Epílogo - Parte 2
Anastasia POV
Descubrir que la mujer que me rescato era la misma que me había abandonado a la merced de un hombre que ahora sé no es mi padre, esclarecía muchas cosas. El siempre estar alejado de mí, de no querer ser parte de nada que me implicara les daba sentido a todos, nunca me quiso, mi herencia era lo único que lo unía a mí.
Era muy difícil perdonarla, no sólo por abandonarme, sino por negarme el derecho a conocer a mi padre biológico. Pasé mucho tiempo molesta; inclusive discutí con Cristian y Julia que me insistían en que la perdonara que entendiera su posición.
Y tenían toda la razón, si mi madre hubiese regresado Raymond nos habría matado a ambas, la única razón porque nunca se deshizo de mi fue no tener la certeza de la muerte de mi madre, siendo esta la albacea de mi fortuna.
-No lo pienses tanto Anastasia, enójate conmigo todo lo que quieras, no obstante, sabes en el fondo que tengo la razón. No estoy del lado de tu madre, pero, la entiendo. Siempre estuvo pendiente de ti cuidándote y en el momento más oportuno te rescató de Steele. Él pensaba matarte, vengarse por no poder hacerse con tu dinero, más cuando no pudo tener a nuestra hija – Mi esposo toma aire.
-Yo...yo...no sé qué hacer, Cristian – Le digo en u susurro.
-Amor tienes un gran corazón; no le niegues a nuestros hijos, ni a ti misma el estar con Carla, ella es un ser humano extraordinario. Ella también sufrió Ana. Ustedes no estarían con nosotros de no ser por ella – Cristian pone su mano en mi vientre y soy consciente de que mi esposo tiene toda la razón.
-Quiero verla – Concilio.
-Hagámoslo en grande – Lo miro a los ojos de manera inquisitiva.
- ¿A qué te refieres? – Le pregunto curiosa.
-Invitemos a toda la familia, a los Emerson y obviamente a tu madre, para un gran fin de semana en familia. ¿Te parece? – Lo miro más que enamorada de este hombre.
- ¡SI! Excelente idea señor Grey. Por eso te amo tanto – Y es cierto él tiene un gran corazón, si se trata de mí, nuestra hija y nuestra familia.
- ¿Sólo por eso me ama, señora Grey? – Me mira con los ojos entrecerrados.
-No señor. A usted en su totalidad, tus defectos, tus virtudes y todo esto... - Recorro su cuerpo con mi mano, desde su cabeza hasta su hombría. Le planto un beso y salgo disparada hacia nuestra habitación, esperando que me siga y me haga el amor, aprovechando que Phoebe esta con sus tíos.
Al día siguiente se invitó a todos los involucrados y obviamente todos confirmaron su asistencia, querían conocer a mi madre y yo la quería a mi lado, recobrar el tiempo perdido, que mis hijos tengan a su otra abuela a su lado.
***********
Mi vida junto a Cristian ha sido maravillosa teníamos dos hijos maravillosos, Phoebe y Theodore habían crecido muy rápido, nuestra hija mayor es un genio en la informática a los cinco años logró reparar el móvil de su padre cuando este se estropeo, fue ahí cuando se hizo amiga de Mathew Welch; a los diez junto a Mat diseñaron la primera computadora que funciona con energía solar, al salir de la secundaria se negó a ir a la universidad, alegando que sería una perdida de tiempo, yo me negué a ese hecho deseaba que fuera a la universidad, como lo hicimos Cristian y yo; hasta que un día entre llanto nos confesó que al ser una genio, los chicos de la secundaría la menospreciaban por ello; fue ahí cuando acepté su decisión, ahora forma parte de la división de desarrollo tecnológico de Grey's, Inc.
Nuestro hijo por su parte ingresó a Harvard con una nota de admisión excepcionalmente alta, igual que su padre esta estudiando dirección de empresas y finanzas, es como su padre muy bueno con los números.
Durante mucho tiempo tratamos de que me embarazara nuevamente, los niños estaban creciendo muy rápido y Cristian quería que retomáramos una vez más esa etapa de nuestras vidas, tuve una perdida a los tres meses de gestación lo que me sumió por un tiempo en una profunda tristeza, gracias a los amigos y mi familia salí de ese abismo.
Un día mientras revisaba unos planos de un nuevo proyecto con Elliot, recibí un sobre, este no tenía remitentes, sólo tenía mi nombre, como era de esperar mi querido cuñado llamo a su hermano, no dejando que yo abriese el sobre, este fue analizado con cuidado para descartar cualquier intento de hacerme daño. Resulta que el mismo había estado en una caja de seguridad y al ser desocupada la enviaron al familiar del propietario, resulta que Raymond era el dueño de la caja fuerte que estaba en el banco.
El sobre contenía certificados a plazos a mi nombre y joyas que le pertenecieron a la familia Steele y lo más importante una carta escrita de puño y letra de Raymond, en la cual me aseguraba que una vez me amo como a una hija, pero que el no poder conquistar el corazón de mi madre lo llevo a odiarnos a ambas. Me reí como nunca porque eso no justificó todo el daño que me nos hizo, no obstante, lo perdoné, aunque estuviese muerto, necesitabas cerrar el círculo y ese era el momento. Los certificados fueron liquidados y las joyas vendidas, no quería nada que le perteneciera así que el dinero de la venta de esos vienes fue donado a una asociación benéfica de que ayuda a madres jóvenes sin hogar.
Suspiro con felicidad en mi corazón, resulta que, al no tener a nuestros jóvenes hijos en casa por sus responsabilidades, su padre y yo teníamos más tiempo para disfrutar de nosotros. Como ya teníamos cierta edad decidimos ya no intoxicarme con anticonceptivos, lo que nunca imaginamos es que tiempo después la vida nos premiaría con partida triple. Parece que al relajarnos y al desintoxicar mi cuerpo este me premió con tres óvulos ya que mis hijos son totalmente diferentes, dos niños y una niña. Como era de esperar Cristian me pidió que permaneciera en casa y así lo hice, Elliot me hacía llegar los proyectos por correo y realizábamos videoconferencias cuando se ameritaba. Mi madre fue de mucho apoyo durante todos estos años.
- ¡Hola, nena! ¿Pasa algo con nuestros hijos? – Cristian pregunta cuando llego a la sala.
-No, sólo acostaba a nuestros bebes. ¿Phoebe vendrá a cenar hoy? – Le pregunté queriendo saber si veríamos a nuestra hija.
-Creo que viene en camino, Samuel me informo que la estaba esperando para traerla de regreso – Me informó mi esposo, mi hija es peor de adicta al trabajo que su padre.
-Cristian, nuestra hija es muy joven para esclavizarse a la empresa, debería divertirse compartir con chicos de su edad, que se enamore. ¡Que viva! – Le digo exasperada.
-Lo sé, Anastasia. La mayoría de los chicos les asusta tener a una mujer como nuestra hija. No te preocupes algún día muy a mi pesar encontrará el indicado, por ahora. Sólo tenemos que amarla como es. Ahora quiero ir a ver a Samantha a Roberth y Cristian – Con eso rehúye el tema de la madurez prematura de nuestra hija.
**********
Cristian entra en la habitación sin tocar esta muy nervioso. Hoy es un día mu especial para nuestra familia.
-Phoebe, es hora - Le dice a nuestra hija.
-Estoy, lista papi- Responde ella y a mi se me aguadan los ojos. Si al fin encontró al amor de su vida. Quien se iba a imaginar que nuestra hija se enamorara de Gabriel junior. Durante su infancia se la pasaban discutiendo y peleándose. Más hoy eso quedó a tras las familias Grey y Emerson quedaron unidas no sólo por la profunda amistad de Cristian y Gabriel, la mía y la de Julia. Ahora será el lazo sagrado del matrimonio de nuestros hijos el que nos unirá más.
-Gabriel te entrego uno de mis tesoros más preciados, amala y cuídala - Cristian le entrega a nuestra hija a Gabriel.
-Lo juro, tío Cristian – Nuestro sobrino hace el juramento. Bajo la atenta mirada de los presentes.
Cristian y yo nos sentamos junto a Julia y a Gabriel quienes miran a nuestros hijos empezar su propia historia.
-Me alegra que Gabriel y Phoebe formen una familia, Ana. No hubiese querido tener a otra nuera que no fuese ella – Me dice mi amiga.
-Nacieron para estar juntos, Julia – Confirmo.
La ceremonia fue emotiva y sobre todo rodeada de seres queridos, miro a mis niños divertirse en la boda de su hermana mayor, Ted habla con Ava la hija de Elliot y Kate sobre algo de la constructora.
Me alejo un poco de todo y recuerdos del pasado llegan a mi mente y una lágrima recorre mi mejilla. Deseaba que mi hija viviera su vida y ahora que lo esta haciendo me siento triste.
- ¿En qué piensas? – Pregunta Cristian a mis espaldas.
-En que soy un mar de contradicciones. Quería que mi hija viviera su vida y ahora que lo esta haciendo .... – Sollozo ya ni sé lo que siento.
-Es normal, Ana. Me siento igual o peor que tú. Cuando Gabriel me pidió su mano quería estrangularlo, me imagine cualquier cantidad de cosas, ellos teniendo intimidad, pasaban mucho tiempo juntos. No obstante, entendí que ellos son adultos y tomaron sus decisiones. Ahora nos toca guiarlos por este camino- Palabras mu sabías.
-Si, amor. Tienes razón debemos ser su luz en el camino, aunque sea la noche más fría del invierno –
FIN
Siempre me cuesta escribir el final de mis historias y esta no es la excepción.
Espero les guste el final y gracias por leer esta historia.
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