9. amor como ningún otro
El sonido de la chimenea, la madera quemándose, es lo único que resuena en la habitación. Todo parece estar en calma, pero un corazón agitado mantiene la sensación de inquietud.
Con la pesadez que solo un profundo dolor puede dar, unos párpados comienzan a abrirse resistiendo la poca luz que el fuego da. Un sonido sale de su garganta y con ello siente repentino movimiento a su lado— ¿BeomGyu?
Las moradas pupilas finalmente se dejan ver completamente para encontrarse a su viejo amigo junto a él— Juna...
El contrario sonríe al escuchar el viejo apodo que su amigo solía decirle— En verdad tú...
—¿Y TaeHyun? —interrumpe el pelinegro— ¿En verdad se fue?
Su respuesta no tarda en llegar, un asentimiento de su amigo lo confirma— Has estado dormido desde hace dos días, desmayado mejor dicho —explica el peliazul— ¿En serio recuerdas todo?
—Todo, inclusive el tiempo en la dimensión humana —su cuerpo se encuentra cansado, no sabe si es por lo acontecido hace dos días o por estar tanto tiempo en la misma posición, por lo que BeomGyu decide tomar asiento por fin dándose cuenta de la oscuridad a su alrededor, era de noche—, aunque así no comprendo tal decisión, Yeonjun ¿Por qué TaeHyun ha decidido irse?
Un suspiro silencioso sale del contrario, sin mucho ánimo se levanta y toma asiento junto al pelinegro que lo observa atento— ¿Recuerdas... —inicia— ¿recuerdas cuando TaeHyun estuvo triste por varios días, unas dos semanas, porqué olvidó darle nueces a dos ardillas?
La mirada de Yeonjun se mantenía en el fuego de la chimenea, mientras que el príncipe lo miraba sin comprender pero igualmente asintió recordando ese suceso de hace al menos cinco años. Dos ardillas no fueron al momento que el peligris las alimentaba, este no se dio cuenta y cuando éstas aparecieron un poco delgadas ante su novio, este se echó a llorar porque no las cuido bien.
—Ahora la ardilla eres tú —una sonrisa sin ánimo adornó el rostro del pelinegro—. TaeHyun se culpa de tu pérdida de memoria.
—Eso no tiene sentido, él no...
—No lo es, todos sabemos que TaeHyun preferiría morir antes de lastimarte —por fin los ojos del peliazul lo vieron, tristeza se pueden ver en ellos—, pero él se ha culpado de esto tanto que nadie ha podido convencerlo de lo contrario, siente que te traicionó y como castigo tú lo olvidaste.
Sintiéndose frustrado, BeomGyu apoya sus codos en ambas piernas, tomando su cabeza entre sus manos— JiSuk me atacó, él tenía a TaeHyun y cuando me acerqué él me lanzó hacía el castillo, es lo último que recuerdo antes de despertar en la otra dimensión.
—Sí, eso fue lo que sucedió, recuerdas bien.
—¿Entonces por qué TaeHyun se culpa de ello? Era un rehén de ese maldito.
—Porqué TaeHyun fue quién metió a JiSuk a los terrenos del palacio —en esos momentos de disturbios, y con la amenaza constante de un ataque en el palacio, un escudo fue puesto alrededor de esto, solo personas autorizadas podrían entrar al lugar.
—Fue engañado ¿no es cierto? —su amigo asintió. BeomGyu cerró sus ojos, él lo conoce, conoce tan bien a TaeHyun que sabe que una cosa así podría afectarle tanto— Yeonjun, dime todo lo que sucedió después de mi perdida de memoria, mi cariño está bien herido, me evitaba, le ponía nervioso y decidió irse; alejarse de mí.
A este punto, ambos luchaban con el nudo creciente en sus gargantas, aunque el pelinegro no trataba de ocultar las lágrimas que comenzaban a asomarse entre sus ojos— ¿Te imaginas que un día TaeHyun despierte y te olvide? —la sola idea de ello causó que la primera lágrima rodara por el rostro de BeomGyu— ¿Qué te vea y no veas el gran amor que este te tiene? Ser prácticamente un desconocido para él.
—Muero de solo pensarlo.
—JiSuk engañó a TaeHyun, le hizo creer que era alguien necesitado de comida, abusó de su bondad —la tristeza de ambos fue levemente interrumpida por el enojo recordando al condenado—, logró convencerlo de llevarlo a la cocina pero cuando se acercaban él tomó a TaeHyun.
—Su verdugo debí ser yo —razona el pelinegro—, debí matar a JiSuk con mis propias manos.
