"Hunter Hearst Helmsley"
Capitulo 40.
—Violett, sigo aquí —chasqueó sus dedos al frente de mi rostro. ¿lo había dicho o no lo había dicho? Estaba muy confundida.
—S-Si, ¿qué pasó?
—Te había preguntado porque no dejarías a Joe —sonrió. Todo fue parte de mi imaginación o quizás un... dejá vú.
—Porque... me siento bien estando con él. —me encogí de hombros.
—¿Has reconsiderado las razones que te dí de porque no puedes estar con él? —me miró serio. ¿qué rayos? Eran las mismas preguntas, como si hubiera visto el futuro. Pero eso era imposible.
—Muchas veces.
—Y si te dijera que...
—No sigas —le puse mis dedos en sus labios, sabia lo que se venia pero aun no estaba lista de que respuesta darle—. ¡La pizza llegó! —improvisé y salí del cuarto, cuando iba bajando las escaleras la puerta empezó a ser tocada. Fue una coincidencia perfecta, que podía ser capaz de besar al muchacho pero no lo haría.
—Su pedido —me sonrió al abrir la puerta y me miró de pies a cabeza.
—Gracias —me oculté detrás de la puerta al recordar como estaba vestida. Me toqué la ropa pero no tenía dinero ya que no tenia bolsillos, aún estaba algo "idiota" después de tratar de descifrar lo que había sucedido.
—Aquí tienes —apareció Colby con sus jeans puestos y el dinero en la mano.
—Gracias, que la disfrute... digo, la pizza —el muchacho se puso rojo y a la vez parecía intimidado.
—Lo haré —respondió Colby, le sonrió y tomó mi cintura aunque él no lo viera, para luego cerrar la puerta—. ¿Prefieres comer arriba? —tomó la caja de mis manos y la hizo girar en su dedo.
—Si, porque no —le sonreí tímida, estaba algo nerviosa.
—Después de ti —me hizo un gesto con la mano, asentí y pasé primero para subir las escaleras, sabía cuales eran sus intenciones.
—Que hermoso —susurró.
Lo miré pero éste abrió la caja con rapidez y fingió observarla.
—Me refería a la pizza —se encogió de hombros, le saqué la lengua. Cuando se acabaron los escalones, me dirigí al cuarto—. Aún tengo mis preguntas.
—¿En serio quieres seguir con eso? —me senté y saqué un pedazo de pizza.
—Sip —hizo lo mismo que yo.
—Comenzaré yo, esta vez —me senté mirándolo—. ¿Por qué se te ocurrió la idea del "sexo contrato"?
—No pensé que le llamabas así —rió—. Porque era la única manera que se me ocurrió para que no te alejaras de mi —explicó como si no fuese nada, pero para mi lo fue todo.
—¿Cómo sabias que me alejaría?
—Lo pude ver en tu cara después de haberlo hecho en el sofá —habló con la boca llena, luego tragó—. Estabas como "¿qué mierda acabo de hacer?" —pasó una mano por su cabello con una cara de preocupación, luego me sonrió.
—¿Cuánto me conoces?
—Más de lo que tú crees, Violett Hardy —su mirada era como si perforara mi alma por completa.
—Eso me asusta —me alejé un poco, de broma. Pero Colby rió y me jaló del tobillo suavemente para sentarme a su lado—. Mm... si te dijera que me enamoré de ti, ¿qué harías? —le hice la pregunta que en mi imaginación de una situación alterna él había dicho.
—Yo... —suspiró—. ¿Quieres que sea sincero?
—Totalmente.
—Discutiría contigo —me miró a los ojos de una manera muy seria—. Te diría que eso estaba estrictamente prohibido en el contrato y sin más, me iría —respondió como si no tuviera sentimientos. Me dejó por unos segundos en shock.
—Que bueno que solo fue una suposición —reí incómoda, él no lo notó—. Ya no quiero comer más —comenté. Eso me había quitado el hambre de golpe—. Sigue comiendo si quieres.
—¿Te sientes bien? —acarició mi estómago.
—Si, mucha pizza —le sonreí para luego dejarme caer hacia atrás.
—Y eso que te morías de hambre después de haber acabado conmigo —sacó otra rebanada.
—Ando delicada del estómago... —suspiré y puse mis brazos debajo de mi cabeza.
—Voy a guardarla, sé que luego te dará hambre —avisó. Acarició mi pierna y salió del cuarto. No sabía como podía ser tan tierno pero a la vez tan frío. Tan hiriente, pero a la vez tan comprensivo. Era un maldito idiota por el cual siento cosas, es difícil ocultar lo que siento solo para no arruinar lo que sentía, si se le podía llamar "amistad".
Estaba acostumbrada a ese tipo de cosas, no era la primera vez que me sucedía.
Me levanté de la cama y me puse mis jeans viejos que se encontraban tirados en el suelo, cuando me tomé un tiempo para observar el cuarto, éste se encontraba desordenado pero mucho más que de costumbre.
—¿Te molesta si yo ordeno? —escuché la voz de Colby desde la puerta, lo miré mientras recogia algunas prendas y las dejaba encima de la cama.
—¿Quieres hacerlo? —pregunté incrédula.
—Porque te lo estoy pidiendo entonces —sonrió y se acercó a mi para tomarme en brazos y salir por la puerta. No sabia a donde se dirigia hasta que llegamos a la sala de estar y me dejó en el sofá—. No tardo.
—De acuerdo —le sonreí de lado y éste besó mis labios. ¿Por qué diablos estaba actuando así?
Tres días después.
Nunca me sentí tan aliviada de volver a trabajar. Colby estaba siendo como era de costumbre, pero yo lo veía diferente, como si fuese más cariñoso. Tal vez fue por la forma en que mi cabeza dio vueltas las cosas y no podía verlo como lo hacia antes, ya nada era lo mismo y todo por esa maldita imaginación.
Traté de olvidarlo y tener una buena semana, como lo hacia cada vez que quería borrar algo de mi sistema.
—Hola, "Hunter Hearst Helmsley" —traté de no reír—. Que gusto de volverte a ver.
—Oh, así que alguien busco mi nombre en internet —dijo burlesco.
—De hecho estaba buscando la palabra "basura" y me salió tú nombre de casualidad —me crucé de brazos—. Supongo que te divertiste el Jueves.
—¡Y ahora te apareces! —fingió alegría levantando los brazos.
—Estoy segura que me echaste de menos —observé mis uñas y fingí limpiarlas—. ¿Cómo va tu vida amorosa?
—¿Desde cuando te empezó a interesar eso? —frunció el ceño.
—Hey tranquilo, solo quería ser simpática —levanté las manos como si me apuntaran con un arma.
—Espero que lo sigas siendo después de acompañar a Seth a un combate contra Rusev y enfrentarte a Lana cuando golpee a "tu pareja" —me sonrió ampliamente.
—Te odio.
—Eso quería escuchar —se fue en dirección contraria.
—¡Espero que sea Roman con quien tengas que luchar en Wrestlemania por el Título y te destruya! —le grité, luego bufé frustrada. No podía hacerle daño a Lana, era una buena persona y era vulnerable.
—Hey hermosa, ¿cómo estás? —apareció Roman a mis espaldas, sorprendiéndome.
—Hey hermoso, bien ¿y tú? —me giré y traté de besar su mejilla, pero me quedaba muy alto. Él se agachó y besó mi frente.
—Bien —acarició mi mejilla.
—Al parecer no le diste a Helmsley una buena excusa de mi parte.
—¿Otro apodo?
—Así es —sonreí—. Pero respóndeme.
—Creí que no era necesario, aún así golpeé a Rollins.
—Ese es mi Ro —choques mis puños con él—. Vamos no seas tan nena, golpea con fuerza —le hice el mismo gesto otra vez.
—Conste que tú lo pediste —me golpeó con más fuerza.
—Eso estuvo mejor —sobé mis nudillos de broma—. ¿Dónde esta Dean?
—Aún no llega.
—Mm... —hice una mueca—. Aún me debe el chaleco que le preste ayer.
—No lo ha dejado de usar desde entonces.
—Si esta en mal estado se lo regalaré —reí y caminé a mi camerino, debía cambiarme de ropa. Cuando salí, volví al lugar donde hablé con Helmsley y ahí se encontraba Seth subiendo unas pesas a sus hombros, como no tenía que hacer me senté como indio a su lado a observarlo.
—¿Sabes lo que tienes que hacer esta noche? —preguntó de repente.
—Sip.
—Supongo que estas de acuerdo.
—Por supuesto en la parte de golpear a Lana, de eso no te preocupes —sonreí—. Es más, le daré una razón para golpearme.
—Estas loca.
—Y... —levanté el dedo índice—. Te ganarás otra lucha con el ogro búlgaro al cual no se le entiende ni mierda lo que dice.
—¿Se le podría llamar venganza?
—¿Qué esperabas? Si voy a tener que acostumbrarme a estar contigo debo sacarle provecho —lo miré coqueta.
—Eres mala —descansó a mi lado.
—Una de las peores —lo empujé haciendo que se cayera de espalda. Mientras él estaba ahí tomé mi celular y le mandé un mensaje a Dean.
"Si aún no tienes planeado llegar a la WWE hazme un gran favor y tráeme una pistola que dispara bolas de pintura, te lo agradecería muchísimo"
—¿Qué haces? —me preguntó inocente subiendo su rostro por mi hombro, eso me puso nerviosa.
—N-Nada —cerré el chat y bloqueé el teléfono, luego me giré a mirarlo. Solo besó la punta de mi nariz y siguió haciendo lo suyo.
Esperé varios minutos más, cuando me llegó un mensaje de Dean escribiéndome que ya se encuentraba aquí. De un salto me levanté de mi puesto y dejé a Colby confundido, estando afuera miré a la puerta de entrada y ahí estaba Dean esperando con un bolso negro muy sospechoso.
—¿No pudiste ser más discreto? —le sonreí al acercarme a él.
—Es armamento pesado, ¿cómo esperabas que lo trajera? ¿en una mochila rosa con corazones? —frunció el ceño—. Claro que no.
—Parece que traes un rifle —se lo tomé de las manos.
—Tienes la misma fuerza que uno de verdad.
—Si tú lo dices.
—¿Cómo se dice?
—Gracias señor Dean Ambrose —le respondí como niña pequeña.
—Bien hecho, ahora dame mi beso —me mostró su mejilla divertido. Le hice caso y le di un sonoro beso—. Dime, ¿para que lo quieres?
—Por diversión.
—Si es para darle a Rollins, te aconsejo que sea entre los ojos —susurró y me guiñó un ojo.
—Lo tendré en cuenta —reí con malicia. Sentía que... de alguna manera había roto mi corazón. Se sentía terrible—. ¿Cuánto te costo?
—No te preocupes, no me debes nada.
—Gracias nuevamente —lo abracé y como niña pequeña me fui corriendo al escenario, los camarógrafos aún estaban arreglando los cables de corriente y ese tipo de cosas. Me acerqué a un hombre donde estaba viendo los cables de la mesa de transmisión—. Disculpe, cuando comienza el show ¿en donde se ubica usted?
—En esta parte de aquí —apuntó el espacio pequeño que quedaba al lado de la mesa de transmisión—. ¿Qué puedo hacer por usted?
—Podría... —me saqué el bolso del hombro—. ¿Cuidar esto con su vida sin que nadie lo toque y pregunte que es?
—Haré todo lo posible.
—Gracias —se lo entregué—. Supongo que ya sabe lo que le pasaría si alguien más llega a saber de esto.
—Me lo se de memoria, señorita —se lo colgó en el hombro—. Conmigo estará a salvo.
—Cuento con su palabra —le dí una palmadita en el hombro y salí de allí como si nada hubiera pasado. Y como había llegado Dean, podía entrenar un poco con los hermanos.
Me acerqué al lugar donde siempre se ponían a conversar y ahí estaban.
—¿Entrenan conmigo? —pregunté con solo poner un pie al frente de ellos.
—Seguro —me respondió Roman contento. Dean no tuvo que decir ninguna palabra, él siempre aceptaba. Ambos caminaron fuera de allí directo al escenario y esta vez era yo quien los seguía.
—¿Por donde quieres empezar? —preguntó Dean.
—Luchando contigo —le sonreí y mire a Roman—. Y luego contigo.
—Amo a esta mujer —rió Dean luego de quedarse varios segundos en silencio—. ¿Tú no, Roman?
—Por supuesto, ¿quien no? Ella no le tiene miedo a nada —me sonrió de una manera que él solo sabía.
—Van a seguir hablando como jovencitas de quien me ama más, ¿o van a luchar? —subí al ring.
—¡Oh si, bebé! —Dean respondió con esa típica sonrisa de "si quieres que te haga trizas... empecemos". Solo le hice un gesto con las manos para que se acercara y Roman le hizo de referi.
—Voy a disfrutar esto —hice sonar los huesos de mi cuello. Esperé a que Roman se incorporara y me acerqué a Dean para hacerle un torniquete al brazo y luego jalarlo con fuerza, recibí una queja de su parte así que lo hice otra vez, luego de un rato se safó de mi agarre y me tiró contra las cuerdas para hacerme un lazo al cuello el cual me hizo dar una vuelta en el aire.
Se subió encima de mi y me hizo la cuenta, uno... dos... ¡claro que no!. Me levanté y de un salto me subi a su espalda para hacerle un candado a la cabeza, éste poco a poco fue debilitándose hasta caer de rodillas a la lona, lo solté y subí a un esquinero para hacerle un Missile Dropkick, lo había dejado knock Out así que procedí a hacerle la cuenta. Estaba a punto de dar la tercera palmada a la lona cuando Dean revivió.
—Deberías contar más rápido —me quejé con Roman pero se encogió de hombros con una sonrisa inocente. Tomé a Dean por los cabellos de ángel que tenia y le hice un bulldozer, volví a subir a un esquinero y le iba a dar un machetazo con la pierna pero Dean giró hasta quedar fuera de la mira haciendo que me golpeara fuertemente contra la lona. al verme allí, me levantó en brazos y me dejó en un esquinero donde me dio golpes en el abdomen varias veces, Roman lo detuvo al ver mi mano en la cuerda, Dean se alejó caminando en reversa con las manos en el aire.
En un movimiento rápido se lanzó contra mi para pegarme con la cabeza en mi abdomen, pero al verlo levanté las piernas quedando sentada en el esquinero. Me bajé con rapidez, tomé a Dean por la espalda, le hice caminar hasta el centro del ring y hacerle su Dirty Deeds para pararme rápidamente, Roman veía aquello a una distancia adecuada mientras Dean se quedaba en el suelo.
—Ha llegado tu turno —me agaché un poco y le hice señas para que se acercara. Roman se acercó corriendo, pase por debajo de su brazo y al verlo de vuelta le hice su Spear, levantandome rápidamente—. ¡Ahhh! —dí si grito de guerra y miré atrás de mi como Dean se levantaba y se adentraba al ring para hacerle el relevo a Roman como referi. En ese simple descuido Roman me tomó por entre medio de las piernas y me puso con la espalda plana en la lona. Dean contó y como no pude liberarme, perdí—. No es justo —me quejé al ver como Ro me hacia su gesto con los dedos y me sacaba la lengua.
—Así son las luchas cariño, si te descuidas pierdes —estiró su mano hacia mi.
—Pero después de esa lanza no podías pararte —le tomé la mano y me incorporé.
—No fue tan fuerte.
—¿Ah, si? A ver Dean, ¡piensa rápido! —le avisé antes de hacerle una lanza, pero no estuvo atento—. ¿Te dolio?
—Me rompiste... tres costillas —trató de buscar aire mientras levantaba su espalda apretando los ojos.
—¿Ves? —miré a Ro mientras levantaba a Dean—. A él le dolió.
—Para mi que Roman ha estado ejercitándose más desde que le hiciste tu primera lanza —pasó su mano por su nuca—. ¿Qué comes? ¿esteroides? —me reclamó.
—De hecho, muchas espinacas —levanté mi brazo—. ¿Pero sabes como se llama eso? Envidia.
—Ajah —hizo sonar los huesos de, literalmente, todo su cuerpo—. ¿Ya podemos irnos? Va a empezar a llegar el público.
—Tienes razón —lo ayudé a caminar hasta bajarse del ring, luego lo ayudó Roman.
Cuando llegamos a backstage todos estaban preparándose para su aparición esta noche, me sentía rara pasar por todas esas personas preocupadas mientras que yo estaba totalmente relajada, eso también pude notarlo en los chicos.
Nos hicimos nuestro camino entre todas las personas y fuimos al camerino de Dean.
Ahí nos quedamos todo el tiempo en que tardaban en pactar sus combates, mientras más luchas pasaban, más hacíamos nuestras apuestas por quien ganaría. Estaba tan divertida con los chicos, hasta que Hunter apareció por la puerta buscándome.
—Me debes una goma de mascar, Ambrose —lo apunté con una sonrisa antes de salir por la puerta y seguir a H—. ¿Ya es mi turno, Helmsley?
—Seth te esta esperando en la salida y por favor deja de llamarme así.
—¿Te molesta, Helmsley? —reí.
—Solo deja de hacerlo —me empujó levemente por la espalda para ir con Rollins.
—¡Si, te molesta! —reí mas fuerte—. Pero es una lastima, porque no dejaré de hacerlo... Helmsley —dije su nombre con mas énfasis y me fui. Llegué allá y Seth estaba nervioso, lo vi en su rostro—. Porque tan nervioso oxigenado.
—¿Vas a llamarme así de nuevo? —levantó una ceja y tomó mi mano.
—Y ya llegó el ogro Rollins —dije antes de que sonara su tema, pero antes de entrar besó mis labios incluyendo su lengua. No creí que lo haría en este lugar, para estar segura miré a todos lados y era un milagro que no se encontrara nadie.
—Quien es el ogro ahora —pasó por las cortinas jalándome de la mano. Los abucheos no tardaron en aparecer pero a él no le importaba, solo se acercó al ring y me abrió las cuerdas para pasar, aún no se encontraba Rusev así que quería que lo esperara con él en el ring.
—Aquí no —hablé entredientes al sentir su mano en mi cintura.
—Solo te cuido como dije que lo haría.
—Al parecer te lo tomaste muy literal —me solté de su agarre escuchando unas carcajadas del público, mientras que otras mujeres me decían garabatos. Miré en su dirección y tenían camisetas de Seth—. Ovarios explotados por Seth Rollins tenían que ser —hablé lo suficientemente fuerte para que me escucharan, luego les mostré mi lengua. Ellas se quedaron calladas, así me gustaba.
Bajé del ring al escuchar el tema de Rusev y me senté junto a Bayron Saxon, lo saludé al igual que a todos los presentes y me dediqué a observar como comenzaba todo. Rusev dejó su bandera en una base que estaba frente al ring para que no se cayera y subió al ring, el referi hizo sonar la campanilla y los golpes no tardaron en aparecer.
Lo único que podía hacer, era ver como Lana alentaba a su hombre búlgaro en el ring, eso era lo que La Autoridad esperaba que hiciera.
—¿Qué te parecen los nuevos golpes que ha sacado Seth Rollins? —me preguntó Cole.
—Sin comentarios —le sonreí cruzándome de brazos.
Seguimos charlando de varias cosas en particular, cuando los hice parar. Lana había subido en una de las orillas del ring y Rusev justo había lanzado a Seth para allá, ésta se alejó pero cuando el referi no observó le dio una cachetada para distraerlo y hacer ganar a su novio.
—¿Me disculpan? —me levanté, no me iba a quedar con los brazos cruzados.
No me había molestado que lo golpeara, sino el hecho en que después se riera fingiendo ser una niña buena.
Me acerqué a ella y la tomé de los tobillos para hacerla caer al duro suelo, Rusev lo vio y soltó a Seth de su clásico movimiento.
—Te gusta reír ¿eh? ¡riete de esto entonces! —le grité mientras ella se asustaba de mi, me acerqué al hombre que le había pedido guardar mi arma y éste me la entregó. La saqué del bolso haciendo que el público se asustara y apunté al estúpido cartel que había del búlgaro al frente, apreté el gatillo y esta arma soltó una bola de pintura color azul.
—¡Si! ¡justo entre los ojos! —reí y el público gritó por eso, mientras Rusev me gritaba vulgaridades ayudando a Lana a pararse—. ¿Qué te parece eso? —subí al ring junto a Seth, que se reía también—. ¿Qué te parece otro más? —le pregunté a Rusev pero este negaba con los brazos—. Si así lo quieres —apunté el arma al cartel y sin mirar le dí dos disparos.
—Le hiciste un agujero —me avisó Seth abrazándome pero no paraba de reír.
—¿Qué? —miré a la fotográfia y estaba rota en todo el pecho—. Vamos a hacerle un favor a todos los presentes y acabaremos con esa cosa —le pasé la pistola a Seth.
—Me encantaría hacer los honores —apuntó seguro de saber donde darle, apretó el gatillo y este le dio en el lado indicado haciendo que esa fotografía se desplomara hacia el público.
—¡El imperio búlgaro ha caído! —grité con muchas fuerza, luego todos los presentes me siguieron—. Te has quedado sin un Dios a quien rezarle —le tiré un beso a Rusev con los dedos, éste estaba muy enfadado mientras Lana me gritaba un par de cosas, me encogí de hombros y salí de allí con el arma sin la necesidad de que Seth abriera las cuerdas para mi. Solo hice que estaba sola. Pero al llegar a backstage estaba La Autoridad enfadada.
—¿Qué les pareció? —les pregunté cargando mi arma en el hombro.
—¿Cómo se te ocurre? —Stephanie trató de calmarse pero sus dientes apretados me decían lo contrario—. ¿Quién te dio el permiso para llevar esa arma?
—Las cosas serían más divertidas si en algún momento me escucharan.
—¡Pero como diablos se te ocurre llevar eso! ¡recuerda que hay menores de edad en el público!
—Tranquila, no es de verdad —bufé.
—¡Pero no deja de ser un arma! —se acercó a mi, con el rostro rojo de la rabia.
—Hey Steph tranquila —apareció Seth ubicándose entre medio de ambas.
—Seth esto no es algo de lo cual te incluya, luego hablaremos tú y yo. Ahora estamos con Violett — Helmsley trató de quitarlo del medio, pero fue imposible.
—Fui yo quien se deshizo de aquel pedazo de fotografía —aclaró sin importarle.
—¡Lo se, pero fue ella quien trajo el arma a una Empresa donde esta prohibido hacerlo! —Stephanie se calmó un poco. Ahora estaba Seth delante de mi enfrentándose a esas dos bestias.
—Vamos, un error lo comete cualquiera —trató de alivianar el problema—. ¿O no han escuchado "quien este libre de pecados que lance la primera piedra"? —a penas dijo eso Seth, arrugé un papel que se encontraba por ahí y se lo tiré a Stephanie.
—¡Le dí! —susurré.
—¡Hey hey hey! —Seth sujetó a Stephanie que estaba acercándose a mi—. Basta Violett, no arruines más las cosas.
—De acuerdo.
—Le perdonan a Violett esta equivocación y yo le enseñaré modales —hizo un trato.
—Tú ganas —H respondió resignado—. Estaremos pendiente del avance que tengas con este "experimento". Si no resulta ella queda despedida.
—¿Experimento? ¿Así me vas a llamar ahora? —le hablé con seriedad a Hunter.
—Tú me llamas Helmsley —se encogió de hombros.
—No puedes ser tan infantil.
—Oh, pero mira quien lo dice. ¡La chiquilla que trajo una pistola de balas de pintura!
—Al menos yo no...
—Ya basta —Stephanie habló fuerte para dejarnos callados a ambos—. Ahora llévatela.
—Gracias —Seth me hizo caminar—. Aunque para mi fue divertido... —sonrió y nos alejamos de ellos, cuando estuvimos fuera Seth se empezó a reír como nunca antes lo había visto—. Nunca me había divertido tanto.
—¿En serio? —lo miré con una diminuta sonrisa.
—Muy en serio —me abrazó.
—Pero ahora tendrás que enseñarme modales —le recordé y lo miré.
—No lo haré —acunó mi rostro en sus manos—. Solo fue una excusa —se acercó poco a poco a mi rostro.
—Aquí no —susurré tratando de mirar a todos lados, pero él me lo impidió y siguió acercándose a mi.
Por alguna razón sentía la presencia de alguien, ¿Por qué mierda siempre tenía que ser así?
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