"Heavyweight championship."
Capitulo 15.
Ya ha pasado una semana desde que Romie y Deano se pusieron a la fila para participar por el Título.
Llegaron a enfrentarse en Survivor Series.
Esa oportunidad se dio al haber sucedido un accidente con la pierna de Seth, se destruyó gravemente. Nadie sabía cuanto tiempo tardaría en recuperarse pero la esperanza aún estaba al saber que volvería. Lo había visitado todos los días por la mañana para saber como se encontraba pero en realidad había sido muy doloroso ver el vídeo de lo sucedido.
Con solo recordarlo me empezaba a a doler la rodilla; la mía también se encontraba dañada desde que era muy pequeña y mis padres no habían hecho nada al respecto. Así que sabía cómo se sentía.
Su aspecto se encontraba descuidado y muy deteriorado, solo me dejaba hacer trabajo voluntario e ir a ayudarlo antes de irme al trabajo, trataba de sacarle una sonrisa cada vez que podía.
Decían que la risa podía curar muchos males, pero con Seth me costaba creer eso.
En esos momentos me encontraba en mi camerino preparándome para el combate contra la hija de Rick Flair.
—Tu puedes, al final de la noche lo tendrás —me dio ánimos Dean mientras acariciaba mis brazos—. No dejes que te intimide su tamaño o que trae acompañante, ella no es mejor que tú. Todos acá somos iguales en esta empresa —me miró a los ojos, solo asentí.
—La suerte es para los perdedores —dije y suspiré con los ojos cerrados. Estaba siendo negativa.
—Tu puedes —besó mi mejilla y me abrazó—. Te dejo para que te cambies.
—Gracias —susurré y cerré la puerta.
Saqué la ropa de mi bolso y me cambié. Lo único diferente esta vez era la camiseta de Stone Cold Steve Austin, ya no me interesaba usar mis camisetas. Era mejor usar aquellas de verdaderas voces que han hecho historia en la WWE.
Arreglé mis zapatos y me dí cuenta que estaba temblando. "¿Por qué?" Pensé.
Agité mis manos, me paré y dí varios saltos para sentirme mejor. Me arreglé el cabello, delineé un poco mis ojos, me puse las vendas y después salí con un pañuelo en mi bolsillo trasero con la frase "Oh, Yeah". Era lo único que seguía conservando de mi cello personal.
En el camino me encontré con Renee Young lista para entrevistarme, no estaba de humor para aceptar una entrevista. No porque me cayera mal, sino por la culpa que sentía todavía. Lo más lógico era tener una conversación seria para aclarar todo esto pero... a la vez sentía que no era mi culpa. Porque yo no me metí entre ellos dos, fue decisión de Dean. Bueno, mi cabeza era un lío con ese tema.
Traté de hacer que no la había visto sin ser muy notoria pero me interceptó con su micrófono y las cámaras.
—Hey, ¿cómo estás? —pregunté con una sonrisa queriendo que esto fuese lo menos incómodo posible.
—¿Cómo te sientes al haber podido conseguir una lucha contra Charlotte por el Título de las Divas? —preguntó sin más. Me imaginaba que ella igual quería hacer todo esto rápido, como un trámite.
Pero... los modales nunca se debían perder. Eso me hacía entender que aún estaba molesta conmigo.
—Emm... No fue lo que te pregunté —respondí arrugando un poco la frente sin sonar pesada—. Pero bueno, la educación depende de cada uno... —susurré.
Ella suspiró y volvió a comenzar.
Me había escuchado. Y de verdad que le caía mal.
Ella era la única persona con la que no podía ser mala, sentía que no se lo merecía.
—¿Cómo consideras esta oportunidad contra Charlotte? —volvió a insistir— ¿Dirías que fue por mucha insistencia hacia la Autoridad? ¿o tal ves suerte?
—¿Insistencia? ¿suerte? ¿de que hablas? —pregunté en voz baja, no era la manera en la que debía hacerme las preguntas.
—Solo trato de hacerte llegar los comentarios que se han propagado por las redes sociales... —respondió mirando la cámara y mirándome a mi.
—Renee... yo... este es un mal momento para entrevistarme. Esta Violett que ves solo desea hacer daño... —dije sincera y estiré mis manos.
—Pero... —fue lo único que pudo decir al instante que me marchara y la dejara con las palabras en la boca junto a las cámaras. Solo le quedó suspirar.
No era la manera más cortes de terminar una conversación pero era la que se me había ocurrido.
Esperé que sonará mi tema y salí haciendo el Scream de las primeras frase de aquella, el escándalo no se hizo tardar mucho cuando la dama parada en el cuadrilátero me presentara. Entré y me subí completamente arriba del esquinero con los pies juntos y haciendo el gesto con mis manos, todo el público empezó a hacerlo. Se veía tan maravilloso.
—Trae acá —le hice un gesto con las manos a un camarógrafo, se apuntó el pecho, solo asentí y este se acercó rápidamente para entregármela. Teniéndola en las manos, tomé una foto al publico—. La puta perfección —dije e hice un círculo con los dedos para luego entregarsela de vuelta y bajarme.
No tardó en interrumpir Charlotte con su entrada junto a Becky, su mirada estaba seria al pararse frente la rampa y abrir los brazos mientras el público gritaba de emoción.
Luego avanzaron y Charlotte entró al cuadrilátero no sin antes chocar puños con su compañera y hacer su arrogante entrada por un costado. Le pasó el cinturón al referí pero antes le dio una última mirada de pertenencia al cinturón.
La campanilla sonó y empezamos a movernos de un lado hacia el otro buscando como dar inicio. Ella no daría el primer paso. Me apresuré y le hice un candado al cuello; no fue efectivo.
Nos quedamos mirando unos segundos para volver a intentarlo. No resultó.
—¿Miedo? —sonreí burlona al ver que se corría hacia un lado al instante que me tiraba contra las cuerdas y quedaba al frente de ella.
Pero de repente mi visión se oscureció y me inundó un mareo incontrolable. En ese momento Charlotte aprovechó la ocasión y me hizo un lazo al cuello.
Me pare nuevamente y me hizo otro y otro... y otro.
"¡Figura cuatro! ¡Figura cuatro!"
Gritaban los comentaristas.
Estaba a punto de rendirme.
Sentía como mi pierna se hacia añicos, pero no cedí y saqué fuerzas para arrastrarme y quedar debajo de las cuerdas. Tuvo que soltarme a regañadientes y después de varios segundos, haciéndome jadear.
Sentía que ya no podía pararme, ella estaba en las mismas, cojeaba y se tomaba con fuerza su brazo derecho.
Cuando se acercó lentamente ya cansada, la tomé de los pies dejándola en la lona, ahí le tomé la pierna derecha para que el referi hiciera la cuenta mientras que con mi pierna le tomaba la otra.
Uno. Dos. Tres. Nueva dueña. Pusieron mi canción, me paré, tomé el Título y me bajé lo más rápido que pude del ring dejando a Charlotte tirada allí. Al primer paso que dí, me caí fuertemente y eso si que dolió. Gruñí.
—¿Estas bien? —escuché una voz ronca familiar dejarse caer al suelo ante mi. Levanté la mirada y se trataba de Dean.
Por eso los aficionados trataban de estirarse por la barrera para poder tocarlo.
—Si, yo puedo.
—No, no puedes —dijo juntando fuerzas para levantarme y cargarme en sus brazos. Me afirmé de su cuello.
En el camino le dejé el pañuelo que había traído en mi bolsillo trasero a un chico que era mi "fan número uno", había hecho la diferencia en las redes sociales. Lo tomó y lo amarró en su muñeca para luego gritar a través de la musica un "¡Te amo!".
Dean siguió caminando dirección tras bastidores.
—Espera un poco —le susurré y me bajé despacio—. «Oh, Yeah!» —grité con el cinturón levantándolo. Todos lo hicierón de vuelta con el gesto de mis manos, que cosa más maravillosa.
Me giré y miré a Dean, hacía lo mismo. Reí.
Dejó de hacerlo y me tomó de la cintura ayudándome a caminar a Backstage.
—¡Felicidades! —me abrazó y me dio vueltas— ¡Sabía que podías!
—Todo gracias a ti —respondí y tomé su nuca para besarlo. Dejó de girarme y me correspondió— ¿Cómo van tu y Roman? —cambié de tema.
—Aceptaré lo que sea que pasé en Survivor Series.
—Ese es mi muchacho —dije y me solté de su agarre para sentarme. Necesitaba un masaje— ¿Te molestaría si te pidiera que llamaras a Roman en estos momentos?
—No, en lo absoluto —salió rápidamente dejándome sola. Agarré el cinturón y lo miré detenidamente, en realidad aún no podía encontrarle nada lindo—. ¿Qué tienes para que todas se peleen por ti? Me imagino tu valor —me pregunté y me respondí yo misma con una mueca en los labios. Suspiré—. Al final del día puede que lleguemos a ser amigos, o al menos, me agrades —dije por último y lo dejé a un lado.
—Felicidades Hardy, buen comienzo.
Escuché la voz de Triple H acercarse a mi.
—Solo cumplo mi palabra Hunter, trato por trato.
—¿Cómo va Seth?
—Mejorando, pero extraña su Título como un condenado —respondí con una mueca.
—Veremos que pasará cuando vuelva después de sus seis o nueve meses estando fuera. Pero hasta entonces hay que hacer valer el Título a quien lo merezca.
—Tu eliges, Hunter —respondí y sonreí para mis adentros—. Tienes dos opciones y no son para nada malas.
—Lo pensaré con Stephanie —respondió y metió sus manos a los bolsillos—. Si es Ambrose te dejaré que se manifieste su "relación" y sea bueno para los negocios.
—Bien pensado, si —asentí varias veces.
—Bueno Violett nos vemos, en unos días te espero en mi oficina para ver tu siguiente Storyline o feudo.
—De acuerdo —apreté los labios—, ¿qué pasará con Charlotte?
—Volverá a la fila —respondió encogiéndose de hombros—. Todo se dará con el tiempo.
—Vale.
—Bien jugado —añadió y me guiñó un ojo.
Acto seguido camino lejos desapareciendo por el pasillo.
Suspiré y me toqué la pierna; dolía como el infierno. Saqué todo lo que tenía en esa zona con la necesidad de observar cómo se encontraba. Estaba morada. Dejé de mirarme y cerré los ojos.
En eso se escucharon pisadas.
Abrí los ojos y frente a mi se encontraba Roman.
—Felicidades —exclamó y besó mi mejilla.
—Gracias, valió la pena salir mal herida —comenté e hice una mueca.
—¿Puedo mirar?
—De hecho, para eso te quería —pedí y sonreí avergonzada. Se arrodilló ante mi y tocó mi pierna con sus grandes manos buscando la falla—. ¿Duele?
—Un poquito —gemí y mordí mi labio. Masajeó suavemente, se sentía tan bien. Sus manos eran tan suaves y cálidas que por un segundo me hizo olvidar donde me encontraba.
—¿Cómo te sientes con eso? —apuntó con sus labios el Título a mi lado.
—Como si no lo tuviera —lo tomé en mis brazos—, pero bueno, solo lo hice por ustedes. Y lo supieron aprovechar.
—Jamás pierdo una oportunidad —dijo y humedeció sus labios. Los miré y desvié la mirada a los cortos segundos. Eran tan grandes.
—Eso es bueno, eso me hace dar cuenta que vale la pena arriesgarse —comenté ignorando cómo me sentía. Mi cara me delataba con su ardor incontrolable—. Aunque sea por esto.
—No lo mires en menos, puede sorprenderte.
—Claro, con más dinero.
Reí.
Roman también y volvió a mirar sus manos acariciando mi rodilla.
—Ya esta —avisó y acarició mi pierna de la rodilla hacia abajo por última vez—, espero te sientas mejor.
—Gracias. —la moví y el dolor era mínimo—, tienes magia en tus manos.
—Me lo dicen todo el tiempo —rió con cierto humor particular.
—Sucio —reí—. Estoy lista para ver Survivor Series con el público.
—¿Eres del Team Ambrose o del Team Reigns? —se sentó a mi lado.
—Del Team Ambreigns —me apoyé en su hombro, su curpulento cuerpo se movió al compás de su risa—. Estaré en primera fila con un cartel así —levanté mis manos imaginándolo—, Team Ambreigns, ¡Denme hijos! —sonreí, él no paraba de reír—. ¿Qué tal?
—Si quieres hijos puedo dartelos ahora —mordió su labio y se acercó a mi rostro.
—¡Oye! —reí y lo empujé, nunca lo vi reírse tanto.
—¿De que se ríen tanto?
Llegó Dean con una diminuta sonrisa de extrañeza.
—Nada —dijimos al unísono.
—¿Ah, si? —levantó una ceja.
—Si, nada sucede —asentí—. ¿Qué combate están transmitiendo ahora? —cambié de tema.
—Ninguno importante. ¿Nos vamos?
—¿Donde quieres ir, Ambrose? —pregunté y levanté una ceja.
—No lo se, ir a mi casa y llevar cervezas —se encogió de hombros—. Hay un muchachito a quien le encantan y bien frías —añadió y miró a Roman.
—Lo siento pero son mi debilidad —dijo y levantó los brazos resignado—. Vámonos —se paró decidido.
—Vámonos —Dean y yo hicimos lo mismo. Tomé mis cosas y salimos de allí.
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