Capítulo XXIV
—¡Deja mi cabello! —exclamó al sentir otra vez el tirón de pelo.
Volvió a escuchar la risa de HoSeok a su lado y él se volteó a verlo como una mirada más seria, causando que el contrario dejara de reír y se sentara correctamente en la silla.
Creo que ya sé cómo controlarlo, pensó con sorna al ver cómo reaccionaba sin decirle absolutamente nada.
El timbre de salida se escuchó resonar fuertemente en sus oídos y él suspiró mientras miraba al pelinegro que apretaba los labios para no reírse. Tomó sus cosas con lentitud y las empezó a ordenar. De reojo vio como HoSeok hacía lo mismo.
—Te espero afuera —dijo al ver que el chico buscaba algo en su mochila.
HoSeok asintió sin sacar por completo la cabeza del interior de la mochila que tenía sobre la mesa. YoonGi tomó la suya y pasó por entre las mesas hasta llegar a la entrada de la sala, aunque no logró continuar con su camino porque una vez ahí sintió que lo tiraron del brazo y lo arrastraron con fuerza por los pasillos. Al principio pensó inmediatamente en gritar y pedir ayuda, pero cuando reconoció la cabellera del castaño se dejó llevar.
—¿Qué pasa? —preguntó al ver que se detenían cerca de los camerinos, donde ya no había nadie.
JiMin no contestó y solo le tomó por las mejillas para besarlo, moviendo las caderas contra él para apegarlo a los casilleros que estaban a un lado de las duchas. YoonGi dejó sus manos pegadas a la superficie sólida de metal, aún asombrado por el impacto.
—Pareces enojado —murmuró después de terminar de besarse, sin saber qué más decir. JiMin no contestó y bajó la cabeza mientras que sus manos se mantenían donde mismo—. ¿Estás bien? ¿Te sientes enfermo? —preguntó intentando buscar la mirada del castaño.
—No me hables —dijo el contrario, haciendo que su voz saliera sorprendente apagada—. Estoy enojado contigo.
—¿Por qué? —preguntó frunciendo el ceño con confusión. Si estaba enojado con él ¿por qué lo besó?
JiMin elevó la mirada e hizo un puchero inconsciente. Parecía un niño pequeño que estaba molesto.
—¿Quién es? —interrogó el chico cruzando los brazos, causando que se alejara de él.
—¿Quién? —preguntó confundido.
—El chico raro. ¿Quién es? —Frunció el ceño, sin entender a qué se refería.
—¿Qué chico raro? —preguntó acercando un poco más la cabeza hacia el contrario.
—El chico con el que estuviste hoy, ¿quién es?
Rió levemente al ver a JiMin tan molesto—. Es un amigo —dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa.
—¿Por qué ahora estás tan feliz? Me molesta —dijo el castaño mirando hacia otro lado y haciendo una mueca.
—¿Te molesta que esté feliz? —Acercó más su cara a la del otro y mostró una sonrisa burlona.
—Si es él quien te hace feliz... Sí, me molesta.
—Eres muy egoísta.
YoonGi lo tomó por las mejillas para besarlo porque el momento le conmovió un poco, por insano que pareciera. Al principio sintió desgano por parte de JiMin al corresponder el beso, pero después de unos segundo volvió a pegarlo con brusquedad contra los casilleros, logrando que soltara un gruñido.
—Tenemos que irnos —murmuró alejando a JiMin por los hombros.
—Quedémonos un rato más. —El chico volvió a besarlo.
—Dejé a HoSeok en el salón y le dije que nos encontraríamos fuera —dijo separándolo otra vez.
El castaño di un paso hacia atrás mientras bufaba—. ¿Acaso importa el rarito? —preguntó molesto.
—¡Hey! Ahora en mi amigo. No hables así de él.
—¡Puedo hablar de él como se me dé la gana! —exclamó el otro con enfado, haciendo que él también se sintiera molesto.
—¡JiMin! —expresó a modo de reclamo.
—¿Me estás regañando? —preguntó el aludido frunciendo los cejas. Parecía enojado.
—¡Sí! —dijo sin pensar—. ¿Acaso ahora me golpearás?
En un rápido movimiento el castaño levantó el puño y se mantuvo ahí, por lo que sus ojos se fueron de inmediato a los contrarios para mirarlo con intensidad, probablemente diciéndole mucho con tan solo una mirada. En respuesta JiMin abrió ampliamente los ojos, jadeó y bajó el brazo lentamente.
—YoonGi...
—No me hables —dijo seriamente, afectado por las acciones del otro.
Le pegó un manotazo ligero a la mano de JiMin que se alzaba hacia él y se levantó mientras tomaba su mochila con la intención de salir de los camerinos.
A la mierda con HoSeok también.
—¡YoonGi! —JiMin lo tomó por los hombros y lo movió un poco con la intención de detenerlo.
—No sé por qué me sorprende —dijo inconscientemente, como si lo estuviera diciendo para sí mismo—. Tú siempre eres así. ¿Por qué me sorprende?
Fijó los ojos en el castaño para encontrar respuesta, pero solo logró ver su expresión triste y que sus labios se movían para intentar explicarse.
—Las cosas cambiaron entre nosotros —dijo el otro lentamente, como si lo digiera sin pensar—, por eso te sorprende.
Pestañeó unas cuantas veces y luego volvió a retomar su caminar, alejándose de JiMin otra vez. Escuchó como el castaño pronunciaba su nombre con urgencia, pero no le prestó atención y solo se limitó a caminar hacia las puertas del instituto. Avanzó un poco más para llegar a la parada de autobuses y se sentó ahí, aún sin voltearse a ver a el castaño que aparentemente se cansó de gritarle. Esperó paciente mientras balanceaba los pies y tenía la mirada fija en sus zapatos. Se asustó un poco al sentir como sonaba la estruendosa bocina del autobús y se subió siguiendo la alocada gente que intentaba avanzar por las angostas escaleras. Para su suerte había suficiente espacio como para que pudiera sentarse.
De su bolsillo tomó el celular al escucharlo sonar. Se extrañó ante la llamada entrante de JungKook.
—YoonGi.
—Hola, JungKook. ¿Cómo estás? —Se olvidó por un momento que ese chico tan lindo traicionó a su mejor amigo.
—YoonGi... —dijo el otro lentamente y él frunció el ceño con preocupación—. No me encuentro muy bien. ¿Podríamos vernos?
—Claro... ¿Qué paso? —preguntó acomodándose mejor en el asiento.
—Te lo diré después. —Su voz sonó extremadamente triste. Eso lo preocupó—. ¿Nos podemos ver en la cafetería de siempre?
—Está bien. Ahí nos vemos.
—Te estaré esperando —le dijo el chico para después cortar la llamada.
Frunció el entrecejo aún mirando confundido la pantalla apagada de su celular. Observó por la ventana para ver como los autos pasaba rápidamente a su costado y movió el teléfono entre sus dedos con nerviosismo.
—Mierda —murmuró y rápidamente se levantó. Ese autobús, aunque hiciera todo su recorrido, nunca lo llevaría a donde tenía que ir.
Se puso a un costado del conductor y sin decirle nada el vehículo se detuvo en el paradero más cercano. Le agradeció y se bajó casi de un salto. Miró a su alrededor para orientarse y por su suerte no estaba tan lejos de donde tenía que encontrarse con JungKook.
Caminó a paso rápido por entre las personas con la intención de buscar la estúpida cafetería y cuando reconoció el letrero del lugar se adentró para buscar al pelinegro. Lo encontró sentado en una mesa bastante alejada mientras miraba por la ventana. Tuvo el detalle de distinguir que aún estaba con la ropa del instituto.
—JungKook —lo llamó e inmediatamente se sentó en la silla que estaba frente al otro. El chico rápidamente se dio vuelta para mirarlo.
—YoonGi... —pronunció el contrario en un murmuro mientras se mordía levemente los labios.
—¿Sucede algo malo? —preguntó acomodándose mejor en la silla.
JungKook asintió y luego una chica se acercó a pedir sus pedidos con una gran sonrisa. Ella tenía el pelo extremadamente liso y negro... Luego de unos segundos razonó que era la chica con la que estuvo JiMin.
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