Seth Rollins: La Perra De La Autoridad.
Capitulo 27.
Ya era el día.
Era lunes.
Estaba tan emocionada que llegara la hora para ir a la WWE.
Ayer aproveché para volver a teñir mi cabello de un color diferente, esta vez fue azul. Igual arreglé mi traje, mandé a hacer una camiseta con la frase "Seth Rollins: La Perra De La Autoridad" la cual me llegó esta mañana. Estaba tan enojada en ese momento que fue lo único que se me ocurrió, sabía que al público le encantaría y estarían usándola muy pronto. Me imaginé como Colby me odiaría, eso me haría morirme de la risa.
Revisé la hora y eran las 19:30, terminé de hacer mis ejercicios en el patio y me adentré a casa para tomar una ducha, en esos momentos mi cuerpo debería estar cansado pero no lo estaba, porque sabía lo emocionada que estaba.
Aún me salia pintura del cabello pero era muy poco así que le resté importancia y salí con la toalla, busqué una ropa la cual dijera "he vuelto perras" y opte por unos jeans rotos negros, vans, una camisa blanca delgada sin mangas pero muy elegante en la zona del cuello y una chaqueta de cuero negro con púas en algunas partes. Guardé mi atuendo de lucha en un bolso y lo dejé encima de la cama, busqué donde había dejado la mariposa nena y también la guardé. Se suponía que no debía llevármela a ningún lado... pero, ya saben... soy yo.
Fui a mi mesita de maquillaje, me sentía tan rara al usarlo cuando no lo usé toda la semana.
Aún así me maquillé algo suave pero a la vez intimidante.
—Listo —dí un leve golpecito en la mesa y me paré para tomar mis cosas y salir de casa. Tomé el auto de Colby que al final de cuentas ya se había convertido en mío.
No lo había usado porque había estado haciendo otras cosas.
Lo encendí y rápidamente me llevó a mi destino.
La entrada al publico estaba llena, había literalmente una fila esperando que revisaran su entrada para poder entrar.
—Hola —saludé con la mano a todos ellos, muchos me respondieron, otros gritaron mi nombre o "¡estoy aquí por ti!"—. ¡Y yo por ti, de verdad! —grité de vuelta y le guiñé un ojo.
Seguí mi camino a Backstage.
Estaban casi todos, mejor dicho la mayoría, y todos ellos me miraron sorprendidos y de pies a cabeza, como odiaba que hicieran eso.
Pero ya que no había nadie con quien hablar ahí, les mostré mi lengua y fui por alguien conocido. Si, a veces soy como una niña pequeña.
—Hey —miré a Roman de pies a cabeza, no estaba con su uniforme y se veía muy bien—. ¿Acabas de llegar?
—Hace unos segundos —caminó hacia mi—. Si querías demostrar que estas muy bien después de salir de la Empresa, lo has logrado —sonrió mirándome igual que el resto y besó mi mejilla.
—Creo que me contagié un poco de lo presumido de Ziggler —arreglé mi chaqueta.
—Pero te ves hermosa —me abrazó, me encantaba estar entre sus brazos.
—Gracias, igual tú —le devolví el cumplido y me separé—. ¿Sabes a que hora me tocará entrar?
—Lo han estado hablando todo el día por lo que me dijo Dean... serás la última. La cereza que adorne el pastel.
—Increíble —sonreí mirando un punto fijo, orgullosa de ser el main event—. ¿Cuando lucharas tú?
—Hasta ahora no me han informado de nada, pero ya sabes, si Dean en algún momento esta en peligro iré al rescate.
—Ow, Superman —hice un gesto de ternura—. Pero tendrás que defender el Título en Royal Rumble contra veintinueve hombres más —rasqué mi nuca—. Eso esta... difícil.
—Pero no imposible —acarició mi cabello lentamente—. Me gusta.
—¿En serio?
—Si, el azul te queda.
—Gracias, eso me hace sentir mas segura —respondí con sinceridad. Sentí mis mejillas arder, al darme cuenta me dí una palmadas en la cara mentalmente y el rubor descendió—. ¿Sabes si aún tengo mi camerino?
—Se lo dieron a Paige.
—¿Qué mierda? ¡eso era mio! —me exalté—. ¡O sea que ya le están poniendo fecha a mi contrato de vencimiento! —hice un gesto cabreada.—. Ahora esa psicótica dirá "This is my house!"
—Hey, tranquila —trató de ocultar su risa pero no pudo.
—No te burles —lo apunté advirtiendo, pero aún con una sonrisa levantó las manos en defensa.
—Puedes dejar tus cosas en mi camerino, no tengo problemas.
—Gracias —pasé una mano por mi cabello, saben como irritarme.
Nos dirigimos a su camerino mientras aprovechaba para saludar a algunos luchadores que me encontraba en el camino; como a Bray Wyatt, ese hombre me caía bien. Cada vez que hablaba era tan... oh dios, no sabía como describirlo, tenía ese toque de magia que te hipnotizaba y a pesar de que solo te dijera lo que había comido durante el día te quedabas babeando y queriendo que te contara mas cosas sin importancia.
—Chinga mi madre... ¡a él no le pedí que me enseñara sus trucos de miedo! —chillé cuando le pasamos por el lado. Caminé delante de Ro mirándolo sin importar dónde estaba pisando.
—¿Tú? ¿Queriendo asustar? Bebé, solo mides un metro sesenta y pico... que miedo vas a dar tú —se mofó.
—No me provoques, porque puedo convertirme en Chucky cuando menos te lo esperes —advertí—. Y... ya que esto es de vida o muerte... el hecho de que me pueden echar, me voy a arriesgar.
Roman me miró confundido.
Corrí detrás de Bray y sin que se lo esperara me subí a su espalda y me aferré como un mono. Blasfemó sin entender lo que sucedía.
—Saca la cámara —ordené con mi peor voz, un intento de bruja y duende. Fue vergonzoso.
—¿Violett? —preguntó girando su cabeza—. Práctica mucho esa voz, por favor.
—Solo hazlo —volví a ordenarle muy cerca del oído. Me hizo caso—. Ahora toma una foto.
—¿La posteo yo o lo haces tú?
—Tú.
Abrió la cámara delantera, solté uno de mis brazos de su cuerpo e hice una especie de garra hacia la cámara con medio labio levantado. Bray fingió tomarme del cabello con mucha fuerza y sacó la lengua.
Cuando tomó la foto se rió.
—Hagamos equipo algún día.
—¡Sip! —chillé.
Me bajé de la espalda del hombre y chocamos puños.
Volví a correr en dirección de Roman y al alcanzarlo nos encontramos con el trio de los unicornios. Me saludaron. Les mostré la lengua, ¿qué tal si luego se animaban y me unían a ellos? No gracias.
—Puedes dejar tus cosas donde quieras, ya queda poco tiempo para que te toque —se sentó a mirar su celular.
—¿Te molesta si me cambio? —mordí mi labio nerviosa mientras dejaba la mariposa nena junto al cinturón de él.
—No, adelante —salió del cuarto—. Dime cuando acabes.
—Gracias —cerré la puerta y rápidamente abrí el bolso para cambiarme. Diez minutos fueron suficientes. De repente me dí cuenta que no había traído mis vendas para las manos—. Rayos —me quejé y abrí la puerta, Roman estaba apoyado en la pared mirando su celular, fue un buen momento el cual aproveché para tomarle una foto, era encantador. Cuando me vio me sonrió y lo hice pasar.
—Me gusta tu camiseta —me halagó con una linda risa—. En general te ves hermosa como siempre, pero siento que te falta algo.
—A ver si lo adivinas —hice manos de Jazz y ahí se dio cuenta asintiendo con la cabeza—. Las olvidé.
—No te preocupes.
Se sacó las suyas y me las pasó.
—¿Seguro de esto? —pregunté y pasé mi pulgar por las dos RR que se veían como una araña sobrepuesta como de plata.
—Seguro —afirmó. Se acercó a mi y me las puso con delicadeza, me quedaban algo grandes pero no se notaba.
—Gracias, las usaré como amuleto —lo miré a los ojos—. Sabes que todo esto empezó por ti y ahora acabaré todo esto... por ti.
—No me des la victoria —me miró.
—No me pidas eso porque no cambiaré de opinión.
—Entonces que sea algo compartido.
—De acuerdo. El próximo Superman Punch es para ti —cargué la derecha, me sonrió y me volvió a abrazar. Eso me decía que era mi turno.
—Te estaré observando —me guiñó un ojo, me entregó mi Titulo y me dejó ir.
A unos pasos de salir por el pasillo una cámara se acercó a mi y empezó a grabarme, mientras más cerca estaba de ir al ring, mas fuerte se escuchaban los gritos del público. Tomé aire mientras mi tema sonaba y salí, las luces empezaron a molestar en mis ojos y el públicos coreaba mi nombre, mis frases y algunos carteles con cosas sobre mi, nunca me había sentido tan bien de estar ahí. Hice mi entrada triunfal mientras Eden me presentaba y subí al ring, me subí en un esquinero e hice mis gestos con la mano derecha mientras en la otra sostenía el cinturón, ellos pronto también hicieron el gesto.
—Oh, Yeah! —grité a todo pulmón por primera vez después de haber estado entrenando para ese día.
Di un salto hacia atrás para bajarme del esquinero—. Préstame el micrófono —pedí y estiré la mano a uno de los hombres que estaban con Eden Stiles al lado de la mesa de transmisión, con temor se acercó a mi y me lo entregó—. Gracias —le sonreí y éste asintió con menos temor—. ¡Se siente tan jodidamente bien el estar aquí de vuelta! —grité con fuerza y ellos gritaron emocionados—. Extrañaba muchísimo este día, que tan solo pensaba venir y hacer las acciones con menos palabreo pero tengo una propuesta para La Autoridad —dije y empecé a moverme para todos lados—. Sé que les interesará y eso no lo dudo —añadí y lamí mis labios—. Si yo gano me quedo en la WWE, pero si pierdo estoy despedida y estoy dispuesta a entregarlo todo. ¡Pongo todo sobre la mesa! —estiré mis brazos a cada lado—. McMahon sé que te encanta la idea así que trae tu blanco trasero ahora mismo a este ring —ordené y sonreí mientras el público estaba atónito. Dos minutos y su tema sonó, muchos gritaron como si fuese lo mejor que han visto en sus vidas. Tan solo boté el micrófono por encima de mi hombro sin importar donde fuese a caer.
Ella apareció unos minutos después con su traje de lucha, no se veía nada mal para su edad. Estaba algo enojada así que el referi entró al ring en cuestión de segundos, dejé el cinturón abajo de uno de los esquineros y esperé al igual que el referi a que ella entrara. Cuando lo hizo, la campanilla sonó y nos empezamos a golpear con fuerza en la cabeza, me subí encima de ella haciendo que se cayera de espaldas contra la lona y así golpearla. Era más lista de lo que pensaba, puso su pie debajo de la cuerda y tuve que quitarme de encima.
Le tomé el cabello y la paré para hacerle un suplex. Me dio golpes con el codo en el rostro, tuve que soltarla haciendo que me la invirtiera y ella hiciera efectivo el suplex. Mi cabeza fue a dar duro contra la lona espantando también a los comentaristas y al referi que se acercó a mi con preocupación.
—¿Esta bien? —me preguntó alejando a Stephanie.
—Si —mentí y con dolor me paré, eso podía ser peligroso pero no iba a dejarme vencer. La tomé del brazo y la tiré contra las cuerdas para efectuarle un lazo que la hizo dar vuelta, se paró y le hice otro, luego otro hasta que no se paró sino lentamente hasta llegar a un esquinero. No lo pensé dos veces y me lance hacia ella para pegarle con el antebrazo, la tomé de la nuca y le hice un bulldozer, aún no le iba a hacer la cuenta, eso seria muy fácil.
La dejé de espalda en la lona y subí a un esquinero para hacerle una planchita estilo Rollins, aunque el no me enseñó nada yo pude aprender sola, cuando vuelva tendría problemas.
Stephanie me la invirtió y me dejó debajo para hacerme la cuenta. Uno... dos... moví mi brazo. Se paró y me paró también para pegarme en el estómago y hacerme el famoso Pedigree de La Autoridad, en eso sonreí e hice lo que Roman me enseñó. Salio a la perfección.
Me paré antes de que le hiciera la cuenta porque aún le debía el Superman Punch a Roman, la tomé del cuello y le hice un candado para que perdiera un poco la fuerza. Su rostro se puso rojo. Había funcionado; estiró su pierna hasta la cuerda.
La solté y le dí unas patadas en la espalda la cual se quejó y trató de pararse, pero cuando estaba haciéndolo le pisé la cabeza igual que Rollins. Se paró tomando las cuerdas, quería hacerle un Zig Zag pero se afirmó bien haciendo que yo cayera y me plantara una patada en la mandíbula. Eso me había dejado un poco KnockOut, lo que el público se asombró y Stephanie intentó hacerme la cuenta.
Me moví.
"¡Esto es asombroso!"
Empezó a corear todo el coliseo, de verdad lo era y no me rendiría.
Ambas estábamos cansadas que casi perdiamos por cuenta de diez sin lograr levantarnos, estábamos de rodillas y me dio una cachetada, con poca fuerza se la devolví, pero me dio otra y luego se la devolví, me volvió a dar otra pero esta vez se la devolví doble y no paré. El referi me hizo soltarla.
Era la hora del Superman Punch así que me fui a una esquina y cargué la derecha, esperé que se levantara y se la pegué. No podía estar más encendida... cuando el tema de La Liga De Las Naciones empezó a sonar y en cuestión de segundos me acorralaron por fuera del ring.
Miré a cada uno ignorando a Stephanie pero estos sonreían y trataron de entrar excepto Sheamus.
¡Esto no debería ser parte!
"¡Oh dios mio! ¡Que hace La Liga De Las Naciones acá! ¡le están quitando el Título a Violett!"
gritaba Rich Brennan, lo cual me exalté y le grité al maldito de Sheamus que lo dejara en donde estaba.
"No, no, no... ¡esperen un segundo! ¿acaso es... ¡Dean Ambrose!"
Gritó otra vez al escuchar su tema, todos los del grupo se fueron al frente de la mesa de transmisión en inglés mientras Dean se acercaba y se ponía en frente de ellos.
—Vuelve a dejar eso donde estaba o no sabrás donde quedará tu cabeza después de lo que te haré —amenazó Dean apuntando.
Cuando en ello sentí una mano pasar por mis piernas y tirarme hacia atrás para hacerme la cuenta, uno... me sujetó del short, dos... casi a unos segundos que el referi pusiera su palma en el ring, me movi con fuerza que no sabia que tenía. Todos estaban asombrados que ni yo podía creerlo, me levanté y Stephanie quería darme otro golpe en la mandíbula pero me escabullí al esquinero del frente y me lance sobre ella con un Spear cubriéndole la cara con mi antebrazo.
"¡Lanza! ¡una increíble lanza! Este será el final para La Autoridad. Uno... dos... tres. ¡Y la ganadora es Violett Hardy! ¡es imposible de creer!"
Se volvieron locos los comentaristas.
Me levanté como pude porque las piernas no me reaccionaban y el referi levantó mi mano. Dirigí mi vista hacia Dean, tenia mi Título pero todos estaban encima de él golpeándolo, no lo pensé dos veces y me lancé encima de las cuerdas con una vuelta para caer encima de todos ellos. Cuando me paré, ayudé a salir a Dean de abajo de esa torre.
—¡Como se te ocurre ayudarme! —le grité.
—Si no querías hablarme tenía que buscar una forma de llamar tu atención —agarró la cresta de Sheamus y lo golpeó contra la mesa de transmisión.
—¿Pero de esta forma? —pregunté y esperé a que Rusev se parara. Le dí una patada en la mandíbula. Después sonó el tema de Roman.
—Dejen de discutir y termínenlos de una vez —pidió y le dio un Superman Punch a Alberto del Río. Nos ayudó a deshacernos de todos ellos y cuando se fueron por la rampa casi cayéndose subimos al ring, Roman me abrazó como si hubiera sido él quien hubiera ganado. Luego me levantaron las manos, uno de cada lado, aún quedaba mucha Hardy en la WWE.
De un momento a otro Roman me subió en sus hombros y fuegos artificiales con confeti se mezclaron en el coliseo.
—Yo les pedí eso —dijo Dean apuntando con el dedo creyéndose el mejor.
Mis ojos estaban al borde del colapso.
Eso era increíble.
Grité por última vez y levanté el Titulo en una victoria que nadie jamás superaría.
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Hice un especial momento de Violett con Bray haciendo así, mi despedida al grandote.
Debo decir que fue una de las muertes que más me dolió. Él fue parte de mi adolescencia. Parte de mi obsesión con la lucha libre. Y sobretodo parte de este libro.
Y que mejor que despedirlo en "Friends".
Un beso... donde quiera que estes.
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