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Había pasado una semana de la "pelea" entre Jin y ella. Y era más que obvio que ella seguía evitando a su hermano, pero era porque no podía creer que Jin se estaba dando por vencido después de todo lo que habían hecho.

— toc toc — escucho ser tocada su puerta de vidrio. — hola Amber

— ¿Jin? ¿Qué haces aquí? — pregunto confundida

— esta es mi empresa, soy el vicepresidente — menciono burlonamente. — quise ver que están haciendo mis trabajadores

— soy tu socia — informo con una sonrisa de lado

— lo había olvidado — siguió jugando. — aceptas un helado como mis disculpas, ¿socia?

— solo si es de sabor ron con pasas

— hecho

Ambos parecían niños todavía, sus peleas lo arreglaban con helados, snacks y un montón de cosas chatarras. Todo porque les recordaba a momentos de su niñez aquellos donde eran indestructibles y podían hacer lo que ellos quisieran desde ser un super héroe con los poderes inimaginables a ser un simple chef jugando a la cocina.

— perdón, por lo... tú sabes — dijo tomando su helado

— está bien, solo no quiero escucharte hablar así — le dijo y lo miró fijamente. — no quiero que te des por vencido...todavía

— no prometo nada

— ¡Jin!

— está bien, no me daré por vencido

— así me gusta — empezaron a reír

Esa tarde dejaron todos sus deberes para poder tener una tarde juntos, como hace mucho tiempo no la tenían. La tarde lo pasaron entre parques y uno que otro Mall, fue entretenida ya que tomaron helado, vieron una película, jugaron en los juegos, pasearon y comieron lo que quisieron.

— Amber, gracias — dijo de repente. — gracias por todo

— a ti Jin, hace tiempo que no me divertía así contigo

✹ ✧

Jin había mostrado mejoría en el transcurso de este mes, pero aun así todavía no había respuesta del centro clínico con respecto al donante y poco a poco se iba desesperando pues el tiempo se les acababa.

Tan perdida estaba en sus pensamientos que no sintió la puerta ser abierta y paso por desapercibido la presencia de alguien delante suyo, solo cuando le hablaron volvió en si a la realidad.

— hola Amber — saludo. — ¿no interrumpo nada?

— Youra

— oh no, estaba viendo cosas del hotel — alzo sus carpetas de su mesa.

— ¿segura? Parecías un poco perdida

— no te preocupes, cosas mías — no le dio importancia a su estado pensativo. — ¿Cómo estás?

— un poco cansada pero bien — sonrió. — ¿tu como has estado?

— mejor, supongo que ya sabes que Jin y yo estamos en buenos términos

Aquel día que salieron ellos dos, habían hablado y se disculparon uno con el otro, porque eso hacen los hermanos, no importa cuantas veces te enojes con ellos porque siempre podrán disculparse, por ambos son familia.

— Jin está un poco extraño — soltó de repente

— ¿por qué lo dices? — pregunto preocupada

Hubiera querido pasar más tiempo con Jin, pero estas últimas semanas estuvo ocupada entre la clínica y la empresa, fue por eso que no lo había visto. ¿había vuelto a enfermar?

— últimamente ha estado feliz — dijo en un tono no alegre

— es una buena noticia ¿no?

— mmm...creo que sí, pero no de la forma en lo que lo hace — dijo reteniendo lagrimas

— ¿Qué forma?, sabes que puedes decirme cualquier cosa — dijo y la acerco más a ella

— bueno... el otro día... nosotros estuvimos juntos, ya sabes de esa manera — se ruborizo al contarle

— oh

"Dolor" sintió al escuchar esas palabras, pero no debía mostrar sentimientos

Había empezado a contar todo de acerca de esa noche especial, pero también los siguientes después de aquel día, Jin se comportaba de manera falsa, sonreía más a pesar de su dolor y había empezando a dar esa falsa felicidad a los demás.

— es raro, porque nunca paso algo así — volvió a hablar. — es como si quisiera hacer feliz a todos

— Yang-Mi dijo que estas semanas estaba mejorando...debe ser eso — resto importancia

— talvez le estoy dando muchas vueltas

Después de aquella declaración puso más interés en su amigo, las palabras que Youra dijo se le quedaron grabadas "parece que quisiera hacer feliz a todos". Días después había corroborado que efectivamente estaba haciéndolo, ¿Por qué?

— hola Jin

— Amber

— ¿quieres ir a comer?

— claro

— ¿no interrumpo?

— no para nada, son papeles sin importancia

El almuerzo fue tranquilo y ameno. Cuando volvían al hotel, iban hablando. Pero pudo notar aquella felicidad disfrazada y tenía miedo averiguar la razón.

— Amber, deberías salir con Chris

— ¿que? ¿con nuestro accionista? — pregunto asombrada por las repentinas palabras

— es buena persona

— si lo sé, ¿porque de repente quieres emparejarme con alguien?

"porque pronto no estaré" susurro bajito, pero ella lo escucho.

— Jin...— alcanzo a pronunciar antes de quebrarse

En aquel parque empezó a llorar, su amigo no estaba haciendo feliz a todos por nada, se estaba despidiendo y no se había dado cuenta.

— no llores, por favor

— ¿por qué lo haces? — pregunto con los ojos llenos de lagrimas

—  no quiero lastimarlos... mas

— ¡tonto! ¡Tonto! — empezó a golpearlo con puños el pecho

— abejita — llamo y la obligo a mirarlo. — me queda poco tiempo

— encontraremos a alguien — lo vio negar

— seamos felices el poco tiempo que me queda — sonrió débilmente para cambiar a una expresión de dolor

- ¡JIN!

Verlo tener una crisis delante de ella era lo más traumático que pudo presenciar, estaba sola, se quedó en shock gritando una y otra vez su nombre. Por suerte un joven se le acercó para ayudarla fue así como llegaron al hospital.

— ¿Amber? — pregunto el doctor Roux

— ¿cómo esta? Su corazón...dolía...desmayo — trataba de formular una oración y no podía

— tranquila, fue una recaída fuerte

— ¿por qué?

— los medicamentos que le recetamos. Ya no están haciendo efecto

— solo el trasplante... — vio asentir al medico

Una vez se fue el médico, fue donde recordó que él dijo "me queda poco tiempo", tenía que hacer algo, debía poder salvarlo.

— Amber, ¿qué paso? — llego corriendo Youra

— ¿cómo está mi hijo? ¿Dónde está? — pregunto Yang-Mi

Les conto lo que el medico les dijo acerca de los medicamentos, la señora Kim fue la primera en caer al suelo de rodillas mientras lloraba y se negaba a perder a su hijo. Youra fue abrazada por Amber para ser consolada no quería perder a su gran amor.

Ella fue la última en entrar a la habitación, después de dejar a Yang-Mi y Youra en la cafetería del hospital.

— abejita — dijo apenas

— ¿acaso tenemos ocho años? — pregunto mientras se limpiaba unas cuantas lagrimas

— te gustaba ese apodo de niña — acaricio con delicadeza la mejilla de su amiga — siento haberte asustado

— tuve mucho miedo

— por favor, seamos felices este poco tiempo — dijo antes de cerrar sus ojos para poder dormir

''te salvare'' prometió, cueste lo que cueste.


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