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09



San se siente cansado y sucio.


Luego de una de las tantas presentaciones que hace su grupo promocionando la nueva canción, por fin pudo llegar a casa en plena madrugada.

Antes de si quiera hacer cualquier cosa se dirige a la habitación para deshacerse de su ropa y meterse al baño.

Gira el grifo y agua fría cae en su fornido pecho atlético y hombros centímetros más anchos. Luego de años entrenando por fin está logrando cambiar lo que más odia de su físico, aunque sigue siendo muy delgado poco a poco, siente que lo está logrando.

Sumergiéndose debajo del agua mientras cierra sus ojos, de pronto para sorprenderlo la puerta de la bañera es abierta siendo deslizada a un lado y antes de que pudiese reaccionar ve a Wooyoung entrar junto a él completamente desnudo.

Se gira dándole la espalda al menor con los nervios de punta. No atreviéndose a echarle un vistazo al cuerpo ajeno.

Hace años se bañaban juntos pero luego de ya no poder soportar sus impulsos decidió alejarse de aquella actividad junto al menor.



—¿Qué haces, ah? —Jung intenta hacerlo girar pero el contrario ni se inmuta. —¿Qué te pasa? ¿No quieres bañarte conmigo?

Nota como el cuerpo de San está tenso y como en el leve perfil de su rostro puede notar un rubor.

—Oh... Con que estás haciendo cositas, eh —asume con picardía mientras retrocede —Esta bien, siento molestarte. Sigue haciendo lo tuyo.

«¿Lo mío?

¿¡Qué piensa que hago!?»

Se gira sobre sus talones de inmediato no queriendo que el menor tenga una percepción diferente de él. Al verlo de espalda a punto de salir de la ducha se apresura en tomar su brazo y hacerlo girar bruscamente hacia él.

—No es lo que... —no pudo terminar su frase cuando nota que debido al impulso repentino que generó en el cuerpo contrario, Woo se resbala por el agua y cae en dirección al mayor.

San lo toma rápidamente temiendo que caiga pero él también termina resbalándose y ambos caen.

La ducha es bastante espaciosa pero no lo suficiente para tender un cuerpo completo, por lo que al caer, la parte superior termina por colisionar y apoyándose de la pared. Con su espalda chocando contra la dura cerámica, sostiene fuerte el cuerpo ajeno que cayó encima de él, temiendo que se lastime cuando su espina dorsal se ha herido más.

Suelta un bajo quejido adolorido mientras sus fosas nasales respiran el aroma del cabello del menor, justo debajo de si.

La posición es incómoda para sus cuerpos enredados de manera rara. Woo alzó su rostro y la punta de su nariz roza con la mandíbula del mayor. Ambos se ruborizan no solo por la cercanía de sus rostros, también porque cierta parte específica de sus cuerpos rozaron sin su permiso.

El menor se levantó abruptamente soltando una risa con falso humor, fingiendo demencia. Mira hacia los lados intentando no mirar directamente al contrario y menos a cierto amiguito que parece estar despertando.

—Woah, si que has crecido Sannie —suelta tratando de mostrar normalidad cuando se ve todo menos eso. —Y-Yo... Creo que mejor me voy, te dejaré hacer... Eso que hacías...

Rápidamente se escapó de la ducha cerrando la puerta abruptamente.

Luego de veinte minutos, Wooyoung se haya saliendo del baño vistiendo su pillama mientras su cuerpo tiene el limpio aroma del jabón. Su cabello pelinegro aún mojado cayendo encima de su frente, sostiene con una mano su toalla con la cual restriega encima de su cabellera.

Envía una mirada discreta al contrario, quien parece estar estirándose en frente de la cama de dos literas. Woo parpadea nerviosamente cuando nota la atlética espalda del mayor. Ha sido así desde hace algún tiempo pero es la primera vez que se pone a analizar su cuerpo de aquella manera, con su corazón palpitando de manera descontrolada y con un rubor que le hace sentirse caliente.

Su vista viaja secretamente sin poder evitarlo en aquellos hombros anchos y brazos fuertes, pensando en como se sentiría si es tomado y...

Woo se cachetea antes de si quiera pensar en algo más. En algo totalmente indebido y tonto. Es la mayor estupidez que ha pensado en toda su vida y eso que siempre piensa en cosas estúpidas.

San escucha aquel sonido y se gira al menor notando su mejilla roja debido al golpe. Le mira perplejo y preocupado —¿P-Por qué te hiciste eso?

—¿Esto? No es nada —dice con relajo y se acercó a la recámara para subir, queriendo escapar y ocultarse bajo las mantas pero antes de lograr su cometido nota la incomodidad de San al verlo encorvarse un poco mientras deja sus manos reposar en su espalda. Recuerda la caída y lo doloroso que pudo ser.


¿Por qué lo abandonó en la ducha si estaba herido?




«¿Y me hago llamar su amigo? Que tonto soy»



Se bajó de inmediato. —¿Te duele mucho?

—No es nada, tranquilo.

—Claro que si, ¿No ves como los dolores de espalda de Mingi le afectan? —San estuvo a punto de responder pero el menor no le dejó y lo empujó a la cama —Acuestáte, buscaré una crema para aplicarte.

Sale rápidamente hacia el botiquín del otro baño y toma una crema para heridas como hematomas, lesiones y demás. Al volver al cuarto ve al mayor sentado.

—¡Te dije que te acuestes!

—Dame la crema, yo me la aplico mejor.

—¿Y cómo lo vas a ver? ¿Acaso puedes?

—¿Y tú sabes dónde me lastime?

—¿Tus brazos son tan largos, ah? Deja de ser orgulloso.

—No soy orgulloso. Tu no sabes dónde me duele.

—¿Y crees que no se formó un hematoma o algo? Se va a notar y si no, me dices donde te duele y listo, problema resuelto  —insistió  mientras se aproximó y empuja sus hombros intentando darle la vuelta.

—Yo puedo hacerlo Wooyounggie.

—No puedes y punto —le miró con seriedad, sosteniendo con fuerza la crema que San quiere arrebatarle. —¿Por qué no me dejas hacerlo?


Choi mira aquellos insistentes ojos lleno de una seguridad abrumadora. Está decidió hacerlo él mismo pase lo que pase. Adora aquella faceta del menor, es tan seguro con lo que quiere hacer y nadie va a cambiar su opinión nunca. Tan espontáneo y directo. Pero él no es como el menor, lleva años oprimiendo sus pensamientos y deseos de una manera abrumadora casi inhumana.

Lo que sucedió en la ducha nublo su mente por largos minutos, apunto de descontrolar sus impulsos deseando lanzar al menor debajo de su cuerpo y volver sus cuerpos en uno mismo. Intentó soportarlo y lo sigue intentando, pero para lograr dormir en paz y no hacer algo que no debe, es mejor alejarse del contacto.

Al final, no pudo negarse al menor y se deshizo de su camisa para recostarse boca abajo.

Cuando siente aquellos delicados dedos delinear su espalda aplicando la fría crema, una especie de calor emergió desde la parte inferior de su cuerpo. Eso era lo que quería evitar.

Cierra los ojos con fuerza e intenta distraerse aún cuando todo su cuerpo desea fundirse de aquellas caricias, disfrutando del tacto mas de lo debido.


—Listo, verás que mañana te sentirás mejor y todo gracias a mis manos mágicas —dice con orgullo mientras se levanta y arropa al mayor. —Descansa como los ángeles mi querido amigo.

—Descansa... —respondió en un tonto bajo y ronco.


San se siente cansado y sucio por culpa de la situación que se haya.


Woo le deposita una confianza genuina y él como un tonto desea sobrepasarse, ensuciando la imagen del menor en sus pensamientos. No se lo merece.










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