Para Jung Wonyoung, el sociable y divertido chico el cual aspiraba ser un Idol de reconocimiento mundial, no le era difícil formar lazos con las personas. Puede ser debido a su divertido carisma y singular carcajada que causa más risa que los chistes que cuenta.

Aún así, había creído toda su vida que estaba bien. Desde que entró como aprendiz a la Big Hit Entertainment, la super mega empresa que tiene como artistas a los monstruos internacionales de BTS, consiguió muchos nuevos amigos y la ilusión sobre el mañana no se hizo esperar.

Lucho hasta el final por ganarse una posición pero tal vez, en aquel último tiempo, sintió que no llegaría a ningún lado, ya que ningún ojo se posaba en él. Fue su compañero Yeonsang quien decidió marcharse primero y le comentó que rápidamente consiguió una nueva empresa, no mucho tiempo después lo siguió a pesar de las genuinas insistencias de su amigo Yeonjun, quien aseguraba que con su talento sería elegido.

Y si, fue elegido pero no para la Big Hit, si no, para la KQ Entertainment.

Si es sincero consigo mismo, fue la mejor decisión de su vida. Ya que en ese instante, no sólo formó un futuro prometedor, también conoció a nuevos chicos, los cuales se volvieron sus más grandes compinches.

Pero había uno en especial, Choi San, con el cual a medida del tiempo fue formándose algo especial entre ellos.

Una amistad de almas gemelas, pero solo amistad.

Incluso Yeonsang, quien de broma le dice lo herido que está por el abandono.

Un poco antes de debutar, se mudaron todos juntos, fue ahí cuando terminó compartiendo habitación con San y formándose inseparable su relación. Es cierto que se alejó del bello Kang pero sucedió sin percatarse.

Y luego de que los días pasarán, llenando la sala de prácticas de esfuerzo y sudor, su Mini Album debut estaba listo, o bueno casi listo.

—... Y por esta razón, no puedo creer que estemos viajando a Marruecos —terminó su relato un muy entusiasta Wonyoung mientras se haya sentado en el asiento del avión, a su lado izquierdo está Hongjoong el cual cubre sus ojos con un antifaz pareciendo dormido y del derecho Jongho con audífonos mientras juega un vídeo juego.

Las luces del vehículo están apagadas casi por completo y muchos pasajeros se hayan recostados.

El Moreno de cabellera morada frunce el entre cejo y mira al desvergonzado Maknae, al cual le contó todos los sentimientos alocados y emocionados de su corazón pero no parecía prestarle ni la más mínima atención.

—¿Me estas escuchando? —cuestionó con molestia.

El castaño, nota la mirada de su mayor y bufa. Se deshace de sus audífonos una vez notó que ya terminó su larga explicación innecesaria.

—No —contestó con una simpleza abrumadora, como si aquello no fuese nada anormal para él.

—¿Por qué no me escuchas? ¿Te abro mi corazón y así me tratas? —le mira herido.

—¿No crees que sea porque es la tercera vez que abres tu corazón y sólo han pasado cuatro horas de vuelo? —cuestionó Hongjoong sin quitarse su antifaz—He tratado de dormir y no me has dejado, tranquilo, te escuche las tres veces y es entendible tu emoción.

—Pero Jongho me ha ignorado tres veces —se cruza de brazos indignado.

—Te escuche la primera vez por cortesía, Hyung. Ya no tengo razón para escucharlo más veces —dicho esto se vuelve a colocar sus audífonos. —Duerme, así estarás mas tranquilo.

—Necesitamos descansar para poder dar el 100% mañana temprano en la filmación —dice el líder compasivo, suelta un largo bostezo y se acomodó de lado, dándole la espalda a un ansioso pelimorado.

Justo en el pequeño pasillo va pasando San quien acaba de salir del baño, con su singular melena verde y cuerpo aún joven y delgado. El Maknae al verlo rápidamente señaló a Jung.

—Hyung, llévatelo por favor, eres el único que lo soporta.

—¿¡Disculpa!?

San posa su mirada en su compañero de habitación y suelta una gélida risa ronca mientras apoya una mano en la parte superior del asiento de enfrente.

—Ven conmigo.

Wonyoung le mira con ojitos —Pero no hay asiento al lado tuyo libre.

—Le pediré a Seonghwa-Hyung que cambie asiento contigo, no dirá que no.

—¿Y si... —ingenuamente reduce el tono de su voz alarmado de que algún trabajador lo escuche al punto de susurrar —se dan cuenta y nos echan del avión?

—Solo es un intercambio de asientos, no he viajado nunca y no soy tan estúpido —dice Jongho con el ceño fruncido.

—No pasa nada, ven —el peli verde le extiende la palma de su mano al aire.

Wonyoung confiando plenamente en su mejor amigo y mejor Hyung, se levantó y tomó su mano. El mayor se encargó de entrelazar sus dedos con suavidad y lo llevó consigo. Lo soltó luego se pasar por delante del dormido Yunho y acercarse a Song justo al lado de la ventanilla.

—Hyung, ¿puede cambiar de puesto con Wonyoung? Te sentarás al lado de Hongjoong y será más tranquilo que aquí —le pidió.

Song le miró y asintió sin problema. Se levantó luego de tomar su almohada y celular. San le hace una seña a Wonyoung y éste cruzó por el pequeño espacio, estuvo a punto de sentarse en el centro pero el mayor lo detuvo.

—Siéntate al lado de la ventana, ¿no quieres ver el paisaje?

El menor vaciló un poco, aunque sus ojos brillaron, parece tener miedo pero a su vez curiosidad y emoción.

Asintió a pesar de su lucha interna y se sentó, San lo acompaña a su lado.

El peli morado con curiosidad abre la ventana y admira el paisaje nocturno. —Wow...

—Si, es emocionante —asiente el mayor mientras se inclina hacia el contrario para asomarse por la ventana.

—¡Es lo que digo! —exclamó/susurró y esboza una gran sonrisa para luego pasar a un puchero. —Esto es muy emocionante y me juzgan.

—Tienes razón —asintió mientras vuelve a apoyar su espalda contra el asiento.

Wonyoung posa su cabeza sobre el hombro ajeno y prosigue —Es la primera vez que viajo en un avión...

—Todos igual.

—Pero no parecen tan nerviosos como yo —baja la vista apenado mirando las manos en su regazo como si fuese interesante.

—Todos estamos nerviosos y cada uno tiene su forma de lidiarlo.

—Tienes razón.

—Vamos, ahora duerme. Necesitamos descansar.

El menor asiente y cierra los ojos.

No se supo en qué momento exacto sucedió, pero las manos de ambos mejores amigos se encontraron y se entrelazaron. ¿Quién fue que lo hizo? Ninguno sabe o eso quieren creer.

Sólo disfrutaron de la compañía del otro de manera inconsciente o tal vez, más consciente de lo que les gustaría admitir.