa, la cual Nayeon correspondió con otra.
─ ¿Qué dices linda, vamos a los baños, y nos divertimos un rato? ─suspiró la rubia en el cuello de la menor, la cual soltó un jadeo, ya que sentía algo crecer atrás suyo, con una sonrisa maliciosa solo respondió un:
─ Me encantan los tríos.
Dicho esto, las tres jóvenes, se encaminaron a los baños. Era una cabina grande y espaciosa, algo sucia, pero ¿A quién le importaba eso ahora? Claramente a las tres chicas no les interesaba eso, solo querían follar en ese preciso momento.
Al llegar, Mina se posicionó detrás de la castaña, y su escurridiza mano, fue bajando hasta el pequeño botón del short de Nayeon. Lo desabotonó y sumergió su mano en la intimidad contraria, por su parte, la menor suspiró. Por encima de la delgada tela de sus bragas, la pelinegra con dos de sus dedos comenzó a hacer movimientos circulares, el calor en sus cuerpos aumentaba cada vez más, y la ropa se hacía más incómoda.
Por otro lado, Sana ya se había desvestido, solo traía puesta su ropa interior. Se recargó contra una superficie de la cabina, y admiró la excitante escena que protagonizaba su novia y la seductora chica de cabellos castaños.
Claramente ella tampoco se iba a quedar viendo. Ella también quería acción.
Bajó sus bóxers rápidamente, y su falo salió "disparado", Mina rió por ello.
La rubia mordió su labio, para luego escupir en su propia mano, y con la misma, comenzó a masturbarse. Movía su mano de forma rápida, estaba más que desesperada por sentir a alguna de las dos chicas que tenía al frente, lo necesitaba.
Segundos después, más gritos se escuchaban allá afuera. "The Hills", estaba por comenzar.
La pelinegra bajó el short, junto a las bragas de la más baja, y la volteó. No pudo evitar mirarla con deseo, y desesperada, unió sus labios nuevamente, a la vez que la guiaba a pasos rápidos hasta quedar al lado de Sana, quien jadeante seguía buscando su liberación.
─ Tu nombre. ─murmuró la rubia con descaro, aún masturbándose.
─ N-Nayeon... ─dijo con dificultad, la menor de las tres, quien jadeaba por las fuertes mordidas que dejaba la japonesa menor en su cuello.
─ Sana.
─ Mina... ─Mina musitó con una risita en su cuello.
Subió el top de Nayeon, junto a su sostén, y comenzó a lamer su seno izquierdo, mientras estrujaba a su gusto el otro. La castaña no pudo evitar gemir al sentir los duros dientes de Mina, encontrar uno de sus pezones y morderlo con suavidad, las bragas de Mina se habían mojado por completo.
"The Hills" había comenzado.
Las tres chicas ya estaban desnudas, calientes, y desalineadas. Nayeon comenzó a sentir esa sensación, mierda, quería hacerlo ya mismo. Aún jadeante, separó a Mina y la besó prontamente, iniciando un beso fogoso. Al terminar aquél candente beso, Nayeon rápidamente se acercó a Sana, esta sonrió.
Se colocó de espaldas, y tomó la mano que masturbaba anteriormente el gran falo de Sana, y la posó en sus caderas. La castaña juntó sus glúteos y los estampó con las caderas de la chica, haciendo movimientos circulares, y de arriba abajo, Nayeon gemía como nunca. Mina suspiró al ver cómo la bajita se refregaba contra el cuerpo de su novia, estaba más que excitada.
La menor lo disfrutaba, amaba con su vida, frotarse de esa forma contra alguien.
La pelinegra quedó frente a frente con Nayeon, quien aún tenía su culo moviéndolo sin parar, y comenzó a masturbarse. Se escuchaban gemidos, suspiros, y chapoteos en esa cabina, claramente nadie los escucharía, o eso querían ellas.
Sana no aguantó más el solo ver a castaña frotarse contra ella, así que la detuvo bruscamente, y con su diestra, alineó su venoso miembro, apunto de entrar en la resbaladiza intimidad de Nayeon.
Un grito repentino y fuerte salió de los labios de la bajita, Sana había entrado en ella de manera abrupta, pero fue una de las mejores sensaciones que Nayeon sintió. Mina sonrió, e incluso pensó que hasta afuera se había escuchado ese agudo grito.
La rubia ni siquiera se molestó en esperar unos segundos a que la coreana se adaptara al grosor de su falo, pues ya había comenzado una serie de salvajes embestidas mientras sostenía la diminuta cintura de su amante.
1 cm, 19 cm, 1 cm, 19 cm.
Y así sucesivamente.
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