Anastasia POV

Después del fallo a mi favor, el abogado Lincoln nos sugirió a Cristian y a mi irnos a vivir con los Grey y aumentar la seguridad, porque todos sabíamos muy en el fondo que Raymond no se quedaría de brazos cruzados. Había solicitado la apelación al veredicto de la juez Johnson, sin embargo, las pruebas a mi favor fueron contundentes.

La otra razón de mi estrés es la insistencia de Kate para que retomáramos nuestra amistad, le recordé que fue ella quien la daño entregándome a Ray. Sé que para Grace es difícil que sus dos nueras no se lleven, hasta el momento la que estaba al tanto en cierta parte era ella, no queríamos involucra al resto de la familia, yo en lo personal hacía un intento en no demostrar mi disconformidad delante de Cristian, conociéndolo haría un revuelo.

Kate aprovechaba el tiempo de familia para compartir conmigo porque sabía que tendría que disimular, tenía que hacerlo por Elliot, él es el tío más cariñoso que Phoebe podía tener; no quería que Kate tuviera a mi hija, no obstante, ella aprovechaba esos ratos para tenerla.

Tres toques en la puerta de nuestra habitación llamaron mi atención.

-Pase – podía imaginar quien era, últimamente su acoso era asfixiante.

-Hola, Ana. ¿Puedo pasar? – La mire desde la cama. Cada vez que la miraba el recuerdo de su traición me embargaba.

- ¿De algo valdría que me negara? - Le respondí con una pregunta, veía dolor en su mirada. Ella no vivió lo que yo pase.

- ¿Cuándo será el día que puedas perdonarme Ana? Somos familia a hora – Dijo exasperada.

-Tu no entiend... - La voz de Elliot detrás de Kate no me dejo terminar.

- ¡Elliot! – Decimos ambas al mismo tiempo.

- ¿Qué tiene que perdonarte Anastasia, Katherine? ¿Qué es eso tan terrible que Ana no desea perdonar? – Pregunta insistente Elliot.

-Yo no diré nada – Dije tajante.

-Vamos Kate. Tú y yo tenemos una conversación – Kate pasa por su lado sin mirarme.

-Elliot, recuerda que es tu esposa. No quiero que discutan por mi – Le digo con los ojos llorosos.

- Dímelo tu Ana – Niego con mi cabeza.

-Yo sólo diré mi versión de los hechos. Habla con ella y si no te satisface lo que - ella te cuenta, yo te contaré mi versión de la historia – LE digo apenada lo último que deseaba era que Elliot se enterará. Pero la insistencia de Kate nos llevó a esto.

- No estoy de acuerdo, Ana. Hablaré con mi esposa y luego tú me contarás lo que sucede – Niego con la cabeza.

-No, no quiero que discutan por mí. Ustedes se aman -Phoebe se remueve en la cama y Elliot lo nota.

-Descansa cuñada- ME da un beso en la frente y se marcha.

Después de tanto pensar logro dormirme un rato, recordando que tengo muchos días de que no hablo con Julia, me duermo con la promesa de al despertar la llamaría. La extraño.

***

La semana paso volando, hable con Julia quien me puso al tanto de la vista de sus putos padres y que habían intentado manchar su imagen y la de Gabriel con mentiras, así también me puso al tanto de las medidas de su prometido para mantener a raya ha esos vividores; que los berrinches del mini Emerson la estaban matando, eso me hizo reír mucho. Luego me dijo que entendía por lo que yo había pasado con Phoebe y lo que más me alegro es que nos vendrían a visitar.

Es viernes por la noche me sentía ansiosa, nerviosa, a mi beba le estaban saliendo sus primeros dientes caninos y la tenían irritable, caminaba con ella en brazos, Grace me había dicho que eso era normal en la etapa de dentición de los niños que debería ya de estar acostumbrada a ese proceso. Ella tenía razón, pero soy una mamá muy protectora. Cristian había llegado temprano de la empresa, dedicándole así tiempo a nuestra hija, ella la niña más consentida de su padre se quedó tranquila no más estando en sus brazos.

Ahora estaba en la tina tomándome un relajante baño de burbujas, deseando la compañía de mi amado novio, si eso somos, estaba dolida también porque Phoebe dentro de cuatro meses cumpliría su primer año y Cristian no me había propuesto matrimonio. Como ya lo había hecho Gabriel con Julia. Ray ya no tenía ningún poder sobre mí que nos impidiese casarnos.

-Nena. Te vas a resfriar, sal por favor – La voz de Cristian me saca de mis cavilaciones. Sorbo mi nariz con tristeza. Él se me queda mirando.

- ¿Qué sucede? – Pregunto intrigada por la mirada que me dedica.

- ¿Por qué estabas llorando, Anastasia? – Me seca unas lágrimas que corrían por mis mejillas.

-No lo sé. Últimamente me siento deprimida. Soy feliz a tu lado, pero siento que algo me falta – Cristian sonríe y yo no le encuentro la gracia a lo que le estoy contando, no quiero obligarlo a que nos comprometamos, no quiero ser la madre de la hija de Cristian Grey.

-Tranquila, no se que es lo que ronda esa cabecita tuya, sólo ten en cuenta que este loco posesivo, maniaco del control, dominante y sobreprotector te ama al infinito y mas haya. Ahora vamos a dormir que mañana será un día especial – Beso mi cabeza, me ayudó a ponerme la bata de baño y por último me llevo a nuestra cama.

- ¿Phoebe? – Pregunte preocupada.

-Mamá la alimentó, yo le di su baño, su biberón de la noche para luego dormirse – Me contó despreocupado. Las lágrimas volvían a escurrir de mis ojos.

-Soy una mala madre, Cristian. Yo debí hacer todo eso- Le digo tapándome la cara de vergüenza.

-No digas tonterías Ana. Eres una madre y un excelente ser humano. Nadie en la familia pone en duda eso de ti y mucho menos yo. Ahora a dormir – ME tumbo en la cama para luego tomar su lugar tras de mí.

El sábado llego, mi niña hermosa estaba de mejor humor hoy, por la mañana habíamos pasado una mañana de niñas, después del almuerzo, todo se descontroló cuando vi el auto de Gabriel entrar por la reja principal salí corriendo a recibir a mi amiga Julia lloré porque la extrañaba.

-Le pedía a Gabriel que me trajera, Ana. Te he extrañado amiga – Ambas lloramos de alegría.

-Yo también. ¿Cómo va el pequeño Emerson? – Puse mi mano en su vientre.

-Dando lata- Sentía que alguien nos miraba y vi a Kate, mirarnos desde la habitación de Elliot. Ellos habían tenido una fuerte discusión aquel día, no obstante, tampoco deseaba que ellos se separaran por mí, así que hable con Elliot para que no hiciera esto más grande, yo a cambio le prometí tratar de perdonar a su esposa por el bienestar de la familia. Solté a Julia y saludé a Gabriel mientras entrabamos.

-Estamos de paso y vendremos a cenar en la noche con la familia Ana. ¿Y dónde está el pequeño clon de Cristian que deseo comérmela a besos? – Rio abiertamente a Gabriel decía que Phoebe es un clon femenino de Cristian.

-Con Grace y Mia – Respondí.

Por la noche toda la familia Emerson había venido de vista, sólo la familia de Kate no fue invitada por su relación con mi padre, todos conversábamos animadamente, mientras estaba lista la cena, Julia hablaba con Mia y Kate; yo lo hacía con Rachel, descubrí que ella y yo teníamos el gusto por la arquitectura, sólo que yo la tenía en pausa mientras las aguas se calmaban, sólo de vez en cuando ayudaba desde la casa a Elliot.

-Tomemos siento, que la cena esta lista - Surgieron las matriarcas de las dos familias.

Todos nos sentamos al lado de nuestras parejas. La cena estuvo super deliciosa, en algún momento nos habían puesto copas de champaña, ya habían retirado los platos, las chicas del servicio sirvieron la champaña, de pronto Cristian se levantó y llamo la atención de todos.

-Damas, caballeros. A la familia Emerson gracias por estar esta noche con nosotros – Yo miro a las personas que hoy nos acompañan.

-Gracias a ustedes por invitarnos – Agradece el patriarca Emerson. Luego de eso todo se queda en silencio.

-Ustedes saben que he sido una persona difícil de tratar. Nuestras familias siempre han sido unidas y es por ello por lo que están aquí, compartiendo este momento tan importante. Ana, nuestra relación ha sido un torbellino de altibajos. Tenemos una hija hermosa como su mamá y que merece un hogar como Dios manda. Es por ello por lo que te propongo pasar el resto de nuestras vidas juntos...- Cristian toma una bocanada de aire, mientras yo he perdido la capacidad de hablar.

Lo miro incrase y poner una rodilla en el suelo, mis lágrimas corren como cascadas para este momento, cómo llegue a pensar que este momento nunca llegaría.

- ¿Ana, quieres ser mi esposa? – Cristian me mira desde su lugar, con una sonrisa en sus labios.

Asiento frenética mente con la cabeza, mi voz se ha ido de paseo y no puedo hablar. Mis lágrimas corren de alegría. Todos aplauden, Cristian me pone el anillo de compromiso en mi dedo y no besamos ferozmente.

Después de unos largos minuto de alegría, Grace mi suegra interviene.

-Tenemos que organizar las dos bodas dice animada mente – Propone Grace Grey.

- ¿Cuándo será su boda, Cristian? – Pregunta Gabriel.

-En un mes, no quiero perder más tiempo- Inquiere Cristian.

-Bueno la nuestra será en dos – Nos informa Gabriel, ya que el día que le propuso matrimonio a Julia no habían establecido una fecha.

- ¡Bueno a celebrar! – Grito Elliot.

Y yo no podía estar más feliz.