Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Johanna

—Mano derecha, azul.

—¡Aleja tus pies de mi rostro, Elizabeth!

—¡Deja de ser tan niña rica, Lauren!

—¡¿Disculpa?! 

—Chicos, cuando está entre el azul y el rojo sería morado, ¿cierto? Pero ahí no hay morado.

—¡Ruth! —exclamaron los demás.

—Ay ya, bueno—rodó los ojos llevando otro puñado de papas fritas a su boca. —Mhm... Creo que sufrirán más con este; pie izquierdo, rojo.

Harry entró en ese momento, y frunció el entrecejo al ver la enredadera humana que eran sus amigos.

—¿Debería asustarme? Porque el cuerpo de Wesley está sobre la pequeña Elizabeth, y su cabeza entre las piernas de Lauren.

—Gracias a Dios soy gay—gimoteó, de alguna parte, Wes.

—Nah, estarán bien—Ruth señaló la silla a su lado, a lo que Harry se sentó. —¿Quieres jugar? Puedes participar y colocar las manos y pies donde quieras, haré como si hubieras estado aquí desde el principio.

—No, gracias—murmuró el rizado ladeando la cabeza al ver como Elizabeth intentaba rascar su nariz. —¿Y Grace?

—Debe estar por llegar.

—¿Y qué sabes de Adrien? No la he visto más en las reuniones.

—¿Qué debería hacer aquí? Ella está muy feliz en su nube de amor—Ruth rodó los ojos.—E Ian es demasiado serio para estar aquí, solo nos acompaña de vez en cuando porque está enamorado de Grace—volvió la vista al resto de sus compañeros después de haber girado la tabla del juego.—Mano izquierda, rojo. 

—¿Está enamorado de Grace dices?

—Bueno, aquí entre nos—bajó dramáticamente la voz. —Él siempre pregunta por ella y la busca al final de algunas de sus clases—Harry asintió un tanto pensativo. —Es solo lo que yo pienso, ¿sí? No te hagas mucha mente.

—¿Qué piensa Grace al respecto?

—Dice que estoy loca—respondió con una sonrisa volviendo a ver a sus amigos. —¡Lauren te moviste de lugar, estás fuera! 

—¡Si solo me moví un par de centímetros! 

—¡Moverse es moverse, fuera!

La morena intentó salirse, pero cuando se dio cuenta que no podría hacerlo sin tumbar a los demás, se encogió de hombros y se dejó caer, llevándoselos a todos con ella en el proceso.

Harry y Ruth no podían parar de reír viéndolos quejarse por el dolor, y regañar a una despreocupada Lauren.

—Muy bien—Wesley se levantó del suelo sacudiendo su ropa y se paró frente al rizado y a Ruth. —Ya que Adrien fue todo un éxito, ¿les molestaría si soy el próximo? 

—Hay que hablarlo con Grace—murmuró Harry. —Pero no creo que haya problema, ¿qué dicen ustedes, chicos? 

—Yo no quiero decirle nada a mi objetivo—Elizabeth sacudió su cabeza aterrada. —Aun estoy probando la efectividad de tus medios, ricitos.

—Harry, Eli, Harry—el aludido rodó los ojos.

—Yo tampoco tengo problema, incluso hoy me veré con mi objetivo—Lauren se encogió de hombros.

—Para qué será—replicó Ruth en voz baja. Aunque solo quería que el rizado escuchara, la morena lo hizo.

—¿Acaso estás juzgándome?

—Su pene va a juzgarte, no yo.

—¡Ruth! —exclamaron escandalizados.

—Ay ya, si parecen vírgenes todos—continuó comiendo sus papas como si nada.

Harry suspiró.

Paciencia, paciencia...

—Muy bien, Wesley, podemos escribir en el pizarrón qué cosas no le gustan para...

—¡Grace!

Las puertas del salón se abrieron con fuerza, causando un estridente sonido al impactar contra las paredes. Seis pares de ojos se posaron en la persona que los había interrumpido.

—¡Ustedes! —Harry se encogió en su silla al ver a la chica que acababa de entrar. Parecía un perro bulldog a punto de atacar. —¡¿Dónde está, Grace?!

—Tranquila, Johanna, debe estar por llegar—Wes intentó calmarla un poco.

—¡Fui a hablar con Mason, ¿de acuerdo?! Y, ¡¿saben qué me dijo?!