—Después de controlar la situación y llevarte a este mismo cuarto —continúa Yeonjun— TaeHyun no se despegó de tu lado, aun con el miedo de todo lo sucedido, su prioridad era saber que estabas bien pero entonces despertaste y no lo reconociste; ese fue el punto de quiebre de TaeHyun, perderte.
La cabeza de BeomGyu solo podía intentar recrear esa escena, pero no podía, jamás desearía experimentar un escenario donde su amado atraviese tal desdicha.
—Estuviste despertando y desmayandote casi dos días, en todas esas veces TaeHyun imploraba que le recordaras y se disculpaba por haber traído la desgracia.
—TaeHyun no...
—Después fue obvio que no recordarias, seguíamos bajo amenaza por lo que toda la responsabilidad del reino cayó en TaeHyun, conoces nuestra ley, sin ti en buena condición es él quién se queda al mando de todo.
La madera se había consumido por completo, solo una línea de humo salía de las cenizas de este— Continúa.
—Él se tuvo que tragar su dolor y decidió que era mejor usar una salida de emergencia y llevarte a la dimensión humana mientras te recuperabas y el orden se instaurada en el reino.
Se encargó de que todo fuera seguro, trabajó arduamente para que todo este óptimo para tu regreso, casi no descanso y logró el completo orden en Iceost, pero no es su corazón; preparó todo para su regreso, pero no a sí mismo.
Vacío, eso es lo que sentía BeomGyu al escuchar todo ello, no como un vacío de sentimientos, sino uno dónde su corazón ha caído al no saber cómo procesar tanta tristeza de una vez. Siguió dejando que las lágrimas rodaran sin interrumpir a su amigo, el cuál ya dejaba caer una que otra gota sobre su rostro.
—Él prohibió que dijéramos su nombre al momento de tu llegada, también hablar de la relación de ambos. Aunque se encargó de no mostrarlo, todos sabemos que sufría mucho en silencio y todos sufrimos al verlo de esa manera. Tus tíos hablaban con él, Sakura, Hueningkai, sus padres y yo, pero él evitaba el tema y siempre dejaba en claro que sus decisiones no iban a cambiar, nuestro pequeño TaeHyun se había apagado BeomGyu, lo confirmamos cuando anunció que se iría cuando regresarás.
—¿Eso es todo? —preguntó en un hilo de voz dolido el pelinegro.
—No —negó el peliazul, limpiando su rostro de la salada agua—. TaeHyun fue quién descubrió cómo matar a JiSuk, casi muere al intentar matarlo.
(Escuchen esta canción mientras leen el resto)
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La dulce brisa del campo, pacífica pero a la vez juguetona, hacía danzar a los pequeños copos de nieve antes de caer en alguna superficie. El sur de Iceost es conocido por su sanador aire, paisajes y calma, pero esta vez estos admiraban la belleza del joven que caminaba tranquilamente en el jardín trasero de castillo viejo, pero hermoso.
Curiosos, un par de ojos azules intentaban ver cada detalle frente a él, la altura del lugar dejaba ver todo y aunque no es la primera vez que se toma su tiempo para admirar, no podía evitar sentirse como la primera vez.
—¿Habrá pinturas en el castillo? —preguntó hacía su rubio amigo que hacía bolas de nieve en el suelo— me gustaría tratar de dibujar la vista.
—No creo que haya, pero podría mandar a alguien a ir a comprarlas —responde Hueningkai poniéndose de pie y limpiando la nieve de su pantalón.
TaeHyun sonríe suave y niega— Quiero ir yo a comprarlas, vamos más tarde.
Desde hace dos días y tres noches habían llegado al viejo castillo del sur, al momento de comunicar su decisión no fue aceptada hasta que afirmara que se quedaría ahí. La verdad que en ese momento TaeHyun no tenía ni una idea hacía dónde se podría ir, la casa de sus padres no era opción, es muy cerca, por lo que aceptó sabiendo que tendría un lugar lejano hacía escapar. Su amigo fiel tampoco aceptó dejarlo, no podría ponerlo en una situación difícil solo por su decisión así que ahí estaban.
—Que yo recuerde no eres el mejor con los lienzos.
—Y tu no lo eres con los hombres de nieve y nadie te dice nada —bromea con el menor, quien hace una mueca indignado.
—Me has herido —ambos sonríen, TaeHyun regresa su vista al paisaje detrás de él e inhala el fresco aire—, JiMin me llama, el té debe estar listo, ya vuelvo.
Asintió sin ver a su amigo irse. Suspiró para llenar sus pulmones con aire fresco, eso le ayudaba a dejar fluir todo. Sus párpados cayeron sin dejar de sentir todo a su alrededor.
