Seth estaba confundido.

Demasiado.

Sus sentimientos lo confunden.

No entiende.

No entiende lo que le sucede.

¿Por qué su corazón late rápidamente con solo verlo?

¿Por qué con solo escuchar su voz se emociona?

¿Por qué siempre quiere llamar su atención? Y cuando lo logra... ¿Por qué siente un cálido sentimiento en su pecho?

No lo comprendía.

¿Estaba enfermo? Ya que sus mejillas se volvían calientes cada vez que chocaban miradas.

Sus manos sudaban cada vez que cruzaban palabras. Simples palabras como "Hola" y "Chau" que lograba que una sonrisa gigante se plantara en sus labios.

Y no desaparecía hasta que caía en los brazos de Morfeo.

Por lo tanto, ya sin poder aguantar más estos sentimientos y raros comportamientos, tomó la decisión de preguntarle a su hermana.

Y la respuesta lo asustó.

¿Enamorado?

¿Él con solo doce años estaba enamorado?

Su hermana le dijo que esos sentimientos eran los mismo que ella sentía por Samuel Uley.

Y ellos son novios.

Pero...

¿Estaba bien que le gustara un chico?

Y no solo eso... ¿Estaba bien que le gustara un chico mayor que él por seis años, siendo el mejor amigo de su hermana?

Leah al ver la mirada abatida y confundida de su pequeño hermano, le dijo que podía confiar en ella para confesar quién era esa niña que lo tenía de ese modo.

Pero no lo hizo.

Decidió ocultarlo y guardarselo bien en el fondo y fingir que no era nada.

Decidió de a poco, alejarse de él cada vez que lo visitaba (o mejor dicho cuando visitaba a su hermana)

Decidió que si él estaba en un lugar intentaría evitarlo a toda costa.

Decidió con el dolor más profundo en su corazón, que lo olvidaría. Sin saber que el destino, la vida o los dioses cumplirían con su deseo oscuro.

Ya que él se alejó.

Se fue de la reserva.

Se fue de Forks.

Se fue de sus vidas para no volver nunca más.

Él había muerto.

Y una parte del inocente corazón del pequeño Seth también murió con él.