—¡No voy a ir! —dijo cansado.

—Vamos, YoonGi. Será divertido —comentó TaeHyung y lo agarró de la manga de la sudadera para moverla frenéticamente.

—Ya dije que no quiero ir a sus clubs homosexuales. —Chasqueó la lengua y miró hacia la ventana, notando cómo las gotas chocaban contra el vidrio. Volvió a beber de su café.

—¡Vamos! —pidió el otro chico que los acompañaba y saltó sobre él, haciendo que el café se balanceara. Agradeció una y mil veces que quedara poco.

—¡Córrete! Me botas el café —vociferó y lo empujó para que no se quemara, provocando que JungKook cayera al suelo riendo.

—¿Cómo se te ocurre empujar a mi novio? —bromeó TaeHyung, fingiendo estar histérico.

Dejó el café en la mesilla de centro para evitar accidentes y pensó en cómo se las arregló para hacer de amigos a ese par de estúpidos, pero no llegó muy lejos con sus divagaciones porque alguien lo aplastó contra el suelo alfombrado. TaeHyung aparentemente tuvo ganas de hacer su broma aún más intenta porque saltó sobre YoonGi y le pegó con la palma abierta en el hombro, haciéndolo reír por la poca fuerza que ejercía.

—TaeHyung, déjalo ya —pidió JungKook ligeramente alterado y agarró a TaeHyung por detrás la cintura.

YoonGi empujó al chico, provocando que este cayera entre las piernas de JungKook, con quien se puso a discutir, pero al cabo de unos segundos TaeHyung echó la cabeza hacia atrás con la intención de encontrarse con la mirada ajena y ante eso se besó con JungKook. YoonGi tosió incómodo al verlos y los dos chicos se separaron sonrojados. No pudo evitar reírse de lo tiernos que eras esos dos.

—YoonGi... —murmuró JungKook y se llevó la mano a la boca, avergonzado.

—Está bien, tonto —dijo y luego se dirigió hacia ambos—: Sigan demostrando su amor. Yo me iré a casa.

—¡No! —gritaron los dos a la vez.

—Tienes que venir con nosotros —insistió TaeHyung y se puso de rodillas delante de él. En cuanto pestañeó JungKook estaba a su lado haciendo lo mismo.

—Dije que no iré. —Se levantó del suelo y tomó sus cosas.

—Por favor —dijeron los dos mientras hacían pucheros y permanecían aún arrodillados.

—No soy gay —pronunció despacio, sin querer decir algo equivocado.

—¡Yo no soy gay! —alegó TaeHyung, incluso sonó un poco ofendido.

JungKook se dio vuelta a mirarlo con la boca abierta—. Entonces ¿por qué estás conmigo?

YoonGi se cruzó de brazos y formó una amplia sonrisa al notar cómo el pelinegro se enfadaba.

—Solo por ti soy gay —dijo el otro intentando salvarse de la mierda que dijo delante de su novio.

JungKook miró hacia otro lado y TaeHyung se le tiró encima para empezar a besarlo. YoonGi no pudo evitar pensar que los otros dos no tenían nada de respeto por su persona, aunque era divertido ver cómo JungKook no correspondía los besos. De igual manera, al rato el menor le correspondió el beso y volvieron a comerse la boca en pleno suelo.

—Adiós, chicos. Nos vemos después —avisó y empezó a caminar hacia la puerta. Cuando la abrió notó que JungKook estaba a su lado, cosa que lo asustó.

—YoonGi, ven con nosotros esta noche —pidió con un semblante serio.

—Gracias por la invitación, pero en serio no me apetece ir —confesó sonriéndole con amabilidad.

—¿Por qué no lo intentas? No es para convertirte en homosexual ni nada por el estilo, sino que simplemente queremos que pases un buen rato. —JungKook habló de una forma tan seria que lo sorprendió—. Sabemos por lo que pasas. Ven con nosotros a distraerte, por favor.

Abrió y cerró la boca a modo de sorpresa, miró hacia TaeHyung y este también estaba serio. El castaño asintió, dando señal de que estaba de acuerdo con su novio.

—Está bien. —Asintió y suspiró.

¿Qué estaba haciendo?

—Te llevaremos a tu casa para que te cambies. —TaeHyung sonrió mientras ponía la mano en su hombro.

Miró la hora en el reloj que estaba en una de las paredes del departamento. Por lo que sabía su padre todavía no llegaba a casa.

—¿Te quedarás con nosotros a dormir? —preguntó JungKook y ladeó un poco la cabeza hacia la derecha.

—No creo —susurró dándoles una media sonrisa. No dejaría a su madre sola.

—YoonGi... —empezó TaeHyung con delicadeza, como si tuviera miedo de su reacción—. Sabes que pueden vivir acá, ¿cierto?

Lo sabía, ambos se lo dijeron muchas veces, le comentaron que podía vivir con ellos y que incluso podía llevar a su madre, pero realmente no tenía la capacidad para hacerlo. Su padre era quien llevaba el dinero a casa y él no podía trabajar porque su madre se empeñaba demasiado en que primero terminara de estudiar.

—No puedo. —Suspiró. Le frustraba demasiado saber que podía salvarla, pero en realidad no—. No tengo dinero para mantenernos.

—Nosotros te podemos ayudar —se apresuró en contestar JungKook.

—No puedo aprovecharme de ustedes —dijo dándoles una media sonrisa—. Y ustedes viven con el dinero de sus padres. —Los chicos hicieron una mueca y él les sonrió de medio lado—. Solo préstenme un paraguas.

Tomó uno que estaba a un lado de la entrada sin siquiera pedir permiso, abrió la puerta y caminó por los pasillos del gran edificio para acercarse hasta el elevador.

Esas personas tenían bastante dinero, bueno... los padres de JungKook y TaeHyung tenían mucho dinero.

Su historia le daba ternura. Cuando llevaban más de un año saliendo intentó convencerlos para que fueran a contarles a sus padres, pero todo salió mal; a Taehyung lo golpearon y a JungKook lo encerraron en su habitación sin comida ni nada más que su cama. En cuanto el mayor se enteró inmediatamente lo sacó de su habitación y fueron hasta la casa de YoonGi, encontrándose con la escena de su padre gritándole a su madre. En ese entonces no tenía la valentía para encarar al hombre, así que siempre se encerraba en un rincón a llorar. Ellos se fueron contra su progenitor y casi lo golpean a él de paso por no comportarse como un buen hijo que defiende a mi madre.

En ese momento terminó ofreciéndoles su habitación para dormir, sitio donde crearon un plan para "escapar". Por la mañana del día siguiente se fugaron. Eran cerca de las ocho de la tarde cuando TaeHyung lo llamó para avisarle de que estaban en la casa de sus padres con JungKook. Le contó que las dos mujeres se juntaron y fueron llorando juntos a sus esposos a buscarlos.

Y así terminaron en un departamento. Al parecer a los padres de ambos les costaba asumir que saldrían, así que los enviaron a vivir juntos.

Salió de su ensoñación y se di cuenta que el ascensor se abrió ante él, dejando que su vista se dirigiera al chico que estaba delante suyo.

A simple vista se encontraban solamente ellos dos en el piso.

Entró al ascensor y se puso a su lado, cosa que lo hizo sentirse inmediatamente incómodo. Lo miró de reojo y enseguida pudo notar que su labio estaba manchado con un poco de sangre seca.

JiMin bajó la cabeza al darse cuenta de que lo estuvo mirando durante demasiado tiempo y YoonGi fruncí el ceño. ¿Qué estaba pasando con el chico que lo golpeaba todos los días?, pensó con ironía al notar su actitud.

—¿Por qué no me estás golpeando? —preguntó burlón, encarándolo.

—Hay cámaras —murmuró levantando la cabeza y apuntó con la barbilla hacia una de las esquinas superiores del elevador.

—Así que no me golpeas porque nos están viendo. —Sonrió YoonGi con ironía—. ¿Cuándo te ha importado saber que nos ven cuando me golpeas?

El otro se giró a verlo y él frunció el ceño. El rostro ajeno estaba serio, tan serio que incluso daba miedo.

—¿Te mudaste aquí? —preguntó cambiando de tema.

Maldito, pensó al sentirse ignorado.

—Solo vengo a ver a unos amigos —comentó encogiéndose de hombros sin darle importancia.

—¿A los chicos homosexuales? —preguntó burlón.

Sorprendentemente aquellas palabras hicieron que YoonGi se moviera de forma inconsciente, quizás haya sido por toda la situación qué pasó últimamente con sus amigos insistiendo o por los golpes cada vez más fuertes de su padre, pero no pudo evitar que su puño chocara contra el labio del otro, haciéndolo sangrar nuevamente.

Las puertas del ascensor se abrieron, dejando a la vista unas cuantas personas que los miraban sorprendidas. YoonGi rápidamente salió de ahí con el paraguas en mano.

—¿Ese chico lo golpeó? —le preguntó una de las personas a JiMin.

—No —contestó el chico con rapidez—. Solo es mi novio. —Abrió los ojos sorprendido, pero siguió caminado.

¿Qué quiso decir? ¿Qué le rompió el labio con un beso?