Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

꒰🍓꒱ 15

Jimin sabía que debía seguir con su misión, que no podía dejar que nada ni nadie lo distrajera más de lo que ya estaba. Pero cuando comenzaba a perder de vista a Jungkook, algo hizo que tropezara, chocando de frente con alguien. El impacto fue tan inesperado que casi se cae, pero la persona que había golpeado rápidamente la sostuvo por los hombros, evitando que cayera.

—¿Estás bien? —dijo una voz suave.

Jimin levantó la vista, encontrándose con un chico apuesto, con un rostro que podría haber pertenecido a una portada de revista. Tenía un aire de confianza, pero algo en su mirada parecía genuino, como si realmente se preocupara por él. Su rostro, de facciones marcadas, apretaba su edad, y el pelirosa se dio cuenta de que debía ser un poco mayor que él, tal vez en sus primeros veintitantos.

—Sí, todo bien —respondió Jimin, apretando los labios y apartándose un poco, incómodo por la situación.

El chico sonrió, un gesto tranquilo que no parecía forzado.

—Pareces tenso, tal vez la fiesta es muy aburrida —dijo con una sonrisa burlona, pero sin malicia.

El chico, aún sonriendo de manera relajada, se dio un paso atrás, como si tratara de darle espacio. Jimin agradeció mentalmente ese gesto.

—Soy Jung Hoseok —se presentó, extendiendo una mano de manera amigable.

El pelirosa, al escuchar el apellido, sintió cómo se le iluminó la mente, como si una ampolleta se encendiera de repente. Era un Jung.

—¿Jung? —repitió Jimin, sin poder evitarlo, casi como si estuviera probando el apellido en sus labios. El chico lo miró con una ceja levantada, notando su reacción.

—Sí, Jung Hoseok —confirmó, sin perder la sonrisa—. ¿Te suena familiar?

Jimin lo observó un momento, intentando leerlo, pero las conexiones que comenzaban a formarse en su mente no eran claras. El chico parecía inocente.

—Quizás —murmuró, desvió la mirada un instante, y luego volvió a encararlo—. Soy Jimin.

Hoseok asintió, sin presionar más, pero algo en su actitud le decía a Jimin que este chico no era alguien común.

Y eso lo usaría a su favor.

Hoseok, aún sonriendo, no pareció notar la intención detrás de la mirada inocente de Jimin. El pelirosa se acercó un poco más, bajando la mirada hacia sus labios con un toque de timidez calculada, como si estuviera buscando algo más que una simple conversación.

—Así que... Jung Hoseok, ¿eh? —dijo Jimin, jugando con el tono de su voz mientras lo miraba con una sonrisa coqueta—. ¿Es común que los Jung sean tan... atractivos?

Hoseok, sorprendido por la insinuación, soltó una risa baja y se inclinó ligeramente hacia adelante, como si estuviera intrigado por la actitud de Jimin.

—Vaya... no me esperaba ese tipo de cumplidos —respondió, claramente divertido, pero sin apartar la mirada—. ¿Qué más tienes para mí, Jimin?

Jimin se mordió el labio con suavidad y se acercó un paso más, apenas rozando su brazo. La tensión creció entre ellos, como una chispa a punto de encenderse.

—Tal vez... te invite a subir al segundo piso —dijo Jimin, su voz suave pero segura. Su mirada se encontró con la de Hoseok, un brillo travieso en sus ojos—. ¿Qué opinas? Podríamos... estar más cómodos allí, sin tantas miradas.

Hoseok no dudó ni un segundo. Parecía complacido por la invitación y, sin apartar la mirada, asintió.

—Me parece una excelente idea. Vamos.

Jimin se adelantó ligeramente pensando en lo fácil que había sido eso, dejando que Hoseok lo siguiera mientras caminaban hacia las escaleras. La sensación de tener todo bajo control lo hizo sonreír, pero había una parte de él que no podía evitar preguntarse si estaba jugando con fuego.

Al llegar al segundo piso, Jimin se detuvo un momento al ver que no había nadie alrededor. Era el lugar perfecto. Hoseok, al darse cuenta de que estaban solos, dio un paso hacia él y, sin pensarlo más, sus labios se encontraron en un beso intenso.

Jimin, al principio un poco incómodo por la intensidad del beso, finalmente lo correspondió, pero su mente no dejaba de divagar. La lengua de Hoseok se movía en su boca con confianza, pero cada toque, cada gesto, le recordaba a Jungkook.

Jimin no podía evitar pensar en él, en la forma en que se había sentido cuando Jungkook lo había rechazado, ya que si. Jungkook lo había rechazado.

Su mente voló en cómo lo había visto sonriendo con esa mujer en la fiesta. Su mente era un caos, pero sus labios seguían moviéndose con Hoseok, aunque la incomodidad crecía.

El beso se alargó, y Jimin sintió cómo la mano de Hoseok descendía, tocando más abajo de su espalda, donde la presión lo hizo tensarse instantáneamente. El roce de la mano de Hoseok hizo que una punzada de incomodidad recorriera su cuerpo, y la sensación de estar tan cerca de alguien más lo hizo detenerse de golpe.

Se separó rápidamente de Hoseok, respirando un poco agitado, y con una sonrisa forzada, dijo:

—¿Sabes qué? Mejor vayamos a una habitación.

Hoseok, sin perder la sonrisa, asintió sin dudar, como si no pudiera pensar en nada más que no fuera besar los labios del pelirosa.

—Claro, ¿por qué no? Vamos.

Mientras Hoseok guiaba a Jimin por el pasillo hacia la habitación, algo en el ambiente llamó la atención del pelirosa. Al pasar junto a una puerta entreabierta, vio que era una oficina, y por la forma en que estaba ligeramente abierta, parecía estar vacía. Jimin no pudo evitar sentir que era la oportunidad perfecta para obtener la información que necesitaba, pero no podía ser tan obvio. Tenía que desviar a Hoseok de alguna manera.

Rápidamente, pensó en algo que podría funcionar.

—Espera un momento —dijo, deteniéndose de golpe y mirando a Hoseok con una sonrisa sutil—. Antes de ir a la habitación, creo que debería pasar al baño. ¿Me esperas allí? Solo un minuto.

Hoseok, un tanto desconcertado pero sin sospechar nada, sonrió y asintió.

—Claro, te espero. No tardes, ¿eh?

Jimin asintió, dándole una última mirada antes de moverse hacia la oficina. Mientras Hoseok giraba para alejarse, Jimin aprovechó el momento y entró silenciosamente en la habitación que había visto, asegurándose de no hacer ruido.

Se acercó al escritorio y encendió la computadora. Luego comenzó a buscar, abriendo archivos en la pantalla con rapidez, pero para su frustración, no encontró nada relevante. Solo algunos documentos de trabajo comunes, vacíos y sin sentido. ¿Dónde estaba la información? pensó, frunciendo el ceño mientras revisaba desesperadamente.

Pero antes de que pudiera continuar, un sonido le heló la sangre: la puerta se cerró con un golpe seco detrás de él. Su corazón dio un salto, y cuando intentó girarse, sintió una mano firme cubrir su boca, impidiendo que pudiera gritar o siquiera moverse.

Un escalofrío recorrió su espalda al escuchar una voz grave, apenas un susurro, cerca de su oído:

—No hagas ruido.

Jimin intentó forcejear, luchando por liberarse, pero la mano que lo sujetaba era implacable. Su respiración se volvió errática, y una sensación de pánico lo invadió al darse cuenta de que estaba atrapado. No tenía idea de quién lo había seguido hasta allí o qué querían de él, pero una cosa estaba clara: no podía permitir que lo descubrieran.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro