El albino observaba indiferente a la mujer y su acompañante, para el era molesto que lo busquen para unirse a ellos, el siempre detesto eso de grupos, incluso en su escuela lo odiaba, pero siempre lo hacía por estar serca de Angela.

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Mirando a la mujer responsable de su captura, Noa vio el cielo notando el centro donde estaba concentrado la mayor cantidad de rayos.

Creando nuevamente dos alas de hielo en su espalda, alzó el vuelo directo a donde se concentraban los rayos.

Mariana: no tan rápido...

En un estruendo y destello azulado la mujer había llegado al costado del albino que la vio indiferente, bloqueando un ataque de rayos con su mano.

Un poderoso estruendo resonó, mientras que literalmente salían chispas del golpe de ambos.

Noa sujetaba su ataque con su mano desnuda mientras aún miraba indiferente a la mujer quien sonrió al ver lo que hizo el albino.

Mariana: impresionante..., pudiste bloquear mi ataque.

Separándose del albino, ambos aterrizaron a metros de distancia del otro sin siquiera apartar la vista.

La expresión de Noa era de una seriedad total, sabía muy bien que esta pelea no sería fácil. El ignoraba todo eso de los Elementalistas y sus niveles.

Pará el era innecesario por la simple razón que le importaba muy poco su nivel y el de los demás.

Pero si sabía una cosa. De los niveles que se representaban los Elementalistas, los más poderosos eran los de nivel 4 y el podía ahora mismo apostar que aquella mujer era un nivel 4.

Mariana: como no quieres hablar..., veamos que tan fuerte eres Elementalista del hielo.

Con una sonrisa la mujer brillo en chispas azules antes de desaparecer en un borrón azul que atacó al albino.

Noa miró serio esto dando un salto atrás con las manos en su gabardina, bloqueando un ataque con sus alas de hielo.

Mariana: TÉCNICA ELEMENTAL DE RAYO NIVEL 2: TORRENTE ELÉCTRICO.

De sus dedos disparo grandes cantidades de rayos que cargaron contra el albino.

Noa se cubrió con sus alas de hielo de las fuertes descargas eléctricas.

Las descargas fueron retenidas por la alas de hielo del albino que al sentir el ataque detenerse abrió sus alas observando a la mujer frente sita con su puño rodeado de una gran cantidad de rayos.

La distancia era apenas mínima, siendo poco más de un metro pero de igual forma fue suficiente para Noa.

Aterrando incluso a la misma mujer, Noa había desaparecido de su enfrente ahora estando de espaldas a ella con los brazos aún metidos en sus gabardina y sus ojos brillando de un tono azulado intenso.

Retrocediendo, piso en defensa al ver de primera mano una velocidad que la paralizó, nunca jamás vio a alguien tan rápido y mucho menos a alguien nado de joven.

Mariana(pensamiento): no lo vi ni siquiera moverse..., no sentí ni un poco de su energía..., que aterrador niño...

Sudabdo levemente, observó al albino dando una mefua sonrisa ahora estando en posición defensiva.

Mariana(pensamiento): maldición!, primero ese viejo borracho y ahora un niño..., me preguntó cual de los dos será más fuerte?.

Sonriendo internamente, la mujer recordó al maestro Elemental de fuego y como el y ella habían luchado en el pasado y el pésimo resultado que tuvo en aquella pelea.

Bufando al recordar aquello vio al albino verla indiferente y sin ningún interés en atacar.

Mariana: sabes?, me recuerdas aún viejo que me hace enojar..., así que no lo tomes personal!.

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Ciudad N.

Karen estaba sentada mirando preocupada la hora de su sala. Ya era más de media noche y su amigo albino aún no aparecía.

Pensó en llamar a la policía, pero cuando estuvo por tomar el teléfono escucho como la puerta se abría lentamente.

Asomando su vista vio al responsable, un albino de ojos azules con mascarilla, entrar en silencio inútilmente.

Karen: me tenias muy preocupada idiota de pelo blanco!!!, donde estabas?!!.

Dejando aun lado el teléfono, la peli azul de cabello corto camino aprisa donde Noa acorralandolo contra la pared fulminandoli con una expresión de molestia total.

Karen: y bien?!.

Furiosa ella esperaba una respuesta del albino que pese a la redundancia se quedó helado sin comentario u opinión.

Karen: habla!!!.

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Luego de unos buenos regaños y ser castigado sin nada de postres por una semana, Noa salió de su habitación dirigiéndose al techo.

En el techo, el albino se retiro la parte superior de su pijama mostrando su brazo derecho vendado por completo, cosa normal desde su primera pelea con jhon y finalmente..., en su torzo se aprecia varios moretones, quemaduras y hasta heridas aún sangrantes.

Noa miró la luna de la noche mientras con fuerza congelaba con sus manos su pijama recordando su pelea más reciente.

La batalla a diferencia de muchas otras fue difícil, únicamente comparado con su enfrentamiento contra ese elementalista en el bosque cuando conoció a katy.

Mirando el cielo nocturno, centrando su vista en la Luna en su más alta iluminación, Noa se puso de pie ingresando a su casa para poder dormir un poco.

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Angel: maestra..., por que lo dejo ir?, creí que planeaba reclutarlo.

Confundido por las acciones de su líder, el joven vio extraño el como su maestra había renunciado a continuar peleando, dejando ir al joven albino.

Mariana: simplemente no quería unirse...

Con una respuesta simple y directa, ella contestó a su discípulo y continuó caminando sin preocupaciones.

Mariana: además..., no tenemos tiempo que perder para reclutarlo.

Con una sonrisa se detuvo observando al joven que temeroso asintió y la mujer continuó su camino junto al joven.

Ángel(pensamiento): espero que ese monstruo no participe...

Aterrado con la idea de encontrarse con ese albino, su mente viajo al pasado recordando brevemente su presencia aterradora.

El sólo recordar esa aterradora presencia lo hacía temblar de horror con la idea de encontrase con Noa.

Mariana: por cierto Ángel...

Llamando la atención de su discípulos más fiel y más talentoso, el joven la miró sorprendido ya que había estado atrapado en sus pensamientos.

Mariana: que opinas de jhon?.

Angel: se refiere al discípulo del demonio rojo?.

Mariana: a quien si no?.

Ángel: le llama la atención señora?.

Dudoso de él repentino interés en el discípulo del posible enemigo número 1 de su maestra, no se atrevió a preguntar más sobre aquello al ver su aterradora mirada que le dio.

Mariana: supongo que un poco, pero que me dices tu, crees que ese joven pueda derrotar al albino?.

Como si de una broma se tratase el joven no pudo evitar reírse, derrotar a, ese monstruo?. Tan solo esas palabras lograron hacer que el joven con gafas, se riera casi en descontrol.

Mariana: así que lo dudas eh?.

Angel: perdóneme pero..., dudo que incluso si entrena por años jamás logre ni rozar a aquel monstruo.

Suspirando por las palabras de su discípulo más leal, ella negó en silencio caminando con un desconcertado joven que parecía confundido.

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David: así que te encontraste con un maestro Elemental eh?.

Con una mirada desinteresada y tomando un gran trago de su refresco el amigo de Noa lo miró con intriga.

El albino con simpleza asintio en afirmación más concentrado en comer su almuerzo.

Ambos estaban en un local de refrescos tomando un descanso luego de repartir costales de hielo a los establecimientos que lo solicitan.

David: bueno Blanca nieves, me tengo que ir. Apenas son las 2 y se supone que debo ayudar al viejo, adiós.

Dejando dinero en la mesa, el joven de cabello cenizo se fue dejando al albino terminar su almuerzo antes de irse a continuar repartiendo hielo oír la ciudad.

...

Luego de finalizar sus entregas Noa caminaba tranquilo por las calles ya oscuras de la ciudad despreocupado de cualquier situación.

*jadeos*

Escuchando unos ruidos extraños que reconoció como  una persona el albino vio como de un callejón salió una niña pequeña de 5 años.

Su aspecto era descuidados tenía golpes en sus mejillas y un ojo morado y el otro hinchado.

Su labio estaba roto y parecía gravemente desnutrida.

La niña dio unos pasos antes de caer, para su suerte el albino la tomó y en sus brazos camino unos padus lejos del callejón.

???: dónde está?!.

???: maldición!, encuentrenla!.

2 personas salieron de aquel callejón buscando a una persona, Noa los vio desde la cima de un edificio indiferente con aquella niña inconsciente en brazos.

El albino se dio media vuelta y desapareció de aquel techo en una bruma gélida que congeló parte del mismo techo.