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9.

Jeongin llegó temprano a la pista de patinaje, el aire fresco de la mañana llenaba sus pulmones mientras se acercaba al hielo reluciente. Sus pasos resonaban en el suelo duro, pero su mente estaba lejos de allí. Se detuvo un momento y posó su mano en la superficie fría del hielo, sintiendo la suavidad y la dureza a la vez. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras recordaba las veces que había patinado con sus amigos, las risas y los momentos de alegría que parecían tan lejanos ahora. ¿Había algo mejor que esto? La libertad de deslizarse sobre el hielo, la sensación de volar aunque solo fuera por un instante.

Rápidamente, se dirigió a los bancos donde estaban los patines. Se sentó y comenzó a colocárselos, pero cuando estaba a punto de levantarse, sus ojos se posaron en su pierna. Una mueca de autocrítica apareció en su rostro. «Qué estúpido», murmuró para sí mismo, recordando las limitaciones que sentía cada vez que intentaba hacer algo más allá de lo habitual. Después de un breve momento de duda, decidió que no podía dejar que eso lo detuviera; sin embargo, un impulso repentino lo llevó a quitarse los patines y salir al aire libre.

Al salir, se encontró con Hyunjin, quien estaba apoyado contra una baranda cercana. Su rostro se iluminó al verlo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jeongin con curiosidad.

—Estoy aquí para nuestra cita _respondió Hyunjin con una sonrisa traviesa.

Jeongin soltó una risa

—No hay ninguna cita. Cambié de opinión— dijo, sintiendo una mezcla de alivio y confusión. La idea de salir con Hyunjin le parecía tentadora, pero también aterradora. Aún estaba pensando que era una mala idea; si esto no salía bien, sabía que Hyunjin podría salir lastimado.

Hyunjin negó con la cabeza y tomó la mano de Jeongin con firmeza.

—Vamos, no seas así. ¿Qué hacen las personas pasadas de los treinta?— preguntó, bromeando.

—Trabajar— respondió Jeongin, rodando los ojos.

—¡Bah! Eso suena aburrido —dijo Hyunjin mientras arrastraba a Jeongin hacia un parque cercano. Ambos se sentaron en una banca y Jeongin rápidamente reconoció el lago frente a ellos. Era el mismo lugar donde había visto a Hyunjin por primera vez; el recuerdo lo golpeó con fuerza.

—Solía venir aquí con mi hermano— comentó Hyunjin, mirando el agua con nostalgia.

Jeongin lo miró con curiosidad. —¿Te gusta venir aquí?

Hyunjin asintió. —Sí, es un lugar tranquilo. Pasábamos mucho tiempo juntos, ¿tú pasas tiempo con Felix?— preguntó.

Jeongin negó con la cabeza, sintiendo una punzada en su pecho.

—Nuestra relación es complicada. Desde jóvenes ambos hemos tenido vidas atareadas —confesó.

Hyunjin frunció el ceño, comprensivo. —Eso debe ser horrible, ambos tenían futuros increíbles y... dijo suavemente.

—No es lo mismo —respondió Jeongin rápidamente. —Felix no es yo —Hyunjin asintió, comprendiendo la diferencia.

—Mi hermano sí era un gran admirador tuyo como patinador — comentó Hyunjin con una sonrisa.

—¿Ah sí? —preguntó Jeongin con interés genuino.

—Incluso, me decía que eran buenos amigos, yo era un niño y le creía, además tengo un autógrafo de ti— dijo Hyunjin, su entusiasmo evidente.

—¿Cómo se llamaba tu hermano? —preguntó Jeongin, sintiendo una extraña inquietud en su estómago.

—Chris... —Respondió Hyunjin.

Al escuchar ese nombre, Jeongin sintió como si su mundo se desmoronara. Su corazón se comprimió en su pecho y una oleada de recuerdos lo abrumó. Sin pensarlo dos veces, se levantó abruptamente.

—¿Estás bien? —preguntó Hyunjin con preocupación al ver la expresión en su rostro.

—Debo ir a hacer unas cosas —dijo Jeongin apresuradamente, sin atreverse a mirar atrás.

—¿Y lo de la cita? ¿Aún está en pie? — preguntó Hyunjin, tratando de entender la repentina huida de Jeongin —a mi... Me gustaría salir contigo...

—Déjame pensarlo —respondió Jeongin sin detenerse. —No tengo tiempo para esas cosas.

—Pero...

—¡Debo irme Hyunjin!, nos vemos en el entrenamiento.

Al llegar a casa, Jeongin se dejó caer en el suelo de su habitación, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas. Buscó en su mente respuestas que no podía encontrar. ¿Por qué tenía que pasar por esto otra vez? La mención del nombre Chris había despertado recuerdos que creía enterrados; recuerdos de risas compartidas y momentos que nunca volverían.

—¿Acaso crees que no me preocupo por ti?

—¡Cállate!, no sabes nada si tan solo me entendieras un poco, pero tú y heeseung son iguales —se quejó —Yo creí que... Tu de todas las personas lo entenderías.

—¿Entender que eres un cobarde?

—Te odio...

Se arrastró hasta el armario y sacó un álbum de fotos desgastado. Las páginas estaban llenas de imágenes de días felices. Pero al pasar las páginas, su mirada se detuvo en una foto en particular: era Chris, sonriendo con esa calidez que siempre había tenido. La imagen lo golpeó como un puñetazo en el estómago; no podía evitar recordar cómo su amistad había sido interrumpida por circunstancias fuera de su control.

Espero que tengas un accidente y sientas por lo que yo estoy pasando...

—No lo dices enserio.

—Largate de mi casa...

Las lágrimas fluyeron libremente mientras se preguntaba si alguna vez podría superar esos sentimientos. Había tanto dolor y confusión acumulada dentro de él que parecía imposible lidiar con ello. La vida había cambiado tanto desde aquellos días despreocupados; ahora todo se sentía complicado y lleno de incertidumbre.

Jeongin cerró los ojos, deseando poder regresar a esos días más simples, donde el hielo era solo un lugar para patinar y no un recordatorio constante de todo lo que había perdido. Pero sabía que no podía cambiar el pasado.

—¿Innie? —Se quejó Jisung entrando al departamento —¿Qué haces en el suelo?

—Jisung... Hyunjin...

—¿Qué?¿Qué pasó con el mocoso?

—Es el hermano de chris

Jisung quedó en completo silencio intentando comprender la situación, sin embargo se sentó a su lado y lo abrazó.

—¿Como voy a mirarlo a la cara ahora?

—Innie, sabes que no fue tu culpa... ¿No crees que ya es tiempo de soltarlo?, Chris no murió por tu culpa, el tuvo un accidente y son cosas inevitables.

—No, ese día le dije cosas feas y yo... Quizás si... No hubiéramos peleado ese día...

—¡Innie no es tu culpa! Déjalo en el pasado

(****)

—Hola mamá, ¿Como estás?

—¡Hyunniee!, ya casi no me llamas... Te vi en televisión te veías muy guapo...

—Gracias, lamento no llamarte, estuve ocupado, quería... Pedirte un consejo.

—¿Sobre qué?

—Es que, me gusta un chico, pero es mayor...

—Aww mi bebé ya es todo un adulto

—Mamá~

—¿Por que no lo invitas a salir?

—El no quiere, siento que le gusto pero a la vez no, me confunde mucho y, no se por que si apenas lo conozco peroo...

—Hyunnie, si es para ti entonces no le des tantas vueltas al asunto, quizás aún no se siente listo, dale un tiempo...

—¿Pero... Cuanto?

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