Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16:

DREW:

Dejo a Lydia en el estacionamiento de su hermandad cuando llegamos a Chapel Hill. No la ayudo a llevar sus cosas dentro porque solo lleva una pequeña maleta, pero me bajo a abrir su puerta. Aunque todos creen que hemos terminado, nunca he sido bueno aparentando ser un idiota. No importa si su padre está bien. Si ya lo vio con sus propios ojos. Lydia sigue pasando por un momento difícil. La manera en la que su expresión cambió, de la ligereza a la pesadez, cuando él le preguntó cuándo nos iríamos nunca saldrá de mi mente. Su corazón está roto y ello no tiene nada que ver con Romeo. Tampoco tiene una solución tan simple como emborracharse y saltar al siguiente chico. No puedes reemplazar un padre. Tampoco puedes apaciguar tan fácilmente ser herido por él.

─¿Estarás bien? ─le pregunto tomándola suavemente del codo.

Lydia afirma, pero evita mis ojos.

Eso suele significar todo lo contrario a su respuesta.

─Sí. Pasaré lo que queda del día durmiendo. ─Con evidente esfuerzo, alza la cabeza y me mira directamente─. No sabes lo agradecida que estoy de que hayas venido. Lo hiciste más fácil.

Arrugo la frente.

─No hice nada más que acompañarte.

Me sorprende alzándose de puntillas, lo que es innecesario, puesto que es casi tan alta como yo, y abrazándome. Al igual que la noche que acordamos fingir un noviazgo para hacer que las personas que nos gustan nos noten, no puedo evitar perderme en el aroma a sandía de su cabello y piel. Lydia huele tan bien que deberían hacer un perfume de su fragancia. No solo del toque frutal de ella, sino de la combinación de todo.

─Eso fue más que suficiente.

Tras soplar un suave beso en mi mejilla, se da la vuelta y recorre el camino de graba sin corresponder los saludos de sus chicas mientras se coloca un par de gafas oscuras, lo que me recuerda el maldito escrutinio público al que es sometida debido al trabajo de su padre. Suelto un suspiro y rodeo el capó de mi camioneta para volver dentro. Gracias a que mis padres me prestaron su jet, mamá no puso ninguna objeción cuando le expliqué la situación, ni siquiera me chantajeó, estoy a tiempo para mi práctica de baloncesto. Debido a que antes de que el senador Fisher sufriera un infarto Lydia y yo nos habíamos distanciado y el rumor de ella viniendo a la hermandad a pedirme disculpas y siendo rechazada, se esparció como pólvora, no obtengo tanta atención como de costumbre de sus exs y el balón. La tarde va relativamente en paz hasta que terminamos con el entrenamiento. Tras el anuncio de un partido amistoso con otra universidad en un par de semanas, un abre boca a la temporada, Romeo se acerca a mí en las duchas.

─Hola, Drew.

Dejo de lavar mi pene para mirarlo. Este no es el momento adecuado para una conversación. Aunque la espuma cubre nuestras partes, sigo sin estar en el mismo círculo de confianza de él y Liam. No hemos hecho ningún trío nunca y dudo enormemente que suceda. No quiero sonar egocéntrico, pero Drewstructor es mucho para que una chica pueda manejar. Estoy seguro de que no necesita nada más.

─Hola ─respondo con una ceja alzada.

─¿Cómo está yendo todo? ─Mi incomodidad crece cuando se inclina sobre mí con una mano apoyada en las baldosas de la pared. Ahora está tan cerca que el agua de mi regadera cae sobre él. Termino de quitarme el jabón de los ojos para cerrar el grifo y poder verlo. No dejo de pensar, de una manera no gay, en que estamos desnudos y demasiado cerca para mi gusto, lo cual es una opinión no homofóbica─. ¿Cómo estuvo tu viaje exprés a Washington? Siento que no hemos hablado correctamente en un tiempo, hermano. Se supone que eres mi mejor amigo, pero ya ni siquiera sé cuándo estás en el campus. Si no fuera por el Instagram de Lydia no tendría ni idea de qué está pasando contigo.

─Desde que empecé a salir con ella.

Romeo junta sus negras cejas gruesas.

─¿Perdón?

Dejo de mirar fijamente hacia la pared para concentrarme en él.

─Desde que empecé a salir con Lydia nuestra amistad no ha vuelto a ser la misma. ─No solo se trata de que haya empatizado con ella, dándome cuenta de lo imbécil que es, sino de cosas que él ha hecho y que de una u otra forma me han hecho verlo de manera diferente. Si mi novia fuera Emma y él la deseara, ¿iría detrás de mí por ella? ¿Coquetería con Em o con cualquier otra chica frente a mí después de drogarme?─. Lo siento si continúa molestándote que hayamos tenido algo. De todas formas ya se acabó. ─Intento sonar deprimido─. No tienes por qué seguir incómodo.

Romeo me mira con extrañeza.

─Pensé que habían vuelto. La acompañaste a ver al senador.

Niego. Oculto lo mucho que me irrita la mención del padre de Lydia. Si a él verdaderamente le importara habría ido con ella, no yo, sin importar si se lleva bien o mal con el senador Kenneth.

─No. Ella solo necesitaba un amigo.

La expresión de Romeo se vuelve resentida por un momento, también aliviada, pero rápidamente regresa a ser un intento de amigable.

─Bien. Me alegra que el viejo imbécil esté bien.

Esta vez soy yo quién junta las cejas. Aunque es un adicto al trabajo, el padre de Lydia realmente no es tan aterrador como pensé que sería. Estaba preparado para la inquisición cuando entré a su habitación de hospital. En cambio, obtuve una entrada a un debate abierto sobre política. Sin embargo, realmente puedo entender por qué el padre de Lydia debe darle motivos a Romeo para hablar así de él. Debe tratarlo como la mierda. Bien. La verdad es que yo tampoco querría a alguien así para mi niñita. La escondería en el Polo Norte en un Iglú con televisión satelital y comida enlatada antes de permitir que él se acercara.

─¿Tienes algún plan para hoy? Creo que llevaré a Emma a comer algo. Luego podríamos pasar el rato con los chicos. Compraré cerveza.

Él afirma.

─Suena bien. Pasaré por tu habitación a las nueve.

Cuando Romeo se da la vuelta, alzo la ceja hacia el resto del grupo de baloncesto señalándonos y haciendo gestos obscenos. Ignorándolos, continúo con mi ducha y tomo mi toalla cuando termino.

****

A penas llegué, le mandé un mensaje a Emma solicitando reunirnos urgentemente. No la he visto desde que se besó con Aideen en la fogata de Triangle y realmente no sé cómo me vaya a sentir cuando la vea, pero necesito dejar de lado mi enojo y concentrarme en cumplir la siguiente fase de nuestro plan. Tengo que sacar partido de que los acontecimientos aún están recientes, lo que estoy seguro de que Lydia, cuando se recupere, también hará. Ya que estoy limpio y llevaba una muda extra de ropa en la camioneta, ropa deportiva, pero atractiva, de acuerdo con Lydi, la busco directamente de mi entrenamiento. Llevarla al mismo sitio en que he comí por última vez con mi falsa ex novia se siente raro, así que una vez que se encuentra junto a mí nos dirigimos a un nuevo restaurante de sushi.

Eso es algo que no puedo hacer con Lydia.

─¿Qué quieres?

─Solo langostinos. ─El mesero toma su pedido con una sonrisa─. Para beber... mmm... refresco de uva. ¿Qué vas a comer tú, Drew?

─Lo mismo. ─Por alguna razón, no tengo tanta hambre como de costumbre. Cuando el chico nos deja solos, desciendo la mirada a mis manos antes de alzarla a los ojos verdes y cálidos de Emma. No está usando sus habituales suéteres anchos, sino un vestido de la colección de los que le obsequié. Es rosa y se ciñe a sus curvas. También lleva tacones. Me veo como una basura mal arreglada a su lado, pero nadie en el local luce tan bien como ella. Si hubiera venido con Lydia, ella tampoco se habría arreglado tanto. Algo me lo dice─. ¿Cómo estás, Emma?

─Bien. He salido con Aideen un par de veces.

Me tenso.

─¿A qué te refieres con salir con Aideen?

Aunque intento que mi tono de voz sea neutro, no lo logro.

¿Qué tiene él que no tenga yo?

¿Por qué le dijo que sí tan rápido cuando yo lo he estado intentando por años? ¿Acaso Lydia tiene razón? ¿Emma está obsesionada con ella?

