Era ya tarde, y entonces, izzy comenzó su historia, la última antes de ir a casa.
Cuando yo apenas comenzaba la adolescencia, me enfermé gravemente de los pulmones, a tal punto que estuve ingresada por casi seis meses. Me aburría mucho, y por eso, mi hermano mayor comenzó a contarme una historia, que luego supe que era real, aunque estaba algo distorsionada para que fuese más interesante para mí.

Llevaba varias noches ya, contándome casi la misma historia a veces era sobre dos magos, otras príncipes o guerreros, pero mi favorita, es la siguiente versión.

Había una vez, en un bosque lejano llamado Straw, un joven aldeano que tenía una gran afición por la música, y casi a diario, viajaba a la ciudad de Killems en busca de algo nuevo que escuchar.

Tras mucho tiempo, descubrió que alguien había escuchado primero que él, cada canción, siempre que firmaba el registro, estaba ese nombre y empezó a buscar esa persona, pero no importaba el mago al que le pidiera que le ayudara, con una simple firma, no bastaba para localizarle.

-Y un día mágicamente, mi hermano se sentó justo al lado de mi cama y me dijo- hoy, te contaré un poco más sobre alguna historia.

-Por favor, sobre la del aldeano de Straw –respondí.

La hermana del joven aldeano, había sido víctima de una maldición horrible, y él, cada noche le contaba sobre el misterioso nombre en los discos. Ella necesitaba mejorar y él, fue a un lugar muy lejano para conseguir algunas posiones que debilitarían la maldición hasta que el hechicero pudiera deshacerla.

Después de ese día, el regresó con algo nuevo que contar, resulta ser, que durante el viaje serpiente gigante, conoció a una chica.

-¿como que en serpiente gigante? –pregunté

-En ese publo viajan en una especie de serpiente gigante domesticada con muchas monturas

-¿y cuantas personas por montura?

-Cuatro mas o menos –respondió a mi loca pregunta.

Pues como decía, conoció a una chica, y para su sorpresa, el nombre era aquel que aparecía en cada uno de los registros de préstamo de los discos.

Me gustaba como sonreía, había pasado tiempo desde la última vez que había visto sonreír a mi hermano.

Continué escuchándole durante horas, cada día, esa historia me hacía querer enamorarme, hasta que le escuché aquella noche, pero otra vez, cayó en la monotonía de contar lo mismo cada noche, y para justificarse, decía que debía contarme un poco más de las otras historias, o más bien de las otras versiones.

En fin, ellos volvieron a verse, ya sabían dónde y todos los días se mandaban cuervos mensajeros. Pero, según mi hermano, un día, una bruja poderosa, le tendió una trampa y ellos se pelearon. Esa noche tuve un ataque, y hubo que adelantar mi operación, y luego estuve un mes en coma.

Al despertar, exigí antes que nada, una actualización de la historia y esa noche supe que era real. Él me contó que ella se había ido a la ciudad mágica de Firet, y que él se había rendido y luego se quedó dormido con los ojos llorosos a mi lado.

-Unos minutos después, lo desperté y le dije- Te seguiré contando la historia

-A ver –dijo incrédulo.

Pues la dulce hermana del aldeano, tras ser deshechizada, si es que eso se puede decir así, mandó un cuervo a la chica hasta Firet, para hacer que su hermano no se rindiera, pero la chica sospechó de la manera de escribir.

-después de decir eso le miré y exclamé- diculpa, respóndele algo.

No sé qué sucedió después muy bien, sé que él fue a buscarla a Firet y no se encontraron, pero volvieron a ser lo que sea que fuesen.

-Que bien, por fin una historia con un buen final –dijo Mel

-Pues no, yo volví a tener síntomas y vine con mi madre a este país para tratarme y luego nos quedamos porque ella consiguió un buen trabajo. Solo sé que mi hermano y esa chica no terminaron juntos.

-Serio no sabes nada más –dijo Jessi

-Bueno, él le quiere hablar para algo. Me lo dijo hace una semana –dice Izzy.

Nadie puede evitar ver la cara de Chelsea, algo le pasa, entonces todo se queda en silencio. Izzy no entiende nada, puedo verlo en su cara.

Yo apenas puedo creerlo, como no lo noté antes…