La historia de Jessi I
Hay algunos caminos que simplemente chocan, se intersecan, se cruzan, pero nuestros caminos, nuestros caminos eran como dos líneas paralelas, que están destinadas a contemplarse eternamente sin tocarse jamás y aun así, pudimos rozarnos de vez en cuando.
Así comenzó Jessi su historia, una historia en la que yo había sido un personaje, y sin embargo, la tristeza de sus ojos aun parecía inconsolable.
Izzy acababa de colarse por la ventana segundos antes de que ella empezara, solo ella no notaba que la que estaba frente a nosotros no era la Jessi de siempre, y sin embargo, se veía tan sorprendida como todas nosotras.
Después de una pausa, Jessi continuó.
Ese chico y yo, frecuentábamos el mismo lugar, un lugar donde se reunían todos aquellos que no eran como el resto, un lugar donde me sentía más en casa que donde yo vivía, un lugar, hecho para los ignorados e incomprendidos, un lugar para mí.
Ann siempre me decía que Adrián era un chico hermoso, pero yo realmente no lo creía así o no quería creerlo. Siempre pensé que era posible que le gustara Ann, pues siempre nos estaba mirando en la distancia, pero no fue hasta que un amigo de él fue rechazado por nuestra rompecorazones preferida...
—No me llames así Jessi —interrumpí.
—Cállate —me regañó mientras me miraba con un ojo entrecerrado y el otro abierto, y continuó su historia.
Por donde iba... ah sí, no fue hasta que nuestra amiga aquí presente rechazó a su amigo de la infancia que me di cuenta de que esas miradas obviamente no podían ser para ella, él valoraba mucho esa amistad para hacer eso. Entonces la única respuesta a la pregunta era yo, eran para mí.
Él era bastante famoso, el cantante de una banda super importante a nivel local, pero en esta historia a diferencia de la de Alice, eso no tiene mucha importancia, por lo que pueden ignorar el dato si les parece. Debido a eso, muchas tenían sus ojos en él, pero yo no era una de ellas, lo cuál supongo que llamaba su atención, así que no lo tomé muy en serio.
En otro momento, otro de sus amigos se enamoró de Ann y ya saben que la mejor amiga es un arma importante si quieres conquistar a una chica. A ella le gustaba su amigo, pero a pesar de eso, era obvio que rechazaría a un mujeriego como Ían. De todas maneras, él quería intentar dejarlos a solas a ver que pasaba, así que después de acompañarlos un rato sentados en un parque y fingimos que saldríamos juntos a dar una vuelta en plan pareja.
Lo siguiente que supe es que estaba en su casa. Realmente no me importaba, éramos bastante mayores, yo tenía 18 y el 27. Mi vida sexual, había empezado hacía ya unos años, por lo que yo no era nada ingenua, sabía cómo iba a terminar todo eso, y aun así, me quedé.
No estoy segura de por qué lo hice, quizás me habían fascinado todas esas palabras que dijo durante el camino y me dejé llevar.
Mi teléfono comenzó a sonar, y al contestar, nadie hablaba, pero podía escucharse una conversación de fondo. Era nuestro código, significaba que por alguna razón ella quería ser rescatada, supuse que estaba a punto de caer bajo sus encantos y sabía que no le convenía, ella siempre ha tenido una buena intuición para eso a diferencia de mí.
En ese segundo volví al mundo real, estábamos totalmente desnudos y él estaba a mi lado como se estuviese tratando de saber que había pasado o por lo menos, eso parecía. En algunas partes de su cuerpo quedaban marcas de mis besos, mi pelo era un desastre, mi maquillaje estaba totalmente corrido y mis piernas aún temblaban.
Corrí a arreglarme y ambos nos vestimos, tenía que rescatar a mi amiga de las garras de Ían el terrible.
Entonces en el camino de regreso, no hablamos del tema, pero si me decía cosas bonitas y algo verdes, y cada vez más sentía un ardor en mis mejillas, estaba enamorándome del hombre equivocado, pero... eso, no lo supe, justo hasta que llegamos a casa de Ann.
Ella siempre ha sido la confidente de muchos por su habilidad para dar consejos y además, le encanta jugar a la investigadora con todos nuestros pretendientes. Entonces, sin saber lo sucedido me dio un consejo que me dejó pálida, sus palabras fueron "sé que te parece interesante, pero créeme, en su frente puedo leer la palabra peligro" y una vez oí eso solo pude preguntar por qué, aun sin contarle nada...
—¿Por qué dijiste eso? —interrumpió Mel.
—Se los contará Jessi mañana. Por ahora es suficiente y es hora de que Izzy regrese a casa —dije como si fuese la jefa.
—Está bien —respondieron todas casi a coro y cada una se fue a dormir después de despedirse de nuestra más reciente amiga.
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