─Hemos ido a comer un par de veces. ─Sus mejillas se sonrojan─. Está a punto de graduarse, así que no pienso que podamos tener una relación a largo plazo, pero ciertamente tenemos un vínculo.

¿Un vínculo?

Contengo las ganas de inclinarme y zarandearla. Emma solo tiene una semana de haberlo conocido. Eso no es suficiente para tener un vínculo. Años de amistad y de ser mi amor secreto sí deberían serlo.

─Me alegro por ti ─gruño─. ¿Qué hay de las clases? ¿Cómo te va?

Aunque las matemáticas nos unen, Emma no está estudiando lo mismo que yo. Quiere ser educadora. Profesora de ciencias en una escuela secundaria, lo que respeto. Es una chica sencilla con sueños simples.

─Todo bien. ─No puedo evitar sonreír cuando se inclina hacia adelante, su mirada curiosa y conspirativa─. ¿Cómo estuvo el viaje con Lydia? ¿Su padre está realmente bien? No he podido hablar con ella aún. Se encerró en su habitación con Arthur y no ha querido salir.

─Estuvo bien. ─Bajo la voz─. Tal vez demasiado bien.

Emma arruga la frente.

─¿Bien? ─exclama con una mirada incrédula, haciendo espacio al mesero para que deposite nuestras fiestas de langostinos en la mesa─. Drew, su padre está enfermo. ¿Cómo eso puede ir bien? ¿Eres tan retorcido?

Niego. Tomo lo palillos chinos y llevo una pieza empanizada a mi boca, la cual mastico antes de hablar. Aunque esté saliendo, entre comillas, con Aideen, no es necesario que piense que tengo los modales de un simio.

─No me refiero a su padre, sino a lo nuestro ─digo─. Creo que este viaje sirvió para que me diera cuenta de que Lydia y yo aún tenemos una oportunidad. ─Trago cuando una mirada extraña se adueña de sus ojos. La mirada que estaba esperando─. Me gustaría pedirte ayuda para reconquistarla. Ella intentó que volviéramos varias veces, pero me negué. Ahora soy yo quién tiene que arrastrarse.

Se me da tan bien mentirle de esta manera a Emma que por un momento siento pánico. A veces no tengo ni idea de en quién me estoy convirtiendo. Ya casi no recuerdo cómo se sentía ser el chico que pasaba sus tardes jugando videojuegos, no elaborando planes malvados con la presidenta de una fraternidad. Lydia es mala influencia. Antes ni siquiera le habría podido mentir sobre cómo estoy a Emma. Ahora al parecer puedo elaborar diálogos de novela en mi mente y expresarlos sin pestañear.

─Yo... yo... ─Emma se ve como si se estuviera asfixiando. Por un momento temo que ella también sea alérgica a los mariscos─. Yo... ─Me mira, pero realmente no siento que me esté mirando. Tras unos tensos segundos, fuerza sus labios a sonreír─. Por supuesto que sí, Drew.

Complacido, continúo con mi comida sin volver a sacar el tema.

****

Estaciono lejos de su hermandad para caminar un poco con ella. Pasamos por el mini supermercado de camino aquí para obtener mis cervezas, las cuales están calentándose en la alfombra de los asientos traseros de mi camioneta, y golosinas. Emma lleva un puñado de gomitas a su boca mientras llegamos a su puerta. Por más que me concentro en sus labios rosas, no me siento cautivado o excitado por ellos.

Son cosas que llegarán con el tiempo, supongo.

─Buenas noches, Drew ─murmura mientras se alza de puntitas para besar mi mejilla, dejando una dulce y cálida sensación tras de sí.

Le sonrío mientras sostengo la puerta abierta para ella.

─Que tengas dulces sueños, Emma.

****

Josh me acompaña a la habitación de Romeo cuando llegamos. Está usando sombra rosa y brillo alrededor de los ojos, pero es el tipo de chico que podría verse así sin lucir extraño. También hay florecitas tras sus orejas. Trabaja de medio tiempo siendo la imagen de un bar gay a una media hora de aquí. Me ayuda con las cervezas.

─Lo siento. Rafe no ha terminado su escultura de esta semana. ─Antes de que pueda protestar, le enseño la cerveza─. ¿Dónde está Liam?

Romeo se hace a un lado para dejarnos entrar con una mueca en el rostro.

─Dijo que tiene cosas que hacer para su canal. ─Pone los ojos en blanco─. También que no podemos competir con las tetas de Jill, su nueva compañera de habitación, así que ni loco vendría. ─Niega, una sonrisa en su rostro─. Creo que hemos sido suplantados.

Le sonrío de vuelta.

─Me lo temía.

─Eso es extraño. ─Josh mira entre nosotros con las cejas juntas. Nos tiende una lata a cada uno. Tomo un sorbo de la mía sin mucha prisa. No espero embriagarme. Realmente, después de terminar en la cama de Miley, no espero hacerlo nunca más─. Liam nunca dice que no a una cerveza. Nunca. Sea lo que sea que lo retiene en esa casa, es nuevo.

No puedo contener una risa. Todos ellos, incluso Josh, me jodían por estar enamorado de Emma, pero están cayendo al mismo tiempo que yo.

*****

Me sorprendo cuando recibo una llamada de Emma al día siguiente. Estoy saliendo de una de mis clases cuando la pantalla de mi celular se alumbra con su nombre. Recorro el pasillo, en dirección al estacionamiento, el cual se encuentra atestado de estudiantes, así que cubro uno de mis oídos para escucharla mejor.

─¿Drew?

─Dime, Emma.

─He estado pensando en lo que me pediste. Sobre ayudarte a reconquistar a Lydia. ─Suelta un profundo suspiro─. Su cumpleaños es dentro de unos cuantos días. ¿Te gustaría ayudarme a prepararlo? Lydia nunca ha tenido una fiesta sorpresa. Siempre han sido ella y su padre.

Por alguna razón mi pecho se oprime ante la imagen de una pequeña niña soplando las velas de un pastel con solamente su padre como compañía. Supongo que antes de su muerte su abuela solía acompañarla, pero aún así continúan siendo pocas personas celebrando su cumpleaños. Yo tengo a mis padres. A mi hermana. A los chicos. Lydia al parecer solo tiene a su padre y a Emma. Aunque se supone que estoy haciendo esto para acercarme a la persona del otro lado de la línea, no puedo evitar genuinamente desear hacer algo por Lydia. Después de todo lo que ha pasado, el abandono de su madre, la muerte de su abuela, la obsesión por el senado de su padre, merece pasar un buen cumpleaños. Encontraré la manera de hacerla sonreír en su día.

─¿Cuándo y dónde nos vemos?

─¿Puedes venir por mí ahora?

Tengo una clase más, pero puedo faltar.

Últimamente lo hago mucho.

─Claro.

****

─¿Cuándo es el cumpleaños de Lydia? ─pregunto cuando nos estacionamos frente a la tienda de piñatas y decoración de eventos.

Para llegar aquí tuvimos que conducir por cuarenta minutos. A pesar de que pasamos comercios dónde también pudimos haber encontrado cosas para la fiesta de Lydia, Emma quería exclusivamente venir aquí. Era el único lugar con las lámparas chinas y el tipo de flores con los que quería decorar el jardín de Triangle. Tomo un carrito cuando me señala la hilera de ellos al entrar. Emma no responde hasta que nos internamos en uno de los pasillos del sitio. Hay tantos elementos sin sentido que no puedo evitar sentirme dentro de un vídeo musical.

─El sábado.

Arrugo la frente.

─¿Dentro de dos días?

Emma afirma.

─Sí. ─Me enseña un paquete de globos metálicos con forma de corazón, los cuales mete en el carrito tras mi asentimiento─. ¿No lo sabías?

Niego.

─Lydia no lo ha mencionado.

Emma suspira.

─Así es ella. ─Ahora selecciona varios paquetes de serpentinas brillantes en tonos plata y dorado─. El año que nos conocimos ni siquiera me dijo que era su cumpleaños, así que hicimos lo que haríamos cualquier otro día. Me di cuenta un mes después. Los siguientes años solo hemos comido pastel del supermercado. Merece algo mejor.

─¿Qué hay de su padre?

Sus manos se aprietan en torno a los sombreros que sostiene.

─Le envía regalos, la llama, pero nunca viene.

Bueno, eso es deprimente.

─Pobre Lydi. ─Hago sonar un conejito de goma. Tiene cachos, pero es adorable. Me recuerda a Lydia. Lo meto en el carrito─. Emma, ¿haces esto porque quieres o porque te sientes culpable?

Emma se detiene abruptamente. A diferencia de la noche anterior, está vestida con un par de vaqueros ajustados de color verde y uno de sus viejos suéteres. Sin maquillaje. Va a juego conmigo. A pesar de la influencia de Lydia, que insiste en que debo usar ropa de diseñador hasta para ir por un vaso de agua a la cocina, estoy usando una de mis viejas camisetas en conjunto con uno de los vaqueros que escogió para mí en Nueva York. Nunca lo admitiré en voz alta, pero realmente me gusta cómo me veo en la mayoría de las cosas que puso en mi armario.

─No hago esto porque me sienta culpable por haber perdido mi virginidad con su novio ─dice con voz plana─. Lo hago porque la quiero.

Ya que es Emma de quién estamos hablando, le creo.

****

Después de llenar mi camioneta con elementos decorativos, nos acercamos un poco más al campo deteniéndonos en una pastelería a medio camino entre la tienda para fiestas y el campus. Probamos tantos pasteles para finalmente encontrar el adecuado para Lydia, de chocolate blanco y jugo de frambuesas, tres pisos, que temo que mis pantalones ya no cerrarán. Aún así, consigo brownies y algunos pastelillos para llevar. El bebé obeso Drew estará de regreso pronto. Emma alza una ceja en mi dirección cuando me bajo con la bolsa para llevar frente a Triangle.

─¿Entras?

Afirmo.

─Sí. ─Levanto la bolsa─. Son para Lydia.

Emma no puede contener un rodamiento de ojos. Al darse cuenta de su gesto, sus mejillas se sonrojan con violencia. Antes de que se vuelva incómodo, continúa caminando hacia la entrada, dónde se despide de mí con un tímido movimiento de mano y se dirige a su habitación con prisa. No puedo esconder mi sonrisa, la cual Lydia nota cuando la alcanzo.

Está usando un pijama. Se encuentra rodeada de apuntes y libros. Arthur duerme sobre una almohada a su lado, su cuerpo cubierto con un conjunto deportivo rosa hecho a su medida. Lo tomo entre mis manos antes de ofrecerle a Lydia la bolsa con los nuestros postres.

No todo es para ella. Drew come por dos.

Drewstructor no se alimenta solo.

─Gracias.

─No son solo para ti ─digo mientras me acuesto boca arriba, haciéndole avioncito a su mascota, quién me mira como si me odiara por haber interrumpido su sueño─. ¿Tienes examen mañana?

─No, lo tuve ayer en la mañana. Mi profesor es un admirador de papá. ─Pone los ojos en blanco mientras se levanta y se acerca a un mini refrigerador junto a su ventana. Cuando vuelve, sostiene dos platos en los que coloca en cada uno una porción de brownies y un pastelito. La última vez que estuve aquí no la pasé bien, pero no puedo decir que me sienta incómodo o traumado al respecto. No considero a Aideen una amenaza. No cuando Emma está claramente afectada por mis deseos de reconectar con su mejor amiga─. Me lo repetirá el sábado.

─¿El día de tu cumpleaños?

Lydia alza sus cejas con sorpresa.

─¿Cómo sabes cuándo es?

No puedo decirle que gracias a Emma, eso arruinaría la sorpresa, así que invento una excusa.

─Le presté atención a tu identificación cuando me pediste que comprara los boletos de regreso.

Su expresión se relaja.

─Oh.

─¿Por qué? ¿Es una fecha trágica?

─¿A qué te refieres?

Dejo a Arthur sobre la cama, quién trota tan rápido como puede hacia Lydia, antes de darle un mordisco a mi brownie. Al igual que todo lo que venden en esa maldita pastelería, sabe a gloria.

─¿Tienes algún trauma de cumpleaños?

Lydia mira su plato por tanto tiempo que empiezo a preguntarme si responderá, pero eventualmente alza la mirada y lo hace.

