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Fuerte.

Capitulo 16.

La noche se había puesto muy rara cuando los compañeros se pusieron a tomar, así que me despedí rápidamente y tomé el auto de Jonathan para ir a casa. Todo estaba muy oscuro y el ambiente muy tenso dentro del vehículo que preferí encender el radio.

Transcurrieron los segundos y aún así no dejaba de sentir esa presencia extraña y esa sensación de que alguien me estuviera respirando en la nuca.
Me sobé el cuello lentamente con la idea de que eso calmaría mi angustia, pero aquellos pelos estaban erizados.

Cambié de marcha y apresuré el auto para llegar más rápido a casa y sentirme segura. Cuando lo hice, lo estacioné afuera y lo dejé bien cerrado.

Me acerqué a la puerta de mi casa cuando nuevamente la presencia extraña apareció en mi espalda. Busqué con rapidez la llave pero no las encontraba por ninguna parte.

—Por favor —miré a todos lados, cuando una sombra se asomó por la vereda del frente. Algo frío me subió y me bajo por todo el cuerpo, mis manos se empaparon de sudor—. ¿Qué mierda? —susurré achicando los ojos para ver quien era, pero solo se lograban ver sus ojos penetrantes por la oscuridad. Mi estómago se apretó.

Me revisé todos los bolsillos que tenía, pero nada. Hasta que recordé que se habían quedado en el cenicero de Jon, grité a los mil demonios en mi cabeza. Miré la hora y aún eran las 23:46, supuse que Colby estaba despierto así que fui por el "Plan B", siempre era el único que me salvaba.
No corrí, caminé a prisa pero sin demostrarlo porque si corría la cosa que se encontraba del otro lado de la calle se lanzaría a mi.

Mis fríos y sudados dedos hicieron contacto con esa dura puerta de madera varias veces pero nadie atendía. Volví a tocar más fuerte, y fue cuando las luces se encendieron. Alguien lentamente se acercaba a abrir. Un sudor frío recurrió todo mi cuerpo aún más fuerte, esto parecía una película de terror. Estaba muy ansiosa.

—¿Violett? —abrió por fin Colby apoyado en una muleta—, ¿Qué haces aquí a estas horas?

—No tengo las llaves de casa —respondí e hice una mueca moviendo mis piernas como si necesitara ir al baño. Solo quería entrar. Él me sonrió con ternura y me abrazó dulcemente, en ese momento lo necesitaba y él era el perfecto para hacerlo—. ¿Puedo quedarme contigo? —susurré. Pero en mi cabeza estaba el grito: "¡Hazte a un lado, maldita sea!"

—Si Violett, ¿o esperabas que te dijera que no? —levantó mi rostro con sus suaves dedos.

—Tenía planeado dormir en un asilo de ancianos si me decías que no —bromeé ocultando mi miedo—. Aunque pensandolo bien, son realmente divertidos —rasqué mi barbilla.

—No seas absurda —soltó una risita para luego dejarme pasar. Entré casi corriendo y al cerrar detrás de mi el alma volvió a mi cuerpo. Colby me miró unos segundos más, al parecer me encontraba pálida.

—Me conformaría con este suave y cómodo sofá —lo miré cambiando de tema.

—No te dejaré dormir allí.

—¿Por qué no? —me dejé caer en el. El sudor se pegó a mi ropa y eso me dio un asco tremendo. Así que me senté.

—Por ser tan arriesgada y venir aquí a estas alturas de la noche, lo mínimo que puedo hacer es dejarte dormir en un lugar cómodo —respondió y se  encogió de hombros.

—No sería justo, Sethie —suspiré.

—¿Sethie? —levantó una ceja divertido.

Se-thie —lo molesté.

—Me acostumbraré a eso —rodó los ojos—. Ya, vamos a dormir.

—Sólo te ayudaré a subir oxigenado —avisé y lo abracé por la cintura para subir las escaleras.

—¿Podrías dejar los apodos?

—No lo creo, Bieber.

Cuando llegamos arriba, lo acompañé hasta la cama y ayudé a cubrirlo, era tan simpático cuando estaba inofensivo.

—Iré abajo.

—No debes hacerlo —suspiró—, la cama es ancha, no te hagas de rogar.

—¿Y si golpeo tu rodilla?

—Solo ven aquí, púrpura —abrió las mantas. Bufé y le hice caso acercándome lentamente. Me detuve al recordar algo.

—¿Me dejas tomar una ducha?

—Claro, las toallas están en el cajón de abajo —respondió apuntando. Asentí y saqué una—. No tardes.

—No lo haré.

Caminé rápido al cuarto de baño, abrí la ducha y esperé unos segundos a que el agua saliera caliente. Me hice un moño para no mojar mi cabello debido a la hora, ya mañana me encargaría de eso.
Me metí debajo del chorro y me lavé el cuerpo. Por todas partes.
Al salir me cubrí con la toalla y volví a la habitación. Colby miraba el techo en silencio. Al sentir mi presencia giró su cabeza. Me sonrió.

—En el primer cajón encontrarás una camiseta, tómala.

Me acerqué al cajón y me encontré con sus boxers, de todos colores y de todos los diseños, reí silenciosamente y abrí otro cajón, en otro momento le haría una broma al respecto. Seguí buscando y apareció una camiseta de Batman, era hermosa.

—Cubre tus ojos —le dije al ver que estaba con los ojos enormes pegado en mi, podía ver como las pupilas se le dilataba. Me hizo caso y subió las mantas hasta ponerla sobre su cabeza, me desprendí de la toalla y me pase la camiseta por los brazos; esta me quedaba más larga comparada con la de Jonathan. Tenía impregnado su olor, al parecer todos los hombres son exquisitos.

—¿Listo? —habló.

—Si —me miré y estaba mi cuerpo cubierto—. I'm Batman —dije con una voz ronca, Colby solo rió y me miró con ternura.

—Espera, espera —tomó el celular de la mesita de noche y me tomó una foto cuando estaba mirando hacia abajo, escuché el "click" para darme cuenta que la tomó.

—Oye, no te atrevas a subirla a las redes sociales —lo amenacé.

—Mm.. no lo haré.

—¿Y cómo sabré eso yo? ¿Cómo comprobarlo? —achiqué los ojos.

—La pondré como fondo de pantalla —sacó la lengua.

—Más te vale —apagué la luz, me subí a la cama y me recosté a su lado.

—No seas rabiosa —pasó un brazo por debajo de mi cabeza para acercarme más a él. A pesar de estar en cama, olía realmente bien y era tan suave como para pasar horas estando encima de él, durmiendo. —Felicidades señorita "nueva campeona de las Divas".

—Ah, lo viste —lo miré contra la oscuridad, él estaba mirandome a unos sentimientos de mi rostro.

—Estuviste impresionante, si. Pero no tanto como Seth Rollins.

—¿Vas a empezar? —reí.

—Solo admítelo.
Noté que sonreía pero poco se podían ver sus dientes.

—Soy igual de buena que tú, eso tengo que admitir. Aunque tu también deberías admitirlo —levanté una ceja—. Si no lo hubiera sido, no hubiera ganado el título de las Divas.

—Buen punto —acarició mi espalda—. Vale, lo admito.

—¿Lo estás admitiendo? ¿Tú? No esperaba que lo hicieras porque estaba bromeando. Eres ta...

No me dejó acabar, sentí sus labios en los míos. Suaves con un sabor dulce a naranja, su lengua se movía lentamente junto a la mía mientras su mano acariciaba mi cintura y la otra mi mandíbula, el sonido de nuestros labios llenó el cuarto haciendo el espacio mucho más íntimo.

Ligeramente mordí su deliciosa lengua y él sonrió dirigiendo su mano hasta mi nuca para profundizar más el beso. Mi mano se movió a su camiseta, donde la metí por debajo y acaricié su pecho cubierto de una delgada capa de bello.

Sentí como su respiración se agitó y su cuerpo reaccionó, la bajé hasta sus oblicuos y ahí la dejé. El oxígeno se acabó y de mala gana me soltó no sin antes devolverme la mordida.

—¿Cómo estuvo tu día? —me acomodé en el hueco de su cuello.

—Aburrido —su voz estaba ronca—, ¿y el tuyo?

—Ya lo sabes.

—Solo quería ser cortes —apoyó su cabeza encima de la mía y poco a poco me fui durmiendo.







A la mañana siguiente..

—Violett, ¡Violett despierta! —escuché la voz de Colby gritándome.

—No me grites —gruñí aún en medio del sueño.

—¡Ay, estás bien! —me abrazó fuertemente.

—¿Por qué no lo estaría? —abrí los ojos, me encontraba arriba de Colby como un gato—. ¿C-Cómo llegué aquí?

—Tuviste una pesadilla y empezaste a sudar frío, tu cuerpo se apretó y se te puso la piel de gallina. No sé, algo muy raro te está sucediendo y no me quieres contar.

—¿Qué? —lo miré confundida.

—Eso mismo quiero saber yo —suspiró—, pero estás bien y eso importa. Ahora abajo que quiero ir al baño y luego necesito que me cuentes que sucede.

Oops —bajé, aún tenía sueño.

—Invitada y aún así no me ayudas a ir al baño.

—No querrás que vea tu Empiere States —respondí en broma con los ojos cerrados. Agarré la almohada para acomodarme.

—Ya lo haz visto y aún así te seguiría impresionando como la primera vez —dijo con cierto egocentrismo.

—Ya cállate y orina luego.

Luego de un rato, el sueño se me había quitado debido a lo que había dicho Colby, "empezaste a sudar frío, tu cuerpo se apretó y se te puso la piel de gallina". ¿Tal vez habrá sido por esa presencia extraña de la noche anterior? ¿y si hubiera sido un psicópata? ¿un asesino en serie? ¿un violador?

Ya Violett, deja de asustarte y sugestionarte con tus pensamientos. Lo que había ayer no era nada, solo producto de tu imaginación que quería jugarte una broma, listo. Caso cerrado.

—¿Qué hora es, Violett? —escuché la voz de Colby lavándose los dientes.

—Dejame ver... —dije y tomé su celular—. Las nueve veinte —me volví a recostar a revisar su celular, un poco de música—. Adicto a Parkway Drive y Paramore —susurré y puse una canción con el volumen bajo solo para relajarme.

—¿Tienes hambre?

—Solo de abrazos.

—No tardo —respondió y oí la llave del lavamanos abrirse. Luego salió con el cabello húmedo, sin camiseta y en short. Se recostó de lado mirándome, acercó sus brazos a mi y me atrajo a su cuerpo—. ¿Mejor?

—Si... —dije con un hilo de voz subiendo las mantas, luego me apoyé en su pecho desnudo— Tengo varios antojos en estos momentos, pero sin tener que llegar a mayores —comenté y recargué mi mano en su cintura.

—Cuéntame, para ver en que puedo ser útil —pidió y besó mi frente.

—Si me prometes que no te alarmarás.

Lo miré tímida.
—Trataré de que no lo haga —rió como si fuese absurdo.

Humedecí mis labios y lentamente me acerqué a su cuello, pude sentir como su piel se erizaba al sentir mi respiración. Sin más, pasé mi lengua por todo su cuello y a la vez dejando mordidas, era tan suave. Pasé a su mandíbula hasta llegar a su oído para susurrar "¿todo bien hasta ahora?" Y él solo asintió mordiendo su labio inferior. "Perfecto" le respondí mordiendo su lobulo, luego acerqué mi mano al otro extremo de su cuello y fui bajando mis besos hasta llegar a su hombro, aquella parte del pliegue de su cuello era donde se hospedaba más fuerte el aroma de su perfume.
Acaricié su cabello con la otra mano y succioné su cuello en busca de dejarle una marca, su cuerpo empezó a retorcerse y de sus labios salió un "diablos" para luego tomar mi pierna y llevarla encima de su cadera.
Si fuese por mi, pasaría todo el día metida en su cuello. Estaba obsesionada con esa parte de su cuerpo y no necesariamente sexual.

—No Colby, te lo había advertido —dije y seguí haciendo lo mio pero no me hizo caso y acarició mi pierna completa. Luego tomó el celular y puso música romántica.

—Confieso que ya te extrañaba, Violett —susurró y empujó suavemente mis gluteos para que mi intimidad quedara junto a la de él.

—No confundas el extrañar con tener ganas de sexo —me alejé un poco para ver mi obra de arte. Ya estaba la marca—. Y no puedes hacerlo por tu rodilla.

—No necesito excusas en estos momentos —pidió y atrapó mis labios.

—No podrás controlarme luego —advertí. Pero él lo ignoró.
Saqué la camiseta por mis hombros y él me ayudó a sacarla para así besar mis pechos.

Lo ayudé a deshacerse de todo lo que tenía de las caderas hacia abajo mientras buscaba un preservativo debajo de la almohada.

—¿Qué? ¿Estabas preparado?

—No cariño, lo puse esta mañana para luego recordar donde dejo las cosas —lo abrió y me lo entregó para pasar mis dedos por su miembro ya erecto, cuando miré a Colby tenía los ojos cerrados.

—Listo —susurré y me acerqué a sus labios a besarlo, rápidamente usó su lengua.
Con una mano sujetaba mi rostro y con la otra sujetaba mi parte trasera para volver a subir mi pierna en su cadera y así adentrarse a mi—. Siempre terminamos igual... —susurré con voz entrecortada.

Apreté mi pierna contra sus glúteos mientras él me empujaba hacía delante. Era una pose bastante complicada, pero era la única para no afectar la rodilla de Colby. A él parecía no incomodarle, porque de alguna manera empezó a usar ambas manos para empujar mientras sus labios se movían con desespero junto a los mios. Sus movimientos eran los precisos para satisfacernos a ambos, sus manos apretaban mis muslos mientras de mis labios no se hacían tardas los gemidos.

—Mmm... —tiré mi rostro hacia arriba mientras mis ojos se cerraban. Sentí sus labios en mi cuello como lo había hecho yo anteriormente.

—¿Más fuerte? —mordió. Solo asentí, ya no podía respirar normal.

Hizo caso y los empujes se hacían lentos pero fuertes, con rudeza, tratando de tocar mi punto débil. Una embestida tras otra, incontables veces mientras la música se interrumpia con nuestros gemidos.

Empecé a sentir como mis paredes se contraían al rededor de su miembro y empezaba a temblar, Colby se dio cuenta y se apresuró para lograr llegar juntos, cuando de repente mi cuerpo fue recorrido por una oleada de éxtasis, había llegado. Varias embestidas más y le toco a él, acabando dentro del preservativo.

Esperamos que nuestras respiraciones se controlaran para poder separarnos. Colby sacó el condón, le hizo un nudo y lo botó a un costado de la cama.

—Por esto es que no vengo a verte muy seguido.

—¿Miedo? —preguntó.

—No, ser incapaz de no poder controlarme.

—¿Qué tal con Good? Creí que era mejor que yo.

—¿Te das cuenta que acabas de matar el momento? —Me levanté y fui al baño.

—Vamos, no te enojes.

—No me enojo.

—Entonces no me dejes aquí hablando solo.

—Yo creí que a los hombres no les gustaba que le hablaran de otros —Tomé una de sus toallas y cerré la puerta del baño—. Pero al parecer te encanta hablar de él... —grité—. Te tengo una mala noticia amigo. Él es mio —dejé correr el agua metiendome allí. Lavé mi cuerpo una vez más, sobre todo mis brazos tatuados y luego mi cabello, el cual, se encrespo bastante. Cerré la llave del agua y me cubrí con la toalla.
Cuando salí, Colby estaba mirando el techo pero al sentir la puerta me miró detenidamente. Igual que anoche.

Ambrollins levantate, hay que ir a desayunar.

—No me llames así —se quejó—, por lo menos Hardrollins —se sentó en la cama.

—Cuando te lo merezcas, lo haré —le pasé su ropa tirada en el suelo—. ¿Sabes donde dejé mi ropa?

—Debajo de la cama.

Revisé y ahí estaba, era la ropa de trabajo ahora que me daba cuenta. Así que usé los shorts, las calcetas largas y la camiseta que me había regalado Joe el día anterior.

—Aquí no vas a usar una camiseta de ese músculo andante —exclamó.

—¡Oye! ¡No lo llames así! Bien sabes que era tu amigo. Solo estas enojado porque perdiste el Título y puede ser que él lo gane —le saqué la lengua.

—Ya veras cuando vuelva, será mio otra vez —agarró su muleta.

—Eso lo dudo —lo ayudé y bajamos las escaleras, luego lo dejé en el sofá—. ¿Qué quieres para comer?

—Lo que tu quieras —me sonrió de lado y encendió la Tv.

Fui a la cocina y revisé lo que había, la despensa estaba llena, el refrigerador también, no se moriría de hambre.

Hice hotcakes, busqué en el refrigerador y saqué una botella de jugo de naranja, lo vertí en un vaso y dejé todo en una bandeja. Jugo de naranja, café, pan tostado, unos huevos y tan solo faltaban los hotcakes, mientras se preparaban fui con Colby.

—Esto es lo que pasará con tu "Romie Reigns" cuando vuelva —apuntó la pantalla, estaba jugando PlayStation.

—¿Tienes 2K16?

—Si, es fácil conseguirlo cuando eres una Súper Estrella —empezó a tocar botones haciendo que Roman quedará entre sus piernas—. Esto le pasará a tu querido Roman.

"¡Pedigree!"
Se escuchó al comentarista gritar. Luego le hizo la cuenta y ganó, se rió tan arrogante como lo hacia en la Empresa.

—Ya veremos cuando te gane —me paré y fui a ver si estaban listos los hotcakes, y así fue. Los puse en un plato para subirlo a la bandeja y fui al comedor—. Espero te guste.

—Se ve delicioso —agarró el tenedor y sacó un pedazo—, esta muy rico —siguió comiendo—. Gracias.

—No es nada, debes alimentarte ya que estarás acá por un largo tiempo —comenté y agarré el segundo control— ¿No se te ha ocurrido salir?

—Lo había pensado, pero no sabría a donde ir y tampoco llegaría lejos —tomó algo de jugo—. Aún así estoy bien aquí, puedo salir al patio a tomar un poco de aire.

—Vendre mas seguido, no te preocupes —mordí un poco de tostada untada en el huevo—. ¿Dónde le doy para elegir el segundo jugador?

—Ve a menú y empezamos todo de nuevo —agarró su control y me dejó elegir mi personaje—. ¿Diva o Súper Estrella?

—¿Tengo cara de querer jugar con una Diva? —lo miré alzando una ceja.

—Oh, claro. Porque no estas —sonrió y me dejó en la categorías de los luchadores.
Golpe muy bajo. MUY bajo.

—Sigue burlandote de mi, solo acumularás más dolor a tu personaje —advertí y elegí a Dean—. ¡Din Embrous, papá! grité y levanté mis manos como Bo Dallas.

En la puerta del horno se quema el pan —dijo un viejo refrán.

—Pues este pan no lo hará —le saqué la lengua y tomé un poco de café para empezar a jugar. Primero entró Dean con sus gestos de lunático—. Tii ni, ti ni ni ni... —traté de seguir la canción, era pegadiza. Colby solo me miraba como si estuviera loca. Hasta que le tocó a Seth hacer su entrada triunfal, fingí bostezar.

—Él si que es un campeón de verdad —rió arrogante—. Mira su perfil, su físico. Capturaron toda mi esencia —siguió comiendo mientras se adentraba al ring—. Es tan apuesto, es tan sexy...

—Narcisista —reí. Hasta que hicieron sonar la campanilla, costaba un poco poder seguir los controles de cada uno de sus movimientos, así que Lopez tenía un punto a favor en ese caso.

—¿A que te supo mi rodilla? —rió al saltar del esquinero y golpearme el rostro.

—A hueso quebrado y quemado, pulverizado —respondí. Me metí entre las cuerdas y le apliqué un lazo que lo hizo dar vuelta. Luego le tomé los dedos y se los abrí como tijera—Ja Ja Ja —reí con maldad mientras trataba de aflojarse, pero no podía y su personaje se quejaba como él.

—¡Sueltame! —se quejaba Colby apretando los botones mientras corría el control para todos lados, se veía gracioso— ¡Ah! ¡Ah! —se empezó a soltar y me aplicó un candado.

Así estuvimos un largo rato hasta que hice subir a Dean al esquinero y luego saltara para pegarle unas patadas al pecho.

—¡Pedigree! ¡pedigree! ¡pedigree! —se hacia barra él mismo cuando me puso entre sus piernas y levantó uno de mis brazos.

—¡Oh, no señor! —Me solté y estuve a punto de hacerle la movida de Dean—. ¡Dirty Deeds! —grité se lo apliqué dejándolo en la lona para luego hacer la cuenta—. Tii ni, ti ni ni ni —seguí otra vez la canción para luego comer triunfante.

—Suerte de principiante —bufó.

—Ah, quieres otra ronda —sonreí y me acomode en el sofá.

—Así es... —no terminó de decir esa palabra cuando su celular sonó.

—Yo voy —subí corriendo, lo tomé y se lo entregué.

—Gracias —respondió y revisó la pantalla e hizo una mueca para luego desviarla—. Sigamos.

—¿No contestarás?

—Nos quitaría la diversión.

—No, claro que no. Adelante —pedí y le sonreí cuando el telefono volvió a sonar.

—Si tu lo dices —contestó—. Hey, ¿Cómo estas?... si, estoy mejor, estoy con Violett... —mordió su labio serio—. No te molestes en venir... por favor... esta bien, te espero —colgó—. Viene Alex.

—¿Siempre se acuerda de ti cuando yo ando por aquí? —levanté una ceja.

—Están conectadas.

—Oye yo... no quiero tener problemas.

—No puede golpearte.

—No es eso, es que yo no seré capaz de no golpearla —tomé café. Él solo rió y seguimos el juego.









—Y ya está aquí —fingí alegría—. ¡Hagamos una fiesta! —Fui a abrir la puerta—. Creo que haré un mal trio —le dije a Colby antes de abrir—. ¡Hey! —fingí emoción con una sonrisa sarcástica.

—Hola —dijo cortante y se abrió paso ella sola.

—Si, pasa —susurré, rodé los ojos y cerré la puerta.

—¡Bebé! —se acercó a él y se sentó en sus piernas.

—¡No! —Colby cerró los ojos haciendo una mueca, solo pude darme una palmada en el rostro desde la puerta.

—¡Lo siento! —se paró y se sentó en la pierna buena— ¿Cómo fue que pasó? —acarició su rostro.

—No te preocupes, solo fue un paso mal dado al levantar a otro luchador en mis hombros. —Le restó importancia.

—Oh, bebé. Lo siento mucho por no venir a verte —lo besó.

—Pero yo te he hecho el favor —comenté y me senté de un salto en el asiento del lado con una sonrisa falsa cuando ella me miró.

—No te preocupes querida, vendré todos los días. Gracias.

—Bueno —alargué la e—. Pero aún así vendré porque es divertido —le regalé una sonrisa mostrando los dientes.

—Aquí tiene toda la diversión que necesita —acarició su pecho, Colby solo miraba sin decir palabra alguna.

—Como digas, ya me voy —Me paré y subí al cuarto por mis cosas—. Gracias por la ayuda, Lopez —le dije mientras bajaba las escaleras y arreglaba mi brazier a través de la camiseta—. Nos vemos —le guiñé un ojo y salí de allí escuchando un "¿qué ayuda Colby? ¿A qué se refería?" Solo pude reirme.

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