Capítulo 5
Ana POV
El regreso de Gabriel fue inesperado, nunca imaginé que se había enamorado de mi amiga de un día para otro y tras de eso proponerle el cambio de su vida por completo y sobre todo que quisiera incluirnos en ese cambio; me negué a la primera, no obstante, no conté con el arma secreta de Gabriel Emerson. Esa arma iba enfundada en una bata médica de pediatra, si, había llamado a la doctora Trevelyan para que me expusiera los beneficios de un cambio en nuestras vidas y sobre todo en lo beneficioso que podría ser ese cambio para Phoebe y sus necesidades, no me quedo otra opción que aceptar el paquete completo.
- ¡Aló! – Contesté el móvil el cual me sacó del recuerdo. Es la hora que mi bebe se despierta por un cambio de pañal.
-Ana, soy Gabriel. He recibido una llamada de Julia. Prepara una pequeña maleta para ti y la nena, mi chofer y guardaespaldas, Luke Sawyer irá por ustedes. Abríguense bien –
- ¿Qué está pasando? ¿Dónde está Julia? –
-No quiero asustarte. Julia me llamó y me contó que tu padre fue a buscarte al casino, sabe quien es Julia y por cierto ella esta en un hotel muy segura. No quiso regresar al departamento pensando que la siguieran y dar con tu paradero. Puede que ya sepan donde viven, así que márchate a penas llegue Luke. Debo irme a buscar a Julia – Colgó acomodé a Phoebe en su porta bebe y me puse como loca a buscar lo indispensable y estar listas.
Veinte minutos más tarde un hombre de la contextura de Gabriel se apareció en departamento.
-Luke Sawyer, señora Steele. El señor Emerson me pidió que viniera por ustedes. ¿están lista? – Preguntó mirando a todos lados.
-Si, lo estamos – Respondí temerosa y él tomó las pequeñas maletas y salimos del edificio con Phoebe en mis brazos.
De pronto oímos rechinar llantas y por reflejo miré hacia tras viendo como de cuatro autos salían hombres vestidos de negro, pero al que más le temía estaba en la acera dando órdenes. Le di gracias a Dios por la llegada de Luke a tiempo. Raymond Steele miraba a todos lados como si sintiera mi mirada sobre él. Nos quedamos estacionados para que no nos siguieran, caminó unos metros hacia nosotros, con uno de sus hombres tras de él hasta que los que habían entrado regresaron negando con sus cabezas.
De repente el auto que estaba tras de nosotros arranco y ellos se subieron a sus autos para ir detrás del auto equivocado. Cuando se perdieron en el camino nos dirigimos en sentido contrario a ellos.
- ¿Dónde vamos? – Pregunté.
-A la casa del señor Emerson – Me informó Luke.
Cuarenta y cinco minutos después llegamos a un lujo barrio residencial, donde ya nos esperaban su ama de llaves y dos sirvientas para atendernos. Luke tomó mis maletas y las llevo a la que sería nuestra habitación, había amanecido ya y mi bebe comenzó a incomodarse por su ropa; se había acostumbrado a la rutina de baño del hospital por lo que no quise alterarlo, la mujer de gesto amable me guio a la habitación.
-Me informó el señor Emerson que la nena dormirá con usted, así que hemos acondicionado la habitación para la comodidad de ambas, en el cuarto de baño esta la tina para que la bañe. Si necesita que cuiden a la niña mientras uste toma el baño estamos para servirle – La mujer usaba un tono suabe y cariñoso. Nadie aparte de Julia me trataba de esa manera.
-Gracias, bañaré a mi hija, la alimentaré y luego bajaré por el desayuno. Muchas gracias- Le agradecí a la mujer.
-Bien, el desayuno es tortitas con tocino y me dijeron que le gusta el té. También hay jugo de arándanos – Me sentía en una nube.
-Mi desayuno favorito- Le sonreí.
Busqué entre las maletas la ropita de mi bebe la deje en la cama y procedí a darle su baño, uno muy rápido, la vestí con un pequeño traje de conejita y luego le di mi pecho. Poco a poco se fue quedando dormida, cuando soltó mi pezón, le saqué los gases, la arrope en el porta bebe para ir a desayunar, la puse en la encimera e inmediatamente la cocinera me sirvió mi desayuno.
Regresé a la habitación y me quedé ahí con mi bebe, era aburrido no tener con quien hablar y ni siquiera podía salir a los jardines por la nieve. Después de un rato unos toques sonaron en mi puerta y la ama de llaves entro con una taza humeante de chocolate caliente y alfajores con fresas.
-Muchas gracias – Le agradecí.
-Es un gusto señora Steele – Respondió ella.
-Lo siento, usted sabe mi nombre y yo no he tenido la cortesía de preguntarles el suyo –
-Soy Gretchen. Señora-
-Sólo dígame, Ana, por favor –
-Bueno al señor Emerson le gusta que le llamen de esa manera, sería incomodo que la llamemos a usted por su nombre – Replico Gretchen.
-Yo sólo soy una invitada, no soy importante –
-Para el señor Emerson, la doctora Trevelyan y su fam... para ellos si son importantes, aunque usted no lo crea. ¡Ah! Hay una biblioteca en el despacho del señor, por si gusta de leer algún libro –
- ¿En serio? –
-Si. Esta junto al salón principal – Y con una sonrisa se marchó. No se me paso desapercibido que iba a decir algo y se detuvo. Luego le preguntaré, mas la curiosidad es porque somos tan importantes para dos personas que si acaso me conocen.
Decido dejar de lado ese tema, para tomarme el chocolate y comer los alfajores que están de muerte. Apenas termino Phoebe despierta con hambre y la alimento para hacerle un cambio de pañal.
- ¡Uff! ¡Que olor, princesa! Vale más que mamá cuida su dieta –
Mi bebe me brinda una de esas sonrisas que me hacen amarla un poco más cada día, la lleno de besos ella ríe con pequeñas carcajadas.
- ¡Ay, mi vida, si tu papá pudiera verte, caería rendido a tus pies –
La beso otra vez y nos dirigimos a la biblioteca. Bajamos las escaleras cuando, mi móvil empieza a sonar con un número desconocido. Me preocupo y lo dejo pasar. Los números de Julia y Gabriel no son bloqueados, así que sé que no es de ellos.
Me sumerjo en la biblioteca, solamente salgo para los cambios de pañal de mi bebe y el almuerzo. A media tarde recibo las llamadas de Julia y de Gabriel, interrogándome ¿Cómo estamos mi hija y yo? ¿cómo me siento? Y ¿cómo me han tratado? – Respondo a todas sus preguntas y me informan que tal vez mañana por la tarde ya estarán aquí en la mansión. Suspiro, extraño a mi amiga.
Al día siguiente la llegada de Julia y Gabriel fue todo un evento, se saludaron y luego se pusieron al día.
- ¿Qué sabes de Ray? – Le preguntó a Gabriel.
-Hasta donde sabemos esta en la ciudad. Ha hostigado al personal del hotel por información de ustedes, más nadie sabe de qué están conmigo y mucho menos relacionarnos-
- ¿Cómo hare cuando empiece a trabajar en tu empresa?, alguien puede reconocerme y ... podría hacerte daño. Ray puede ser peligrosos si se lo propone – Advierto. Él sonríe con amabilidad.
-Sé qué clase de ser humano es. Estoy acostumbrado a tratar con personas como él. Así que no te agobies –
Los días pasaron, hasta el día que consideré que ya era hora de continuar viviendo, Phoebe había cumplido ya los cuatro meses, se había acostumbrado a Gretchen y las demás personas del servicio. Cuando creí que necesitaba ropa y quise regresar a nuestro departamento para recoger el resto de mis pertenencias, me llevé una sorpresa, el señor Emerson no me dejó regresar y me mostro el guarda ropa que alguien se había tomado la molestia de comprarme. Entendía que lo hiciera con Julia puesto que se había convertido en su mujer, pero ¡YO! Cuando le reclamé me dijo que no había sido él, que había sido alguien que me apreciaba y pensé en Grace. Luego me pidió que lo dejara estar, que sólo disfrutara de la vida con mi hija.
En la empresa recibí una capacitación exprés en el departamento de diseño, fue perfecto para refrescar mis conocimientos en diseño arquitectónico. Gabriel contrató un nuevo guardaespaldas Ian Ryan, un joven de mi edad muy serio, casi no me mira y me habla muy poco.
Entramos por el elevador del sótano hasta recursos humanos donde, brindo toda mi información personal y los estudios que he realizado; para luego darme mi pase de acceso. Pasamos parte de la mañana conociendo el edificio, departamento por departamento. Cuando llego a presidencia descubro que mi querida amiga es la asistente personal de Gabriel, ¡muy conveniente! Ya tendré tiempo de fastidiarla en la casa. Al llegar al piso de diseño por fin conozco a mi jefe es un hombre agradable un poco mayor que Gabriel o que Cristian y recordarlo a él me entristece, mi nena me tiene tan ocupada no tengo tiempo de pensar en nadie más. Elliot me explica mis funciones y yo encantada, él me pregunta sobre mis estudios y le soy sincera le explico que por el nacimiento de mi hija los deje en pausa, me pidió que en cuanto pudiera los retomara ya que los iba a necesitar. Eso me sorprendió.
El día fue agotador, tal vez por el tiempo que he pasado inactiva y el movimiento de hoy, me tiene cansada y ansiosa por ver a mi bebe. Escucho el elevador abrirse de seguro es Ryan que viene a ver porque me he demorado en bajar, todos ya se han ido y yo no soporto dejar mi escritorio desordenado. Escucho la puerta cerrarse. Y una corriente eléctrica recorre todo mi cuerpo, en este mundo sólo hay una persona que provoca esa reacción en mi cuerpo, no volteo porque tengo miedo de su reacción, ¿cómo se ha enterado que estoy aquí? ¿Estará molesto conmigo? Por supuesto debe odiarme por haberlo abandonado.
- ¡Hola! Anastasia-
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