─Mi madre nos dejó el día que cumplí siete. Fue durante mi única fiesta de cumpleaños. ─Mierda. Me odio por haber preguntado─. Era una niña tan estúpida. Estaba tan emocionada. Nunca antes había tenido un cumpleaños porque mi padre siempre estaba de viaje. Ella dijo que iría un momento al baño, antes de cortar el pastel, y nunca regresó. Ese día estaba disfrazada de reina. Yo de princesa. Dejó su corona sobre el lavado. Fui quién la encontró. Me la puse sobre la cabeza y salí del baño creyendo que podría regodearme de habérsela quitado, pero nunca la hallé. Se había ido. ─Me estremezco. Lydia ni siquiera me está mirando, pero no necesita hacerlo para que tenga una idea de cómo se siente o se sintió en ese momento. Su voz transmite desolación. Tristeza. Rencor─. Eso es todo. ─Sus ojos dorados se enfocan en mí─. Lo bueno es que después de ello papá no se fue en mi cumpleaños otra vez, pero nunca volvimos a celebrarlo. Él lo intentó. Era yo quién no quería más fiestas. Temía que si celebraba otra vez, él o la abuela me dejaran.

¿Eso es todo?

¿Esta es Lydia intentando minimizar el hecho de que su madre la dejó con su padre adicto a la política cuando tan solo era una niña? Mierda. Su madre no solo la dejó, sino que convirtió el que debería ser el día más feliz de su vida en el peor. Si antes quería hacer de su cumpleaños un día especial, ahora malditamente lanzaré la casa por la ventana. Haré la maldita segunda parte de Proyecto x en Chapel Hill. Lydia tendrá la mejor fiesta. Tomorroland, versión hermandad universitaria. Jurándomelo, no puedo evitar inclinarme y presionar mis labios contra su suave mejilla.

─Lo siento, Lydi.

Me ofrece una sonrisa pequeña. Tímida. Casi triste.

─No te preocupes. Mi padre fue bueno.

No lo dudo. A pesar de los defectos de Kenneth, crió una hija fuerte y segura de sí misma. Que le den a su madre. Ella se lo perdió. No Lydia.

****

Es viernes. Solo falta un día para el cumpleaños de Lydia. Emma es la única persona que puede ser mi cómplice en esto, así que la convenzo de dejar de lado la culpa y ser su acompañante de una promoción de veinticuatro horas de spa, a la cual Lydia solamente acepta ir cuando le digo que es su regalo de cumpleaños y que no me rembolsarán el dinero sino va. Para evitar cualquier tipo de excusas, el spa está a unos ochenta kilómetros de distancia, contrato a un chófer para que las lleve.

Josh es quién luce más feliz cuando los despido. Deben irse temprano para que Lydia pueda llegar a tiempo a su examen, así que solo son las seis AM. Emma y Josh todavía usan sus pijamas. Mi ex falsa, en cambio, lleva jeans ajustados y un suéter gris. A diferencia de ellos, se ve como si madrugar no la afectara en lo absoluto. Probablemente bebió mucho café.

─Gracias por esto, Drew. ─Por el rabillo del ojo veo cómo Emma se estremece cuando Lydia se acerca y me abraza─.No era necesario.

Intencionalmente dejo caer un beso sobre su frente.

─Claro que sí. Te lo mereces. Lo digo en serio ─digo, recalcando esto último para hacerle saber que no se trata de poner celosa a Emma.

Realmente quiero hacer algo por ella.

Lydia no hace más que sonreír y hacerse a un lado para que pueda despedirme fugazmente de Emma y Josh. Se van en su mini Cooper, el cual observo irse. Una vez desaparece de mi vista, hago una señal con la mano y Luisa y Jill salen de la hermandad junto con Heidi y otras chicas que se ofrecieron de voluntarias y nos ponemos manos a la obra. Con Lydia yéndose hasta mañana, tenemos tiempo y espacio para preparar la mejor fiesta de cumpleaños que Carolina del Norte haya visto. No importa cuán contraproducente sea que haya enviado a Emma lejos cuando se supone que la finalidad de todo esto era acercarnos.

En este momento, reconozco, hacer feliz a Lydia es lo más importante.


Tadáááá

Dedicación de cap a vicky_telo, siguiente a la que + comente <3

¿Qué tal les pareció el capítulo?

Las amo, hasta pronto (estos días estaré 100% concentrada en terminar Arlette, me quedan 4 caps, si no la han leído aún les recomiendo pasarse) 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro