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02







—¿Cómo puta me pongo esto? —cuestiona sin filtro Wonyoung teniendo entre sus manos un mini estuche con lentes de contacto, los cuales esta mirando con confusión.

Enfrente suyo el camarógrafo que se encarga de grabar los detrás de escena se rió pero aún así le pidió que dijera algo más sutil para poder publicar.

Luego de esto lo dejaron solo y prefirió esconderse para intentar ponerse el pequeño objeto al ojo pero simplemente no podía. Alzaba el rostro mirando hacia el cielo, abría su ojo hasta donde puede, con una mano expande sus párpados y con la otra tiene tomado con temblor el minúsculo objeto. Estuvo a punto de colocarselo, casi hasta que se pincho con su dedo.

Suelta un quejido y cerró los ojos.

—¡Maldita sea!

Devuelve el lente y los mira con rabia.





«¡Necesito ponérmelos ya! Soy el único que falta»



—Wonyounnie, ¿qué pasa? —se aproximó el peliverde con preocupación. Desde hace un rato se dio cuenta de la falta del menor, por lo que se dispuso a buscarlo. Se sentó en la banca junto a él y mira el pequeño objeto en el regazo ajeno —¿Aún no te los has puesto?

—¡Mira como dejó mi ojo! —señala su rojizo e irritado iris.

—Es incómodo pero no es tan difícil.

Jung frunce su ceño en desacuerdo, más no dice nada. Vuelve a tomar el lente con sus dos dedos y fue ahí cuando San lo detuvo, tomando su muñeca.

—Solo tienes que tomarlo con un dedo.

—¿Un dedo? ¿No se cae?

Suelta una ligera risa pero no de burla, le parecía tierno la inocencia del menor en algunos temas. Es tan audaz y seguro de sí mismo, hace todo como su corazón cree que se hace y nunca hace caso a los demás. Tal vez por eso es que no sabe correctamente algunas cositas simples como el ponerse un lente. Aún así, no le molesta enseñarle. Le gusta ayudarlo.

—Devuelvelo —el menor hace caso y deja el objeto dentro del pequeño estuche. San lo toma y lo agita levemente —Es importante que el lente esté bien hidratado, para que no se te dañe, infecte o lastime el ojo. Solo basta un dedo para tomarlo —usa su dedo índice y para sorpresa del moreno, se adhirió a la piel ajena y cuando fue a levantarlo, no se cayó.

—¿Quién inventó esto? —cuestionó sorprendido.

—Si, es muy útil y práctico de esta forma. Ahora, te lo pondré.

Ante su aviso, ambos se acercaron al otro, lo suficiente como para sentir sus respiraciones mezclarse emanando un calor. San con zumo cuidado abre los párpados del menor con una mano y la otra la acerca para colocarle el lente. Wonyoung con nerviosismo se muerde el labio inferior y aprieta sus manos contra sus propias prendas.

Cuando el mayor lo logró, el menor parpadea varias veces confundido para luego sonreírle.

—¿Tengo un ojo verde? —le preguntó con emoción.

—Si, falta el otro. Esta vez póntelo tu —le paso el estuche.

Con cierta inseguridad repitió todo el proceso solo pero esta vez, lo logró con éxito.

—¿Ahora tengo los dos ojos verdes? —señala sus orbes con emoción.

San se dispone a mirarlo y esboza una sonrisa. La respuesta tardó bastante en llegar ya que sin darse cuenta se mantuvo admirando al hermoso muchacho en frente suyo sin disimulo.

Wonyoung frunce su ceño confundido y si fuera de las personas blancas se hubiese ruborizado.

Cuando San se dio cuenta de la incomodidad del menor, dejó de mirarlo y se aclaró la garganta.

—Si.

Pero el silencio que siguió luego de ello fue aún más incómodo. El pelimorado siendo el que menos disfruta de ese tipo de situación abrió la boca pensando en decir algo contra al repentino silencio pero justo apareció Seonghwa llamándolos.

—¡Wonyoung es tu turno!

—¡Voy!

No solo para Wonyoung si no, para todo Ateez esta nueva experiencia como grabar en otro continente en un País completamente diferente al suyo les llenó de emoción, aunque el trabajo fue bastante duro. Las fotografías, las repeticiones de distintas filmaciones, una y otra vez.

Se tomaron el día entero ensimismados en su tarea hasta que el sol empezó a irse dando paso a la brillante luna. Y eso que no terminaron todo, mañana debían proseguir con el siguiente vídeo musical.

Luego de ordenar todo volvieron al hotel, fue ahí que los miembros de Ateez se repartieron las habitaciones. Y como típicamente, Wooyoung y San compartieron la misma.

Al apenas llegar, el pelimorado estuvo tentado a tirar se a la cama, pero se detuvo porque si lo hacía no volvería a pararse de nuevo.

—Usaré el baño primero —avisó y tomando unos productos básicos de higiene entró para bañarse.

Mientras San frunce el ceño al notar que la cama es matrimonial, se dio cuenta que el menor no le dio la más mínima importancia pero a él si le importa, muchísimo.

Prepara sus prendas y espera paciente a que el contrario termine de usar el baño mientras se distrae con el televisor pero todo es en árabe por lo que entender le es difícil, al final lo terminó apagando.

Si la empresa les permitiera usar celulares podría distraerse fácilmente.

Minutos después escucha la puerta del baño abrirse, se levantó de inmediato pero detiene su andar de forma abrupta cuando ve al menor recién salido de la bañera. Su abdomen y torso al descubierto, atlético y ligeramente trabajado. Lleno de agua que se desliza por su pecho hasta bajar por debajo de la toalla enrollada a su cintura. Sus cabellos húmedos cayendo desordenadamente encima de su frente.

Desvergonzado se dirige con tranquilidad a su maleta y toma una pillama. Al notar al mayor aún inmóvil, le mira.

—Ya puede usar el baño, Hyung.

San se aclara la garganta y asiente nervioso —Eh... Si, si...

Y rápidamente se escapó para encerrarse. Una vez cerró la puerta detrás de sí, apoya su espalda en ella mientras toma grandes bocanadas de aire intentando tranquilizar su corazón.

No es la primera vez que ve al menor de aquella forma y sabe que no será la última. Realmente odia a su alborotado corazón, el cual late por cualquier estupidez.

Quince minutos después sale listo del baño y vistiendo su pillama. Ve al moreno ya recostado y arropado.

Apagó la luz en silencio y de forma cuidadosa se va integrando a la cama. A pesar de que comparten habitación, tienen camas separadas, aunque más bien vendría siendo una cama de dos literas, siendo Wooyoung el que ocupa el espacio de arriba.

Suelta un suspiro una vez se recostó y arropó, enviándole un último vistazo al durmiente terminó dándole la espalda.

Su cuerpo tieso mientras escucha perfectamente como los latidos de su corazón retumban por todo su cuerpo.

—Buenas noches, Hyung —escucha la ronca y gélida voz del menor mientras a su vez, siente como éste se acercó y rodeo su cuerpo con un brazo y una pierna, como si estuviera colgándose en el cual mono. Esconde su nariz en el hombro del peliverde y cerro los ojos con suavidad, respirando lentamente en el cuello ajeno.

Luego de unos minutos, en los que San intentó relajarse para poder hablar sin que su voz se rompiera, pronunció en un suave susurro —Buenas noches, Woonnie.















Estaré actualizando una o dos veces a la semana. Espero que disfruten esta nueva mini historia. En este año publicaré dos libros de Ateez, éste que se centra más en el Woosan y el próximo será al culminarse éste con todas las parejas (◍•ᴗ•◍)❤




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