MI CULPA

IV

Vivo en la Nebulosa Boomerang,

rodeada de glaciares que no quiero atravesar.

Los iglús son estaciones donde se congela el tiempo,

se congelan ilusiones

y se fabrican carámbanos de hielo.

Salgo a la calle revestida de dudas,

cubriendo mi cuerpo de gélida amargura.

El peso de la desdicha recae sobre mis hombros,

y encorva mi frágil espalda

porque no puedo sobrellevarla y me desmorono.

La culpa me oprime,

rodea mi alma,

recubre mi rostro y tatúa en mi cara

que la culpa es solo mía,

que estoy sola,

y que me vaya.

La culpa es solo mía...

Estoy sola.

¡Qué desdichada!

¡Qué frío!

¡Qué frío siento mi amor!

Porque te has ido.

Y la culpa es solo mía,

sé que yo tengo la culpa

y por más que me repito que te quiero,

que dé marcha atrás el tiempo,

que deseo otro momento

y otra oportunidad...

me despierto todos los días

para volver a encontrar

que estoy sola,

y tú no sabes lo sola que está mi vida,

lo sola que yo me encuentro

porque te busco y no estás,

porque te busco y me pierdo

porque no te encuentro.

La culpa es solo mía mi amor,

la culpa porque en un minuto

se nos fue la vida.

A ti porque te fuiste,

y a mí, porque sin ti

mi vida dejó de existir.

La culpa es solo mía mi amor

por no irme contigo,

porque en la oscuridad de ese instante

con tu último suspiro,

debí partir cogida de tu mano,

prendida de tu aliento

en las alas de la eternidad.

Y qué sola que me encuentro mi amor

porque no estás.

Qué frío que saquea, en mi vida, las mañanas.

Qué frías son las tardes.

Qué fría la oscuridad de la noche

porque te fuiste y no me fui contigo .