Capítulo 9
Julia POV
Hoy particularmente me levanté sintiéndome mal, sin embargo, he tenido que aguantarme estoicamente para apoyar a mi amiga Ana, escuchar con sus propias palabras las situaciones por las que tuvo que pasar de manos de su propio padre.
No más terminando la reunión tuve que salir corriendo hacia el sanitario y expulsé todo mi desayuno, me sentí enferma por lo que me quede un rato esperando sentirme mejor para que nadie lo note.
Regresé a mi oficina y trabaje por el resto de la mañana, a la hora del almuerzo traté ser lo más normal posible, creo que Gabriel noto los gestos que hacía cuando trataba de comer, pero lo ignore. De antemano sé que al llegar a casa me lloverán las preguntas con respecto a lo que me sucede.
Después de despedirme de Ana ya que iría con el psicólogo, seguí trabajando, Gabriel estaba en una reunión y yo le asistía en el salón de juntas, había ido a buscar a Olivia por unos contratos, salí corriendo al baño de mi oficina para devolver todo mi almuerzo, bueno lo poco que comí. Me dejo caer despacio recostada en la pared con la finalidad de recobrar fuerzas. Pierdo la noción del tiempo me despierto de golpe al escuchar una discusión que viene de la recepción del piso, salgo de mi oficina y freno de golpe al ver quien está ocasionando el escándalo.
«Raymond Steele»
Le escribo a Gabriel.
«Raymond Steele está en la recepción. No puedo regresar al salón de juntas»
«Quédate donde estas. Yo me encargo»
Gabriel sabe que si él me, ve dará por un hecho que Ana también trabaja aquí. Sólo me gustaría saber ¿cómo llego? o ¿será que viene por algún negocio?
- ¿Qué está sucediendo? – Pregunta Gabriel en tono tosco.
-Señor Emerson, es un gusto conocerlo. Deseo hacer negocios con usted- Lo dice con una sonrisa diabólica que me da miedo.
-Estoy en una reunión y no creo que la línea de negocios que llevan sus empresas sea la misma que la nuestra. De todos modos, estoy en una junta.
-La información que me dieron de usted fue errada. Me dijeron que es un hombre razonable y profesional – Lo pica.
-Y lo soy, es por ello por lo que tengo que seguir con la junta de la cual salí – Con eso Gabriel lo deja y veo como el personal de seguridad sale del elevador. Se acercan a la recepción y lo invitan a salir.
Antes de dirigirse al elevador, se da la vuelta y le habla a Olivia.
-Dígale al señor Emerson que tarde o temprano tendrá que hablar conmigo lo quiera o no ya que él tiene algo mío- Y con eso se marcha.
¿Qué mierda tiene Steele que tratar con Gabriel? A no ser que sea por Ana.
Regreso a la junta disculpándome con todos por la tardanza de los documentos, lo presentes entendieron la situación puesto que escucharon el escándalo del viejo Steele.
***
Al final de la tarde salimos de la empresa en total silencio, estoy nerviosa. Ya no tengo manera de como evadir el tema de que no me he sentido nada bien en todo el día y no he ido al médico de la empresa.
- ¿Me dirás que te pasa Julia? – Me sobresalto al escuchar su voz de molestia y las lágrimas se me desbordan, ¿por qué estoy tan sensible.
-Lo siento nena, no debí hablarte de esa manera. Perdóname, por favor- Suelta los cinturones de seguridad para sentarme en su regazo.
-Sé que te has sentido mal, aunque lo niegues y me preocupa. Quiero cuidarte, Julia. Pero si no me dejas se me hará imposible – me besa en la mejilla.
-Debe ser algo que comí, Gabriel. Te prometo que si mañana sigo enferma iré al médico- Prometí.
- Y yo iré contigo- Sentenció. No sé en qué momento me quedé dormida.
Al despertar estoy en mi cama, mi estomago me está matando.
-Que dicha que despertaste y así nos acompañas a cenar- Dice mi amiga.
-Señorita Mitchel, ¿qué desea de comer? - Mi estomago gruñe en aprobación.
-Ensalada de pollo, por favor– Ella se retira para preparármela.
-Gracias, Gretchen- Agradezco.
Comemos entre conversaciones y Ana comenta que fue estresante hablar con un extraño de lo vivido con su padre. Al final de la cena decidimos ir a la sala de cine a ver una película.
- ¿Te sientes mejor, Julia? – Pregunta Ana preocupada, mientras Gabriel se me queda mirando.
-Ya volví a ser yo. Algo me debe haber caído mal- Afirmo para que no se preocupen.
- ¿Estas segura, amor? – Pregunta preocupado Gabriel mientras Cristian me analiza desde su lugar.
- ¿Les dijiste de la visita de Raymond? – Le pregunto a mi novio, para desviar la conversación.
-Si, Ana se puso muy nerviosa y Cristian esta furioso. Sé que va a regresar. El problema es que no sabemos ¿cuándo? Él no las puede ver a ninguna de las dos-
-Eso me preocupa, Gabriel. No podemos escondernos como delincuentes y tampoco debemos vivir con miedo y sobre todo Ana necesita ser feliz – Le aseveró y Ana me mira con ojos tristes.
-Lo sabemos, Julia. Cuando el psicólogo de su dictamen, pondremos la denuncia para disolver ese poder. Sólo te pido un poco de paciencia- Pide Cristian y veo como a Ana se le llenan los ojos de lágrimas.
- Lo siento, no quiero que piensen que soy egoísta. Soy consciente que por asociación si me ven en la empresa, supondrán que Ana estará ahí – Les teorizo, ya que recuerdo las palabras del hijo de puta, alguien me debe haberme visto y suponer que Ana está con nosotros.
******
Al llegar a la oficina a la mañana siguiente me encuentro a las personas un día juré que no volvería a ver.
- ¡Julia, hija! – Me grita Sharon cuando me ve salir del elevador en compañía de Gabriel, mi cuerpo se tensa y Gabriel lo nota.
Las nauseas vuelven a hacerse presentes, no las puedo contener. Retrocedo y me dirijo a los baños públicos, encuentro el primero me agacho y expulso todo mi desayuno. Siento las manos de Gabriel tomar mi cabello y acariciar mi espalda.
- ¿Te sientes mejor? – La voz de Gabriel suena preocupada. Niego con mi cabeza.
-Estoy mareada- Le respondo sincera.
-Julia, no seas mal educada ¿Por qué huyes en ves de darnos la bienvenida? Tu padre y yo hemos venido de lejos a visitarlos – La voz de Sharon me provoca más arcadas.
- ¡LARGO! ¡SAWYER! – Grita Gabriel.
-Señor – Responde el mentado.
-Saca a esta señora de aquí – Le ordena a nuestro chofer y guardaespaldas.
-Vamos señora – Los oigo salir bajo protesta de la mujer que me dio la vida.
-Voy a llevarte al médico – No respondo.
- Mi pasado regresó de nuevo – Murmuro, pero igualmente Gabriel lo escucha.
-Sólo descansa. Hablaremos de ello después.
Gabriel me levanta del suelo y yo me acomodo en sus brazos.
No es momento de enfrentar a los Mitchell.
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