°• Alisson •°

Hay cosas que uno no puede evitar.

Y lamentablemente la mía fue enamorarme de alguien que ni siquiera se fijaba en mí, dejando de lado cosas realmente importantes y todo por estar en cerrada en una burbuja inexistente, que hace días se ha reventado, permitiéndome ver a mi hermoso alrededor.

Dejándome ver a Lucas.

Uno de mis mejores amigos, alguien que siempre a estado conmigo. Fastidiando y apoyando todo el tiempo, y eso me gustaba.

Y lo sigue haciendo, aunque ahora también me gusta él. El chico que implanta respeto y autoridad donde quiera que va, el de tes blanca y ojos azules.

Mierda.

¿Me gusta Lucas?

¿Por qué preguntó lo obvio?

Muevo mi cabeza y empiezo a caminar más rápido hacia la casa de Ana, seguramente ya debe estar en ella, los demás. Después de que perdiéramos al oficial en una de las esquinas de la ciudad, que a decir verdad, no nos siguió por mucho tiempo.

Fuimos mi casa, y después a la de él para explicarles a nuestras madres lo sucedido, luego de eso, me dejó en mi casa en la que estuve aproximadamente una hora, hasta que recibí la llamada de Ana.

Y ahora me encuentro en la puerta de su casa.

-¡Joder, hasta que apareció!- digo, al abrir la puerta. Sonreí a modo de disculpa y me adentre. -¿Dónde estabas?

<<Pensando en Luc.>>

Ajá.

-Estaba ayudando a mamá con algo de la comida- hablé. Eso era en parte cierto. -¿Y los demás?

-En mi cuarto, me ayudas a llevar, palomitas- caminamos hacia la cocina, donde estaban las palomitas acarameladas en el microondas. Una vez todo en tres grandes tazones. -¿Crees qué alcance, para todos?

-Si estamos todo, probablemente no- le dije en un intento de broma, pero la sonrisa que se le formó no fue sincera. Estaba algo tensa. -¿Qué te pasa?

-¡Oh, Aliss!- oímos a Martina. La rubia no tardo en aparecer y adentrarse a la cocina. -¿Ya lo noté?- preguntó. Moviendo sus manos hacia la otra rubia con cara descompuesta.

-Estoy llegando. Y si, ya lo noté- informe. Algo estaba pasando y ambas lo desconocíamos.

-Liam, está igual. Tadeo está hablando con él, y tú hablarás con nosotras ¿vale?- le cuestionó a Ana.

Está asintió, y en mi cabeza la idea de que estuvieron practicando hacer un "Liana" aparece, pero desaparecer en cuanto empieza hablar.

-Joder, me sorprende lo bien que me conocen...- reímos. Nos conocemos perfectamente y mejor que cualquiera de nuestras mamás. Con cada palabra que le oí, sentí que lo que le estaban pasando, era mi culpa. Ana y Liam, estaban en problemas por mis ganas de ayudar a Luis con Judy. -...Aliss, no creas que esto es tu culpa, ¿si? Ambos decidimos apoyarte en todo, aunque Liam, no pueda estar cerca de mí en la escuela o en ninguna de las actividades que la Institución realicé, podremos vernos afuera.

-Pero tu mamá- sonríe.

-Mi madre, tarde o temprano se iba a enterar que ya tengo novio, y Liam, ya me había dicho que estaba dispuesto a hablar con ella. Lo único que hicimos fue adelantar los hechos.

Un sollozo improvisado, llama la atención de ambas, para que miremos a Martina con el borde de sus camisa secando sus falsas lágrimas.

-Crecen tan rápido, ¡Mis niños, ya no son niños!

-¿Acaso te pagan por arruinar momentos?- le inquiere Ana.

-Si me pagarán, será millonaria, pendeja- contesta a modo obvio. Y giro mis ojos, al verle subir los hombros con en el momo. -¡Bueno ya, ahora el abrazo!

-¿No qué vine los consejos y felicidades, por pasar a otro plano?- digo, cuando estamos forma un pequeño triangulo.

-¿Acaso estoy muerta?

-Formalizar una relación, es otro plano. ¿Por qué crees que yo aún no lo hago?- cuestionó, pero al instante me arrepiento.

-Porqué no tienes con quien hacerlo, Alisson- susurra Martina.

<<Auch.>>

Yo estoy en el plano de la amistad. Quise decir, peor mejor me lo guarde.

Permanecemos así por un tiempo, pues como siempre que estamos en momentos así algo ocurre y está ves los gritos masculinos fueron los responsables.

-¡Chicas!, ¡Tenemos que irnos!- apreció Liam, y detrás Potter.

-¡Se han llevado a Lucas a la comisaría! ¡Lean metido preso!- exclamó, el castaño.

Y mi corazón se detuvo por unos instantes y cuando volvió en sí. La desesperación y preocupación, me invadió de llenó.

-¡¡Vamos, vamos!! ¡VÁMONOS!- les apuré.

De inmediato estábamos en el auto de Liam, el manejando como loco. Y yo, explicándole a los demás, los posibles motivos por los cuales Lucas debe de haber terminado alli.

°• Lucas Helman •°

Miré con detenimiento la oficina en la que me encontraba, la cuál para mí suerte, era de uno detectives de la comisaría.

Cuando deje a Alisson en la puerta de su casa, y al llegar a la mía, el oficial que según ambos perdimos estaba enfrente de mí y me pidió amable que le acompañará donde ahora estoy.

Si fuera Oliver, esto sería estar en la boca del lobo, por los negocios que tiene con ciertas personas. Pero como yo no tengo nada que ver, ni que temer, con mucha tranquilidad, me subí en su patrulla.

En la mesa se encuentran algunos papeles y varias carpetas, una computadora y un porta lápices. Hay aire acondicionado, y aún lado de la pared están pegados otro papeles y fotos.

-Señor Helman- escuchó. Y pasa por mi lado, el Oficial que hace aproximadamente cuatro horas estuvo siguiendo mi auto. -Soy el Policía y Detective Thomas Williams- se presenta.

-Oficial Williams- le digo parándome, y él asiente. Estiró mi mano, la cuál toma. -Disculpe mi atrevimiento, pero ¿cómo dió con mi casa?

Si yo lo perdí en la persecución, me faltó agregar.

El hombre frente a mi, que parece tener unos veintiocho años, sonríe algo burlesco y me hace un ademán de que tomé asiento, lo cuál hago y él también.

-La verdad, es que no les seguí en serio- confiesa. -No le vi necesario, pues ya había tomado la placa de tu vehículo. La señora McCabe, tiene una imaginación bastante grande, sabés. Y al tener tu número de placa, también di con tu hogar. Te confieso que me desanime al ver que no eran emigrantes, si no jóvenes que buscaban a su compañera.

Perfecto, hombre inteligente.

-¿Y qué hago yo aquí, entonces?- preguntó directo.

No le veo caso a que me allá traído y tampoco me han pedido que llame algún responsable. Tomando en cuenta que sabe todo.

-Estoy algo aburrido, ¿y qué mejor que asustar a un crío? Pero tú no estás nada asustado- soltó con desgaste. Y yo casi giro mis ojos.

-¿Acaso no tiene algún delincuente qué capturar? Es lamentable, ver en qué está perdiendo en tiempo en algo como esto.

-La cuidad a estado demasiado tranquila, y aunque es algo muy bueno para la ciudadanía, nosotros estamos esperando por cumplir nuestro trabajo.

-Y al no haber tantos problemas, están aquí hasta que su horario acabé.

-Exacto- concordó. -Creó que ya hablamos mucho, y por correrte de un Oficial, tienes que tener un castigo- siguió. Mentalmente rogué que mi licencia no tuviera que ver. -Me caes bien, solo tendrás una sanción de dos semanas. Así que nada de manejar o te despides de tu licencia y tu preciado auto.

Voy agradecer, pero otro hombre uniformado aparece. -Señor Williams, hay muchos jóvenes algo neuróticos en la estadía.

Y unos gritos llegaron a nuestros oídos, para mi son más que claro. Pues, sé quienes son sus dueños, miró al oficial que aún está sentado y le digo.

-Son mis amigos.

Anotó no volver a decirle a Tadeo y Liam, nada que este relacionado con temas policíacos. ¿Cómo se les ocurre venir? ¿Acaso están locos?

-¿Eso quiere decir qué la embarazada de gemelos también está aquí?- cuestión burlonamente, el detective. Y esta vez, sí rodé los ojos.

-¡Lucas, es inocente! ¡En todo caso! ¡Yo también debo estar presa!- la oí.

Me puse de pie y con ambos oficiales, salimos. Martina y Alisson, estaban de espaldas gritoeando a dos oficiales que están tratando de tranquizarlas, mientras Ana era retenida por Liam y Tadeo, para que no se lanzará encima de unos de los policías que los rodeadan.

-¿Y ahora está aburrido?- pregunté bajo, al detective.

Esté sonrió, para después empezar a poner en orden a sus oficiales. Yo por mi parte me acerque a mis compañeros, estos estaba más tranquilos, pero yo no.

-¿Qué cojones hacen aquí?- escupí, un vez frente a ellos. Todos me observaron y por supuesto que notaron mi molestia.

-No te íbamos a dejar sólo- contesto, Martina.

-Si estabas encarcelado, nosotros también- le escuché decir a Ana.

-¿Quién les digo que estaba encarcelado?- las rubias, voltearon a ver a Potter.

Y él guardaron silencio.

-Estábamos preocupados, Lucas- habló, Alisson. -Y mi desesperación no ayudo mucho sabés- me miró, y por un momento sus mejillas se tiñeron de un rojizo. -Si vas a molestarte con alguien, que sea conmigo.

-¿Se encuentran bien? Mejor dicho - le indagó de pronto una voz. No necesite voltear para saber que era Williams. -¿Jovencita embarazada de gemelos está bien?

¡Disculpa por los errores ortográficos, algún día los corregiré, si te gustó deja tu voto y comentario!