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Capítulo 14


Julia POV

Me había estado sintiendo peor que el trapeador después de limpiar el piso, la semilla de Gabriel me estaba matando, pero aun así lo amo desde que nos dieron la noticia. Me sentía abrumada y temerosa de que Gabriel pensara que lo había hecho a propósito, cuando si acaso tenesmos unos pocos meses de relación, sin embargo, él lo tomo de lo más bien; mis temores se disiparon.

Ahora que me siento tan mal y débil por tanto vomito, ¡Por Dios! Nada se me queda en el estomago por mucho tiempo. Tengo que luchar con la sobre protección de Gabriel, el teme que mis padres tramen algo para conseguir el dinero por el cual viajaron hasta aquí desde Selinsgrove en auto.

Tras todo lo que sucede alrededor, la situación por la que esta pasando Anastasia, el tener que volver a ver a la persona que ha hecho su vida miserable, también me afectan porque es la única familia que tuve durante mucho tiempo y no estoy en condiciones para apoyarla. Debí haber ido con ellos, pero la creatura dentro de mi me tiene atada al sanitario y a la cama. Lucho constantemente con las ganas de llorar, desearía que Gabriel este aquí acompañándome y dándome consuelo que me haga el amor cuando mis hormonas me calientan, más soy consciente que tiene una empresa que dirigir ya que Cristian confía en él al cien por ciento.

-Señorita Julia – La voz de Gretchen suena al otro lado de la puerta.

-Pasa, Gretchen – Le respondo y ella entra.

-Tiene una llamada, la persona dice ser su madre – Me informa.

-Lo siento, Gretchen. No estoy en condiciones de lidiar con ella hoy, dile que se entienda con Gabriel, por favor – Ella asiente y se marcha.

Sé que le debo la vida a ambos, no obstante, ellos han sido unos padres de mierda apenas me pude valer por mi misma he tenido que hacerlo sola, me utilizaban para obtener beneficios sin trabajar, cuando me negaba a hacer lo que me pedían me castigaban dejándome sin comer, hasta que pude escapar para mi suerte siempre encontré personas que me extendieron una mano hasta que encontré a Ana, mi hermana por elección, entre sollozos me pierdo en las oscuras nubes del sueño.

Sin saber el tiempo que pasa, siento que la cama baja por el peso de alguien acomodándose a mi espalda, por el calor que emana el cuerpo y los fuertes brazos a mi alrededor se que es Gabriel, ronroneo cuando pega su pecho a mi espalda, para luego besar mi cabeza.

-No llores amor. No es fácil para mi dejarte todas las mañanas sabiendo por lo que estas pasando. Si hubiese una manera de tomar tu lugar lo haría. ¡Te lo juro, Julia! – Me confiesa en mi oído.

-Lo sé. Pero quiero que me ames, que me hagas el amor. Estamos bien - Vuelvo a sollozar.

-Últimamente te has vuelto una chica muy golosa – Sonríe en mi cuello.

-Sabes, ahora entiendo a Ana, ella pasó llorando todo su embarazo – Me volteo entre sus brazos para mirarlo a los ojos.

- ¿A qué te refieres? – Pregunta con sus cejas fruncidas.

-Y siento que me quemo y...y te deseo a toda hora. Como crees que estaría ella – Mis mejillas se calientan.

-No quiero imaginar a Anastasia excitada, Julia. Cristian me cortaría el cuello – Hace una mueca de espanto.

- ¿Quieres hacerme el amor? – Le pido con un puchero.

-Claro que quiero. Siempre quiero – Gabriel me pone de espaldas a la cama.

Comienzo a quitarme la ropa, recibiendo la ayuda de Gabriel, para luego ayudarlos a él a quitarse la propia, segundos después ambos estamos desnudos. Gabriel me besa intensamente, luego baja por mi cuello hasta mis pechos, los cuales están adoloridos, pero me hago la tonta con eso, Gabriel baja hasta mi vientre donde reparte múltiples besos, hablándole a nuestro bebe.

- ¡Hola, bebe! Soy tu padre, sabes desde ya te amamos. Contamos los días para verte. Te amamos- Le da un último beso para bajar a mi entrepierna, sonreí ya que había logrado lo que quería y obtener un poco de alivio emocional y sexual, Gabriel tenía días sin tocarme y me estaba afectando mi seguridad.

Gabriel me lamio y mordió mi sexo sin compasión me estaba volviendo loca ya que paraba por segundos evitando así hacerme llegar al orgasmo tan rápido.

- ¡Gabriel! - Me quejo.

-No, nena todo irá con calma, te prometo que tendrás tu ración de sexo todos los días, a partir de hoy- Sonríe mirándome desde su posición, para luego continuar con su tortura hasta hacerme llegar. Repta sobre mi cuerpo y me besa con los restos se mi esencia en su boca, provocando que me pruebe a mí misma.

Se acomoda entre mis piernas, levanta mi pierna izquierda apoyándola en su hombro, toma su miembro con la mano izquierda y lo acomoda en mi entrada.

-Por favor, Gabriel – Me quejo.

-Despacio, nena, despacio – Se toma su tiempo para entrar en mí, cuando totalmente enfundado dentro de mí suelta mi pierna para inclinarse cubriéndome con su cuerpo firme. Me besa intensamente mientras se mueve dentro de mí.

-Si, así. Quiero más de ti Gabriel – Suplico por la abstinencia a la que me había sometido por miedo a lastimarnos.

-Mi Reyna, no quiero lastimarlos – Me besa y me abraza fuertemente cuando muevo mis caderas en busca de más fricción.

- No lo harás – Le confirmo.

-Te prometo hacerte el amor todos los días, pero lo haremos a mi manera – Pega su frente con la mía en espera de confirmación.

-Bien, pero quiero una compensación por adelantado – Le digo y Gabriel sonríe.

-Te daré un poco de sexo rudo, pero después será a mi manera – Asiento con una sonrisa en los labios. Gabriel me entrega lo que le he pedido, hasta que llegamos juntos a nuestra liberación.

Gabriel retoma su lugar a mi espalda para descansar un rato mientras es la hora de la cena. Nos ajustamos perfectamente, cuando le interrumpe mi viaje al país de los sueños.

-Tengo algo para ti – Se levanta para tomar su saco y sacar algo de su bolsillo regresando a la cama.

-Sé que debí hacerlo el fin de semana que esta la familia aquí. Pero hubo un atraso en su confección por lo que hasta hoy me lo entregaron. No iba a proponerte matrimonio sin un anillo – Saca el anillo el cual tiene una pequeña flor y en el centro un rubí.

- ¿Qué es esto Gabriel? – Pregunto a pesar de saber que significa, es sólo que quiero escucharlo de sus labios.

- ¿Quiero que seas mi esposa? Que pasemos el resto de nuestras vidas junto y formemos el hogar que tú y nuestro bebe se merecen. Di que si – Me besa sollozo. Respiro hondo mirándolo a los ojos.

-Quiero ser tu esposa, pasar el resto de nuestras vidas junto y formar nuestro propio hogar – Le devuelvo el beso.

-Prometo compensarte cuando tu estomago este mejor- Sonríe.

Nuestra nueve se felicidad es interrumpida por mi móvil que suena en la mesita de noche. Gabriel lo toma, mira el identificador, frunce las cejas nuevamente y me enseña el identificador. No reconozco el número por lo que me encojo de hombros; el ahora mi prometido contesta

- ¡Hola!... Si este es su número. ¿Quién habla?... No, no vuelva a llamar o ha aparecerse en ninguna de mis propiedades o sabrán quién es Gabriel Emerson – Cuelga la llamada.

- ¿Quién era, Gabriel? - Me mira con mirada preocupada y enojado.

-Era tu padre exigiendo hablar contigo - Me dice con ira en su voz.

- ¿Cómo... cómo han averiguado mi número? – Me tiembla el cuerpo y las arcadas vuelven a mi estomago provocando que salga corriendo hacia el baño, con Gabriel pisando mis talones.

-Voy a investigar ¿cómo lo obtuvieron? Si alguien de la empresa fue que lo más seguro fue así lo voy a despedir – Gabriel despotrica mientras es mi soporte, el sólo hablar de mis progenitores me asquea. El móvil vuelve a sonar, más lo ignoramos.

Cuando he terminado de expulsar el líquido verde de mi estomago me lavo los dientes y vuelvo a mi lugar en la cama. Miro mi móvil, descubriendo que es Ana quien me llamaba, por lo que le devuelvo la llamada.

- ¡Hola! ¿Cómo ha salido todo? – Espero que sea buenas noticias.

-Todo bien. Hemos logrado que anulen la conservaduría que pesa sobre mí. Raymond no va a quedarse con los brazos cruzados, Julia – Esto es una mierda.

-No te preocupes Ana, Cristian y los demás Grey no van a permitir que nada les pase- Reafirmo lo que Gabriel me ha dicho.

-Lo sé, Julia. Ellos y ustedes ahora son mi familia. Pero no dejo de preocuparme se de lo que es capaz Ray para obtener lo que quiere, más que la corte le ha ordenado devolverme la fortuna de mi madre. Julia te juro que no quiero el dinero. Lo que deseo es que me deje vivir mi vida junto a Cristian y mi hija. Sólo eso – Me cuenta exasperada.

-Sólo habla con los abogados y con Cristian de lo que piensas –

Pasamos un rato más hablando hasta que oímos llorar a Phoebe, quien la reclamaba con suaves balbuceos. Mientras hablaba con Ana, Gabriel lo hacía con Welch y Barnie los especialistas informáticos de la empresa para que investigarán como obtuvieron mi número mis padres.

-Listo, hable con los chicos. Apenas tengan la información, me lo harán saber – Besa mi frente.

-Vamos que comes, no es bueno que lo tengas vacío- Me dice Gabriel mientras me pasa mi ropa.

- Vamos que ahora si tengo hambre –

Tomamos rumbo al comedor, sólo espero que mi estomago o este bebe le guste la cena de hoy.



Hola...hola!!! Aquí les dejo otro capítulo más. Escuchen la canción por favor.

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