—¿Que apestabas en la cancha?

—¡Que apestaba en...! ¡Sí! —chilló, dejando saber a Ruth que estaba en lo correcto.

El resto suspiró a coro, dejando a Harry confundido.

—Siempre le dice lo mismo cada vez que el equipo de Johanna pierde algún juego—le explicó Elizabeth sentándose en el suelo.

—Es un mal ganador.

—Se dice mal perdedor, Ruth.

—También existen los malos ganadores, Mason es un ejemplo.

—¿Y tú quién eres y por qué tienes el cabello tan bonito? —Johanna señaló a Harry provocando que éste también la estudiara.

Se notaba que acababa de jugar algún partido ya que traía el uniforme de la escuela, estaba sudada, y su cabello rubio se encontraba atado en una coleta alta.

—Soy Harry. Mhm... entré hace unos días.

—¿Por qué no te había visto antes aquí?

—Tienes tiempo sin venir, Joha—explicó Lauren. —Has estado practicando para este juego, el cual puedo ver, perdiste.

El labio inferior de la rubia comenzó a temblar, un puchero se formó en su labio inferior, pero antes de que pudiera dar marcha a sus lágrimas, Grace entró en el salón.

—Perdonen la demora, chicos.

—¡Grace! ¡Olvida lo que dije! ¡No me gusta Mason, lo odio! —rápidamente se abalanzó sobre su amiga, abrazándola fuerte para evitar llorar.

Johanna, por lo general, tenía un buen temple, pero estaba tan cansada de que Mason siempre la molestara cada vez que su equipo perdía. Decía que era su culpa por ser la capitana.

—Tranquila, cariño—acarició su espalda viendo a los demás en busca de respuestas. 

Harry se encogió de hombros, Ruth continuó comiendo sus papas, Elizabeth ocultó su rostro detrás del libro que había traído consigo mientras que Lauren revisaba su celular. Wesley parpadeó varias veces, viendo que era el único que quedaba, para después suspirar.

—Le dijo que apestaba... de nuevo.

El grito lastimero que se escapó de los labios de la rubia los hizo hacer una mueca.

—Ven—Grace la instó a sentarse en una silla. Y como si fuera algo mecánico, los demás tomaron sus respectivos asientos. —Buenas tardes, grupo.

—Buenas tardes, Grace—contestaron a coro.

Harry no respondió, aún no se acostumbraba. 

—Bien, hoy el tema a tratar es sobre el objetivo de Johanna, ¿quieres hablar? —ella asintió y se puso de pie.

—Hola, soy Johanna.

—Hola, Johanna.

Y el rizado seguía preguntándose, ¿por qué se presentaban cuando todos se conocían?

—Y debo confesar algo, ¿de acuerdo? Hoy, después del juego y que Mason dijera que apestaba, yo... 

Las puertas se abrieron con fuerza una vez más, vislumbrando a una sonriente Bárbara con su cámara colgando en el cuello.

—¿Por qué todos entran de manera dramática? —se preguntó Harry en un murmuro. 

—¡Bien hecho, Johanna! ¡Ese super empujón será la primera plana!

—Espera, ¿empujón? —Grace frunció el ceño volteando a ver a la rubia. —¿Empujaste a Mason?

—¡Se lo merecía! —gritó con sus pómulos sonrojados. —Yo estaba ahí muy tranquila tratando de darle ánimos a mi equipo, cuando él llegó restregándonos su estúpido trofeo, entonces MariLu dijo que habíamos estado muy parejos, fue cuando Mason dijo que les hubiéramos ganado si no fuera por mi...

—Porque apestabas—completó Barbara.

—¡Sí! Luego le dije que se callara o comería mi puño, él se rió y le entregó el trofeo al idiota de..., ¿cómo se llama Barbie?

—Jacob.

—Exacto—chasqueó los dedos en su dirección. —Entonces, se acercó a mí y me dijo que me atreviera a darle con todas las fuerzas que tuviera. ¡Me estaba tratando de debilucha! —exclamó tratando de justificarse. —Así que le dije, ¿estás seguro? Y él me dijo, por supuesto, muñeca. ¡Me dijo muñeca! ¡¿Quién se ha creído ese?! Por lo que mi ira se arremolinó, y luego de golpearlo en el hombro con mi puño, lo empujé con todas mis fuerzas logrando que su cabeza golpeara el suelo dándose un pequeñito golpe.

Harry ya estaba mareado.

—¡Johanna! ¡¿Qué hemos dicho?!

—La violencia no es la solución—los demás dijeron mientras negaban con su cabeza. 

Todos a excepción de Harry, por supuesto.

—¡El me pidió que lo hiciera!

—Aquí tengo las fotos.

En cuanto Bárbara dijo aquello, los chicos se levantaron para ver las pruebas del delito de Johanna.

Harry se acercó a Grace la cual parecía estar muy molesta.

—¿Se golpeó muy fuerte? —le preguntó a la rubia. Ella hizo un mohín.

—No lo creo, ni siquiera estaba sangrando.

—¿En dónde está ahora? —indagó Grace achicando los ojos en su dirección.

—En la enfermería—contestó de mala gana con los brazos cruzados. Grace suspiró volteando para ver a Harry con atención.

—¿Ideas? —éste suspiró.

—Sé sincera contigo y con nosotros—se acercó a la chica. —¿De verdad te gusta?

—Define gustar.

—Harry está tratando de ayudar, Johanna—la aludida bufó ante las palabras de Grace. 

—Sí—admitió finalmente, un tanto cabizbaja.

Grace y Harry compartieron una mirada. 

—Amiga, después de ese golpe que se dio en la cabeza, seguro se dio cuenta de lo especial y fuerte que eres—comentó Ruth, pasando un brazo por sus hombros, intentando animarla.

—¿Tú crees?

—¡Claro! Hasta tendrá un chichón por si se le olvida lo que siente por ti—ambas rieron entre dientes.

Harry pensó en lo raros que eran sus nuevos amigos.

—Wes, no te importa cederle la oportunidad a Johanna, ¿verdad? —preguntó Lauren.

—Nah—sacudió su mano restándole importancia. —Pero luego es mi turno.

—Bien.

—¿Oportunidad? —preguntó la deportista confundida. —¿Para qué?

Grace codeó a Harry mientras que Elizabeth arrastraba la pizarra.

—Haz tu magia.

Él sonrió y asintió.

Los demás tomaron asiento, y Harry dibujó la tabla, que la mayoría conocía, en el pizarrón.

—¿Crees conocerlo lo suficiente?

—Por supuesto—respondió Johanna segura, a la pregunta del rizado. —Le gusta el volley, y le encanta la pizza, a excepción de la hawaiana. 

El grito horrorizado de Ruth hizo que todos voltearan en su dirección. 

—¡¿Cómo puede gustarte?! —Joha rodó los ojos, pero los demás se quedaron pensando.

—Es cierto—secundó Lauren. —Siempre nos has dicho que se pelean.

—Y creo que siempre te ha dicho que apestas en la cancha.

—Teníamos trece en ese entonces—murmuró. —Digo, cuando me lo dijo por primera vez, luego nos mantuvimos compitiendo y... —se encogió de hombros. —Sí, bueno, puede parecer un idiota, pero es muy dulce. Una vez, en un partido con otro equipo que no era del instituto, la pelota impactó contra mi estómago sacándome el aire, él le gritó a la chica y me llevó a la enfermería, estaba sumamente preocupado.

Las mujeres y Wesley suspiraron ilusionados... 

Harry rodó los ojos. 

—¿Algún otro dato importante?

—Mhm... Le gustan las motos, le ayuda a su hermano mayor a arreglarlas. Oh, y también ama los videojuegos—continuó enumerando, con el ceño levemente fruncido. —No le gustan los gatos, ni perder en los partidos, por supuesto. 

—Bueno, por los momentos sólo se me ocurre que lo invites a la exhibición de motos que habrá este fin de semana, habrán hasta motocicletas Harley Davidson—al ver como Johanna asentía entusiasmada, él anotó esa idea.  

—¿Y si lo invitas a jugar voleibol en la playa? Sería romántico—Elizabeth suspiró juntando sus manos. 

—No le gusta la playa, se ha negado a jugar ahí a menos que sea estrictamente necesario.

—¡Regálale una pelota nueva!

—Eres tan básica, Lauren.

—¡Cállate, Ruth!

—Chicas, ya basta—Wesley las calló. —Joha, ¿y si lo invitas a jugar a un parque una partida de volley?

—Tendría que llamar a las chicas y a sus amigos, además de al árbitro para...

—Un partido amistoso, Johanna.

—Oh—se quedó callada un par de segundos. —Sí, eso suena bien.

—Muy bien—Harry terminó de anotar las ideas, y asintió al ver lo que estaba escrito. —Vamos a dividirnos por grupo, ¿les parece? La última vez llamamos mucho la atención.

—Si querías estar a solas conmigo, pudiste habérmelo dicho antes—Ruth se levantó de su asiento y se colocó al lado del rizado. El aludido rodó los ojos.

—Grace, ¿te parece si...?

—¡¿Puedo ser la otra capitana?! —Lauren levantó la mano emocionada.

—No es una competencia, no estamos en una película de Triunfos Robados.

—Ni istimis in ini... ¡A nadie le importa, Elizabeth!

En cuanto empezaron a discutir, Wesley, al estar entre ambas, las apartó colocando cada mano en los rostros de las chicas.

—Parecen hienas.

—¡Cállate! —gritaron ambas para después mirarse con odio.

—Lauren, puedes ser la otra capitana, no tengo problema—habló Grace. Lauren sonrió ampliamente, se levantó del asiento con elegancia, y luego de sacudir un sucio inexistente de su ropa, se colocó al lado contrario de Harry.

—Quiero a Bárbara en mi equipo—la ojiazul se encogió de hombros y caminó hacia ella. 

—Yo me voy con Harry—murmuró Elizabeth caminando hacia él.

Wesley se fue con Lauren, por lo que Grace terminó en el mismo equipo del rizado.

—Muy bien, manos a la obra.

—¡Necesitamos pasar desapercibidos y ustedes no pueden colaborar ni un poco!

—Tranquilo, Harry.

—¿Cómo me pides eso, Wesley? Pedí unos cachorros, ¡cachorros! ¡Y Lauren trajo consigo a una tortuga y Ruth a una rata!

Ruth abrió la boca indignada.

—¡Es un hámster, rizos! —acercó su mascota a su mejilla. —No lo escuches, Sr. Pringles.

—¡Que me llamo, Harry!

—Espera—Grace frunció el entrecejo. —¿Nombraste a tu hámster como las papas? 

—No tenía a otro para llamarlos Ben y Jerry*.

El rizado golpeó su frente. 

—¡Ya llegaron! —chilló Lauren recogiendo su tortuga del césped. —¡Dispérsense en equipos!

 Harry gruñó entre dientes la poca camaradería que había en ese grupo, para luego tomar una dirección diferente al equipo contrario.

—Tranquilo—comentó Grace sonriente, uniendo su brazo con el del rizado. —Lo planeamos bien, esos dos terminarán juntos, ¿recuerdas lo que nos decían de pequeños? —el ojiverde intentó evitar sonreír, pero no lo logró.

—Mi mamá me decía que terminaría casándome con la niña que molestaba en preescolar, siempre le halaba las coletas—ambos rieron animados. —En mi defensa, siempre tenía una más arriba de la otra y trataba de emparejarlas. 

—Oh claro, que buen compañero—comentó irónica.

—¡Es verdad!

—Bueno, de todas maneras, lo que digo es cierto—sonrió ampliamente. —Estoy segura que Mason está enamorado de ella, a pesar de sus constantes peleas, él siempre la trata bien cuando no están en la cancha.

—¿Lo conoces?

—Un poco—asintió lentamente. —Compartimos un par de clases.

—A lo mejor creyó que la invitación de Johanna era una broma, es decir, ¿la has visto? Jesús, hasta a mi me intimida esa chica.

Ambos rieron divertidos. 

—Oigan, chicos, sé que deben estar divirtiéndose, pero Lauren escribió al grupo de Whatsapp y dice que nuestro objetivo aceptó jugar un partido con Joha.

—Bien—los rizos de Harry rebotaron al asentir. Ajustó la correa del perro que le había pedido prestado a su vecina. —Paseemos alrededor y estaremos atentos, pero Ruth, no sueltes a la rata, se la puede comer el rottweiler de Elizabeth. 

—¡Que es un hámster!

—No pude conseguir nada para comer, ¿dónde está, Eli?

—Fue a llevar a los perros con sus dueños.

Harry, Grace y Ruth estaban sentados sobre el capo del carro de Lauren, mirando al tal Mason reír de algo que decía una muy alegre Johanna.

—Incluso yo tengo un poco de hambre.

—Podemos adelantarnos a la pizzería—comentó el rizado preocupado mirando a Grace.—Hablaré con Lauren.

—No quiero dejar a los muchachos solos.

—Estarán bien—aseguró él sacando su celular para avisarle a los demás.

—Ajá, entonces—Ruth se colocó frente al ojiverde, pero él continuó concentrado en su celular. —Yo digo que tengo hambre y no dices nada, pero Grace dice que tiene un poco y ordenas adelantarnos. 

—Tu siempre tienes hambre, Ruth—respondió Harry tranquilamente mientras se encogía de hombros. 

Ruth achicó los ojos en su dirección, pero terminó por asentir.

—Cierto.

Los tres ajustaron las chaquetas de cuero negro (ya que se habían puesto de acuerdo para "mezclarse con el entorno"), y se bajaron del capó decidiendo tomar un taxi para que los dejara en la pizzería. Lauren, Wesley, Bárbara y Elizabeth los verían allá.


Una vez allí, Ruth fue a ordenar la pizza mientras que el otro par escogía una mesa, y se sentaban para esperar la comida.

—Así que, Grace, ¿cuál es tu historia? —ella alzó una ceja. —De como te dejaron en la friendzone, me refiero.

—Oh—bajó la mirada viendo jugar a sus dedos. —No quiero hablar sobre eso realmente.

—¿Muy malo? No me digas que fue delante de todos sus amigos.

—Mhm... No precisamente.

—¿Tiene que ver con Ian?—ella rodó los ojos.

—¿Ruth ya te fue con sus ideas locas de cupido? Solo somos amigos. 

Harry iba a seguir insistiendo, antes de ser interrumpido.

—¿Harry? —él alzó la mirada y su rostro palideció.

Frente a él estaba Skyler..., tan linda para él.

Suspiró al verla.

—Hola, Skyler.

—¿No soy más Sky? —preguntó ella desanimada. Se removió un tanto incómodo. 

—Grace, ella es Skyler, Skyler, ella es Grace.

Siempre era mejor trata de escapar de los infortunios de la vida.

Las chicas se dieron un corto apretón de manos.

—¿Están saliendo? —Sky alzó una ceja. —Porque no hace mucho declaraste tus sentimientos por mí, me dio toda una sorpresa—dijo esta vez en dirección a Grace. —Harry es extremadamente atento, vieras todo lo que me llevó.

El rizado tenía la boca ligeramente abierta, ¿qué significaba todo aquello?

—Lo sé—Grace sonrió con lo que parecía... ¿maldad? —Harry se merece a alguien que sí valore sus sentimientos, no una persona que lo dejó tirado por no ser un jugador playboy, ¿no te parece?

¿La boca ligeramente abierta había dicho? ¡Si casi podía tocar la mesa!

—¿Disculpa? —Skyler frunció el ceño.

—Sí, bueno, otro es el que merece tus disculpas, no yo.

—¡La pizza estará lista dentro de poco! —Ruth apareció con una cesta de pan con ajo. —¿Quién eres?

—Soy amiga de Harry.

La rubia achicó los ojos en su dirección.

—¿No serás la estúpida que lo dejó en la FriendZone, no?

—¡Bueno! —Harry se levantó en cuanto pudo reaccionar. —¿Por qué no me acompañas, Skyler? Ya vuelvo, chicas.

El rizado no vio atrás, así que no pudo ver cómo su par de amigas rodaban los ojos.

—No me caen bien tus compañeritas—fue lo primero que comentó Sky en cuanto estuvieron solos y apartados.

—Por suerte son amigas mías y no tuyas.

Ambos se cruzaron de brazos.

—Lo siento—la chica suspiró luego de un rato. —He estado tratando de dar contigo estos últimos días, pero me evades constantemente.

—No es cómodo para mí, ¿de acuerdo? Tu me rechazaste y yo quedé como un tonto. 

—Pero sigues siendo mi amigo—el tono triste que usó, destrozó a Harry, el cual se sintió ablandado por sus palabras.

—Mira, tal vez cuando supere esta faceta de este enamoramiento bobo podamos volver a serlo, pero por los momentos, preferiría que nos mantengamos a raya.

Skyler suspiró y masajeó su párpado para evitar llorar.

—Está bien, tienes razón, siento no corresponder tus sentimientos, Harry.

—No importa—él le dio una caricia en su brazo, pero se sorprendió en el momento en que Skyler se acercó para abrazarlo.

—Te quiero, Harry.

—Y yo a ti.

Luego de intercambiar un par de palabras más, Sky se dirigió a la barra para hacer su pedido antes de irse, y el rizado se dirigió de vuelta a la mesa.

—¿Y bien? —preguntó Ruth. —¿Quieres que le diga lo bien que besas?

—¿Qué?

—Puedo fingir que me has besado, pareces ser un buen besador—se encogió de hombros provocando la risa tanto de Harry como la de Grace. —¡¿Y mi pizza?! ¡Pago un servicio para que...!

—¿Todo bien? —preguntó Grace en un murmuro. Él asintió sonriéndole un poco.

—Sí, no te preocupes.

—¿De dónde sacan tantos de esos micrófonos? Deben ser carísimos—preguntó Wesley dándole una mordida a su trozo de pizza.

—Lauren los compró con la tarjeta de crédito de su papá.

—No le harán falta un par de dólares—sacudió su mano para restarle importancia, y acomodó los audífonos, para luego darle uno a cada uno.

Los siete se encontraban en la mesa más apartada de Johanna y su cita. En cuanto Harry, Grace y Ruth habían terminado de comer, el resto de los chicos habían entrado y los arrastraron (literalmente), a la mesa más apartada ya que la pareja venía muy cerca detrás de ellos. Lauren se había encargado de darle un micrófono a Johanna, y ella lo colocó debajo de una servilleta en el momento en que Mason se paró para ir a ordenar.

Ahora, algunos se encontraban comiendo, pero todos con sus gorros de lana negros, y ante la expectativa, ya que hasta los momentos, la pareja solo había hablado de temas sin importancia.

—Jojo, te quería pedir disculpas por cómo me comporté hoy después del juego.

—Yo también—se le escuchaba avergonzada.—No debí empujarte así.

Para sorpresa de todos, el chico rió alegre.

—En realidad, me lo merecía. 

—Wesley, me estás ensuciando con el queso de tu pizza—en respuesta, todos mandaron a callar a Lauren.—¡No me shusheen!

—Sé que no he sido el chico más amable, pero bueno... Hay una explicación para todo, ¿sabes?

—Otro más que se rasca la nuca, ¿acaso todos tienen piojos?

—¡Lauren!

—Ay ya, bueno, pero después no digan que no se los advertí.

—¿A qué te refieres?

—Cuando... cuando me pediste esa cita aquella vez, dijiste que, bueno, que te gustaba, ¿es cierto?

—Aww, está nervioso—Elizabeth suspiró.—Me recuerda ese libro que leí una vez, Crepúsculo, ¿sí saben que es de vampiros, no? Pero el punto es que...

—¡Se levantó de su asiento!—Lauren golpeó la cara de Eli como acto reflejo al querer callarla y por la emoción.

—Perra—gruñó acariciando su nariz lastimada.—Eres como la Marcie Millar de mi vida. 

También la mandaron a callar.

—Cla-claro que es cierto.

—Porque también me gustas mucho—las mejillas del chico se colorearon de rosa.—Siento no haber respondido bien en ese momento, es solo que, bueno...

El grupo ahogó una exclamación cuando vieron como Johanna también se colocaba de pie.

—¿Apestas en el amor?—él rió.

—Soy un completo apestoso.

El grupo enteró comenzó a aplaudir una vez que ellos se abrazaron... Harry golpeó su frente en cuanto la pareja, y el resto de los comensales, voltearon en su dirección.

—Estamos matando las moscas—explicó el rizado. Los demás, lo miraron sin entender. —¡Las moscas, chicos!

—Ohhh...

Y comenzaron a aplaudir en diferentes direcciones.

¿Quién dijo que dirigir un grupo era trabajo fácil?

Sin embargo...

Harry sonrió genuinamente al darse cuenta de lo que habían logrado.

FriendZone al Ataque: Dos Friendzonados: Cero 

*Ben & Jerry's es una marca de helado en Estados Unidos.

Capítulo doble porque hoy fue mi graduación de Licenciada en Comunicación Social mención Publicidad y Relaciones Públicas y estoy DEMASIADO FELIZ Y EXTASIADA.

Nos vemos el lunes♥♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro