Aquel último mes ha sido agobiante para San, quien ha tenido que escuchar a su amigo en miles de ocasiones hablar de la tal Jihye. No lo hace delante de ninguno de sus compañeros, solo cuando están solos aprovecha en contarle y repetirle una y otra vez lo linda que es la chica, llenando su corazón de celos y tristezas.

No es la primera vez que Wooyoung le habla con facinacion de alguna chica que ha llamado su atención, siempre acostumbra a escuchar como cae por cada Idol femenina o actriz bonita que ve. Pero así como de rápido se "enamora" así de rápido las olvida y se aburre. Su ilusión a veces solo dura por un rato y a lo máximo una semana.

Pero lleva un mes.

UN MES.

Y en todos estos días lo ha visto no solo emocionado, también nervioso, buscando la manera de encontrarla en los pasillos y lograr hablar con ella.

Maldita sea mi suerte.

Si, realmente tiene mala suerte ya que solo salió a comprar un jugo de la máquina expendedora junto a su revoltoso amigo y justamente va pasando la chica que tanto vuelve loco al menor.

Wooyoung al verla se escandalizo y se apego a San para susurrarle muy cerca al oído.

—¡Es ella, es ella!

—Ya sé —aseguró entre dientes, con molestia. Se gira para ver el rostro de aquel tonto y percatarse de lo cerca que se encuentran sus labios. Respira el aire caliente que exhala el menor y se sumerge en una calidez inmediata que lo hace caer por completo ante sus genuinos encantos.

Si solo se mueve unos centímetros hacia adelante, solo un poco más, logrará rozar sus labios con aquellos belfos rosados y apetecibles. Se contuvo por el contrato y también para preservar la amistad que comparte con el menor, es tan sagrado para que teme incomodarlo y alejarlo.

Se alejó con un rubor en las mejillas y dirigió su vista a la muchacha, la cual ya parece haberlos visto. Ella se inclina por respeto y antes de que pudiese irse, San abrió la boca.

—¿Podrías darle tu número a Wooyoung? —cuestionó directo sin escrúpulos.

Woo lo mira perplejo y lo empuja. —¿D-De qué hablas? —su rostro completamente sonrojado.

Jihye los mira y se ríe apenada. —Oh... Está bien.

Su emoción al tener el número de aquel artista fue notorio. Wooyoung se sintió importante y querido, rápidamente intercambiaron sus números y el muchacho prometió escribirle. Todo bajo la atenta mirada de San.

¿Por qué lo ayudó? Se preguntó.

Pero al ver su cálida sonrisa llena de felicidad causada por su ayuda, sintió que todo valía la pena. Mientras pueda preservar su alegría y protegerlo de la tristeza, no le importa hacer tales cosas, aún si es él quien termina dañado.

Wooyoung lo hacía ser así. Sacaba partes que no sabía que tenía de si mismo.

🥺🥺