Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C5: Cosas de la amistad.


C5: “Cosas de la amistad”.

Apunte la tarea que consiste en un ensayo, para mañana, en otro momento hubiera renegado, pero es un castigo impuesto la profesora, por una de las amiguis de Judy, específicamente Jessi, la cual se ha ganado una ráfaga de mirada molestas, por una comentario de que le soltó a la profesora. Guardó mis cosas y me dispongo a salir, pero como siempre me esperan, Judy, Jessi y Alex, las amiguis, todo formado de un total de 8 chicas, donde Judy, por supuesto, es la abeja reina.

¿Por qué me esperan?

Porque les encanta fastidiar, intimidarme y siempre lo hace en las clases que no compartimos con Louis.

No me dan pasada y tengo que escuchar sus insultos y comentarios sarcásticos o platicas que llevan ignorado mi presencia. Siempre espero que termine o que llegue alguna de las chicas, pero esta vez no, ya no, sigo caminado hasta llegar donde quiero y sonrió, cuando estoy detrás de ellas.

-¡Esta bellísimo, amiga! Se nota, que es muy caro y que te lo dio con mucho cariño- dice Alex, sino fuera tan perra, juro que le hablaría-. Es un amor de persona.

-¡Si, Luis es un amor. Mí amor, lo quiero mucho y él a mi! ¡El sentimiento en mutuo!- exclama Judy, voltea a verme y un O se formo en sus labios—. ¡Alisson! ¿Cómo estás? Les mostraba a las chicas, el nuevo y bello regalo que me dio Luis, ¿está lindo?

Mi sonrisa se borró al ver lo que tiene en la mano. "No te dejes llevar por tus emociones", me repito a mí misma.

-Es un brazalete muy bonito… —digo, la hipocresía apoderada de mis cuerdas vocales—, pero es una verdadera lástima que este en tus manos.

-¿Perdón?- pronunció incrédula. Creo que no sé lo que esperaba. Y sus siguientes palabras hacen que una sonrisa sarcástica se dibuje en mi cara—. ¡¿Qué acabas de decir?!

—No puede ser, ¿eres sorda? —ironizó. Paso por su lado dispuesta a salir de allí para reunirme con las rubias, pero claro, no sin antes susurrarle al oído, con asco y burla—. Estúpida y sorda...qué mala combinación, Judy.

Voltea a ver a las dos chicas, que están detrás de ella, mudas y atónitas, se apartan de mi camino y en la puerta retomo me encuentro a Valentina con la boca abierta, y a unos metros de esta a Mar con una sonrisa.

—¡Puta, eso fue impresionante! —chilla Martina, mientras caminamos a nuestra siguiente clase.

—La cara de Alex y Jessi, fue épica —dice Ana, las tres reímos.

—No fue más da de Judy —les recuerdo.

—No más la de Vale —habla Martina, y yo asiento—. Por poco se le mete una mosca...

-¡Ya supérenlo!

—¿Qué lo superemos? —indago—. Nunca, hasta foto te hemos tomado. Mar, me las envías, ¿sí?

—Por supuesto —contesta la rubia y un brillo maquiavélico se apodera de su mirada—, pero será después de ponerla de estado.

—No serias capaz…

Gran error.

Nunca retes a Martina, por más segura que estés, nunca lo hagas, siempre gana.

—¿Segura?

—¡Señoritas! —escucho la voz del docente—. ¡La próxima que escuche sus murmullos, tendrán un castigo! ¡No me dejan dar la clase en paz!

Se me había olvidado decirles que la clase ya había empezado, y que este señor nos odia. Pero a James y a Lucas los ama.

—Viejo amargado...- el murmullo de Valentina, llega a mis oídos y yo asiento, totalmente de acuerdo.

—Viejo panzón... —susurró yo.

—Viejo arrugado... —se nos une Martina.

—Anciano molesto.

—Viejo cascarrabias.

—Viejo... Esperen, esperen —dice Scott. Voltee a verla, y ella buscar algo en las hojas de su cuaderno—. No es tan viejo, tiene 40 años.

—Entonces, su humor se debe a que no tiene quien lo… —empieza a decir Mar, pero no logra terminar.

—¡Esto es demasiado! ¡Recojan sus útiles y salga de mi aula!

Nosotras como rayo, atacamos la orden, no sin antes escucharle decir que quiere ver a nuestros padres la próxima semana. Ahora nos encontramos en nuestra tercera hora, en la que hay un división, Martina se va con Lucas y Valentina, y Potter se queda conmigo, la dos horas pasaron muy rápido, entre bromas, risas, un poco de apuntes y codazos. En este momento estoy caminado junto a James hacia la cafetería, donde nos esperan los demás, entre los muchos estudiantes diviso a mi pequeño grupo social, en una de las mesas del fondo, donde hay dos chicas y dos chicos.

¿Qué rayos hace Logan Saucedo en nuestra mesa?

—¡Buenos días criaturas del Señor! —saluda James, una vez que ambos llegamos a la mesa.

—¿Cómo estuvieron sus dos horas de clase? —pregunta Martina, y mientras Potter se dispone a contestarle a la rubia, Iribarren me lanza una muy entendible mirada.

Soctt está entre dos chicos muy importantes en su vida, y si mis cálculos no fallan a James no le agrada mucho que digamos Logan. Parece que Lucas también se ha percatado de la situación, ya que actuado de la siguiente manera, se lleva a James para que lo ayude a traer nuestra merienda y Martina aprovecho eso para terminar de quedar con Logan, lo que les faltaba de la tarea y luego lo corrió de una manera sutil. Por no decir: "Bueno eso es todo, mañana pegamos las partículas, ahora lárgate, que estoy harta de ver tu cara de primate."

Me sorprendió la manera en que le hablo, pero también la manera en que él le respondió: "Lo mismo digo idiota, nos vemos mañana."

Y así se fue, Iribarren y yo le preguntamos, porqué los apodos y el odio y repulsión con la que se hablan. Está simplemente nos dijo que son amiegemigos y que no debemos fiarnos de él.

Al rato llegaron los chicos con nuestra comida y nos contaron del parque de juegos, que se abrirá, el próximo fin de semana, obviamente nos han invitado a ir. Después fuimos a nuestras siguientes clases y luego caminamos hacia el estacionamiento buscando el auto de James, me pasaron dejando en mi casa. Entre a casa, salude a mi madre y le platiqué sobre lo del cambio que me prometí.

La sola idea le agrado, y me sacó de arrastras de la sala hacia su auto, de allí manejo hacia él Centro Comercial, y pasamos dos horas elegido que hacer con mi cabello. Ahora me encuentro en la sala, cambiada de ropa y viendo televisión, específicamente Animal Planet, mi madre se encuentra en la cocina preparando un no sé qué para los nuevos vecinos. Dice que en todo la mañana estuvieron desempacando sus cosas y que han de estar muy cansados para cocinar. Yo le dije que nada les costaba llamar al Delivery y pedir comida, pero ella hizo caso omiso.

Creo que está un tanto obsesionada con lo de los nuevos vecinos. Bueno mucho, pues me ha hecho más de dos veces aprobar una salsa de color rojo, la primera estuvo picante, la segunda no tenía ningún sabor, la tercera era muy salda.

—¡Aliss! —le escucho llamarme—. ¿Puedes venir por favor, cariño?

Genial ya son 4 veces.

—¡Ya voy!

Veo la televisión por última vez y la apago resignada. No sé si les ha pasado, están viendo algo muy bueno... ¡Bum! De repente te empiezan a llamar, se da la tercera guerra mundial, tu mejor amiga está embarazada, y pierdes totalmente el programa que veías, eso me está pasando a mí. Excepto de que aún no se ha dado la tercera guerra mundial y que ninguna de mis amigas está embarazada.

—Hoy cenaremos salsa de hongos.

—No se las llevaremos a los vecinos —me informa—. Porque no está tan buena como la de mi madre.

Luego de reírme con mamá por su esfuerzo. Nos sentamos a ver películas nos tiramos dos de comedia romántica, muy buenas. Hice mis tareas diarias y esperamos la llegada de papá. Le contamos el suceso de la salsa y que necesito una carta de los dos para mostrársela a la mi maestro de Biología. Claro les explique las razones y me entendieron.

Gracias Dios por unos padres tan comprensivos.

Cenamos, lave el plato y me despedí con un buenas noches. En la habitación me puse la pijama, y decidí tomar él teléfono para contarle a la chicas lo que le hice a mi cabello, pero en cuanto tome el aparato -que según yo deje cargando- estaba igual a como no deje, muerto.

—Genial simplemente genial... —pronuncie, conecte correctamente el celular. Y la pantalla se iluminó con una batería en cero—. ¿por qué soy tan estúpida?

—Yo no creo que seas estúpida, solo un poco rara.

—Rara —repetí—. ¿Por qué rara?

—¿Por qué estabas hablando sola...?

Entonces es en ese momento que me percato que la voz anterior, no es mía. Doy un giro completo de mi cuerpo para quedar enfrente de la mi ventana y con esto me quedo estática y muda. Pues dos pares de ojos están observándome, unos entretenidos y otros a la expectativa.

Mierda, ¿qué hacen aquí?

• 3 •

—Repítelo, por favor —dice estupefacta Valentina.

La noticia le pego fuerte, y eso que todavía le falta otra.

—¡No hay nada que repetir! —refutó Martina, subiendo sus pies a la mesa donde hemos estado más de tres horas—. Alisson tiene nuevos vecinos... Ahora procésalo, supéralo y lidia con ello: ¡Listo!

Ojalá fuese tan fácil.

¿Por qué todos los lugares en está cuidad termina mudándose al otro lado de mi casa?

Y qué mágicamente su habitación al lado de la mía.

¡Mierda! Es que esto no podría ser peor.

En otras circunstancias estaría feliz, pero el principal tema no es que Louis Carrier sea mi nuevo vecino, sino que el misterioso exnovio de Valentina resulta que es primo de mi crush eterno. Cuando me entere llame de inmediato a Scott con quien desarrolle un plan titulado: "Cómo evitaremos que ella se dé cuenta, sin morir en el intento".

Lo que sea que vaya a salir de los labios de la pelinegra se ve interrumpido por la llegada de James y Lucas, el primero se sienta al lado de Martina.

—¿Nos extrañaron chicas? No sé para que preguntó —le sonríe—. Es obvio que sí, no pueden vivir sin nosotros —dice con egocentrismo, las tres rodamos los ojos.

Los dos desde que llegamos desaparecieron de nuestra vista, ¿en dónde? Ni idea, pero como aquí todas somos orgullosas, no les vamos a preguntar, aunque por supuesto la rubia se muere por saber dónde fue Potter. Soy consciente de como Lucas, se adueña del puesto vacío de mi lado en total silencio.

—Sigue soñando —habla Iribarren esparciendo veneno—. Ni siquiera notamos su ausencia hasta que necesitamos ir por refrescos, estuvimos tan bien sin ustedes que sin quererlo hasta conseguimos, una invitación de tres chicos —alardea, y la dejamos aun sabiendo que solamente fue un chico que nos invitó—. Eran guapísimos, uno para cada una…

James se tensa ante sus palabras y Lucas se encoge de hombros tipo: “Para lo que me importa”, lo que a la rubia hace reír, mientras que a Valentina y a mí gruñir. Los ojos azules del castaño brillan cuando se encuentran con los míos. Su semblante indiferente cambia al darse cuenta de que no estamos bromando, te

—¿Una invitación? —inquiere Helman—. ¿Dónde? ¿Cuándo y a qué hora? ¿Quién? ¿De qué y por qué?

Todo soltó todo sin pausa. Yo iba a reír, pero el rostro de los chicos, no tenía nada de humor y sus palabras eran serias. Que damos en silencio y nos vemos entre nosotras, con una pregunta en el rostro, ¿quiénes se creen el puto FBI? Sin pensarlo demasiado contesto, y gran sorpresa la que nos llevamos al darnos cuenta que Logan Saucedo ya los había invitado a ellos también. 

Media horas después, nos encontramos en Educación Física, una de mis asignaturas favoritas.

—Las vemos luego —se despide Lucas, antes de irse a los vestidos nosotras asentimos.

Martina mira de reojo a James que está atando sus agujetas, el castaño le hace un tiempo a su amigo, y los tres captamos que Potter tarda más de lo normal en su tarea porque sabe que la rubia está observándolo, voltee los ojos con exasperación.

Que tan difícil es aceptar que le gusta.

Una vez en los vestidores femeninos me lleno de paciencia, porque esta asignación requiere la presencia de todo el curso, lo que implica verle la cara Judy Mendoza.

Toda la vanidad se va, porque ya que sudar como puerco.

Tanto chico como chica usa el respectivo informe, hay dos filas la primera es de mujeres y la otra de varones, debido a que hay casi 50 estudiantes ubicados en dos filas es difícil verle rostros indeseables. Aunque tampoco hay tiempo para eso, puesto que profesor le encanta vernos sufrir, y eso queda más que comprobado al sonar el pito. Los varones terminaron sus diez vueltas al campo y los dejan ir a jugar, mientras que a nosotras nos implantaron cinco más. ¡Si, cinco más! Todo por una chica que se detuvo en la mitad.

—¡Vamos mujeres! —el grito de apoyó es de Judy, se encuentra en la punta de la fila. Debo de confesar de que a pesar de ser una perra que me odia, y que yo también, es una excelente atleta.

Para la última vuelta las piernas me arden, pero logramos terminar. El docente nos da un par de palabras sobre las competencias de este año antes de dejarnos ir a jugar. Una hoja pasa por cada uno levantado los nombres de lo que van a participar, varios se anotan y no puedo evitar emocionarme por ello, queremos llevarnos el campeonato y eso haremos.

No es mi ego hablando.

Después de tomar una ducha y de una persona pone su mano en mi hombro haciéndome dar unos cuantos pasos, veo de reojo, encontrándome con Mar. Le doy una muy entendible mirada de: "¿Adónde me llevas?".

Y ella responde con una de: "Pues a clases estúpida, ¿dónde más?".

—¿Nos toca juntas? —inquiero—. Seré sincera no sé, ni a que clase voy.

—Nope, tú te quedas con SeñorNoMeToquesPorquéSíloHacesTeMataré, y Mar va con James —habla Valentina—. Y yo estoy sola… ¡Joder! ¡Es tan injusto!

Antes de que pueda decirle algo, sale caminado en dirección a su aula, no la puedo culpar la clase que recibirá es de lo peor. Educación en la Fe, requiere de una buena compañía para no morir de aburrimiento. No, no es que no creamos en Dios, pero la profesora de esa clase es de lo peor. Ella sabe todo, conoce todo, habla con todos, dice de todo, cuenta de todo. En resumen su clase es muy aburrida, prefiero tener dos horas de Matemática, que una con ella.

—Deberíamos saltarnos esta clase… —sugiero mientras la veo alejarse—. Ya sabes para ser solidarias.

  —No, estás loca —dice la rubia—, digo no puedo.

—¿Qué? ¿Scott diciendo no a botar una clase? —mi andar se detiene—, ¿por qué no puedes?

Los ojos verdes de Scott nos contemplan con un brillo especial, y un suspiro de añoranza se escapó de sus labios.

—Lo que voy a decir, espero que lo entiendan —por su voz sé que está nerviosa, y eso es algo raro de ella—. La clase la comparto con James, y ustedes saben que me gusta y mucho, pero que soy muy terca para aceptarlo abiertamente. Pero creo que tendré que hacerlo, por qué no quiero que la zorra de Laila se le acerque, mejor dicho que nadie se le acerque a parte de mí...

¡Mierda, lo dijo!

¡Estoy muy orgullosa, como cuando una madre ve a su hijo crecer!

Mi boca se abre para felicitarle, pero el director aparece diciéndonos:

—¿Una reunión de a la que no estoy invitado? ¡Lárguense a sus aulas, señoritas!

No tiene que repetirlo otra vez.

Nos dimos una última mirada de despedida y nos retiramos, cada una por su lado, paso por mi casillero, recogiendo unos cuadernos y me voy en busca de mi compañero. Caminado por los pasillo y observando muy bien para encontrar a Lucas. Siento que he recorrido todo el jodido instituto, pero no doy con él, ¿qué se habrá hecho? ¿Sí le paso algo? ¿Será que está en detención? ¿O en la dirección? ¿O ya está en el aula?

No lo creo siempre me espera.

Quizás ya no quiso esperarte más...

No pienses idioteces, me regaño. ¿Será que ya está en el aula? ¿Y yo de pendeja buscando su trasero? ¿Qué rayos me está tocando el hombro? Un vergonzoso chillido se escapa de mi garganta, y me volteo lentamente para ver quién me sostiene el hombro, y a que me topo con lo que buscaba.

—Aliss —es lo primero que dice, y no me pasa desapercibido sus cejas juntas—, llevas cinco vueltas al Instituto, y yo cómo un verdadero estúpido detrás de ti. Te llevo hablando desde la segunda y tú ni caso, hasta que decidí tocarte... —se toma un segundo y lo aprovecho para reprenderme. Demonios, debo de poner más atención. Soy una despistada de mierda.

» Bueno, ahora que acabaste, con un regaño mental —pronuncia sacándome de mis pensamientos—, ¿podemos irnos a clases?

-Si.

Entramos y buscamos lugares vacíos, dos adelantes y dos atrás. Si está clase la compartieran con alguno de los otros chicos, elegiría yo el lugar, pero como es con él, no lo hago por dos razones, la primera no me pregunta y la segunda no me molesta que él lo elija.

Claro, siempre y cuando no me deje sola.

Me siento al lado de Lucas, y sonrió al mirar desde el salón desde atrás. Casi me siento parte del club de los rebeldes sin causa.

—¿En serio? —me cuestiona Lucas, en cuanto término de sentarme, lo miro confundida.

-¿En serio, qué?

—¿Lo de redeldes sin causa? —dice con un tono burlón.

¿Lo dije en voz alta?

Él asiente y niega con una sonrisita.

—Tonto- le digo—, a todo nos pasa.

—Pero no siempre.

—Pero pasa.

—Pero es algo raro —lo miro con cara de ofendida, y Lucas se obliga a corregirse—. Quiero decir que no es algo muy normal...

Antes de que algún otra cosas se le salga de la boca, lo interrumpo.

—Ya cállate.

—Rara —su tono poco audible, pero lo escucho.

-Imbécil- digo de igual forma.

-Necia.

-Estúpido.

-Anormal.

-Bestia.

—Señorita Kepler.

Busco a la responsable, que interrumpió, mi momento de responder al ¿insulto? de Lucas, o lo que sea. Y me encuentro con profesora Leslie. Mejor conocida, como una de las acosadoras de Lucas.

—¿Podría guardar silencio, por favor?

¿Cómo?

-Pero, Lucas...- trato de argumentar, pero vuelve hacerme callar.

-Encima vas a echarle, la culpa tuya, a él- habla con incredulidad en cada poro.

-Pero...

-¡Por Dios! Guardé silencio, Señorita...- le cortan la frase nada más y nada me nos que el mismísimo Helman.

—Profesora- pronuncia. Ella lo mira con un brillo ¿especial? no sé cómo describirle, pero me molesta—. No volverá a pasar ¿si?

Ella asiente con una sonrisa, y se da la vuelta, comenzando su rumbo así el frente de la clase.

-Está loca- le expreso.

-Ella es la más… —por la facciones de su rostro, veo que está buscando una palabra para describirla—. Soportable de las otras.

—Guau —suelto sorprendida—. En vez de Lucas, tu nombre de vio ser Juan. Las chicas te siguen como las abejas a la miel.

Sonríe, permitiéndome ver sus hoyuelos. Mi amigo es lindo, muy bueno, pero también un idiota en ocasiones.

—Acosarme casi es un deporte para las chicas.

—¿Un deporte? Joder, tu ego me asfixia.

—¿Por qué? Es un Deporte muy bueno —sé que bromea—. Es entretenido para muchas chicas, menos para una.

—¿Para una? —hable estupefacta—. ¡Oh, no! ¿Hay una chica inmune a tus encantos? Dame nombre, voy a ir y la besare.

—¡Señorita Kepler! —escuche a la maestra. Volteo los ojos como si de un exorcismo se tratara y Lucas se ríe de mí—. Cambie de lugar, la quiero aquí—señala la silla, que está al frente de ella—, venga, no lo voy a repetir, dos veces, ¿está claro?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro