Capítulo 23
Cristian POV
Recibir la llamada de Anastasia me dejó choqueado, no sabía que pensar, no obstante, la escuche tranquila y serena. Entonces caí en cuenta que no debía estar con Raymond, él no me permitiría estar con Ana y Ana no permitiría que esa lacra me hiciera daño. Y ahí estaba mi pregunta; ¿Cómo escapó Anastasia?
Se nos hizo difícil salir del edificio sin que la seguridad se enterara de nuestra salida, no obstante, no desactive el GPS del auto por aquello de necesitar ayuda, acepte que Gabriel me acompañara ya que sabía de antemano de que no se quedaría, él igual que yo va sumido en sus pensamientos.
-Hemos llegado – Le informo a mi amigo. Llevábamos hora y media en carretera, la propiedad de grande y lujosa, es como esas propiedades de los terratenientes de la época esclavista.
-Cristian Grey – Me anuncio ante los hombres trajeados que están en la entrada principal.
-Lo esperábamos, señor Grey- Dice uno de ellos y miran a Gabriel.
-Él es mi amigo – Le informo al hombre que debe ser el jefe de seguridad.
-No hay problema, el señor Emerson no es un objetivo peligroso – Comenta el hombre algo obvio.
- ¿Por dónde debemos ir? -Pregunto ya que los árboles no dejan ver mucho de la propiedad.
-Siga el camino lo llevará directo a la casa. Su esposa lo espera – No le respondo y nos ponemos en marcha.
Al llegar a la puerta ya hay una mujer esperándonos con la puerta abierta.
-Buen día señores, los esperan en el salón principal, Síganme – Saluda la joven babeando por nosotros y nos guía al salón.
Escuchamos voces y una de ellas es mi esposa, me apresuro a llegar de dónde vienen, al verla mi corazón salta de regocijo. La envuelvo con mis brazos y la beso con desesperación y necesidad; ella enreda sus brazos en mi cuello. Es cuando se desmorona y se desmalla. Me siento en el sillón con ella en mi regazo.
-Amor, Ana. No me hagas esto – Le digo besando su rostro, Gabriel se inca a mi lado, tomando el pulso de Ana.
-Tranquilos se ha desmallado por la impresión de volver a verlos, señor Grey – La voz de una mujer que no conozco y que hasta ahora noto llama mi atención, yo sólo la miro, se parece mucho a mi nena.
- ¿Qué le han hecho a Anastasia? ¿Quién es usted? – Gabriel salta preocupado igual que yo esta desconcertado y preocupado.
-La hemos rescatado de las garras de Raymond – Contesta la mujer y noto que mi esposa empieza a reaccionar.
Ella abre los ojos mirándome con emoción y comienza a llorar a raudales.
-Mi bebe, ¿Cómo está mi hija Cristian? –
-Bien amor, la hemos cuidado. ¿Dónde está Steele? – Le pregunto.
-No sabemos. Max y Mathew los están rastreando – Me informa.
- ¿Quiénes son ellos, Max y Mathew? – La miro con mis celos a punto de desbordarse.
-Max es el jefe de seguridad de la mansión y Mathew es el genio de informática. Es mejor que Welch – Me cuenta y yo dudo en creer que haya una persona más inteligente que mi genio informático.
- ¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué salvaron a Anastasia? ¿Qué quieren? -Pregunta Gabriel de carrera.
-Responderé una cosa a la vez. Ana no sabe porque está aquí. Le dije que rebelaría mi identidad cuando usted viniera...- Suspira profundamente.
-Anastasia, recuerda tu condición debes estar tranquila y no interrumpirme hasta que termine – Advierte la mujer a mi esposa y yo quiero saber que condición en la que esta ella.
- ¿A qué se refiere por condición? – Pregunto a la mujer y Gabriel estudia sus gestos.
- ¿Recuerdas que me había estado sintiendo enferma días antes de la boda? – Pregunta mi esposa.
-Si lo recuerdo, pensábamos que tenías algún virus – Ella sonríe y mi cuerpo se vuelve a calentar.
-Es virus saldrá de mí en siete meses – Ella me sonríe y yo salto de emoción.
-No es un virus, vamos a ser padres nuevamente- Me dice con alegría y yo tomo sus labios nuevamente y los beso.
-Ya habrá tiempo de celebrar- Me aclara y volvemos nuestra atención a la mujer frente a nosotros.
-Bueno, nosotros no queremos nada, salvé a Ana, porque jamás permitiría que Raymond Steele le vuelva a poner una mugrosa mano encima a mi hija... - No la dejamos terminar.
- ¡QUÉ! – Exclamamos los tres. Ella suspira amargamente.
-Si, Soy Carla, tu madre Anastasia... - Ella suspira y lágrimas brotan de sus ojos.
- ¿Dónde mierdas has estado todos estos años y en especial todo el tiempo de la adolescencia de mi esposa? La dejaste en las manos de un monstruo – Ella baja su cabeza.
-Lo sé y no podía hacer más. Escapé de las garras de Raymond muchas veces y siempre lograba dar con mi paradero. Sabes yo no amaba a Ray, mi padre me obligó a casarme con él. Anastasia. Tu no eres hija de Raymond, tu padre biológico se llamaba Robert Lambert; un exsoldado de la marina. Mi padre al enterarse de que estaba embarazada de él entro en colera, me encerró. Un día me dejó salir del sótano donde me tenía. Al salir ya todo estaba arreglado. Mi padre me puso a escoger entre mi libertad y mi bebe. Me aseguró que Roberth nunca vendría por mí; qué él se había encargado. Tuve que elegirte a ti Ana – Ella solloza igualmente que mi esposa.
-Con el tiempo mi padre se arrepintió de lo que hizo, sabía que Ray le robaba. Entonces fue cuando hizo el testamento, dejando a Anastasia como su heredera, yo su albacea y otras clausulas que le impedían a él hacerse con la fortuna de mi familia. Es por ello por lo que nunca se deshizo de nosotras. La última vez que escape con Ana me encontré con la única persona que podría hacerme feliz y darnos el hogar que mi hija y yo merecíamos. Si me encontré con Frank. El me contó lo que mi padre había hecho. Tu abuelo Ana, utilizó sus influencias para que Frank fuera enviado lejos de nosotras, hasta que por una lesión le dieron de baja- Ella hace una pausa para limpiar su nariz, mi esposa escucha cada cosa que mi «Suegra» cuenta.
-Yo lo puse al tanto de todo. Quería matar a Raymond, no obstante, yo sólo quería huir contigo, hija. Roberth lo entendió, lo hicimos, escapamos al otro lado del país y esos fueron los días más felices, hasta que alguien me reconoció; pocos días después Ray nos encontró y esa fue la última vez que vi a tu padre – Carla se tapa la cara con ambas manos y llora con intensidad.
- ¿Raymond mató al señor Lambert? -Pregunta Gabriel.
-Supongo que sí. Sin embargo, cuando escapé la última vez lo hice porque recibí un mensaje, en el cual me pedía que lo hiciera, creí que era él, la nota que encontré entre las cosas de mi hija me daban esta dirección y las instrucciones para escapar. Lo que no nadie esperaba era la lealtad de algunas de las sirvientas. Me quitaron a mi hija. Escapé a duras penas, todos estos años he vivido un infierno. Los Kavanagh fueron socios de mi familia durante años, cuando conocieron a ese desgraciado su lealtad cambio. Ray les ofreció más fortuna y se vendieron – Se calla haciendo entender que ha terminado.
- ¿Por qué hasta ahora apareces? ¿Por qué no fuiste por mí? Tienes muchos hombres, pudiste haberme rescatado- El reproche de Ana no se hace espera y tiene toda la razón.
-Tenía mucho miedo, sabía de lo que es capaz Ray. Sin embargo, sabía que mientras yo estuviera con vida no podría deshacerse de ti sería muy obvio; de todos modos, yo era la albacea. Para aparentar me hizo ver ante todos como una madre desnaturalizada y a él como un abnegado padre. Hace un tiempo descubrí que tenía espías en mi casa, los descubrí, luego los mandé de vuelta. Cuando me enteré de lo que Ray, logré infiltrar a alguien y con la ayuda de Mathew logramos saber sus planes. Yo entiendo Ana si no quieres que forme parte de tu vida, por no buscarte. Sólo te pido un favor que me permitas por una única vez conocer a mis nietos – Ana levanta el rostro mirándome a los ojos.
-Quiero ir a casa. Quiero ver a mi hija – Me suplica con los ojos. Gabriel se levanta.
-Sólo piénsalo. No tiene que ser hoy. Por Raymond Steele no se preocupen que yo me encargaré de él. Y Cristian cuídalos, sé que hay espías en la casa de tu familia. Cuando de con ellos te lo haré saber. Gabriel felicidades, no se preocupen por los Kavanagh y los Mitchell ya me estoy haciendo cargo –
No le pregunto como lo esta haciendo, sólo asiento con mi cabeza, igualmente lo hace Gabriel y salimos directo a la casa. A mitad del camino nos encontramos con nuestro equipo de seguridad y luego de confirmarles que estamos bien nos escoltan a casa. Ana no más ver a nuestra hija la tomó entre sus brazos, se marchó a nuestra habitación y se encerró en ella; no tocó a Gabriel y a mi contarle a la familia lo sucedido y todos se sorprendieron al saber que Carla está con vida.
****
Han pasado varios meses y Ana esta reticente al volver a ver a Karla, hemos tenido varias discusiones en relación con ello. Dice que lo más que le alegra es que no es hija de Raymond Steele y lo que lamenta es no poder llevar el apellido de su verdadero padre, por lo que le pidió a mi padre que presentara una solicitud de eliminación del apellido Steele y poner el Grey como su único apellido, yo por el contrario quería que se pusiera el de su madre, al fin y al cabo, ella la salvo de Steele. Le estoy dando su tiempo ella no sabe que he hablado con mi padre para que el proceso valla lento mientras la hago cambiar su decisión. Mi teléfono suena, miro el identificador y es Gabriel.
-Mira las noticias, están hablando de Steele. Estaremos en Washington mañana por la tarde, te dejo debemos preparar el equipaje – Y con esas últimas palabras cuelga.
Me muevo rápido y pongo el primer canal de noticias que me viene a la mente, por suerte acierto y me sorprendo en ver el titular.
<<EL CORRUPTO EMPRESARIO RAYMOND STEELE FALLECE A MANOS DEL FBI>>
Mientras la periodista comenta la noticia y de los actos delictivos por los que el FBI perseguía a Steele, hacen referencia de los actos en contra de su exesposa Carla, de la muerte de su difunto suegro y de los actos en contra de mi esposa y todas las porquerías que hizo en su vida.
Llamó a mi jefe de relaciones públicas lo hago mirar las noticias, para luego pedirle que prepare un comunicado aclarando que no daremos entrevistas y aclarando sin entrar en detalles la relación de Anastasia y Steele, cuando el comunicado me satisface le doy el visto bueno para que lo envíen a los medios.
Los días siguientes fueron de felicidad absoluta, Ana a aceptado en ver a Carla y que se relacione con Phoebe, no he querido preguntarle si ella tuvo algo que ver con la muerte de Steele, Gabriel me recomendó mantenerme al margen y sólo disfrutar de la vida con mi familia y hoy en el altar de la iglesia espero a que Julia aparezca para que una su vida con la de mi amigo.
Es tiempo de que los cuatro seamos felices y viendo la cara de idiota de mi amigo sé que lo seremos, porque yo lo soy al lado de mi muy embarazada esposa y mi hija.
FIN
Chic@s denme el tiempo para escribir el epílogo por favor. Sólo unos días, tengo varias ideas con respecto a los padres de Ana y Julia.
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