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¿Cuál es tu sueño?

Capitulo 53.

La noche transcurrió como cualquier otra, los combates fueron los mismos y para mi también, esta noche fue luchar contra Becky, lo cual no me lo hizo tan sencillo pero aún así terminé ganando, recibiendo un abrazo de su parte al final de la contienda.

Al llegar a backstage, Seth estaba conversando con Hunter, traté de caminar por un costado sin que notaran mi presencia, pero una mano sujetó mi brazo. Me giré y era Hunter, Seth solo quería dejarme ir.

—¿Aun sigues enojado conmigo? —pregunté.

—H, fue mi culpa, yo le insistí para que nos fuesemos juntos —Seth habló queriendo liberarme.

—¿Es eso cierto? —me miró.

—Bueno, en parte si —mordí mi labio, no lo iba a dejar que se culpara por todo—. Pero yo pude haberle rechazado la oferta y decirle que tú me lo habias negado, pero aún así acepté —le dije como si no tuviera nada de culpa.

—Entonces ambos están castigados —me soltó y se marchó, Seth iba a decir algo pero solo soltó el aire resignado.

—¿Por cuanto tiempo? —le grité.

—Mañana no van a salir al escenario.

—¿Eso quiere decir que podemos faltar?

—Inténtalo, y te penalizaré por más tiempo.

—Gracias.

—¿Qué haces? —Seth se paró al frente de mi.

—No lo sé —me encogí de hombros.

—Estás loca ¿sabes? —me abrazó.

—¿Y quién dijo que por un minuto dejé de estarlo?

—Has vuelto a ser tú —me abrazó más fuerte, como si no me hubiera visto desde hace décadas.

—Pero aún no olvides que sigo insegura con darte esta oportunidad —me separé y me arreglé la ropa.

—No lo he olvidado —sonrió—. Por eso quería invitarte a salir mañana, como ya le hiciste saber a Triple H que faltarías, quería aprovecharlo —se encogió de hombros.

—Bien pensado —admití.

—Pasaré por ti a las diez de la noche —me guiñó un ojo y empezó a caminar lejos de mi.

—¿A dónde iremos?

—Sorpresa —me respondió y desapareció por el pasillo. Hice lo mismo y fui con los demás que estaban viendo el resto de la noche por el televisor, estaba Becky así que me senté a su lado, al hacerlo ella me sonrió y golpeó su puño contra el mío.

—Hey, Violett.
Apareció Ziggler.

—¿Cómo estas, Dolphie? —le sonreí y él se sentó a mi lado—. ¿Cómo te va con Alex?

—Bien, gracias.

—Supe en Twitter que van a cumplir cuatro meses de noviazgo.

—Si, de eso te iba a hablar —masticó su chicle—. Alex quiere pasarlo contigo.

—¿Qué? Pero si es algo entre ustedes dos, algo intimo y personal.

—Eso le dije yo, pero aún así me insistió —se encogió de hombros.

—¿Qué quiere que haga por ella?

—Quiere que salgamos en una cita doble.

—No voy a dejar de insistir con que es absurdo —hice una mueca.

—No, tranquila, si ella lo quiere así no hay problema para mi.

—¿Seguro?

—Sip.

—De acuerdo, dime cuando será —saqué mi celular del bolsillo.

—Mañana, por la tarde.

—¿Mañana? —dejé de mirar mi celular—. ¿A qué hora con exactitud?

—Diez de la noche.

—Estaría perfecto —golpeé ligeramente su hombro—. ¿Les molesta si llevo algún acompañante?

—Eso seria lo ideal, por algo quería una cita doble.

—¿Te parece si llevo a Becky? —bromeé tomando la mano de ella, a lo que Becky me miró confundida.

—Estaría seguro que a Alex no le gustaría —rió.

—De acuerdo, llevaré a un chico —rodé los ojos y reí con él.

—Nos vemos mañana —besó mi mejilla y se fue.

—Cambio de planes, no podemos salir mañana.

—¿Pero yo qué...? —frunció el ceño.

—No, no te decepciones, saldremos algún día —aguanté una risa y seguimos viendo la pantalla.



La noche estaba llegando a su fin y ahora podía irme, fui por mis cosas a mi camerino y salí directo en busca de mi auto.
Quería contarle a Colby que mañana no estaríamos solos, pero luego pensé que seria una gran sorpresa para él y para Alex, seria algo nuevo para mi y tal vez para todos ellos.

Subí a mi vehículo y con rapidez llegué a casa, las luces estaban apagadas pero Matt se encontraba afuera con un cigarro entre sus labios, la barba le estaba creciendo y a él no le importaba. Tampoco le quedaba tan mal.

—¿Qué haces aquí tan tarde? —bajé del auto.

—Esperándote —me miró de pies a cabeza—. Lindo atuendo.

—Gracias. Pero ya lo habías visto.

—Solo por la televisión —me ofreció el cigarrillo.

—Será el último que dejo entrar en mi organismo —lo tomé en mis dedos y lo miré por varios segundos.

—Me alegra que tengas fuerza de voluntad —metió una de sus manos en su bolsillo.

—Gracias —llevé el cigarrillo a mis labios y aspiré un poco, luego se lo devolví—. Me alegra que te hallas dejado la barba.

—¿Te gusta? —sonrió y se tocó la corta barba que ya tenía.

—Si, te hace ver mayor y sexy. Te queda bien.

—Gracias —le dio una última calada al cigarrillo y botó la colilla para luego pisarla—. Vamos adentro —tomó mi mano y entramos a casa, dejé las cosas en cualquier lado y subimos por las escaleras.

—¿Puedes... puedes dormir conmigo? —le pregunté con temor.

—¿Quieres que lo haga?

—Me acostumbré desde la última vez.

—No hay problema —me dejó en mi cuarto—. Llámame cuando estés lista —fue a su cuarto. En eso entré al mío y me cambié de ropa, cuando estuve lista lo llamé y él no tardo en llegar.










—Violett despierta, estás... aplastándome —Matt dijo con mucha dificultad.

—¿Eh? —abrí los ojos y estaba sobre su cuerpo, formando una cruz—. Lo siento —me senté.

—No hay problema... Pero es hora de levantarnos, Alex llamó y quiere salir a almorzar contigo dentro de dos horas.

—De acuerdo —no lo pensé dos veces y me levanté para entrar al baño.

—Dijo que la llames cuando estés lista —avisó antes de salir del cuarto.

—Gracias —le respondí lavando mis dientes. Pensaba no tomar una ducha, pero luego me arrepentí y entré a la ducha.

Al salir me cambié de ropa, con algo casual. Mis tripas empezaron a sonar y no me quedó otra opción que salir descalza a la cocina, la noche anterior no había comido nada y eso aumentó más mi sufrimiento.

Revisé el refrigerador y solo encontré una dona, había que ir a comprar las cosas.

—En un rato iré a comprar las cosas —apareció Matt poniéndose la camiseta—. ¿Quieres algo en especial?

—Más donas —mordí la que tenia en los dedos—. Y un poco de ositos de goma.

—¿Segura de eso?

—Si.

—Como tú digas —me quitó el último cachito de la dona.

—Hey —me quejé—. Iré por algo de dinero.

—No te preocupes, yo tengo —besó mi frente y salió de la cocina, luego sentí la puerta de casa. Aquella dona se había llevado la mayoría de mi hambre. Subí a mi cuarto, me puse unas zapatillas y me dí cuenta que debía llamar a Alex.
Me hice una coleta, arreglé un poco mi rostro con maquillaje y tomé el celular. Al segundo tono ella contestó.

—Hey black —rió.

—Por favor Alex, deja de llamarme por el color de mi cabello —reí con ella.

—No, así fue siempre se quejó—. No voy a cambiar ahora.

—De acuerdo. Matt me contó que me necesitabas.

Si, quería que almorzáramos juntas.

—¿Cuándo?

—En estos momentos, si no tienes problemas.

—Iré por ti al trabajo, no tardo.

—Te estaré esperando colgó.

Guardé el celular en mi bolsillo, le mandé un mensaje a Matt de que saldría y tomé las llaves del auto para ir por Alex.

Al llegar allí, ella estaba esperándome afuera tan elegante como siempre, por un segundo me sentí pobre pero eso desapareció rápidamente. Subió al auto y me sonrió.

—¿Cómo estás, cielo? —preguntó ella besando mi mejilla.

—Bien, ¿y tú? —frené cuando el semáforo se puso rojo.

—Bien, hoy cumplimos cuatro meses con Nick.

—Eso me estuvo contando él —sonreí y la miré—. Quieres pasar esa feliz celebración conmigo, ¿eh?

—Tú fuiste quien nos junto, ¿por qué no pasarla contigo?

—Porque de algún modo es personal —respondí con obviedad—. ¿Qué pasaría si Nick quisiera festejar teniendo relaciones? Yo no puedo estar mirándolos solo porque tú quieres.

—Vamos, Violett... solo será una cena —rió de lo que yo había dicho.

—De acuerdo —aceleré para seguir el camino al mismo restaurante que solíamos ir habitualmente—. Llevaré acompañante si no te molesta.

—Eso te iba a pedir —cambió de dirección en su asiento para mirarme—. ¿A quién llevarás?

—Será sorpresa —estacioné.

—No, dímelo —se quejó.

—¿Ya no te gustan las sorpresas?

—Claro que si, pero debo estar de acuerdo con quien llevarás.

—No, esa no es una buena excusa para sacarme el nombre de esa persona —bajé del auto, ella hizo lo mismo, pero su celular comenzó a sonar de repente.

—Hola mi amor, ¿cómo te va en el gimnasio? —sonrió, sus ojos se llenaron de ese brillo especial, ese brillo característico que no había visto en ella hace muchísimos años. No creí que estuviera enamorada de verdad—. Si, estoy con Violett...puedes venir si quieres... no, no hay problema... así también nos ayudas a decidir los últimos detalles para esta noche —río—. También te amo bebé... no tardes —colgó.

—Lo amas de verdad, ¿no es así? —la miré.

—No sabes cuanto —suspiró—. Él... él cambió mi vida, cambió mi mundo. En estos momentos me doy cuenta que no sabría lo que hubiera pasado de mi si él no hubiera aparecido —su voz se llenó de vida, de mucha felicidad.

—Me gusta como dices esas palabras, porque realmente las sientes —la abracé mientras caminábamos a la entrada, Alex río y me abrazó también.

Al entrar, el hombre reconocía nuestras caras y aunque estuvieran todas las mesas ocupadas, nos llevó hasta una cerca de la ventana. Esperamos a que llegara Nick y luego hicimos nuestros pedidos. Se veían tan felices juntos, ellos tenían un amor de aquel que te da envidia, pero no puedes hacer nada al respecto, solo... mirar con melancolía.

—Y bien, ¿será una noche formal o informal? —pregunté para que dejaran de compartirse babas.

—¿Tú que opinas, amor? —Alex lo miró.

—Por mi da igual, las dos opciones están bien —se encogió de hombros.

—Entonces formal será —bebió de su copa, Nick besó su frente mientras la abrazaba.

—De acuerdo —comí mi ensalada—. ¿A qué hora será con exactitud?

—¿Qué le has dicho? —Alex le preguntó nuevamente.

—A las diez.

—Será a las diez en punto —me miró a mi.

—Vale, última pregunta. ¿En qué lugar?

—Aquí, es elegante y tiene una hermosa vista —se apoyó en Nick, solo le asentí y seguimos comiendo. Era inevitable no ver la forma tan empalagosa y adorable con la que se trataban.

—Si tan solo Colby me amara de la misma forma en que lo hago yo... —susurré mirando por la ventana.

—¿Has dicho algo? —preguntó Alex.

—N-No... y-yo... ya me tengo que ir, o no me quedará tiempo para arreglarme —les guiñé un ojo y salí de allí. Mi cabeza seguía atormentándose con las imágenes de ellos dos juntos, mirándose con un amor único e irremplazable.

Moví mi cabeza para ambos lados, haciendo que todo desapareciera y volviera a ser yo misma.
Tenía que prepararme para esta noche, pero antes tenía que mandarle un mensaje a Colby.

Para: Colby.
"Esta noche yo decido donde iremos. Procura estar elegante."

Le mandé y emprendí marcha de nuevo a casa.





Tan solo faltaban cinco minutos para las diez y estaba esperando a Colby. Las manos me sudaban y tenía miedo del que pensaran de mi vestido, no era una chica de vestidos así que no podía saber si me quedaba o si estaba bien con el contraste de mi piel. Pero Matt decía que me veía hermosa.

—Colby ya esta aquí —me gritó Matt desde la puerta. Con temor salí de la cocina y me acerqué a él, pero éste no dejaba de mirarme con los labios entre abiertos. Matt se sentó en el sofá a seguir viendo su programa favorito.

—¿Tan mal me veo? —sonreí de lado al acercarme a Colby, él estaba con un traje, se veía apuesto como siempre.

—Estas hermosa —tomó mi cintura, me pegó a su cuerpo y besó mi mejilla.

—Gracias —sentí mi mejillas arder—. Igual tú, estas muy apuesto.

—Gracias. ¿A donde me llevarás hoy, señorita?

—Solo déjame guiarte —guardé el celular en mi bolsillo—. Matt, ya nos vamos.

—Lopez, no me la traigas tan tarde —lo apuntó.

—La cuidaré muy bien —besó mis labios sin que Matt nos viera.

—Eso no fue lo que dije —lo miró con una sonrisa.

—Pero importa más que traerla de vuelta temprano —cerró la puerta. Tomó mi mano y caminamos hasta su vehículo.

—Déjame conducir a mi —le pedí.

—Claro, tú mandas esta noche —me ayudó a subir en el asiento, cerró la puerta y se subió en el asiento del copiloto.

—Eso quería escuchar —reí y encendí el motor para ir al restaurante.

Al llegar ahí, fue difícil encontrar un lugar donde estacionarse, por lo que tuvimos que caminar unas cuadras para llegar al restaurante. Por lo menos Colby animó todo el camino hasta llegar al lugar.

—Solo te diré que no estaremos solos —le comenté al momento en que él tomaba mi mano. No dijo ninguna palabra y tan solo me siguió—. Hemos llegado —dije al estar frente a la mesa de Alex y Nick, ellos levantaron su vista hacia nosotros y a Alex se le borró la sonrisa, pero luego se dio cuenta.

—Siéntense por favor —se paró Nick e hizo un ademán para que nos sentáramos. Colby tomó mi cintura y me dejó pasar al asiento con vista a la ventana, frente a Alex, luego se sentó él.

—No esperaba que vinieras con Colby —Alex me habló, pero Nick le dio un pequeño empujón—. Digo, porque es una gran sorpresa —sonrió.

—No, es que de hecho, nosotros teníamos una cita —le respondió Colby—. Pero Violett pensó que esto sería una buena ocasión para hacer algo diferente.

—Es bueno verte aquí —Nick alivianó el ambiente—. Bueno, ¿quieren pedir ya?

—Seria lo ideal —le sonreí. Hicimos nuestros pedidos y el mesero no tardó en traerlos, en eso, la charla no fue muy buena a mi parecer, Alex no dejaba de hablar de lo que tuvo con Colby, mientras que Nick y yo fingíamos estar de acuerdo con ese tipo de conversación. Era mejor comer en silencio, pero la mano de Colby me sobresaltó haciendo que el tenedor cayera de mis dedos, al sentir que la posaba sobre mi muslo.

—¿Sucede algo, Violett? —me preguntó Alex.

—No, solo... me acordé de algo —le sonreí con dificultad, luego miré a Colby disimulada. Éste solo siguió subiendo—. Basta —le susurré. Siguió haciéndolo, no me quedó otra opción que dirigir mi mano hasta sus pantalones y darle un ligero apretón provocando que su cuerpo se tensara y alejara su mano de mi—...Y chicos, ¿qué me cuentan de su relación? ¿qué piensan hacer a futuro?

—Alex y yo pensamos casarnos —habló Nick.

—¿Qué? ¿tan rápido? —dejé de comer—. Están cumpliendo cuatro meses juntos, ¿no es muy rápido?

—Es que Violett... —suspiró Alex—. ¿No te ha pasado que conoces a esa persona por la cual darías todo? ¿Esa persona que ha llenado tu vida de color, después de haber pasado años viviendo en blanco y negro. Esa persona por la cual morirías si no esta a tu lado? —tomó la mano de Nick mientras formulaba las preguntas—. Esa persona que llega a tu mundo cuando menos lo esperas y te motiva a cometer locuras.

—S-Si... —susurré y disimulada volví a mirar a Colby, él estaba mirándome.

—No es una locura cuando se ama —me habló y tomó mi mano por debajo de la mesa. Eso hizo latir mi corazón a mil por hora—. Yo creo que está bien la decisión que quieren tomar —los miró—. Para eso existe el divorcio —río, lo que ellos también rieron.

—Bien dicho —me uní a ellos.

La noche continuaba y ellos no dejaban de reír, me sentía tímida y frente a personas extrañas porque no tenía que decir. Colby los sorprendió más de lo que ellos pensaban, podía verlo en sus caras y eso hizo enorgullecerme de haberlo elegido a él como acompañante.
Pero Alex comenzó a hablar nuevamente de los momentos que tuvo con Colby, no sabía cual era el afán de volver a recordar lo que Colby no quería y Nick no quería escuchar.

—Aún así nos hubiéramos divertido más estando solos —susurró en mi oído. Sonreí y pedí disculpas para ir al baño, Colby me dejó salir y fui al lugar, revisé mi maquillaje, pero en eso sonó mi celular. Lo revisé y era un mensaje de Colby.

"Te espero afuera del restaurante"

¿Qué? Solo fruncí el ceño y le respondí.

¿Disculpa? No puedes ser tan mal agradecido.

Tú me trajiste, no puedo ser mal agradecido de algo que no fui invitado...

Pero aún así, Colby.

Vamos, después nos disculpamos, la noche es joven y yo quiero divertirme contigo no hablar de decisiones a futuro.

Eres un idiota, enseguida voy.

Suspiré con una sonrisa y sin que nadie me viera salí por atrás del restaurante, al momento que iba a dar toda la vuelta Colby me sujetó del brazo y me tomó de la cintura.

—Qué tienes planeado ahora ¿eh?

—Ya verás —sujetó mi mano y salimos de allí en dirección donde había dejado el auto. No me dejó subir, en cambio, miró el parque que se encontraba al frente.

—No me digas que ahora quieres bañarte en esa fuente —dije bromeando. Pero él me tomó en brazos y quitó mis zapatos—. No, Colby no —advertí, pero caminó hacia ella y me dejó dentro mientras el agua caía y mojaba mi cabeza—. ¡Te odio! —reí quitando el cabello de mi rostro. Lo tomé de la camisa y Colby cayó a mi lado mojándose completo—. ¡Que te parece eso!

—¡Oye! —empezó a tirarme agua con las manos, también se lo devolví. Luego empecé a correr por toda el área de ésta mientras él me perseguía—. ¡No puedes huir! —me tomó por la cintura y se dejó caer conmigo al agua.

—¿Esta era tu gran idea? —le mojé el cabello haciendo que éste se le posara en la cara.

—No, pero es aún mejor —se quitó la liga del cabello dejándolo caer por sus hombros, luego se dedicó a mirarme con una sonrisa.

—Deja de hacer eso —lo empujé, solo sonrió.

—¿Cual es tu sueño?

—Un beso bajo la lluvia —sonreí avergonzada—. ¿Y el tuyo?

—Que comience a llover —me miró coqueto.

—Eso es imposible —le saqué la lengua, pero de repente el agua empezó a ser traspasada en diminutos puntitos—. ¿Qué? —miré el cielo y éste cubrió mi rostro de agua—. ¡Eres un maldito bru... —no me dejó acabar y atrapó mis labios con los suyos, esto era casi imposible, esto solo pasa en las películas. Sus labios cubrían los mios.

—Es hora de irnos —dijo al dejarme libre, me tomó en brazos y también mis zapatos, luego corrió hacia su auto y fuimos a casa.

 
Al llegar a casa, aún no dejaba de llover y Colby quiso acompañarme hasta la puerta. 

—¿Te vienes conmigo? —dirigió sus manos a mi nuca, me miró por varios segundos, su cabello se pegaba en su frente y su barba se llenaba de agua, una sonrisa se formó en sus labios y besó los míos.

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