𝟬𝟭. 𝗴𝗵𝗼𝘀𝘁
Ella llego como una bendición
un camino para salir del dolor
— ¿QUÉ TIENES TU, QUE SEA DE MI INTERÉS? — la ojiverde se lo pensó con un gesto exagerado. De pronto, dio un aplauso antes de extender su mano y darle inauguración mirada con ese par de esmeraldas enmarcadas en su rostro por el kohl — Quiero 5,000 wones.
Daniel parpadeo confundido. Sus fuentes (Haru Park, no muy confiable tras la platica con las hermanas Matsumoru) te habían advertido del precio a pagar en el cabaret subterráneo Hevel, cuarta filial del club exclusivo La casa de Asmodeus, era algo extraño la mayoría de las veces para los externos, y podía ir desde algo simple y absurdo hasta el objeto de tus mayores obsesiones. Todo dependia del humor de la misteriosa Madame Dead.
Un traje negro con detalles neon brillando a la luz ultravioleta del cabaret mientras su rostro tenía esa inerte y gran sonrisa que prevalecía por encima de cualquier cosa. Madame Dead era una criatura misteriosa y de cuidado con más conocimiento del que aparentaba.
— Aquí tienes — dijo Daniel firme extendiendo el billete a la chica.
— Ese no — dijo ella — Quiero esos 5,000 wones.
Algo en la mente de Daniel encajo y su rostro se mostró aún más serio.
— ¿Por qué? Aquí están tus 500 wones, tomalos — el chico insistió con el billete en su mano derecha y apreto el agarre en la cartera con la otra.
— No intentes engañarme Danny — musito la ojiverde moviendo una vez más su mano frente a el — Mamá no sabrá que en que usaste el dinero que te dio para que te cuidarás en tu otro cuerpo.
— Chico, — llamó uno de los guardias, ya irritado por su tardanza y la larga fila — Paga o lárgate por donde viniste.
— ¡Apúrate de un vez! — grito un chico de la fila unos escalones más arriba en la escalera que llevaba al cabaret.
— Tranquilo Han — ordenó madame usando el apellido del guardia de una cicatriz en la ceja — Escúchame Danny — la chica lo tomó del cuello y enredando sus brazos en su nuca, quedando en una posición comprometedora. Los labios helados de madame rozaron el oído de Daniel, quien se estremeció ante el tacto saliendo de su trance — Si no me pagas esos 5,000 wones ahora, no te diré lo que se sobre el jefe de Workers más adelante.
— ¿Qué? — musito el pelinegro sorprendido de que alguien de Asmodeus supiera algo de Eugine, el chico que parecía imperturbable — ¿Sabes algo de Workers?
— Mis amigos en el otro lado saben muchas cosas Danny. Ahora pagame y entra antes de que me arrepienta.
Madame se alejo de Daniel y regreso a su lugar en la puerta interior del Hevel cruzando sus piernas como indio. Daniel tomó su cartera y con lentitud sacó los 5,000 que su madre le otorgó en el otro cuerpo y que el guardaba como amuleto de la buena suerte. El azabache extendió el billete en su dirección y ella ensancho aún más su sonrisa, si era posible.
— Bienvenido al Hevel, Danny.
Recapitulemos. Todo empezó con el chico nuevo del departamento de moda, Daniel Park. Enid admitía que era alto, guapo, inocente y fuerte,muy fuerte. Danny Park era una suma interesante a la preparatoria J.
— ¡Es tan guapo!
— Parece modelo
— No, un idol
— ¿Será soltero?
Enid suspiró en su asiento con la cabeza agachada y un palpitante dolor de cabeza, arta de escuchar alagos a un chico guapo solo por que era nuevo.
— ¡Enid, cielo! — en momentos como ese, la imponente voz de Lorna y su gran capacidad pulmonar parecían una tortura impuesta por los mismísimos seres celestiales.
La de los mechones suspiró y se sentó sentó la mesa frente a la ojiazul — Tengo aspirinas.
— ¿Ya te había dicho que te amo? — pregunto Enid levantando la cabeza con una mueca que intentaba ser una sonrisa.
Lorna río entre dientes — Todo el tiempo cielo, todo el tiempo. Ahora tomate las pastillas, debemos ir a la cafetería, ¡y nada de saltarse el almuerzo otra vez!
Lorna Kim, una amiga leal que estuvo con Enid desde los tiempos en que no era más que una niña huérfana y vagabunda de Seúl, siempre cuidando de ella incluso en las noches que los espíritus eran más fuertes.
— Como órdenes mamá — se burlo Enid antes de pasar las pastillas con la botella de agua que Lorna le ofrecía.
El camino a la cafetería fue tranquilo por poco tiempo, pues a ellas se unió Isis Yang, su albina amiga del departamento de belleza que, irónicamente, no soportaba a sus compañeras y la adoración que parecían tener por el único chico en su clase, Eli Yang.
Al llegar las tres se toparon con su jefa, Haru Park, la única mujer del departamento de arquitectura.
— ¿Cómo te va con Tabasco? — pregunto Isis con diversión a la (en esos momentos) castaña.
Haru soltó un suspiro de frustración y dejo caer su cabeza contra la mesa.
— No capta ni una sola de mis señales — la castaña miro a sus compañeras, sus amigas, y se detuvo en la de pelos plata y piel de nieve, casi como reclamándole un silencio.
— Insisto, la hipnosis sería más fácil.
— No voy a hipnotizar a Vasco, Lorna. Sus amigos se darían cuenta de inmediato, ¡y todo el plan se iría al diablo!
— Heon dice que solo es tímido — les informo la pelinegra alzándose de hombros.
— No te ofendas Enid, pero aveces tu y tus fantasmas me dan miedo — admitió Isis.
En la mesa se instalo un silencio incómodo. Enid sabía que su poder aún llegaba a confundir o perturbar a algunas personas, pero eso no evitaba los amargos recuerdos de su vida en el campo que surgían desde lo más profundo de su mente cada que alguien admitía tenerle miedo o la miraba con despreció.
— Además, tengo un problemita llamado Jace Park.
— ¿Qué pasa con Dumbo? — Lorna comió una papa de una bolsa de frituras que saco de quien save diablos donde — ¿No confía en ti?
Haru le dio la razón con su silencio y le robo una papa.
— Déjenme al detective a mi señoritas — Isis sonrió — No por nada llegue a ser quien soy ahora.
Enid hizo una mueca. Isis era conocida como la mujer más hermosa del mundo, capaz de tener a cualquiera a sus pies, y eso contribuía al leve toque infantil y juguetón de su actitud. Algo que al parecer era todo un encanto para Madame.
Las voces de sus amigas y colegas se perdieron en el viento cuando tres chicos del departamento de canto entraron en la cafetería. Al pasar de lo años, Enid había identificado los signos de un alma en pena que murió de manera prematura, y en momentos como ese era muy útil.
Ojos fríos inyectados en sangre, piel pálida con las venas prácticamente negras y gritos, muchísimos gritos, pidiendo ayuda, clamando piedad y maldiciendo a su asesino por la eternidad. Por eso a Enid siempre le resultó tan extraño el fantasma que seguía al molesto chico de canto, Vin Jin. El espectro en cuestión tenía los brazos y las piernas rotos, la mirada perdida y no hacía el mínimo intento por hablar, incluso parecía que el pobre tenía miedo de su asesino. Siempre estaba detrás de Vin, huyendo de su mirada, a pesar de que el no pudiera verlo.
No supo cuanto tiempo se perdió en la mirada fija, temerosa y arrepentida de ese chico. Perdió el hilo de las voces de sus amigas, el comienzo de la pelea entre Vasco, Vin y Daniel. Sólo pudo reaccionar cuando sintió el golpe frío y sordo en su frente.
— Mierda — Lorna se levantó de la mesa rápidamente y fue a su lado para poner aunque fuera un pedazo de tela en la herida.
— ¡Buen hecho, animal! — Isis se levantó y a grandes zancadas se acercó hasta Vin y le dio un empujón que pudo haberlo tirado de no ser por sus dos acompañantes — ¡Enid esta sangrando por tu culpa!
¿Estoy sangrando?
Tan familiarizada con la muerte, Enid solo pudo reír entre dientes al ver la mirada de pena que le daba el fantasma de los brazos rotos detrás de sus ojos temerosos.
Nii_etoile Espero que te gustará :^
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