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1.

El chirrido estridente de la alarma a las 5:00 AM rasgó el silencio de la habitación. Hyunjin abrió los ojos de golpe, la sensación del sueño aún pesando en sus párpados. Se levantó con una agilidad sorprendente, casi sin despertarse del todo, y se dirigió al baño. La ducha fría, un ritual matutino indispensable. El agua helada lo sacudió, cada gota parecía un pequeño latigazo que lo empujaba hacia la vigilia. Mientras el vapor comenzaba a llenar el baño, su mente empezaba a repasar el día que tenía por delante.

Al salir, el olor a pan tostado recién hecho lo recibió en la cocina. Un simple pan tostado, cuidadosamente dejado sobre la encimera, cortesía de su compañero de piso, Minho. Agradeció en silencio el gesto; aunque no eran amigos íntimos, Minho siempre se aseguraba de que Hyunjin tuviera algo en el estómago antes de salir. Fue un desayuno rápido y eficiente, suficiente para darle la energía que necesitaba para afrontar el día. Se vistió con el uniforme de la universidad deportiva, una mezcla de comodidad y funcionalidad, y salió de casa.

La brisa fresca de la mañana le dio la bienvenida mientras caminaba hacia la pista de patinaje.

Al llegar a la pista, fue directamente a los casilleros a buscar sus patines. El sonido del metal al abrir el casillero le resultaba familiar y reconfortante. Con los patines en mano, salió a la pista y comenzó a calentar. Los movimientos eran automáticos; estiramientos, giros suaves, saltos ligeros. Cada movimiento lo llenaba de energía y determinación.

Fue en ese momento cuando su entrenador apareció. Era un hombre de mediana edad, con una presencia autoritaria que inspiraba respeto.

—¡Hyunjin! Buen trabajo —le dijo con una sonrisa orgullosa. —Te has esforzado mucho últimamente —Hyunjin sonrió, sintiendo que sus esfuerzos eran reconocidos.

—Todo es gracias a usted —respondió modestamente. Sin embargo, la sonrisa del entrenador se desvaneció rápidamente.

—Tengo malas noticias —dijo, y el tono de su voz hizo que el estómago de Hyunjin se encogiera. —La universidad ha decidido que ya no puedo seguir entrenándote — Hyunjin sintió un nudo en la garganta

—¿Qué pasará con las competencias y el equipo? —preguntó, su voz temblando ligeramente.

—Han decidido asignarte un nuevo entrenador— continuó el entrenador, su mirada seria. —Es un antiguo colega mío. Como tú eres solista, él se encargará de ti — Hyunjin frunció el ceño, sintiendo cómo la frustración comenzaba a burbujear dentro de él —Ademas tendrás solo tres horas para tus ensayos, ya que los de hockey...

—¿Por qué? ¡Esto es una estupidez! — exclamó, sintiendo que todo se desmoronaba a su alrededor.

—Tienes que entenderlo. La universidad ya no tiene tanta fe como antes; no hemos ganado una medalla desde hace años — explicó con pesar. Hyunjin apretó los dientes.

—¡Yo seré el cambio!—proclamó con determinación. —Demostraré que podemos ganar— El entrenador levantó una ceja, como si evaluara la sinceridad de sus palabras.

—Entonces hazlo, pero no actúes como un niño— dijo finalmente antes de marcharse.

Esa noche, Hyunjin se dejó caer en su cama, sintiéndose abrumado por la carga de la incertidumbre. "Cada vez es más difícil", murmuró para sí mismo mientras miraba al techo. Se preguntaba si podría cumplir con las expectativas que ahora recaían sobre sus hombros.

—¿Ey estás bien? —Investigó Minho y hyunjin asintió —No te noto tan bien...

—Tu prácticas boxeo, ¿Cierto? —Investigó y asintió —¿Qué harías si de la noche a la mañana te cambiarán a tu entrenador?

—mmm, acostumbrarme, ¿Te cambiaron tu entrenador?

—Si y para completar solo tengo tres horas para entrenar, porque el equipo de hockey necesita la pista...

—Venga, deberían tener pistas separadas... Además no puede ser tan malo.

—Es una estupidez, ¿y si está persona no sabe seguirme el ritmo?

—¿La pregunta no es al revés?

—Como sea, voy a dormir. Buenas noches Minho...

—Buenas noches, Hyunjin.

A la mañana siguiente, decidió llegar más temprano a la pista para comenzar a calentar antes de que llegara su nuevo entrenador. La pista estaba vacía y silenciosa, lo que le permitió concentrarse en sus movimientos sin distracciones. Sin embargo, cuando estaba en medio de un ejercicio de calentamiento, alguien más llegó.

—Te encontré —susurró una voz detrás de él, y Hyunjin se giró rápidamente. Un chico alto y delgado sonreía con confianza. Hyunjin no pudo evitar sentirse intrigado por esa sonrisa desafiante. —Tu técnica es una mierda —continuó el rubio sin rodeos, haciendo que Hyunjin frunciera el ceño. —Me estoy cuestionando por qué decidí entrenarte —La audacia del nuevo entrenador lo tomó por sorpresa.

Hyunjin lo observó fijamente y replicó:

—¿Y tú quién eres para decirme eso? Soy uno de los mejores de la universidad—el contrario se encogió de hombros con desdén.

—Eso no te diferencia de muchos otros...

El ambiente se tensó mientras ambos se miraban fijamente. Finalmente, fue Hyunjin quien rompió el silencio:

—¿Quién te crees para juzgarme así?... Jeongin mantuvo su mirada desafiante y respondió:

—Soy tu nuevo entrenador, yang...

—Yang jeongin —Completó Hyunjin, se quien eres

—Mi nombre es imposible de olvidar para los patinadores, siempre memorable

Hyunjin soltó una risa sarcástica.

—¿Crees que soy un fan?— Jeongin asintió con una sonrisa ladeada. —No soy fan de personas que se rinden tan fácilmente — respondió, acercándose un poco más.

La tensión entre ellos era palpable; Hyunjin podía sentir cómo su corazón latía más rápido ante la presencia del nuevo entrenador. La actitud arrogante de Jeongin lo irritaba y al mismo tiempo lo intrigaba.

—Entonces, ¿qué quieres hacer? —preguntó finalmente Hyunjin, desafiándolo con la mirada. Jeongin sonrió nuevamente, esta vez con una chispa de determinación en sus ojos.

—Quiero ver hasta dónde puedes llegar, la verdad se que no muy lejos con esa técnica, así que quiero agotarte, hacer que te arrepientas de haber escogido patinar...

—¿Por qué?

—Porque se llama trabajo duro, algo por lo que tú sin duda no has pasado...

—No me conoces, jeongin

—¿No? Mmm, de ahora en adelante me llamaras entrenador yang, no somos iguales...

—no, soy mejor patinador de lo que tú pudiste ser —Soltó Hyunjin con arrogancia y jeongin no pudo contener la risa —¿Le parece gracioso?

—Si, eres demasiado arrogante, hagamos un trato... En dos semanas es la primera eliminatoria de solistas, quizás reconsidere mi decisión, si no pasas entonces tú carrera de patinador habrá llegado a su fin.

—Hecho, pero con una condición.

—No estás en derecho de poner condiciones, tres vueltas a la pista ahora.

—Pero-

—Tres vueltas a la pista.

Al terminar de hacer lo que dijo jeongin volvió a donde se encontraba este y le sonrió con sarcasmo y jeongin lo observó.

—Hable con la universidad para que te dejen entrenar los sábados, así podrás...

—Pero los sábados es día de descanso...

—es eso o no patinar más nunca, tu decides...

—Bien, ¿Nos vemos mañana?

—Asi es, y trata de ser menos arrogante, no eres mejor que nadie Hyunjin, eres un pelinegro sexy patinador más del montón.

Hyunjin llegó a su departamento, dejando caer su mochila bruscamente sobre el sofá.

—¡Es insoportable! —exclamó, sintiéndose frustrado por lo que había sucedido en la pista de patinaje. Minho, que estaba en la cocina preparando algo de comer, levantó la vista con una sonrisa burlona.

—¿Hablas de tu sexy entrenador?— preguntó con picardía, sabiendo que esa era una de las cosas que más le molestaban a Hyunjin.

—¿Cómo sabes eso? —replicó Hyunjin, frunciendo el ceño. Minho se acercó, apoyándose en el marco de la puerta con una expresión de satisfacción.

—Vamos, todos en la universidad hablan de él. El sexy y ardiente Yang Jeongin, el ex patinador que ha vuelto al campus. Es un tema candente. —Hyunjin rodó los ojos, aunque no pudo evitar sonreír al pensar en Jeongin.

—A decir verdad, ese hombre era mi crush de la infancia —confesó Minho, riendo. —Tenía unos diez años y él me hacía sentir como una colegiala, gritaba cuando salía en la tele. Era imposible no enamorarse de él...

—Sí, yo también lo admiraba —admitió Hyunjin, sintiendo una mezcla de nostalgia y frustración. —Pero ahora... lo quiero lejos,  con una orden de restricción.

Minho levantó una ceja, divertido.

—Por eso dicen que no hay que conocer a los ídolos; te decepcionas.

—Exacto—asintió Hyunjin, sintiendo cómo la tensión del día se desvanecía un poco.

—Pero cambiando de tema, ¿qué tal si salimos de fiesta esta noche? Necesito desestresarme

—Eso es lo que quería escuchar —dijo Hyunjin con entusiasmo. —Vamos a divertirnos y olvidarnos de los problemas por un rato.

Hyunjin sonrió, sintiendo que quizás una noche de fiesta era justo lo que necesitaba para despejar su mente.

***

A la mañana siguiente, Hyunjin despertó con una resaca monumental, la luz del sol atravesando las cortinas y golpeándole directamente en los ojos. Maldijo entre dientes al ver el reloj y se dio cuenta de que había perdido la noción del tiempo. Sin pensarlo dos veces, se vistió rápidamente y salió corriendo hacia la pista de patinaje.

Al llegar, notó que Jeongin estaba en la pista, con una expresión molesta en el rostro mientras estiraba sus músculos. Hyunjin se acercó, aún respirando con dificultad.

—Lo siento por llegar tarde —dijo, tratando de sonar lo más convincente posible.

Jeongin lo miró con desdén y negó con la cabeza.

—No me importa si llegaste tarde — respondió fríamente. —No te voy a entrenar si no tienes compromiso.

Hyunjin sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras.

—Déjame pasar esta vez —suplicó, sintiendo cómo la vergüenza lo invadía. —Prometo que no volverá a suceder.

Jeongin sonrió de manera burlona, cruzando los brazos sobre su pecho.

—No, eso no va a pasar. No voy a perder mi tiempo con alguien que no está dispuesto a darlo todo..

La frustración se apoderó de Hyunjin y sintió cómo la rabia comenzaba a burbujear dentro de él.

—¿Y qué le diré al entrenador lee? ¿Que busque a alguien más? —preguntó, sintiéndose impotente.

—Exactamente —respondió Jeongin sin titubear. —Si no estás comprometido con esto, no hay razón para seguir entrenándote.

Hyunjin tragó saliva, sintiéndose más herido por las palabras de Jeongin de lo que quería admitir.

—No puedo dejarlo así.

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Holis les voy a dejar dos capítulos por qué si :3 espero les gusten bye

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