XIII
Pasaron unos meses, Sarah había muerto, y Fred estaba solo... O eso creía.
Una noche, él estaba en un hotel de Nueva Jersey con las luces de la habitación todas apagadas, solo con el calor y resplandor del fuego de las velas, leyendo un libro que el había comprado y guardado hace 2 años atrás, El conde Dracula. Luego de varios capítulos, el hombre se quedo dormido, sin darse cuenta de que estando inconsciente, tiro las velas al suelo, abriendo paso a las ardientes llamas en un gran incendio infernal que devastó el cuarto.
Fred, que aun estaba algo dormido, sintió el olor a humo que cubría el lugar, pero tan pronto suizo escapar, se tropezó y se golpeo la cabeza, haciendo que quedara inconsciente.
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