Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo IX

Su trasero dolió cuando sintió el contacto con el frío suelo y por un momento pensó que la pintura verde que se metía por su nariz lo dejaría sin respirar.

La gente se reía a su alrededor y YoonGi no hizo más que intentar esconderse, cosa imposible. Deseó convertirme en esa pegajosa pintura verde que cubría todo su debilucho cuerpo.

Desde el principio de su existencia nunca existió un YoonGi hiperactivo o gruñón, pero últimamente se volvió una persona muy deprimente, especialmente por no tener con quién soportar todo. Primero, Tae no estaba. Segundo, JiMin seguía con su mierda contra él. Tercero, no tenía ni puta idea de qué hacía JungKook cuando salía de su departamento. Y cuarto, su padre estaba experimentando con las pastillas que le indicó el médico, cosa que podía significar un posible atentando contra su madre y él.

Estaba preocupado y estresado. Estúpidamente lo único que quería era ver a TaeHyung con esas estúpidas sonrisas suyas que lo hacían sonreír a él también; pero su amigo no estaba. El único que se encontraba ahí era JiMin con un cubo de pintura mientras reía sin parar junto a sus amigos, riéndose de él.

Intentó levantarse otra vez, cosa que logró hacer correctamente.

—¿Qué pasó? —Una voz resonó en sus oídos, pero no pudo ni quiso escuchar nada. Solo deseaba llegar a casa y dormir—. ¡JiMin! ¡YoonGi! —Movió la vista del piso para dirigirla hacia el profesor que los miraba con el ceño fruncido.

La gente que estaba alrededor de a poco acallaron sus risas y ellos dos fueron apartados disimuladamente de la escena.

—Ustedes dos, síganme —habló el hombre y YoonGi caminó con cuidado hacia él, abriendo los brazos para intentar mantener el equilibrio sobre el resbaloso piso. El profesor lo volteó a ver, hizo una mueca y lo apuntó—. Llamaré a tu casa para ver si pueden traerte algo para que te cambies. Después de eso hablaremos.

Se quedó quieto donde estaba para no ensuciar más de lo que ya lo hacía. Desvió la vista de la puerta por donde ingresó el profesor y se encontró con JiMin, quien tecleaba entretenido en su teléfono y reía sin razón aparente. Se sorprendió al verlo; definitivamente cada vez le asombraba más, especialmente si recordaba esa vez que lo llevó hasta al hogar que antes JungKook compartía con TaeHyung o aquella cuando comieron de una deliciosa y elegante cena o concretamente esa vez que despertaron desnudos en la habitación de un motel gay. YoonGi creyó que esa fue la primera vez que vivió algo tan extraño, especialmente con un ser tan inusual y cambiante como lo era JiMin.

Después de unos minutos de espera vio a su madre a lo lejos correr hacia él con un bolso en mano. Cuando llegó a su lado lo miró preocupada y él solo sonrió para calmarla.

—¿Qué pasó? —preguntó ella acercando sus manos, aunque no lo tocó.

—Accidentalmente JiMin volcó un tarro de pintura sobre mí —mintió y le dio una falsa sonrisa.

—¿JiMin? —preguntó ella frunciendo el ceño.

—Hola, señora Min. —La voz de JiMin provino de uno de sus costados.

—Oh... JiMin. ¿Cómo estás, tesoro? —dijo su madre sonriendo.

—Muy bien, gracias —contestó el contrario sonriéndole a la mujer.

—Fue un gusto verte, JiMin, pero me tengo que ir. —Su madre le mandó un beso antes de  caminar por donde vino—. Nos vemos en casa.

—¿Ya llegaron tus cosas? —El profesor se hizo presente—. Necesito hablar contigo. —La mirada se dirigió hacia JiMin, así que YoonGi caminó hacia las duchas.

Por suerte su madre le llevó todo lo necesario, así que se bañó cómodamente y luego se cambió. Incluso se puso un poco de perfume que encontró dentro del bolso.

Salió de las duchas completamente vestido y fue hacia la oficina del profesor. Su teléfono sonó en su bolsillo.

Hola, YoonGi.

—Tae. —Sonrió al saber que se trataba de su mejor amigo.

Tengo algo importante que decirte —empezó diciendo el otro lentamente.

—¿Qué sucede? —preguntó deteniéndose a unos metros de la puerta del profesor.

Creo que me demoraré más de lo planeado.

Frunció el ceño—. Dijiste que vendrías pronto. —Se relamió los labios con nerviosismo—. Por favor regresa, Tae.

Te prometo que lo haré. Es solo que ahora no es el momento.

—Ya llevas una semana allá. —Apretó con fuerza la correa de su bolso—. ¿Por qué no me dices donde estás?

Volveré pronto, YoonGi. Solo relájate.

—¿No lo extrañas? —Cerró los ojos para esperar la respuesta.

Lo extraño mucho. —Después de decir eso TaeHyung guardó silencio, aunque quizás fue por demasiado tiempo.

—¿Entonces por qué no vuelves?

Porque él no quiere que regrese.

Pasó la mano desocupada por su cabello mojado con frustración—. Claro que te extraña —dijo sonando alterado.

No lo hace —soltó el otro en un susurro—. Lo siento, YoonGi, me tengo que ir. Adiós.

TaeHyung cortó la llamada y él solo se quedó ahí estático, pensando en qué mierda se estaba metiendo JungKook.

Su paciencia estaba llegando a su límite, pero procuró tranquilizarse un poco antes de acercarse a la puerta del profesor, donde tocó unas tres veces. El hombre abrió la puerta y lo invitó a pasar. Dentro de la oficina se encontraba JiMin sentado en una de las sillas y él me sentó en la que estaba a su lado ante la señal del profesor.

—Necesito conversar seriamente con ustedes dos. —El maestro los miró a ambos desde el otro lado del escritorio—. Estoy bien consciente de lo que sucede, JiMin.

—¿Qué quiere decir? —dijo el aludido fingiendo inocencia y él estuvo tentado a poner los ojos en blanco.

—Sobre lo que le haces a YoonGi. —El mayor apretó los labios con cierta molestia—. Deberías dejar de hacerlo. ¿Qué buscas exactamente?

JiMin frunció el ceño—. Siendo sincero... No es nada en especial, simplemente es divertido. —El chico se escogió de hombros.

—¿Acaso no piensas cómo puede sentir YoonGi? —El profesor se inclinó un poco más sobre el escritorio y miró a JiMin enojado—. ¿Qué tan cruel puede llegar a ser, joven Park?

JiMin movió su rostro hacia otro lado, como si estuviera molesto por lo que acababan de decirle. YoonGi solo se quedó ahí, mirando hacia los objetos que tenía el profesor sobre su escritorio.

—Quiero que cambies, JiMin, porque la manera en la que vives está realmente mal. —El hombre movió su dedo índice de arriba a abajo—. Se harán amigos.

—¿Qué? —JiMin fue el primero que habló de los dos, casi saltando del asiento.

—Así es. Harán todo lo posible para pasar tiempo juntos y llevarse bien, incluso ser amigos. —El profesor empezó a mover unos papeles sobre su escritorio.

—¿Qué tal si lo dejamos hasta aquí? Él por su lado y yo por el mío. —JiMin movió rápidamente las manos al hablar.

—No, JiMin. Debes intentar conseguir algo. Puede que te moleste ser amigo de YoonGi y es por eso que te pido esto.

—¡No quiero hacerlo! —chilló el chico como un niño pequeño haciendo una pataleta.

—Lo tendrás que hacer. —El hombre se levantó de su asiento—. Los vigilaré a ambos y avisaré a los otros profesores, así que intenten llevarse bien. Haremos esto como un intento de terapia. Si vuelvo a notar problemas hablaré con sus padres.

Sonó el timbre y ambos se levantaron, ya que el profesor parecía querer despedirse. Hicieron una pequeña reverencia y salieron de la oficina. Ya se acabaron las clases, así que tenía que ir directo hacia el departamento de JungKook para hablar con él.

Vio a JiMin ir hacia la entrada con su mochila al hombro sin decirme absolutamente nada, ni siquiera para molestarlo o echarle la culpa de lo que pasó con el maestro. Ante ello YoonGi simplemente fue por su mochila, la cual dejó en su salón.

Salió del instituto con todas sus cosas y se preparó para ir hacia el departamento de JungKook, aunque cuando caminó en aquella dirección notó a JiMin andando a unos cuantos metros por delante de él.

—¿Me estás siguiendo? —El contrario se volteó a verlo después de unos minutos que caminaron en silencio.

—Voy al departamento de mi amigo. —Se encogió de hombros y continuó andando.

Aquel día estaba un poco más enojado con JiMin que en otras ocasiones.

—Entonces podríamos caminar juntos —propuso el otro en un murmuro, sorprendiéndolo. Al parecer el chico captó aquello porque se apresuró en agregar—: Es extraño ir al mismo lugar caminando así, parece que me estás siguiendo.

—En realidad no me importa. —Continuó caminando y evitó a JiMin.

—YoonGi —Se dio la vuelta para verlo, notándolo con una sonrisa extraña, nerviosa quizás—, ¿qué te parece si intentamos ser amigos?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro