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C4: Momentos para brillar.


C4: “Momento para brillar”.

Me hubiera gustado decir logre convencerlas y que me fui a casa para poder llorar con tranquilidad, pero no fue así. El discurso de ambas estuvo lo suficientemente conciliador que reuní fuerzas y puse mi mejor cara hasta que culmino la celebración, esa que sin lugar a dudas disfruté.

El momento más épico de momento fue cuando salió la pintura de los laterales con el humo y todos quedaron llenos de colores neones, las luces se apagaron y la música se subió más. Algo debo destacar es que en esta fiesta la música no era cualquier tipo, era electrónica, y eso me encanto. Esa madrugada sonreí como tonta a la pantalla del teléfono, ya que el mensaje de “Buenas noches” de parte Lucas llego, fue un verdadero milagro que no se le haya olvidado.

Sacudo la cabeza concentrándome en comer mi cereal favorito. Han pasado casi un mes de fiesta. Me adoro recordar lo bien que termino todo, pero no me gusta recordar ni hablar antes de eso, y gracias al creador, los chicos, no me han presionado. Con Luis las cosas están como siempre, nada ha cambiado en ese aspecto, somos amigos, y hasta dudo que seamos eso.

Dejo la taza en el fregadero, al tiempo que el pito de un vehículo se oyó. Mi madre aún no se ha ido al trabajo, por lo que una vez en la entrada grito:

—¡Me voy!

—¡Vale! ¡Con cuidado, no busques problemas y pon mucha atención!

Rodé los ojos al escucharla decir eso, ¿yo buscando problemas? Obviamente se refiere a los de matemática o los de física, porqué yo soy anti-problemas. Los chicos me estaban esperando en el auto de James, uno del que no sabíamos de su existencia hasta el día de hoy.

—¡Buenos días! —saluda Valentina, en cuanto entro al vehículo. A modo de respuesta le doy una sonrisa, y muevo la cabeza como saludo para los demás.

—¿Cómo están? —pregunte, mientras me acomodo, ya que el caro empezó a moverse. Potter está de piloto, de copiloto va Lucas, y en los asientos traseros; Martina, Valentina y yo.

—He tenido días mejores... —comenta James.

—Bien, porque tengo vida —contesta Lucas.

—¡Feliz! Me siento súper enérgica —habla sonriendo Martina, dándole un mordisco a una barra de chocolate.

¿Qué persona come chocolate tan de mañana?

Eso da acné.

—Bueno, yo comparto la misma respuesta que Lucas- dice con un encogimiento de hombros, Valentina—. ¿Y tú qué tal estás?

Entonces todos voltean a verme, pues saben, que esa pequeña pregunta, es muy importante para mí y mis emociones, mismas que han quedado un poco afectadas desde el día de la fiesta.

—La verdad, no sé cómo estoy emocionalmente, pero físicamente... Estoy bien.

—Sólo tienes que dejarlo pasar, y ya —pronunció Potter girando el volante para dobla sobre una esquina. Desde aquí se puede ver nuestra Institución Educativa.

“Sólo tienes que dejarlo pasar”.

Sí que fácil se oye, pero que difícil es hacerlo.

—¿Y ya? —repito para mí, y veo al castaño asentir.

—Aliss, ni te molestes en hacerle entender —habla Mar—. Él es idiota. No comprende aún ese tipo de sentimientos.

Valen asiente totalmente de acuerdo. El auto entra al estacionamiento y ocupa uno de los lugares vacíos. La rubia abre la puerta y baja, nosotros la imitamos. Una vez afuera, nos colocamos al frente del vehículo. Entonces me tomo ese pequeño tiempo para observar el automóvil, es de color azul un poco oscuro, pero muy bonito.

—¿Qué modelo es? —inquiero, logrando que Vale y Mar volteen a verme, James nos mira incrédulo, como si no creyese lo que acabo de preguntar—. Vale, ¿me responderás o qué? Porque también le puedo preguntar a Lucas.

Nosotras giramos nuestros cuellos, como poseídas para contemplar ahora al nombrado, él cuál esta recargado de brazos cruzados en la pared. Su postura y gesto facial es una sola cosa: indiferencia, ¿por qué es tan amargado?

—¿No lo sabes? —dice por fin Potter—. Apuesto a que el primero que pase y se le quede mirando, lo sabe.

—Lo dudo mucho, no saben —mascullo Scott. Ambos nos enfocaron y compartí una mirada con Valentina en donde me deja claro que: "No sé ni mierda de autos."

Y yo le dé volví un: "Yo tan poco".

—Si la primera persona que pasa sabe el modelo... —empieza James—. Tú me debes 50 dólares.

—¿Una apuesta? —cuestiona Scott, él asiente, y Mar estira su mano al tiempo que dice—. Subámosla a 100.

—Perfecto —masculla seguro y estrecha su mano sin siquiera dudarlo.

—Va perder… —musita Lucas, y yo asiento completamente de acuerdo.

Minutos más tarde detallo como Scott acepta el dinero que le ha ganado a Potter, después nos dispersamos para nuestras asignaciones. Camino por los pasillos en busca de mi respectivo casillero para así guardar mis libros, ya que mi bolso nuevo, es un poco pequeño y lastimosamente algunos libros no caben. ¿Por qué llevo un bolso nuevo? Porqué mi antigua mochila, fue víctima de rodó el día de la fiesta.

Llego a mi casillero, guardo los libros, y de uno de ellos cae un pequeño papel, lo recojo y lo leo. Es un texto de Vale y Mar, donde me recuerdan algo muy importante, que decidimos ayer.

Y que había olvidado.

Lo guardo en mi bolso y giró sobre mis talones con un solo pensamiento y prosigo así, hacia el aula de clase, cuando la diviso, no puedo evitar sonreír sonrió. Pues en mi campo de visión a parecer, nada más y nada menos que Judy. Aprieto las cuerdas del bolso colgado en mis hombros, y sigo avanzando con otra sonrisa pintada en mis labios.

Sonrió con suficiencia, estoy llena de cambios porque siempre trato de que cuando hago una promesa, cumplir.

VALENTINA:

Veo como Aliss se va alejando de nosotros. Va para su primera clase y también su primera prueba, está clase le toca con la perra de Judy y sus estúpidas seguidoras oxigenadas.

Como odio a esa chica.

Devuelvo mi vista así los chicos, pero topo con Martina, quién tiene su mirada en el mismo punto que yo hace unos segundo.

-Vale, retiro- pronuncia Lucas y James.

Nosotras asentimos y los observamos girar sobre sus talones para luego comienza a caminar hacia su clase. Típico de primera clases de los martes. En lo personal es horrible, pues ninguno del grupo está junto. Cada quién en otra aula, por lo que es una separación total. Recuerdo que todos tratamos de cambiar el horario, pero no lo logramos.

—Nos vemos allá —le digo y sonrió "Vamos a fastidiarla un poco"—. Cuidado, nos dejas plantada por estar parloteando con Logan Saucedo, sé que esta bueno, pero las amigas están primero antes que los chiscos, es uno de nuestras reglas y ya sabes que si ven quebrantada, te a tienes a las consecuencias...

—Cállate, joder. Ya les he dicho, a ti y a Aliss —dice exasperada—, que yo no siento nada por él, que hablemos, no quiere decir que me guste, ¿o sí?

—Si —le digo para fastidiarla, sé que no le gusta pero es muy gracioso ver como se molesta por una simple insinuación.

—¡Al carajo! —masculla, alejándose de mí.

—Pero que sutil —me le burlo.

Empiezo a caminar, veo mi aula y entro, no es una de mis clases favoritas, pero tan poco la odio, está entre las dos, me siento en mi respectivo lugar y espero que llegue el maestro, veo sobre mi hombro a mis compañeros, veo a uno copiando a la tarea a toda velocidad, "a eso se le llama adrenalina", a otra con los auriculares puesto, y eso me hace pensar en los míos, ¿Donde los deje?," ya los perdiste", serían los séptimos en el semestre. Diablos, tengo que ser más cuidadosa.

-Buenos Días, ¿cómo amanecieron?- volteo al frente para ver al Profesor, algunos contestan que un bien y otros como yo solo nos quedamos callados.

La clase transcurre tranquila, a excepción del tarada, con que me ha tocado hacer equipo hoy, no sabe nada de nada, solo paso mirando sus uñas bonitas y postizas toda la hora, ¿cómo llego a su ultimo año? No sé, ni me interesa saberlo. Suena el timbre dando por finalizada la hora, me levanto del siento con el trabajo, en manos y con la tarada detrás, para asegurase, de que la allá escrito en la hoja, me ha cerco al Profesor se lo entrego.

Salgo del aula para ir a la de Aliss, allí me encontrare con ella y Marti, para partir a una de nuestras clases favoritas, ¿por qué? Porque las tres estamos juntas, como las chicas súper poderosas.

Cuando estoy lo suficientemente cerca del aula en la que se encuentra Alisson, quedó perpleja por dos razones:

1. Por lo que veo.

2. Por lo que escucho.

Creo que me encanta ese nuevo cambio de Aliss.

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