Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10









—Maldito Coronavirus —maldijo de pronto Woo mientras se mete a la boca un bollo de arroz entero con molestia.

San se ríe ante tal acción, pareciéndole tierno el menor con sus dos mejillas abultadas y sus labios sucios como un niño pequeño. Tomó una servilleta y se lo limpio con cuidado.

—Pobre, lo tienes como un sirviente —opina Mingi.

—¿Yo? Él es el que decide servirme —se excusó de inmediato.

—Apoyo a Woonie —interviene el capitán muy ocupado con su comida —El Coronavirus no vino ser amable.

—Las presentaciones no son como antes, no vemos a nuestros fans y ya ni siento la energía, la emoción y la adrenalina.

—Es cierto —apoya el líder.

Woo mira con desilución la comida de su plato —Ya no vemos chicas bonitas tampoco.

Ante tal revelación sus compañeros lo abuchearon por andar de pretencioso con las Ídols que le rodean, mientras San esboza una forzada sonrisa incómoda.

Luego de comer, Jung se dirige al baño del pasillo. Ya de regreso se topa con una chica completamente desconocida y de apariencia joven. Ésta sostiene una caja la cual parece más pesada que ella.

Antes que se cayera de sus manos, el muchacho corrio hacia ella y tomó la caja.

—Dejame ayudarte, es muy pesado para ti —dice con amabilidad llevándose la caja.

Ella al verlo se sorprende y niega de inmediato —¿Cómo puedo hacerlo? Mejor déjeme la caja, debe estar ocupado con su trabajo.

Woo niega y retrocede impidiendo que ella tome el objeto.

—No debemos mantener contacto, hay una enfermedad exparciendose —dice la muchacha.

Su cabello teñido de un castaño natural, un flequillo adorna su frente con su pelo recogido en una coleta mas un lindo lazo blanco. Un maquillaje sutil y bonito se ve en sus ojos de cachorro. Delgada y bajita. Woo se lamento no poder ver su rostro completo por culpa de la mascarilla.

—Está bien, no es nada. Soy sano. ¿A dónde llevo esto?

Ella no tuvo más opción que asentir.

Le indica el camino al muchacho manteniendo una distancia cuidadosa.

Al ver que se detuvo en frente de una puerta, lo hizo.

—Aquí está bien, yo entraré con la caja.

—Bueno —asintió y se la dió —Con cuidado.

—Muchas gracias.

—No es nada. ¿Cómo te llamas?

—¿Ah?

—Sabes quien soy pero yo no sé quién eres.

Ella con nervios se ríe y asiente —Yo soy Jihye.

—Jihye —murmuro sintiendo una dulzura inexplicable en su corazón —Es un bonito nombre.

—Gracias, usted también tiene un nombre bonito.

—¿Solo mi nombre? —cuestiona juguetón pero antes de que ella pudiese decir algo él simplemente rió —Ya te dejo, nos vemos, Jihye.


Y así mismo se despidieron.

Woo se dirigió hacia la sala de práctica sin borrar la tonta sonrisa de su rostro.





«Es muy linda.

Es de mi tipo» pensó con ilusión.



No se dió cuenta desde que entró, San se ha mantenido curioso ante tal repentina boba sonrisa de su rostro.

Choi se acercó al menor pero al notar que no parecía percatarse de su existencia agitó la mano enfrente de sus ojos. —¿Woo?

—¿Ah? Si, si. Estoy aquí.

—¿En qué andas pensando que estás por las nubes?

De inmediato, vuelve a sonreír como un niño. Toma del cuello de la camisa del mayor, para halarlo hacia el, acortando la distancia de sus cuerpos y rostros. El corazón de San late apresurado al estar tan cerca que puede contar las pestañas ajenas.

Woo como un pequeño contando un secreto le susurró al oído.

—Conocí a una chica muy linda.

Sus palabras solo lograron romper por completo la esfera de cristal que los envolvía como enamorados, una que San creyó que tenían. Le mira perplejo sin saber qué decir.

—Oh... Está bien.

—¿Está bien? —cuestiona incrédulo.

—¿Que más quieres que te diga? —frunce el ceño con molestia.

—Me gusta, me gusta ella.

Su corazón es nuevamente golpeado de manera brutal mientras mira con tristeza al menor. ¿Cuando se dará cuenta de cómo sus ojos lo miran? ¿Realmente cree que lo ve como un simple amigo?

Forzó su voz a salir cuando lo único que quiere hacer es llorar —¿Y por qué me lo dices?

—Eres mi amigo... —frunce sus labios en un tierno puchero. —No puedo ocultarte nada —al final negó y se alejó —Esta bien, ya no te molestaré con esto.

—Recuerda el contrato —fue lo único que pudo salir de sus labios. —Debes tener cuidado.

—Lo sé.

San se sintió un hipócrita al decir que recuerde no incumplir el contrato cuando es él quien mas tiene ganas de hacerlo.


















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro