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-¡¡¡Ahora el Clan de la Escarcha le pertenece al Clan de la Tormenta y quien no este de acuerdo como mucho tendrá la suerte de quedar como prisionero!!!-
-¡¡¡No lo permitiremos!!!- gruño una potente voz.
Aumentaron los bufidos y los gruñidos, el claro estaba repleto de sangre, gran parte de compañeros o enemigos caídos, las guaridas estaban completamente destrozadas y las presas pisoteadas al igual que las hierbas medicinales.
Sus patas normalmente doradas ahora eran rojas manchadas de sangre enemiga pero su pelaje dorado atigrado también estaba manchado de la suya propia. Luchaba junto a otro pelaje dorado atigrado oscuro contra los que creía ser dos de sus compañeros de clan.
Sus antiguos amigos pero actuales enemigos iban retrocediendo y atacando con menos fuerza, aquellos traidores estaban perdiendo aunque tampoco sabia si también estaban perdiendo la vida.
-Vamos Ráfaga Dorada lo estamos logrando, estamos acabando con ellos pronto todo esto terminara- la animó el guerrero que luchaba junto a ella -Y Estrella Rociada echara a estos traidores que valen tanto como una cagarruta de zorro- gruño viendo como los guerreros contra los que acababan de luchar huían.
Ráfaga Dorada con los ojos entornados le sonrió triunfadora mirándo fijamente a sus ojos ámbar hasta que de repente un enorme guerrero de diferentes tonos grises se abalanzaba con sus fauces abiertas hasta la garganta de su acompañante, hasta la garganta de su hermano.
-¡¡¡Trigal!!!-
...
-¿Ráfaga Dorada, estas bien?-
Ráfaga Dorada despertó asustada, tenia el pelaje erizado y sus ojos azules estaban dilatados. Se miro las patas, estas estaban doradas como siempre y no con un pegajoso manto de sangre encima, suspiró.
-La misma pesadilla de siempre Pluma Veloz- respondió al guerrero gris atigrado cansada. Sentía que no había dormido nada, la pesadilla de la muerte de su hermano la atormentaba cada vez que pensaba que lo había superado a pesar de que ya hubieran pasado siete lunas.
Habían pasado siete lunas desde la batalla en la que el Clan de la Tormenta conquistó al Clan de la Escarcha con varios guerreros del Clan de la Tormenta y otros varios del Clan de la Escarcha para sorpresa de sus compañeros de clan. Se sentían confundidos y traicionados por ellos pero tampoco entendían y por lo más frustrados que se sentían era que habían matado guerreros en la batalla. En batallas contra otros clanes no se suelen matar gatos, ya es suficiente con dejarlos heridos pero en esta batalla los traidores habían matado a guerreros a sangre fría, los guerreros confundidos no estaban acostumbrados a matar no se lo imaginaban por lo que los traidores terminaron ganándoles en numero matando a gran parte de los guerreros que realmente pertenecían al Clan de la Escarcha. Los pocos que habían sobrevivido los habían dejado como prisioneros en una estrecha madriguera de conejo en palabras de los traidores por si cambiaban de opinión.
Ráfaga Dorada se estiro lo máximo que pudo en aquel reducido espacio y comenzó a lavarse alisando así su erizado pelaje.
-Tus cachorros nacerán pronto Hojarasca Matinal- le informó una vieja gata blanca a una reina rojiza atigrada.
Hojarasca Matinal miró a un guerrero del mismo color que el polvo preocupada y este entrechoco la nariz con la de ella y comenzó a lamerle los francos del lomo para reconfortarla.
<<No es la mejor época para tener cachorros>> pensó Ráfaga Dorada sintiendo lastima y se acercó a la pareja dándole un lametón en la oreja al guerrero para expresarle que ella también estaba preocupada.
-No es la mejor época para tener cachorros- expresó el guerrero tristemente haciendo que su compañera moviera nerviosa la punta de la cola.
-Serán fuertes como sus progenitores, sobrevivisteis a la batalla Manto Pedregoso y fue muy dura estoy segura de que ellos también sobrevivirán- intento reconfortarles una gata jengibre atigrada con el pecho, las patas y la punta de la cola blanca.
-Ala de Águila se acerca la estación Sin Hoja si apenas nos dan comida ¿crees que en la estación Sin Hoja cuando ya no hay apenas presas nos den al menos un pequeño hueso de raton?- replicó Ráfaga Dorada a su antigua lugarteniente.
-Ráfaga Dorada tan solo los estas asustando- le regaño una gata grisácea de ojos azules que estaba tumbada y se levantó acercándose a la pareja y rodeando con su cola a Hojarasca Matinal la cual tenia el hocico hundido en el pecho de Manto Pedregoso mientras lloraba.
-Pero es cierto Estrella Rociada, ninguno de nosotros sobrevivirá en la estación Sin Hoja, ahora tan solo nos dan las presas mas pequeñas y las que están a punto de hacerse carroña. Después no nos darán nada- gruño Ráfaga Dorada arañando la tierra -Debería haber matado a Estrella Grumosa cuando tuve la ocasión.
-No hubieras podido con él Ráfaga Dorada, tiene nueve vidas ¿recuerdas?- Ráfaga Dorada le dio un manotazo a Pluma Veloz en la oreja.
-Lo recuerdo pero eso no me quita las ganas de querer arrancarle el pelaje- gruño la gata dorada atigrada.
-Pensar eso no hará que Trigal reviva ni nos sacara de aquí- le reprochó Estrella Rociada con calma.
-Ráfaga Dorada tiene razón moriremos esta estación Sin Hoja, no tengo hierbas para mitigar el hambre ni para ayudar a Hojarasca Matinal con su embarazo, lo mas probable es que sea yo la primera que muera soy demasiado vieja para esto- Todos los prisioneros miraron sorprendidos y apenados a la vieja curandera ella no solía perder la esperanza.
-No digas eso Telaraña Goteante- Estrella Rociada se restregó contra ella intentando consolarla.
-¡Esto no puede quedar así!- estallo Manto Pedregoso con lagrimas en los ojos, su compañera la cual había estado junto a él llorando hecha una bola le miro sorprendida -No permitiré que mis cachorros nazcan en un lugar tan horrible como este y ni mucho menos que mueran aquí- los ojos de Manto Pedregoso brillaban de determinación y desafío.
-Estoy con Manto Pedregoso no podemos quedarnos aquí pudriéndonos como la carroña- maulló Pluma Veloz quien había estado tumbado levantándose de un salto.
-Para eso necesitaremos hacer un plan, no podemos salir de aquí atacando a todos los guerreros que hay en el campamento para abrirnos paso- propuso con decisión Ala de Águila.
-Si fuera por mi rasgaba todos los pelajes de esos traidores- gruño Ráfaga Dorada.
-Estamos en los huesos no tenemos la fuerza ni somos los suficientes para un ataque- Concluyo Estrella Rociada.
-He oído que Manto de Margaritas va a tener cachorros, si esperamos lo suficiente quizás alguno de sus cachorros quiera ayudarnos...- Pensó Ráfaga Dorada pero Pluma Veloz le devolvió el manotazo en la oreja de antes a la guerrera de ojos azules.
-Para eso esperamos a que los cachorros de Hojarasca Matinal crezcan pero cuando eso ocurra todos nos habremos muerto de hambre- Ráfaga Dorada movió la cola frustrada y Manto Pedregoso se acercó a ella y le dio un lametón en la oreja.
-Ráfaga Dorada eres mi mejor amiga se que estas frustrada ya que toda la energía que tienes y que solías utilizar para ayudar al clan con tu actitud segura se esta viendo comprimida al estar en un lugar tan pequeño y el pensamiento de que Trigal esta en el Clan Estelar y que algunos de nuestros compañeros de clan nos han traicionado no debe de ayudarte mucho- Manto Pedregoso entrelazo su cola con la de la guerrera dorada atigrada -Pero ahora mismo que ves más prudente ¿vengarte o salvar a lo que queda del clan?- Manto Pedregoso miró con cariño la hinchada tripa de Hojarasca Matinal y Ráfaga Dorada valoró mucho el esfuerzo que debía de haber hecho su mejor amigo para calmarse y lograr calmarla a ella. Por lo que respiró hondo y suspiro.
-Tienes razón, disculpadme no he ayudado nada tan solo he logrado poner peor las cosas- dijo con seriedad bajando las orejas avergonzada de lo que había dicho.
-No pasa nada, esta bien esto nos afecta a todos- la perdonó Estrella Rociada -Bien con todo esto creo que es hora de pensar en un buen plan- decidió la líder sentándose en medio de la madriguera de conejo. Ráfaga Dorada pensó que la líder estaba actuando de la misma forma con la que actuaba en las reuniones de clan y se sintió reconfortada al pensar que aún seguía el espíritu del clan a pesar de que fueran pocos y mal alimentados gatos.
-Antes que nada ¿Qué haremos huir de aquí o intentar sobrevivir aquí?- preguntó Manto Pedregoso.
-Creo que la respuesta esta clara huir de aquí, hecho de menos correr y apenas hay sitio- se quejó Pluma Veloz el cual era el guerrero mas rápido de todo el Clan de la Escarcha.
-Y menos sitio habrá cuando nazcan nuestros cachorros- añadió Hojarasca Matinal.
-Sí lo se pero podríamos intentar ampliar la madriguera y buscar alguna forma de salir de aquí sin que nos vean para que alguno de nosotros vaya a cazar todos los días- explicó el guerrero del color del polvo atigrado.
-Esto es una madriguera de conejo y tan solo hay una salida, a nada que quisiéramos crear otra salida o hacer mas sitio esto se vendría abajo- con aquella explicación Ráfaga Dorada tiró la idea de su mejor amigo.
-Pero tampoco podemos huir, somos los suficientes para que nos vean, nos atraparían- replicó Telaraña Goteante -Además ¿a donde iríamos?
-El Clan de la Tormenta también es liderado por Estrella Grumosa, el Clan de la Caverna no suele admitir otros gatos que no sean de su clan y puede que Estrella Embadurnada nos admitiese en su Clan...- sacó la conclusión pensativa Estrella Rociada.
-Pero el resto de clanes se percatarían de que hay más gatos de lo normal en el Clan del Trigo y esto tan solo llevaría a una guerra ya que el Clan de la Tormenta y los traidores del Clan de la Escarcha se darían cuenta, además lo que ha dicho Telaraña Goteante se darían cuenta mientras huimos de la madriguera, el guerrero que este de vigía ya nos atraparía a algunos y al resto el resto del clan- termino de rechazar esa idea Ala de Águila -Si huimos tan solo tiene que huir uno de nosotros- sacó en conclusion Ala de Águila pero los guerreros congregados la miraron confundida.
-Tiene sentido así no se percataran de la gran multitud que salimos- Entendió Estrella Rociada.
-Pero aún así el que saldría lo atraparía el guerrero que este vigilando la entrada- replicó Hojarasca Matinal.
-Exacto, para eso tendrá que salir otro de nosotros para despistarlo- prosiguió Ala de Águila.
-Pero que hay del resto de traidores que hay en el campamento?- Preguntó Manto Pedregoso aún inseguro.
-Creo que no suelen estar la mayoría de guerreros la mayor parte del tiempo, por lo que he le oído a Astilloso a la hora de crear patrullas también suelen estar en territorio del Clan de la Tormenta- recordó Pluma Veloz.
-Aun así la guarida de guerreros esta al lado de la entrada del campamento, nos pillaran en cuanto salgamos- Hojarasca Matinal bajó las orejas triste.
-Hay otra salida- reveló Telaraña Goteante mirando de forma seria a todos los guerreros allí congregados- Al fondo de la curandería hay un charco que nunca se agota, ese agua va directa al arroyo-
Ráfaga Dorada recordó la grieta que hacia como curandería, el techo iba bajando cada vez mas cuanto mas profundo entrabas en la grieta más estrecha era esta.
-¿La gruta no será demasiado estrecha para un guerrero?- preguntó la guerrera dorada atigrada.
-No, el charco es más profundo cuanto más andas eso sí tendrás que bucear para poder salir- explicó la vieja curandera.
Todos erizaron sus pelajes, ninguno sabia nadar y mucho menos bucear les asustaba la idea de quedar allí atrapados y terminar ahogados por no encontrar la salida a tiempo.
-Es la única salida que tenemos nos guste o no- Declaro Ala de Águila poniéndose en pie -¿Que pasara con el futuro del clan si nosotros nos rendimos ahora?- la lugarteniente miró con pena la tripa de Hojarasca Matinal y todos los guerreros maullaron de acuerdo.
-Tenemos que pensar quienes huirán- Dijo Manto Pedregoso serio.
-Y a donde huirán- recordó Estrella Rociada.
-Debería huir yo, soy el más rápido del clan y no creo que me atrapen- se ofreció Pluma Veloz dando un paso hacia delante.
-Estoy de acuerdo- aceptó la antigua líder grisácea y el resto de guerreros asintieron -¿Quien ira como distracción?-
-No creo que fuera una buena distracción, me atraparían enseguida- todos miraron comprensivos a Hojarasca Matinal.
-Telaraña Goteante es demasiado vieja para ir y es nuestra única curandera por lo que ni aunque estando libres la dejaría- rechazo Estrella Rociada al momento la idea de enviar a la curandera y Telaraña Goteante no dijo nada.
-Tampoco se te ocurra ir a ti Estrella Rociada, los traidores esperarían algo de ti antes que de cualquier prisionero- Ala de Águila le habló a Estrella Rociada mas como hija que como lugarteniente.
-Lo mismo contigo Ala de Águila, recuerda que eras la lugarteniente- la riño su madre como si aún fuera una cachorrita.
Ráfaga Dorada sabia lo que significaba eso, ella o Manto Pedregoso tendrían que ser la distracción aquello podía significar irse al Clan Estelar conociendo la barbaridad de los traidores además de que Telaraña Goteante no poseía hierbas medicinales para curarlos en el caso de que salieran vivos. La guerrera de ojos azules miro directamente a los ojos ámbar de su mejor amigo, ella le miro de forma segura expresando que iría ella pero tenía los pelos de la puntas de las orejas erizados, y cualquier gato que la conociera bien sabia que significaba que sentía un poco de miedo y el guerrero del color del polvo debió de ver eso, Manto Pedregoso suspiró y sonrió.
-Iré yo- se ofreció el guerrero del color del polvo, su compañera le miro sorprendida con dolor en sus ojos ámbar.
<<¿Cómo puedo tener miedo, soy acaso un raton? Si muero moriré por el bien de mi clan pero no permitiré que Manto Pedregoso vaya>>
No te dejare ir- le gruño con fiereza en sus ojos azules -Manto Pedregoso vas a tener cachorros no me gustaría que tus cachorros no vieran la cara de su padre- saltaron lagrimas del guerrero de ojos ámbar y hundió su cabeza en el flanco de Hojarasca Matinal.
-No puedo dejaros, perdón- la reina atigrada rojiza lamio la cabeza de su compañero con ternura y le dio un guiño de agradecimiento a la guerrera dorada atigrada esta sonrió aún seria.
-Iré yo, además Estrella Rociada no me pusiste el sobrenombre ráfaga por nada- la líder asintió y Pluma Veloz se coloco al lado de la guerrera y enrosco su cola con la de ella para darle valentía.
-Bien ¿Pero a donde ira Pluma Veloz una vez que huya?- quiso terminar de planear la antigua lugarteniente color jengibre.
-No creo que haya ningún problema si va el solo al Clan del Trigo, intenta pedirle ayuda a Estrella Embadurnada- le pidió la antigua líder grisácea y el guerrero gris atigrado asintió.
-¿Después el Clan del Trigo nos liberara e iremos a su campamento?- preguntó Hojarasca Matinal no muy segura del todo.
-Eso espero, aunque tendremos que encontrar otro lugar en el que vivir no podemos estar siempre en el campamento del Clan del Trigo- suspiró la antigua líder de ojos azules.
-¿No reconquistaremos el territorio?- Preguntó con el pelaje erizado Ráfaga Dorada.
-Son demasiados Ráfaga Dorada y seria pedirle demasiado al Clan del Trigo que también nos ayudaran con nuestro territorio- le echo en cara Ala de Águila, la guerrera dorada atigrada no podía creérselo y araño el suelo furiosa, saber que aquellos traidores que les tenían encerrados en una estrecha madriguera alguna vez habían sido guerreros de confianza.
-¿Todos estamos de acuerdo con el plan?- preguntó Estrella Rociada y todos asintieron con maullidos de animo pero Ráfaga Dorada asintió con un gruñido, sabia que estaba mal pero no podía tener más sed de venganza.
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