Capítulo 14.
—Increíblemente tu comida estuvo muy rica hermana.
Leah solo bufó cruzada de brazos apoyada en la pared sonriendo al ver a su hermano al lado de Amber secando los platos mientras que la vampira los lavaba.
—Lástima que no pude sentir el sabor.— comentó tristemente la castaña.— a veces es algo que odio de ser una sanguijuela.
》No poder degustar la comida humana.《
Leah al escuchar aquellas palabras amargas provenir de su impronta una necesidad de hacerla sentir bien le llegó repentinamente.
—Bueno... igual no te pierdes de mucho.— murmuró la loba que al sentir la mirada de la vampira sobre ella corrió su rostro hacia otro lado al sentir sus mejillas rojizas.— mi comida es simple, no es tan rica.
—No estoy de acuerdo.— respondió Amber sonriendo dejando de mirar a la loba para enjaguar un plato para luego dárselo al lobito a su lado que estaba bastante concentrado.— No importa si la comida no es tan rica o si sabe horrible...
》Si te lo prepara alguien especial, que aprecias mucho... no importa si está horrible o rico siempre querré probarlo.《
Unos sollozos interrumpieron el ambiente agridulce que había en la cocina, asustando a Amber al ver al menor Clearwater llorar mientras secaba el plato.
—Oye... no llores.— susurró preocupada Amber acariciando con una de sus manos la cabeza del menor.— Seth...
Seth dejó el plato y se abalanzó hacia Amber abrazándola fuertemente entre sus brazos ocultando su rostro en su frío pecho y lloró.
—N-No te-te vayas Amber...
La vampira sonrió tristemente y solo se quedó callada abrazando con fuerzas al menor, aún teniendo cuidado ante lo frágil que estaba entre sus brazos y débilmente dijo.
—Lo lamento Seth.
—¡Harás sufrir a mi hermana!— gruñó furioso llorando desconsoladamente el menor, empujando a la vampira.— ¡Harás sufrir a mi hermana como él lo está haciendo conmigo!
》¡Te odio! ¡Eres igual a él!《
Seth gruñó molesto alejándose por completo de la vampira rompiendo en su paso el plato que estaba en el borde de la mesada. El lobo ignorando el plato roto y la presencia de la vampira junto con su hermana se fue furioso a su habitación a esconderse en sus fría cama y en la oscuridad. Era tanto su dolor y su enojo que ni siquiera se dio cuenta de la presencia de sus padres en la entrada en la casa, recién llegando, que habían escuchado algunas palabras. Por un momento, Sue se alegró de ver a su hijo en la cocina que le había llegado un mensaje de su hija diciéndole que Seth estaba comiendo con ella, sin embargo, al ver la situación en frente de sus ojos solo aguantó el nudo en su garganta y se recompuso para saludar a la impronta de su hija que debía estar en la cocina, que no sabia de la presencia de la castaña en su casa.
Amber suspiró amargamente y se agachó a levantar los pedacitos del plato cuando una mano cálida, de piel rojiza comienza a ayudarla.
—Te puedes cortar.— susurró la castaña.— déjame a mí.
—No esta bien, tú eres la invitada...
Leah notó como todo el cuerpo de la vampira se tensaba como la cuerda de un violín que hasta sintió dolor en su cuerpo al verla de aquella manera. Estaba por preguntar que le sucedía cuando pasos se escucharon desde la entrada.
Oh...
—Quédate cerca mío.— susurró Leah preocupada y asustada.
Amber no contestó solo asintió con la cabeza.
—Leah...
La loba se levantó con cuidado del suelo mirando vigilante a la vampira y miró de reojo a su madre junto con Charlie que estaba preocupado.
—Mamá y Charlie.— saludó colocándose en frente de la vampira, dándole la espalda.— que bueno que llegaron... espero que hayan tenido una buena noche.
—Si...— susurró Sue decaída aunque sonrió.— tuvimos una linda noche.
—Hola señora Clearwater y Swan.— saludó Amber levantando el mentón y sonriendo, conteniendo sus puños.— es un placer verlos... disculpen por estar aquí...
—Oh no niña.— habló Charlie.— eres bienvenida en esta casa.
La castaña contuvo un gruñido en su garganta y apretó con fuerzas sus dientes hasta que una mano cálida rodeó su mano hecha puño logrando calmar a su monstruo interior.
Sonrió lo más tranquila posible y le habló.
—Oh... muchísimas gracias.— apretó la mano de la loba dándole un mensaje.— pero ya debo irme y me iré de Forks así que no los veré por un tiempo.
—¿Qué?— preguntaron sorprendidos Sue y Charlie, la primera mirando a su hija aterrada mientras que el último miraba sin comprender a la castaña que le había caído muy bien.— ¿Por qué?— preguntó el castaño.
—Yo... tengo un amigo enfermo en Alaska.— explicó mirando apenada hacia esos dos humanos, comenzando a sentir un sentimiento cálido en su corazón al verlos de aquella manera por sus palabras, como si fuera importante para ellos. Por un momento quiso negarse de sus palabras, quiso quedarse con ellos al tener ese sentimiento de hogar que hace tanto no sentía, sin embargo si quería estar con esas personas y estar con esa loba que la estaba apoyando en este momento, decidió más segura que antes de irse lo antes posible del pueblo.— esta grave y dicen que puede que no se cure...
》Por eso me debo ir y verlo.《
—Oh... ya veo.— murmuró Charlie.— si es así... espero que tu amigo se mejore y que tengas un buen viaje.
—Muchísimas gracias señor Swan.— sonrió amablemente, mordiendo con fuerza su lengua al haberse acercado el humano para saludarla con un apretón de mano que a duras penas con su otra mano libre pudo corresponder.— fue un placer conocerlo.
—Puedes llamarme Charlie.— sonrió amablemente ignorando la piel fría en ella y le dio un suave apretón.— y también fue un placer conocerte.
》Espero que algún día vuelvas a Forks, mi casa es tu casa.《
Amber sonrió realmente agradecida por ese hombre tan amable. Quiso responderle, realmente quiso responder pero sabía que si abría su boca, nada saldría de ella sino más que un gruñido feroz.
—Ya debe irse.— murmuró Leah tensa a su lado, apretando con fuerzas la mano de la vampira.
—Espero que tu amigo mejore.— interrumpió Sue comprendiendo un poco de la situación en la vampira pero preocupada por su hija.— y que tengas un buen viaje.
》Como dijo Charlie puedes volver cuando quieras.《
—Muchas gracias y... a-adiós.
Leah al escuchar el saludo de la vampira inmediatamente tiró de ella para sacarla de su casa y de la cocina antes de que ya perdiera por completo el control. A través de su mano pudo sentir como la mano que sujetaba con fuerza a ella, como si fuera su salvavidas, se relajaba.
—¿Mejor?— susurró la loba rodeando su casa para ir al bosque, aún tomadas de la mano.
—Si, gracias.
Silencio.
Ambas se mantuvieron calladas sabiendo que este momento era el adiós pero de que alguna manera las dos lo estaban alargando más de lo normal.
—¿Segura que tu lobo y tu están de acuerdo de que me vaya?
Leah paró de caminar al escuchar aquella pregunta y soltando la mano de la vampira se dio la vuelta para enfrentarla. Amber se sorprendió al ver la mirada oscura llena de decisión, de firmeza y de confianza, que todos esos sentimientos se transmitían a través de esos profundos orbes hacia ella.
—Al principio no.— admitió avergonzada.— hasta hace menos de cinco minutos todavía estaba en desacuerdo pero no podía hacer nada cuando tu ya estabas decidida a irte y yo no soy nadie para retenerte.
—En eso te equivocas.— interrumpió la vampira acercándose a la loba que la miraba con dureza aunque comenzaban a nublarse.— eres muy importante para mí... no solo tú, tu hermano, tu familia también son importantes para mí.
》En estos meses realmente mi vida cambió, mi rutina dio un giro de 180 grados que realmente agradezco de haber tomado la decisión de venir a ayudar... siempre tome decisiones, buenas o malas pero ésta superó a todas las anteriores, fue la mejor decisión que tomé en mi vida porque te encontré, encontré a mi compañera, a mi pareja de vida.《
—Amber...
—Lo sé.— sonrió amablemente.— se que sigues herida, que estas confundida y que claramente no estas lista, que también puede que nunca llegues a estarlo... pero ¿Sabes? Esta bien.
》Te lo dije, seré lo que tú necesites que sea y en este momento soy tu mejor amiga. 《
—Realmente lo siento.— susurró con voz quebrada.— realmente lo lamento.
Amber rió y negó con la cabeza acercándose a la loba para secar aquellas lágrimas que recorrían las calientes y rojizas mejillas de la mayor Clearwater.
—No tienes porqué pedir perdón ni mucho menos sentirte culpable.— susurró tranquilamente acariciando con sus pulgares las mejillas intentando frenar esas lágrimas.— solo... prométeme que estarás bien, si llegas a pasarla mal, aunque supongo que también lo sentiré, no dudaré en venir...
—Estaré bien, mi lobo y yo estaremos bien.— interrumpió la loba con firmeza.— no tendrás que venir.
》Así que puedes irte tranquila y concentrarte en cambiar tu alimentación.《
—Bien.— susurró con calma reacia a separarse de la piel cálida de la loba. A su oído le llegó varios sollozos sabiendo de donde provenía, amargamente suspiró y miró a la loba.— Me haces el favor de decirle la otra razón por la que me voy por favor.
—Lo haré.— respondió en voz baja al dejar de sentir las manos frías en sus mejillas.— le explicaré... tú...
》¿Me haces el favor de que cuando lo veas le rompas las piernas?《
Amber rió a carcajadas y negó con la cabeza.
—Eso no me lo tienes que pedir.— se burló.— desde el primer momento que nos conocimos lo amenacé de romperle lo que tiene colgado.
—No, tú rómpele las piernas.— refutó molesta.— yo le arrancaré lo que tiene colgado entre las piernas.
—Como diga mi cachorra.
Leah gruñó molesta ante ese apodo horrible quedándose las dos en silencio mirándose a los ojos.
Era el momento.
Amber le sonrió amablemente dando pasos hacia atrás cuando Leah da un paso hacia adelante suplicando una sola cosa.
—Abrázame.
Amber se sorprendió al escuchar aquello pero como sintiendo un hilo fuerte tironeando hacia la loba, se arrojó hacia el cuerpo cálido de la pelinegra y la abrazó con un poco de fuerzas, grabando en su mente el delicioso aroma de la Clearwater.
—Nos vemos Leah.— susurró la vampira en su oído para luego rozar su boca en la comisuras de los labios de la loba como una pequeña travesura.
Leah ni siquiera pudo reaccionar a tiempo ante aquel simple pero caliente gesto cuando siente una ráfaga pegar su rostro provocando que cerrara sus ojos. Cuando los abrió solo se encontró con la oscuridad de la noche y los árboles detrás de la casa.
Amber ya se había ido.
Suspiró temblorosamente.
Dio un paso cuando se da cuenta que sus piernas temblaban, que no sabía si era por aquel atrevimiento de la castaña o por la reciente separación. Frunció el ceño molesta ante las reacciones de su cuerpo y se obligó mentalmente y obligó a su lobo de que estarían bien sin la vampira.
Estarían bien porque la castaña lo estaría.
Debían cumplir el deseo de su impronta.
Es su obligación como su protector y como su amiga cumplir ese deseo de irse de Forks por su propio bien.
No podía ser egoísta.
—¿Leah?
—Mamá.— se sorprendió la pelinegra al verla acercarse hacia ella con una linterna.— no puedes salir así, es peligroso.
—Yo... yo... solo estoy preocupada.— habló con voz quebrada al ver a su hija sola.— no puedo tener a mis dos hijos encerrados en la pieza con depresión, no lo soportaría.
》¿Como estas? ¿Estas bien? Puedes irte con ella si lo necesitas, yo...《
—Mamá.— la interrumpió con cariño acercándose a su progenitora para abrazarla.— estoy bien, estoy perfecta.
》Y no me voy a ir, no te voy a dejar ni mucho menos dejar a Seth, ustedes me necesitan más mi hermanito que tú.《
—Pe-Pero... tu, tu impronta...
—Ella necesita esto y yo como su loba se lo estoy dando.— explicó obligándola a caminar hacia la casa.— estaré bien, ambas estaremos bien.
Sue suspiró completamente cansada de la preocupación por sus hijos y se dejó abrazar por su hija mayor yendo ambas adentro de la casa.
—Estoy orgullosa de ti.
—Mamá...— murmuró avergonzada.— gracias...
—Tu padre también estaría orgulloso de ti.
Leah sonrió contenta al escuchar aquellas palabras. Ambas entraron por la puerta trasera de la casa y fueron a la cocina, Leah al ver que el plato roto ya no estaba más la miró a su madre.
—Charlie lo juntó.
—Oh... ¿Donde está?
—Debe... estar con Seth.
—Ya veo.
Seth se encontraba sentado en su cama jugando con sus dedos mientras tenía al Swan sentado a su lado mirándolo.
—Lo siento.— susurró el menor.
—No tienes que pedir perdón.— respondió Charlie aliviado de escuchar la voz del menor después de dos meses sin verlo ni escucharlo. Aunque no negaba que estaba asustado al ver lo pálido y delgado que estaba el menor con tan solo esos meses de encierro.— estas sufriendo, lo entiendo.
》Pero no puedes encerrarte en tu dolor, déjanos ayudarte Seth.《
—Es... es que no pueden.— susurró el menor, mirándolo de reojo.— mamá lo sabe.
—¿Por que no podemos ayudarte?
—Porque por lo que estoy pasando es cosa de lobos.
—Cosa de lobos.— masculló con la mandíbula tensa, odiando esa oración.— estoy cansado de oír eso... "Cosas de lobos"
》Quiero saberlo y todo, quiero dejar de ser ignorante, quiero ayudarte a pesar de que me digas que no puedo hacerlo, así que explícame por favor.《
Seth respiró profundamente para luego exhalar lentamente y despacio comenzó a explicarle sobre la impronta y lo que significa para un lobo, lo que siente uno al ver a aquella persona, la unión que sienten entre ambos. Luego, tomando otra bocanada de aire, comenzó a explicarle que ya gran parte de la manada de Samuel tienen sus improntas y muy por arriba, la historia detrás de la separación de su hermana con Sam, para luego contarle sobre Jacob que también la encontró al igual que su hermana y él.
—No me digas...— susurró con pesar el Swan acariciando el puente de su nariz con sus orbes cerrados.— Amber es la impronta de tu hermana.
—Si...
—Y Alexander... es tu impronta.
—Si...— susurró luego de varios segundos de silencio, haciendo un puchero con sus labios al escuchar su nombre.
—Entonces... no puedo dispararle porque sino tu sufres.
Seth lo miró sorprendido parpadeando varias veces procesado al escuchar aquellas palabras. Por un momento quiso reírse al escucharlo pero al ver la seriedad en su padrastro se asustó por completo.
—¡N-No!
Charlie gruñó molesto y se cruzó de brazos como un niño pequeño.
—¿Ni siquiera puedo torturarlo?
—No.— afirmó Seth seriamente.— puede... puede insultarlo y un poquitín odiarlo pero no puede lastimarlo, ni tocarlo, es mío.
Charlie miró aterrado al ver la seriedad en las palabras del menor, como un lobo reclamando su territorio. Seth al darse cuenta de sus palabras se avergonzó bastante y miró al suelo de su habitación con sus mejillas rojas.
—Aunque... él me haya rechazado... yo lo sigo queriendo.— susurró abrazando sus rodillas hacia su pecho.— y... apesar de haberle dicho que lo odiaba... no es verdad, no puedo odiarlo.
》Solo... duele, duele y mucho.《
—Mmm...
Seth frunció al escuchar ese sonido y miró hacia Charlie encontrándose con la seriedad en esos orbes chocolates.
—¿Q-Qué?— preguntó confundido y asustado ante la mirada del mayor, como un padre mira a su hijo para ser regañado.
—¿Puedo dar mi opinión con respecto a la situación entre Alexander y tú?
Seth parpadeó varias veces pero asintió con la cabeza.
—Bueno...— respiró profundamente para exhalar lentamente para decir las siguientes palabras.— Él no te rechazó por estar unido a ti como una impronta sino que te rechazó por tus sentimientos hacia él.
》Alexander estaba bien con ser tu impronta, ¿Verdad?《
Seth frunció el ceño aturdido pero luego de unos segundos, con el dolor en su corazón asintió con la cabeza. Alexander parecía estar bien, parecía estar de acuerdo y cómodo con la idea de ser su impronta, el problema fue...
—Él... él rechazó mis sentimientos.— susurró con su voz quebrada.— yo... yo no entiendo... ¿Por qué no me quiere?
—No puedes obligar a alguien a que corresponda tus sentimientos Seth.— interrumpió el mayor al ver el aura de tristeza del menor y más como esos orbes se volvían a nublar de lágrimas.— Alexander puede quererte pero no de la misma manera que tú a él.
—Yo... yo creí que él sentía lo mismo que yo, creí que sentía mis sentimientos a través de la unión.— susurró llorando abrazando con más fuerzas sus piernas.— yo realmente creí que me correspondería.
》Pe-pero jamás creí que, que se sentiría incómodo ni que tampoco le gustara. Du-duele mucho Charlie, mucho.《
—Ven aquí.— susurró Charlie agarrando entre sus brazos el cuerpo delgado del menor, abrazándolo con todas sus fuerzas al sentir su camisa mojarse por las lágrimas del Clearwater.— ya, ya... llora.
》Ahora verás todo oscuro, con mucho dolor pero vas a ver que con el tiempo... el dolor disminuirá, todo se aclarará.《
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¡Tanto tiempo!
¡Acá les traigo un nuevo capítulo!
Espero que les haya gustado.
¡Voten y comenten!
Nos vemos pronto.
Cuídense.
Besitos.
~M.
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