—Los sentimientos que~ —comenzó a entonar suavemente— no podía contarte~
Solían perderse en la niebla, pero ahora van a ti
Yo vuelo por ti, no podía ver mi corazón
Incluso cuando cerraba los ojos
pero ahora has venido a mí
porque te amo
ven a mi lado
porque te necesito
te extraño incluso en mis sueños
porque te amo
—te amo~ —otro suspiro profundo fue dado, los hermosos zafiros volvieron a mostrarse ante el curador paisaje que volvía a ser testigo del anhelo del peligris que, sin notarlo, llamaba su amado—, te amo.
—Yo también te amo.
Su cuerpo se paralizó, inclusive puede jurar que su respiración quedó estancada. Casi temblando, lentamente volteó para encontrarse con BeomGyu frente a él. Junto con la respiración, sus palabras y pensamientos no pudieron funcionar correctamente— Beom... su al... su alteza.
El pelinegro suspiró mirando al paisaje que los rodeaba, dio unos pasos hasta quedar a mitad de camino hacía TaeHyun— Creí que desde los once años ya no me dirías así al estar solos —menciona—, siempre he preferido escuchar mi nombre proviniendo de ti.
Esta vez fue turno del menor para tratar de comprender que sucedía, BeomGyu se encontraba frente a él y recuerda... recuerda ello— ¿Como...?
—El castillo luce más viejo, pero el paisaje es el mismo —continuó el mayor, mirando fijamente al peligris—, desde nuestro primer viaje ha pasado mucho tiempo.
Esas palabras fueron la confirmación que el menor necesitaba, sus ojos comenzaron a picar en el momento que BeomGyu le dedicó una suave sonrisa. Se acercó, quedando frente al mayor— ¿Has... ¿Has recordado?
No solo TaeHyun se encontraba completamente abrumado por la situación, BeomGyu también sentía sus ojos llenarse de lágrimas al momento de asentir y ver la primera lágrima rodar por el pálido rostro del menor.
Sus manos tomaron entre estas el rostro de TaeHyun, acariciando la tersa piel con sus pulgares— No fue tu culpa, TaeHyun.
Solo eso bastó para que el llanto del menor comenzara y un río de agua salada recorriera sus mejillas. BeomGyu lo envolvió con sus brazos antes de que el menor se dejara caer producto del llanto.
Lloró sin control por varios minutos, BeomGyu en ningún momento lo soltó, se aseguró de abrazarlo fuerte y de acariciar su espalda hasta que se calmará, sabe que hay mucho que el menor no había logrado soltar— Mi brillante estrella —comenzó una vez que el menor lloraba poco—, lamento haberte hecho esperar, sé que me extrañaste y te aseguro que mi alma también lo hizo.
—¿No es un su-sueño? —preguntó inseguro el menor, por fin apartándose un poco del pelinegro para verlo, pero sin romper el abrazo— tu...
Regalando una suave sonrisa, BeomGyu besó la frente del menor— Al enterarme que te fuiste me rompí, te busqué hasta que mi cuerpo no pudo más, desperté hace unas horas y Juna me dijo todo. No es tu culpa TaeHyun, jamás lo ha sido y jamás lo será, y si es de alguien es mi culpa por no decirte cómo lucía JiSuk; pensé que te protegía al mantenerte alejado de todo eso, pero solo te hice más daño —otro beso fue depositado, pero esta vez en una de las mejillas rosáceas del menor—. Lo lamento, mi amor.
—Tenía más miedo que culpa —confesó el menor—, miedo a que nunca te recuperarás, miedo a que si lo hicieras me culparas y me dejarás, no sabía a qué más tener y este llenó la culpa que sentía.
—Jamás te podría odiar —asegura el pelinegro—, menos al saber que cada noche me buscabas incluso en tus sueños.
El rostro del menor se mostró asombrado, su sueño, que sin falta se repitió hasta el día que BeomGyu regresó, era un secreto, ni siquiera Hueningkai sabía de este— ¿Cómo sabes de ello?
—Porque cada noche mi alma peleaba junto a ti para poder recordarte, estas están unidas aunque nuestros cuerpos estén defectuosos.
Sin poder soportarlo más, ambos se unieron en un lento beso, en uno tan delicado y lleno de amor, que las montañas, nubes, lago y demás estaban seguros que jamás lograrían ver un amor tan puro como ese. Agradecen ser testigos por que sin ello tal vez nunca hubieran confirmado que el amor puede ser tan fuerte, real y destinado; un amor que ningún cuento podría igualar.
Soy llanto pero esta vez del bueno 😭
Pueden dejar sus preguntas para Q&A si es que aún tienen algunas preguntas.
Se viene el epílogo y no estoy lista para dejarlos ir 🥺😭
Nos leemos luego~
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